CAPITTULO 3 La Teoría de la Naturaleza Humana Original


La Teoría
De la
Naturaleza Humana Original



La Teoría de la Naturaleza Humana Original analiza la imagen del ser humano original, perdida debido a la caída humana. Debido a la caída humana, los seres humanos perdieron su condición original. No solo perdieron su yo original, sino también el mundo original. A causa de ello, hasta nuestros días, los hombres se han esforzado, aún  inconscientemente, por restaurar el yo original y el mundo original. Es decir durante  sus vidas, los seres humanos han abrigado la idea de llegar a ser mejores y de vivir en un mundo mejor. Sin embargo, la historia humana ha continuado incluso hasta el presente, sin que se realizase ese ideal.

Los peces nadan libremente en el agua, y los pájaros vuelan a su antojo en el cielo. Pero ¿que sucede si son arrebatados de su entorno natural? Si los peces son arrebatados del agua para ser arrojados a la tierra, sufrirán en agonía. Su deseo es volver al agua, su hábitat natural. Similarmente, cuando un pájaro es atrapado y encerrado en una jaula, se siente aprisionado y no tiene otro anhelo que volver al cielo abierto.

Del mismo modo, el hombre desea ardientemente la realización del ideal, y a la vez se siente a disgusto en el mundo de realidad. Ello significa que los seres humanos han perdido su yo original y el mundo original. Como este ideal, incluso en nuestros días, no pudo ser realizado, muchos han llevado una vida de constante contrariedad, bajo extremas dificultades y conflictos, sin tener otra opción que vivir en el mundo tal y como es. Algunos, sin embargo, nunca han cesado de perseguir el camino original de la vida, en especial la gente religiosa y los filósofos. Ellos se esforzaron seriamente, en dar solución a la pregunta “¿Quien es el ser humano?, y buscaron la forma de recuperar el camino original de vida.

Buda, por ejemplo, pasó seis años de su vida en estricto retiro ascético y monacal, inmerso en profunda meditación. Después de ello, llegó a la comprensión, de que originalmente el estado de los seres humanos había sido el de gran Iluminación o Nirvana, pero que a causa de la ignorancia, los hombres impulsados y atados por los deseos mundanos, cayeron en el sufrimiento. Buda enseñó que para recobrar la naturaleza original era necesario llevar una vida de disciplina espiritual.

Jesús, igualmente, anduvo por muchos lugares, hasta que comenzó su ministerio público a la edad de treinta años, escudriñando profundamente en los problemas de la vida humana. Predicó que los seres humanos eran pecadores y poseedores de un linaje de sangre satánico a causa de la caída, por lo que todo el mundo debía de nacer otra vez creyendo en el Hijo de Dios, esto es, en el mismo Jesús.

Sócrates dijo, que la verdadera forma de vida consistía en el amor por el conocimiento verdadero. Para Platón, el supremo ideal de la vida humana estaba en el reconocimiento de la idea del Bien. Para Aristóteles, la razón era lo que distinguía al ser humano, y dijo que la virtud se practica mejor en la vida comunal de la “polis” (la ciudad estado). Los filósofos griegos, hablando en general, sostuvieron que la razón era la esencia de la naturaleza humana, y que si una persona pudiese trabajar al ciento por ciento con su razón, tal persona llegaría a ser un ser ideal.

En la Edad Media, la Teología Cristiana predominó sobre la filosofía, y el punto de vista cristiano de la naturaleza humana fue que los hombres son seres pecaminosos que solo podían ser salvados a través de la gracia de Dios. Desde este enfoque, la razón fue considerada como ineficaz. Sin embargo, en el periodo moderno, volvieron a surgir las corrientes filosóficas que resaltaban la razón humana. Descartes pensó que los seres humanos eran seres racionales, y creyó que la gente incurría en el error o se confundía, porque no hacía uso adecuado de la razón. Por tanto, Descartes estudió el método para aprender a usar la razón. Kant dijo que los seres humanos eran seres personales que seguían la voz de la obligación moral que ordena la razón práctica, por lo que los seres humanos deberían vivir de acuerdo con la razón, sin sucumbir a las tentaciones o deseos.

Hegel, consideró también a los seres humanos como seres racionales. La razón se debía auto-realizar en el mundo. La libertad, esencia de la razón, debía ir de la mano con el progreso de la historia. De acuerdo con la teoría de Hegel los seres humanos y el mundo, llegarían a ser racionales con el establecimiento del estado moderno (i.e., el estado nacional). Sin embargo, la realidad es que con el paso del tiempo la gente ha seguido privada de su naturaleza humana original, y el mundo ha continuado siendo tan irracional como antes.

Kierkegaard, quien se opuso al extremado racionalismo de Hegel, no estaba de acuerdo con la idea de que la humanidad se iba a volver más racional a medida que la historia evolucionase, como Hegel había dicho. Pensó que en la sociedad real, los seres humanos son gente corriente, que están privados de su naturaleza original. Por consiguiente, solo cuando un individuo cultiva su vida independientemente, aparte de la multitud, puede recuperar la verdadera naturaleza humana. De este modo, el marco conceptual que ve a la gente de la sociedad como  privada de su naturaleza original, y que además se caracteriza por la búsqueda de la restauración de esa naturaleza original  se desarrolló posteriormente como el pensamiento del Existencialismo. Ello será explicado más adelante

Feuerbach, en oposición al racionalismo de Hegel, consideró que el ser humano era un ser sensual. Según Feuerbach, los seres humanos  alienaron su esencia como especie, la objetivaron y la llegaron a reverenciar como a un dios. En ello radica la pérdida de la naturaleza humana. Por lo tanto, Feuerbach afirmó que los seres humanos deben de recuperar su naturaleza humana original, a través de la negación de la religión. Partiendo de la idea Hegeliana de la realización progresiva de la libertad, Karl Marx hizo un llamamiento para la liberación de los seres humanos. La vida de los trabajadores de la sociedad de su tiempo, era muy miserable. Los trabajadores debían de soportar largas horas de trabajo, sin apenas tener para vivir con sus salarios. El crimen y las enfermedades estaban muy extendidos entre los trabajadores, privados de su verdadera naturaleza humana. Los capitalistas por el contrario, vivían en ostentación y con  gran riqueza, conseguida a través de la explotación despiadada de los trabajadores. Desde el punto de vista de Marx, también los capitalistas estaban privados de su propia naturaleza humana original.

Determinado en liberar a la humanidad, Marx se apoyó primero en el humanismo de Feuerbach, como camino para la restauración de la naturaleza humana. Pero más tarde, entendió que los seres humanos no eran solamente seres que pertenecían a una especie, sino que además estaban inmersos en la actividad productiva. Esto le condujo a considerar que la esencia de la humanidad no era otra cosa que la libertad de trabajo en la sociedad capitalista. Los trabajadores eran  privados de los productos de su trabajo, y  no trabajaban por su propia voluntad, sino por la voluntad de los capitalistas. En eso consistía precisamente, según Marx, la causa de la pérdida de la naturaleza humana de los trabajadores

Por todo esto, Marx afirmó que con el fin de liberar a la clase trabajadora, era necesario derrocar  la sociedad capitalista, que explotaba a los trabajadores. Después de esa liberación, también los capitalistas recobrarían su naturaleza humana. Además, basándose en la visión materialista, Marx llegó a la conclusión de que la conciencia humana es determinada por las relaciones de producción, que  son la base de la sociedad, por lo que el sistema económico debería ser cambiado por la fuerza. Sin embargo, las naciones comunistas, seguidoras de las revoluciones propagadas por la teoría de Marx, finalmente fueron sociedades dictatoriales sin libertades, en las que la naturaleza humana fue violada y menospreciada. En tales sociedades la gente fue perdiendo progresivamente su naturaleza original. Esto demuestra que Marx estaba equivocado tanto en la comprensión de la causa de la alienación humana, como en el método de su resolución.

Sin embargo, el problema de la alienación no es un problema exclusivo de la sociedad comunista. También en la sociedad capitalista, el individualismo y el materialismo están muy extendidos, como lo demuestra la tendencia de vida egocéntrica, y la creencia de que todo está permitido. A causa de esto, en la sociedad capitalista, también, se está perdiendo en gran medida la naturaleza humana

En la historia por tanto, han sido muchos los religiosos y filósofos que dieron su propia visión acerca de la naturaleza humana, y que consagraron sus esfuerzos por recuperar la naturaleza humana original. Sin embargo la realidad es que no tuvieron éxito en dar con la fórmula para lograr la liberación de la humanidad. Para todos ellos el verdadero problema siempre consistió en determinar qué es el hombre.

El Reverendo Sun Myung Moon ha dedicado el curso entero de su vida a encontrar las soluciones fundamentales a todas las cuestiones todavía sin resolver en la historia de la humanidad. El Rev. Moon ha proclamado que cada ser  humano originalmente es un hijo de Dios, pero a causa de la pérdida de su naturaleza original, se convirtió en un ser miserable.

Los seres humanos fueron creados a imagen de Dios, pero debido a la caída de los primeros antepasados humanos, se separaron de Dios. No obstante, pueden restaurar  su naturaleza original, viviendo de acuerdo a las palabras de Dios, y recibiendo así el amor de Dios. En este capítulo no estudiaremos los problemas relativos a la caída humana ni la manera de restaurar la naturaleza humana original (estos temas son objeto de estudio en el Principio Divino), sino que nos centraremos en describir la  naturaleza humana original.

Desde el punto de vista original, cada uno de nosotros es un ser con Imagen Divina, que refleja la imagen de Dios, y un ser con Carácter Divino, que refleja el Carácter de Dios. Somos también seres con posición, a semejanza de las características de posición en la Imagen Original. Estudiaremos todo esto a continuación.



I. Un Ser con Imagen Divina

El ser humano es un ser con Imagen Divina, que refleja la Imagen de Dios. La Imagen Divina consiste de sungsang y hyungsang, de yang y yin, y de Imagen Individual. Para reflejar esta Imagen Divina, cada uno de nosotros debe convertirse: en un ser de sunsang y hyungsang unidos, en un ser de yang y yin armoniosos, y en un ser con individualidad.

A. Un Ser de Sungsang y Hyungsang Unidos

Hay cuatro clases de sungsang y hyungsang en la naturaleza humana.

En primer lugar, cada ser humano es una imagen sustancial que es la integración o resumen de todas las cosas. En nuestro sungsang y hyungsang no solo están contenidos los elementos de los reinos animal, vegetal y mineral. Existen también elementos únicos a los seres humanos, a saber, la mente espiritual y el cuerpo espiritual. En segundo lugar, cada persona es un ser dual de persona espiritual y de persona física. En tercer lugar, cada ser humano es un ser de mente y cuerpo unidos. Por último, en cuarto lugar, cada ser humano es un ser con una mente dual compuesta por una mente espiritual y por una mente física.

Considerando al ser humano desde la perspectiva de la pérdida de la naturaleza humana original, es especialmente importante entender la relación entre la mente espiritual y la mente física (la cuarta clase de sungsang y hyungsang arriba mencionadas). Consideremos por tanto, esta relación más detalladamente. La función de la mente espiritual es buscar una vida de verdad, bondad, belleza y amor, o en otras palabras, una vida de valor. El amor es el fundamento para la verdad, la bondad y la belleza. Por tanto una vida de valor es una vida de verdad, bondad y belleza, centrada en el amor. Por supuesto, una vida de valor incluye conseguir la propia alegría y buscar valores espirituales para uno mismo, no obstante, el aspecto más esencial de una vida de valor es el esfuerzo en complacer a los demás por medio de realizar los valores. Por tanto, una vida de valor es un tipo de vida “por los demás”, es decir una vida por la familia, la tribu, la nación, la humanidad y finalmente por Dios. Por su parte, la función de la mente física es buscar una vida de alimento, vestimenta, cobijo y sexo.-esto es, una vida material. La vida material es la vida centralizada en la persona individual.

Siguiendo el orden original, la mente espiritual y la mente física están en una relación de sujeto y objeto. La mente física debe obedecer a la mente espiritual. La unión de la mente espiritual y la mente física es lo que constituye la “mente humana”. En la “mente original” la mente espiritual es sujeto y la mente física, objeto. Que la mente física debe obedecer a la mente espiritual quiere decir que la vida de valores está por encima de la vida material. Por ello la vida de verdad, bondad, belleza y amor es el propósito (meta), y la vida de alimento, vestimenta, cobijo y sexo es el medio para alcanzar esa meta. Esta es la forma de vida que originalmente debían haber llevado los seres humanos.

A fin de realizar tal relación entre la mente espiritual y la mente física, los seres humanos debían haber crecido de acuerdo con la palabra de Dios. Así habrían formado una unión a través de la acción de dar-y-recibir entre el Sungsang y el Hyungsang, que habría sido fiel reflejo, de la unión que está centrada en el Corazón, entre el Sungsang Original, y el Hyungsang Original divinos.

Debido a la caída humana, sin embargo, los seres humanos fracasaron en realizar la relación original entre la mente espiritual y la mente física. En consecuencia, la mente física, que debía haber permanecido en la posición de objeto, llegó a ocupar la posición sujeto, mientras que la mente espiritual, que debía haber estado en la posición sujeto, llegó a estar en la posición objeto. Por tanto, la vida de alimento, vestimenta, cobijo y sexo, adquirió prioridad, mientras que la vida de verdad, bondad, belleza y amor se convirtió en el medio para ese fin. El amor hacia los demás y las acciones de verdad, bondad, y belleza fueron utilizados para propósitos como ganar riqueza y obtener posición. Esto no quiere decir que no haya valores en el mundo caído: Hay valores en el mundo caído, pero en muchos casos, estos valores son los medios para llevar una vida material y egoísta. Esto es debido a que la mente física ha ocupado la posición sujeto, y la mente espiritual  la posición objeto.

Por tanto, La relación original entre la mente espiritual y la mente física ha sido invertida. Por consiguiente, a fin de recuperar el estado original de vida humana, la relación debe volver a su estado original. Por este motivo, a lo largo de la historia, las diversas religiones del mundo han enseñado a los hombres como ganar la victoria en la batalla contra sí mismos. Confucio, por ejemplo, habló acerca de “volver a la observancia de los ritos mediante la superación del yo”[1]. Jesús dijo, “El que quiera venir en pos de mí…..tome su cruz y sígame” (Mat. 16:24) y  “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mat. 4:4). A fin de conseguir la victoria sobre uno mismo, muchos se inclinaron por una vida monacal, donde se practicaba el ascetismo, el ayuno y la oración.
[1]  Confucio, The Analects, tr.by D.C. Lau (Harmondsworth : Penguin Books, 1979) p. 358


Hasta ahora, se puede decir que muchos monjes, monjas, y gente de justicia, han prevalecido en sus batallas contra sí mismos, sin embargo después no han sabido que hacer con el mundo pecaminoso. Debido a ello la sociedad, siguió bajo el dominio de los deseos centrados en la mente física, y la gente religiosa tuvo que luchar por la santidad de sus vidas separándose del resto de la sociedad.

B. Un Ser de Yang y Yin en Armonía

El yang y el yin son los atributos del sungsang y el hyungsang. Estudiaremos la armonía entre yang y yin, como la armonía entre una entidad yang y una entidad yin. La armonía de yang y yin en la humanidad, es la armonía entre hombre y mujer, o más exactamente, la armonía entre marido y mujer.

El modelo de conducta entre marido y esposa, y el modelo de familia, han sido largamente debatidos en todas las eras. Los animales, las plantas y los minerales existen y se multiplican a través de la unión entre yang y yin. Sin embargo, si consideramos la unión entre yang y yin en los seres humanos, como la unión entre un hombre y  una mujer, nos referiremos solamente el lado biológico de esa unión. En las naciones avanzadas de hoy, los hombres y las mujeres se casan con la misma facilidad que se divorcian, con el consiguiente deterioro del carácter sagrado y eterno del matrimonio. Este no puede ser el modelo original para las relaciones entre marido y esposa. Todavía no se han dado respuestas satisfactorias al   porqué  de la existencia de los seres humanos, ni al sentido del matrimonio. En consecuencia, la gente muchas veces prefiere no casarse. El Pensamiento Unificado ofrece soluciones claras a todos estos problemas. 

Primeramente, cada marido y cada mujer, es la representación de una de las características duales de Dios, por lo que su unión conyugal, significa la manifestación de Dios. Cuando el marido y la mujer se aman mutuamente  centrados en Dios, con el amor de Dios como eje vertical, su amor es horizontal, y realizan entonces un movimiento circular centrado en ese eje. Cuando esto ocurre, el amor de Dios mora en esa pareja.

En segundo lugar, cada marido y cada mujer, representan cada uno la mitad del universo, por tanto la unidad de marido y mujer significa el cumplimiento de la  creación del universo. Si Adán y Eva no se hubieran separado de Dios y no hubieran caído, la creación del universo se habría completado con la perfección de Adán y Eva, pues la perfección de la humanidad, y su dominio sobre la creación, son el último propósito de la creación del universo. Consecuentemente, la perfección de marido y mujer significa el cumplimiento de la creación del universo. Sin embargo, ninguna pareja llegó a alcanzar la perfección, por lo que la creación del universo aún no ha sido completada. Por esta razón, Dios ha estado llevando a cabo la dispensa de la re-creación. Re-crear a los seres humanos caídos significa llevarlos a la  perfección como individuos, y luego a la perfección como parejas de marido y mujer. Los seres humanos fueron creados para que se convirtiesen en los señores de dominio sobre todas las cosas, sin embargo, un marido y una mujer no pueden llegar a ser señor de dominio individualmente. Solamente cuando se perfeccionen como parejas, esto es, como marido y mujer, serán los gobernadores de la creación. Solo así se completará la creación del universo.

Tercero, ya que originalmente cada marido y cada mujer, representan a la mitad de la humanidad, la unidad de marido y esposa significa la unidad de la humanidad. Es decir, el marido representa a todos los hombres de la humanidad, y la esposa  a todas las mujeres de la humanidad. La población del mundo actual es de aproximadamente cinco mil millones de personas. Por lo tanto, el marido y la mujer, cada uno, posee el valor de representar a 2,5 mil millones de personas.

Cuarto, originalmente marido y mujer, individualmente, son seres que representan a la mitad de la familia, por ello, la unión de marido y esposa significa la perfección de la familia. El marido representa a los hombres de la familia, y la esposa a las mujeres.

Desde este punto de vista, el amor entre el marido y la esposa supone la perfección del amor hacia la humanidad por medio de la familia, y supone también  alcanzar la posición central en el universo. La unión de marido y esposa, es, verdaderamente, una unión sagrada y preciosa[1].
[1]  El Reverendo Sun Myung Moon, ha refrendado esta idea como sigue: “Para un hombre, su esposa representa a la madre, hermana mayor, hermana menor, y en verdad, a todas las mujeres del mundo. Amar a una esposa que tiene tal significado quiere decir amar a todas las razas de la humanidad, todas las mujeres, y a la propia madre, hermana mayor, y hermana menor: Por consiguiente, la familia es el centro “base de entrenamiento” que educa a la gente en el amor humano: Por tanto, ser de confianza y vivir una vida feliz en una familia significa vivir una vida feliz como el centro del universo, y estar situado en el centro del amor de felicidad. Su marido representa al padre, hermanos mayores, hermanos menores, y a todos los hombres de la tierra. Este es nuestro ideal de la familia” (Sun Myng Moon , God’s Will and the World.[New York : The Holy Spirit Association for the Unification for the Unification of the World Christianity, 1985]





Sin embargo, a causa de la caída humana, Adán y Eva no pudieron convertirse en el marido y la mujer que Dios había pensado. En consecuencia, en la humanidad caída, al haber perdido a Dios, ninguna pareja de marido y esposa fue capaz de  unirse centrada en el amor de Dios. A causa de esto, la creación del universo no se completó, la humanidad se dividió, y en la familia se creó la discordia.

Hoy, abundan los problemas en la familia y sociedad. La causa de todos estos problemas está en que marido y esposa no mantienen la relación adecuada. Esta es la raíz del colapso en la familia, así como de la  desorganización en  la sociedad, y del desorden en las naciones, y caos en el mundo. Por consiguiente, cuando marido y esposa  llegan a una armoniosa unidad, ello equivale a la unificación del mundo entero. Dicho de otro modo, la unión entre marido y esposa es la clave para la solución de los problemas sociales y del mundo.

C. Un Ser con Individualidad

Al crear el universo, Dios tuvo en mente las imágenes individuales de los diferentes seres que iba a crear. El concibió la imagen de cada ser humano, de cada animal, y de cada planta. La imagen individual de un ser humano es especialmente distinta, en cada persona, sin embargo en los demás seres cuanto menor es la clase, menores son los rasgos que las distinguen. Por ejemplo, apenas podemos distinguir las individualidades de una bacteria o de una ameba. En cambio, sí lo son las caras y las características de cada uno de los seres humanos. Dios dotó a los seres humanos de una imagen individual diferenciada, con el fin de  obtener una alegría única y estimulante de cada uno.  Por tanto, un ser humano es un ser de valor supremo que ofrece a Dios una alegría suprema por medio de su individualidad única. Esta imagen individual es otro aspecto de la naturaleza humana original.

La primera manifestación de la individualidad de las personas es su apariencia. De entre los cinco mil millones de personas que viven en el mundo, no hay dos que tengan exactamente el mismo rostro.

 La segunda manifestación de la individualidad de la gente es su conducta, que varía de una persona a otra. Si consideramos que la apariencia es el rasgo característico único del hyungsang de la gente, diremos que el comportamiento es el rasgo característico único de su sungsang, pues el comportamiento  es  una manifestación directa de la mente.

La tercera manifestación de la individualidad de las personas es su expresión creativa. Esta no solo se manifiesta a través de la creación artística, sino también a través de cualquier actividad de expresión de la propia creatividad. Esta expresión es diferente en cada persona.

Por consiguiente, Dios se siente complacido cuando contempla el rostro, el comportamiento y la actividad creativa de cada ser humano de naturaleza humana original. Dios se siente complacido porque los hombres proporcionan una belleza única a Dios a través de su apariencia, comportamiento y actividad creativa. Esta es la belleza de la individualidad de una persona, que incluye la belleza de la apariencia, la belleza del comportamiento, y la belleza de la actividad creativa

Cuando los padres observan a sus hijos, para ellos cada hijo es algo bello y precioso. De la misma forma, cuando Dios observa a los seres humanos, El siente que la apariencia, el comportamiento y la actividad creativa de cada ser humano son bellos y preciosos, lo que le produce complacencia.

Sin embargo, a causa de la caída humana, la individualidad de la gente fue pisoteada e ignorada. Esto ha sido especialmente verdad en las sociedades dictatoriales.

El ejemplo más relevante, es la sociedad bajo el régimen comunista. El comunismo denigra la individualidad humana al considerarla producto del ambiente, desde el punto de vista del materialismo. Visto desde la perspectiva del Pensamiento Unificado, sin embargo, la individualidad humana, no es algo accidental ni producto del ambiente, sino que proviene de la Imagen de Dios. En otras palabras, viene de Dios por lo que su valor es sumamente precioso.

II. Un Ser con Carácter Divino    

A. Un Ser con Corazón

El Corazón (o Shimjong)[1], es el impulso emocional que busca encontrar alegría a través del amor. Es el manantial del amor y el núcleo del carácter de Dios. Por tanto, también en los seres humanos, el núcleo de su naturaleza original está en el Corazón, y son seres con Corazón.
[1] La palabra que mejor capta el significado de Shimjong es “Corazón”, pero al término “Corazón” le faltan ciertos aspectos esenciales que tiene el término Coreano: Shimjong es el aspecto central de la personalidad Divina y también de la humana: Los lectores deben tener en mente la definición de Shimjong cuando usen el término “Corazón”.

Cuando los seres humanos hereden el Corazón de Dios, sentirán un intenso deseo de amar a todo el mundo y a todas las cosas. No hacerlo, les causaría un gran dolor en su corazón. A las personas caídas, les es difícil amar a los demás, pero una vez que lleguen a ser uno con el Corazón de Dios, sus vidas se transformarán en vidas de amor. Además, si hay amor, los que tengan muchos bienes querrán compartirlos con los que tengan menos. Por consiguiente, la distancia entre los que tienen y los que no tienen, o entre los ricos y los pobres- en otras palabras, la realidad de la explotación que existe en el mundo- llegará a desaparecer de forma natural. Estos son los resultados de la función equilibrada del amor. Que los seres humanos son seres con Corazón significa que viven una vida de amor. Por tanto, podemos llegar a la conclusión de que el ser humano es el Homo Amans, una persona que ama, o una persona de amor. El Corazón es el núcleo de la personalidad humana. Por tanto, cuando decimos que los seres humanos son seres con Corazón queremos decir que son individuos con personalidad. En tales personas, la mente espiritual y la mente física, tienen una acción armoniosa de dar-y-recibir centrada en el Corazón, y las facultades de intelecto, emoción y voluntad funcionan de modo equilibrado, centradas en el Corazón.

En las personas caídas, la función de la mente espiritual es débil, y se ve dominada a menudo por la mente física. Por ejemplo, hay gente que puede tener buena capacidad para razonar, y sin embargo carecer de madurez emocional o de un suficiente poder de la voluntad para hacer el bien. Por otro lado, si una persona hereda el Corazón de Dios y se convierte en un ser con Corazón, el intelecto, emoción y voluntad de esa persona se desarrollarán de manera equilibrada, y la mente espiritual tendrá dominio sobre la mente física al tener una acción de dar-y-recibir armoniosa.

Además, el Corazón es la fuerza principal que estimula las facultades de intelecto, emoción y voluntad y que constituye la base para los valores de verdad, belleza y bondad. El intelecto es la facultad de conocer, que busca el valor de la  “verdad”. La emoción es la facultad de sentir alegría, enfado, tristeza, felicidad, entre otras, que busca el valor de la “belleza”. La voluntad es la facultad de determinarse, y busca el valor de la “bondad”. Originalmente, las tres facultades debían tener su motivación en el Corazón. Cuando alguien persigue la verdad a través de la actividad intelectual, el resultado es el conocimiento de la ciencia, filosofía, etcétera. Cuando se persigue la belleza a través de la actividad emocional, el resultado es el arte. Si se persigue la bondad a través de la actividad volitiva, el resultado es la moralidad, la ética, y demás. La política, la economía, el derecho, y los medios de comunicación, entre otros, son todos, el resultado de las actividades intelectual, emocional y volitiva. La totalidad de estas actividades  intelectual, emocional y volitiva, es lo que constituye la cultura. Ello se ilustra en la Fig 3-1. Por consiguiente, el Corazón es la fuerza directiva de las actividades culturales. Por tanto la cultura, originalmente debía ser la cultura del Corazón. Esa debía ser su verdadera esencia. La cultura del corazón, deseada por Dios originalmente era realizar a través de Adán, la “cultura Adán”. Sin embargo debido a la caída de Adán y Eva, la cultura del Corazón no fue realizada En lugar de ello se establecieron culturas basadas en el egoísmo, culturas en las que el intelecto, y la voluntad no han tenido una conexión entre sí.





Figura 3-1 Relacion entre la mente, el valor y la cultura centrada en el corazon.

Por ejemplo, en la actividad económica, el principal propósito es ganar dinero. Sin  embargo, si en el mundo original, alguien  viviese con gran riqueza, y viese a otros vivir en la pobreza, se sentiría profundamente dolido en su corazón. De este modo, aquellos que tengan mucho dinero, querrán de forma natural compartirlo en parte con sus vecinos o con la sociedad. En otras palabras, la gente sentirá ganas de realizar el amor de Dios por medio de sus actividades económicas. Y no solo en la economía, sino también en los demás campos, siempre se deseará llevar a cabo el amor de Dios. Así es como se establecerá la cultura del corazón.

Hasta la fecha, la humanidad ha intentado de muchas maneras realizar la cultura verdadera, pero finalmente todos los intentos han fracasado. Esto ha sido así porque la gente nunca supo como debía ser la cultura verdadera.  La Gran Revolución Cultural del Proletariado en China, fue un ejemplo de esto. Los líderes de aquella revolución quisieron construir una cultura basada en el trabajo, siguiendo el materialismo dialéctico, pero a costa del desprecio de la naturaleza humana y el retraso de la  modernidad. La verdadera cultura es la cultura centrada en el  corazón. La nueva revolución cultural por la que aboga el Reverendo Sun Myung Moon, tiene precisamente como propósito el establecimiento de la cultura del Corazón.

Llegados a este punto será oportuno detallar los conceptos de cultura y civilización. La suma total de los resultados de las actividades intelectual, emocional y de voluntad, considerados desde la perspectiva de los aspectos materiales de esos resultados, se llama, “civilización”, y considerados a partir de los aspectos espirituales de esos resultados (religión, arte, y así sucesivamente) se llama, “cultura”. Sin embargo dado que es difícil distinguir claramente los aspectos espirituales de los aspectos materiales, esos dos términos son generalmente usados con el mismo significado. Por consiguiente, en el Pensamiento Unificado, “cultura” y “civilización” suelen también tener el mismo significado.

B. Un Ser con Logos

El universo fue creado a través del Logos, y su movimiento lo realiza de acuerdo con el Logos. Los seres humanos, fueron también creados a través del Logos, y su vida debe por tanto estar de acuerdo con el Logos. El ser humano, es pues un ser con Logos.

El Logos es el cuerpo multiplicado que surge de la acción de dar-y-recibir centrada en el propósito, entre el Sungsang Interior de Dios y el Hyungsang Interior de Dios. Ya que la “razón” asume un papel especial en el Sungsang Interior y la “ley” en el Hyungsang Interior, el Logos es la unidad de razón y ley, de aquí el término “razón-ley”. Por tanto un ser con Logos es un ser compuesto de razón-ley. Puesto que el rasgo característico de la razón es la libertad, y el  de la ley, la necesidad, “un ser con Logos” es un ser donde libertad y necesidad van de la mano. Esto quiere decir que los seres humanos son seres de normas, que viven de acuerdo a leyes (o normas), y al mismo tiempo son seres racionales, que se comportan de acuerdo a la libre voluntad.


Hoy en día se piensa comúnmente que como los seres humanos son libres, no deberían de  estar limitados por ninguna ley o norma. Sin embargo, la verdadera libertad, consiste en obedecer las leyes, o mejor dicho en observar voluntariamente las leyes. La libertad que ignora las leyes es licenciosa y destructiva. Por ejemplo, un tren, puede moverse rápida o lentamente, mientras permanece en las vías, pero si las abandona no se moverá. En otras palabras, el tren tiene libertad solo y únicamente mientras permanece en las vías. Si descarrila, se destruirá y probablemente causará daños a los ocupantes y a la propiedad.

De igual manera, la gente puede disfrutar de libertad, pero siempre ateniéndose a las normas. Confucio dijo “He seguido el deseo de mi corazón sin sobrepasar la línea”[1]. Esta es la verdadera descripción del ser humano, la de un ser con Logos, donde la libre voluntad y la  ley van unidas.
[1] Confucio, The Anaclets, p. 63

Ya que los seres humanos son seres con Logos, su naturaleza original se manifiesta a través del deseo de seguir la ley. Esa ley es la que funciona en todo el universo, o sea la Ley de la Acción de Dar-y-Recibir. El Logos en la Imagen Original, tiene su motivación en el Corazón, que es la raíz del amor. Por tanto, la ley del universo, está motivada  por el amor, y el propósito de la ley es la realización o concreción del amor.

Como mencionamos en  Ontología, la familia es una miniatura del sistema ordenado del  cosmos. Por tanto, del mismo modo que en el universo hay un orden vertical y un orden horizontal, en la familia también hay un orden vertical y un orden horizontal. Las normas que se corresponden a estas dos clases de orden, son la norma vertical y la norma horizontal. La norma vertical en la familia es la norma de relación entre padres e hijos. La norma horizontal en la familia es la norma de relación entre hermanos y hermanas y entre marido y esposa. Además en el caso de los seres humanos, los individuos deben observar ciertas normas, a saber, las normas individuales. Estas son las normas para perfeccionar la personalidad de cada ser humano como individuo. La norma vertical, la norma horizontal y las normas individuales serán explicadas en detalle en la “Axiología” y en la “Etica”.

Las normas de la familia que hemos mencionado, pueden ser extendidas  directamente a la sociedad y a la nación. Finalmente, las normas de la familia son el fundamento de las normas en los niveles de la sociedad y de la nación. Debido a la caída humana, los hombres dejaron de ser seres con Logos. En nuestros días,  la ruptura de la familia es algo evidente, y la sociedad y la nación están en una situación caótica, y todo ello es resultado de la caída. Cuando la gente restaure su naturaleza original, como seres con Logos, las familias, las sociedades, y las naciones, podrán entonces retornar a su estatus ordenado y original.

C. Un Ser con Creatividad

Dios creó el universo por medio de la creatividad, y dio a los seres humanos la capacidad de crear. A través de la creatividad la gente ha estado desarrollando la ciencia y el arte.

La creatividad de Dios está basada en el Corazón. Al crear el universo, el Sungsang Interno y el Hyungsang Interno de Dios, tuvieron una acción de dar-y-recibir centrada en el propósito dictado por el Corazón, dando origen al Logos. Al mismo tiempo, el Logos y el Hyungsang Original iniciaron una acción de dar-y-recibir centrada en el propósito, y dieron origen a los seres creados. La capacidad para formar esas dos etapas de los fundamentos de cuatro posiciones generadores de desarrollo, a saber, el fundamento interno de cuatro posiciones generador de desarrollo y el fundamento externo de cuatro posiciones generador de desarrollo, es el ejercicio de la creatividad de Dios.

De igual forma, los seres humanos, establecen  primero el propósito y luego hacen un proyecto, o preparan un plan, para realizar ese propósito. A continuación, sobre la base del diseño o plan, hacen las cosas. Dios dotó a los seres humanos de creatividad para que pudieran tener dominio sobre la creación con Corazón y con amor. Dominio incorpora los significados de gobernar, dirigir, elaborar, proteger y así sucesivamente. Por tanto, las diferentes actividades que involucran la materia, como las industrias primaria, secundaria y terciaria, así como las actividades de gobierno en la sociedad, como la política, el arte y la ciencia, entran todas bajo el radio de acción de lo que se entiende como dominio de la creación. Si los seres humanos hubiesen heredado completamente la creatividad de Dios, habrían realizado todas estas actividades, centradas en el Corazón y en el amor de Dios.

En su significado original, el dominio sobre cualquier cosa, solo puede ser ejercido por la persona que hizo esa cosa. Por tanto no podemos ejercer dominio sobre algo creado por otro distinto a nosotros. Por consiguiente, los seres humanos no pueden, por su propia voluntad, ejercer dominio sobre las cosas del universo, ya que las cosas fueron creadas por Dios. En consecuencia, Dios no podía dar de forma incondicional, las cosas del universo a la humanidad, por mucho que lo desease. Para que los seres humanos sean capaces de ejercer dominio sobre las cosas del universo, deben establecer la condición de haber ayudado a crear el universo, es decir, la condición de haber participado en la creación del universo. Cuando Dios empezó a crear el universo, aún no existían los seres humanos, por lo que éstos no pudieron participar en la creación del universo  En su lugar, Dios planeó que los seres humanos participaran en la creación del universo, creándose a sí mismos, es decir, Dios quería que los seres humano creciesen y se perfeccionasen por medio de su propia responsabilidad. Los seres humanos son el resumen de todas las cosas, el microcosmos. El valor del ser humano es equivalente al de todo el universo. Por tanto, si los seres humanos se perfeccionan a sí mismos, Dios puede aceptarlo como una condición de un valor semejante al de la creación del universo.

Por esto Dios confió a los seres humanos su propia perfección, lo que quiere decir, que ellos debían perfeccionar su personalidad y alcanzar la madurez de su yo espiritual. Por eso, en el proceso de crecimiento de Adán y Eva, Dios únicamente  les dio el mandamiento de que no comiesen del árbol de la ciencia del bien y del mal, lo que significaba que no debían iniciarse en el amor sexual antes de tiempo, y  que Dios no iba a interferir en su conducta. Si Dios hubiese interferido, entonces Adán y Eva nunca se habrían calificado para la posición de dominio sobre todas las cosas. Adán y Eva fracasaron en observar el mandamiento de Dios, y la humanidad no pudo ser capaz de alcanzar la calificación para ejercer el dominio sobre las cosas.

A causa de esto, los seres humanos no llegaron a calificarse para heredar la creatividad de Dios, y llevaron a cabo sus  actividades creativas centrándose en la razón, desde una posición egoísta. Por eso, en las relaciones entre las personas, los intereses personales han sido lo primero, en las relaciones de familias los  intereses familiares, y en la relación entre las naciones, los intereses propios nacionales. Por tanto en su mayoría, las actividades creativas, han tenido como centro el interés propio. Por otro lado, la gente ha llegado a mostrar desinterés por la naturaleza. Ello ha ocasionado muchos problemas, como la destrucción de los recursos naturales, la polución, y el desarrollo de armamento para la destrucción de los seres humanos.

A fin de solucionar estos problemas, la gente debe establecer la creatividad original, que está centrada en el Corazón. Por lo tanto, el Corazón debe convertirse en el centro de la creatividad, lo que significa que la creatividad ha de estar motivada por el amor,  mientras que las actividades de la creación se deben realizar sobre la base de valores adecuados.

Por consiguiente, los futuros científicos, antes de convertirse en científicos deben llegar a ser personas de valor, o personas de carácter. En otras palabras, la ética debe llegar a ser la base de la ciencia natural.
No obstante en la era moderna, los científicos se han limitado a ir en busca de hechos objetivos, ignorando toda clase de valores. El resultado es la situación miserable que vemos hoy. Para solucionar estos problemas, el Reverendo Sun Myung Moon está patrocinando la Conferencia Internacional para la Unidad de las Ciencias (ICUS), para alentar a los científicos a que comiencen a tener en cuenta los valores, y así  restaurar la verdadera creatividad. Las premisas requeridas para el desarrollo de la verdadera creatividad son “amar a la naturaleza, reconsiderar la dignidad de los seres humanos, propiciar el amor entre la humanidad e ir en busca de Dios como el origen del amor”[1].
 [1] Sun Myung Moon, “Founders Address (Fourteenth ICUS), “ en “Absolute Values and the New Cultural Revolution”


III. Un Ser con Posición

A semejanza de la relación de sujeto y objeto que hay en la Imagen Original, también en el ser humano hay relaciones de sujeto y objeto. Los hombres al nacer, se encuentran en principio en la posición de objetos, más concretamente de objetos hacia sus padres. Una vez que crecen, llegan a ser padres, por lo que están en la posición de sujeto hacia sus hijos. También en la vida social, la gente empieza desde una posición baja, y luego sube poco a poco hacia una posición más alta. Por tanto, los seres humanos empiezan en la posición de objeto, y luego crecen y alcanzan la posición de sujeto.

A. La Posición Objeto

Dios creó a los seres humanos como los objetos de Su amor, a fin de conseguir alegría al relacionarse con ellos. Por lo tanto, el significado principal de la vida humana es complacer a Dios. En otras palabras, los seres humanos existen en la posición de objeto en relación con Dios.

Por ello, los seres humanos primero y ante todo, están en la posición de objeto ante Dios. En la sociedad, los seres humanos también se encuentran en la posición de  objetos ante diferentes sujetos. Por ejemplo, el pueblo de una nación está en la posición de objeto respecto al gobierno de esa nación. Los hijos están en la posición de objeto respecto a sus padres, los estudiantes respecto a sus profesores, y los subordinados respecto a sus superiores. También los individuos están en la posición de objeto respecto a los grupos u organizaciones corporativas a las que pertenecen, así como respecto a la nación, el estado y la humanidad.

El objeto debe tener como actitud, una “conciencia objeto”, con respecto al sujeto. La conciencia objeto hacia Dios se manifiesta en un corazón de servicio y lealtad. La conciencia objeto  hacia el soberano o jefe de estado es lealtad. La conciencia objeto de los hijos hacia sus padres es la piedad filial. La conciencia objeto de los subordinados hacia el conjunto es un corazón de servicio. Todos estos diferentes tipos de conciencia objeto tienen en común una actitud de vivir por los demás y un corazón de humildad y sumisión.

En el mundo caído, en el transcurso de la historia han aparecido dictadores que se aprovecharon de la actitud de conciencia objeto del pueblo, y se comportaron como si estuviesen en la posición de verdaderos sujeto con respecto al pueblo, que los recibió con apoyo y respeto. Hitler y Stalin fueron claros ejemplos de esta clase de actitud. No obstante, aunque tales falsos sujeto pueden prosperar durante cierto tiempo, con seguridad terminarán perdiendo el apoyo del pueblo. Este es un hecho demostrado por la historia. 
¿Por qué suceden tales fenómenos en la historia? Como los seres humanos fueron creados por Dios como Sus hijos, mantienen en lo más profundo de sus corazones la conciencia objeto de servir y complacer a Dios. Por consiguiente, cuando los hombres encuentran un líder que parece ser un representante de Dios, la conciencia objeto  les lleva a seguirlo, e incluso a sacrificar sus propias vidas. Pero, el pueblo a menudo se equivoca acerca de quien debe ser su verdadero sujeto, por lo que con frecuencia ha sido engañado por falsos sujeto, como los dictadores, y también a menudo los ha seguido ciegamente. Por tanto, encontrar al verdadero sujeto es un asunto verdaderamente importante.

La conciencia objeto constituye un elemento esencial de la Ética. Sin embargo en la sociedad actual, esta conciencia objeto ha sido completamente neutralizada, al existir entre la gente una creciente tendencia a ignorar la autoridad del sujeto. A causa de esto, la sociedad se ha precipitado en una gran confusión. Por ello, a la hora de establecer una sociedad ética, lo primero y más importante, es establecer la verdadera conciencia objeto.

B. La Posición Sujeto

A medida que los seres humanos crecen, alcanzan la posición de un sujeto, o la “posición sujeto”. Por ejemplo, en la familia los padres están en la posición de sujeto respecto a sus hijos. En las escuelas, los profesores son el “sujeto” con respecto a los estudiantes; en el mundo de los negocios, los ejecutivos  son el  “sujeto” con respecto a los subordinados; y en la nación el gobernante es el “sujeto” con respecto al pueblo. Además, el conjunto (la humanidad, el estado, la nación) es el “sujeto” respecto al individuo.

Desde el punto de vista del Pensamiento Unificado, el sujeto se encuentra con respecto al objeto, en la posición de representante de Dios. Por tanto, el sujeto debe ejercer dominio sobre el objeto, como si estuviera en el lugar de Dios. La actitud espiritual que el sujeto debe tener con respecto al objeto es la “conciencia sujeto”. La conciencia sujeto requiere interés, amor, y autoridad hacia el objeto. Consideremos cada una de estas características.

En primer lugar, el sujeto debe tener interés por el objeto. La alienación humana, un serio problema de la sociedad actual, es el resultado de la falta de interés del sujeto por sus objetos. Como falta de interés se entiende que el sujeto no asume responsabilidad por el objeto. Cuando esto sucede, el objeto llega a desconfiar y a desobedecer al sujeto. Por tanto, por parte del sujeto, no puede haber lugar a la falta de interés o preocupación por el objeto.

En segundo lugar, el sujeto debe amar al objeto. Generalmente, se ha creído que mandar sobre  los demás dando órdenes, es la forma de mostrar la conciencia sujeto, pero en realidad esto no es así. Ser el sujeto significa amar al objeto. De la misma manera que la humanidad, como objeto de Dios, es amada por El,  también cada sujeto debe amar a su objeto. Como se explicó antes, la conciencia objetiva supone que el objeto obedece y sirve al sujeto. Sin embargo, para establecer la conciencia objeto, el sujeto debe primero amar al objeto.

En tercer lugar, el sujeto debe tener autoridad. El sujeto debe amar al objeto, pero si un líder es siempre indulgente en el trato con sus subordinados, no podrá establecer la autoridad. Si el líder no tiene autoridad, los subordinados perderán seriedad. Por consiguiente, es necesario que el sujeto mantenga la autoridad en tanto que ama al objeto. Esto significa que el amor no solo presenta un aspecto agradable o cálido como la primavera, sino también un aspecto estricto, como el invierno. El amor puede ser expresado en diferentes formas o maneras, dependiendo del tiempo y de las circunstancias.

Por consiguiente, el sujeto debe tener autoridad, pero no ser autoritario. Si la autoridad es demasiado fuerte, los subordinados acabarán por inhibirse y perderán creatividad. La verdadera autoridad hace que, quienes se encuentren en la posición de objeto, se sientan agradecidos, incluso cuando son reprendidos por sus superiores.

Esta es especialmente verdad, en Dios. Dios es un ser de amor, a la vez que un ser de autoridad. Por ejemplo, cuando Abraham fracasó en su intento de ofrecer la novilla, el carnero y la cabra, y las palomas, Dios le ordenó que ofreciese a su hijo Isaac como sacrificio. Pero cuando Abraham, en obediencia a la orden de Dios, estaba dispuesto a ofrecer a Isaac, Dios le detuvo y le dijo, “ahora, se que eres temeroso de Dios” (Gen. 22: 12). De esta manera Dios quiso poner en claro que El desea que le temamos, es decir que desea ser un Dios con autoridad.

Finalmente, consideremos la posición sujeto del ser humano hacia todas las cosas. Como dijimos antes, cuando los seres humanos hereden el Corazón de Dios, tendrán dominio sobre las cosas, y expresarán la creatividad que está basada en el amor. Cuando esto sea así, los seres humanos verdaderamente estarán, en la posición sujeto hacia todas las cosas. Esto está en agudo contraste con la afirmación Marxista de que con la nacionalización de los medios de producción y la puesta en marcha de una economía planeada, “el hombre llega a ser el real y consciente señor de la Naturaleza”[1]. Como se  desprende de las desafortunadas políticas agrícolas, del estancamiento industrial, y de otros problemas de la antigua Unión Soviética, China y demás países comunistas, el comunismo, ha fracasado en ejercer verdadero dominio sobre las cosas. Esto nos enseña, que asumiendo la idea de la naturaleza humana basada el Marxismo, los hombres no pueden, llegar a estar en la posición sujeto hacia la creación.
[1] Frederick Engels, “Socialism : Utopian and scientific,” in Karl Marx and Frederick Engels, Selected Works, Vol 3 (Moscow : Progress Publishers, 1970), p.149

C. La Conciencia del Cuerpo Conectado y la Democracia 

Toda persona existe como un cuerpo conectado en la vida social, por lo que se halla  al mismo tiempo en la posición de sujeto y objeto. En otras palabras, los seres humanos son seres con posición dual, con la posición sujeto y con la posición objeto. Este hecho puede ser resumido en la frase: “los seres humanos están en la posición de cuerpo-conectado”. Por ejemplo en una compañía, una persona puede estar en la posición sujeto con respecto a sus subordinados, y al mismo tiempo estar en la posición objeto con respecto a sus superiores. La persona en la posición más alta posible, estará sin embargo en la posición de objeto con respecto a Dios. Por tanto los seres humanos siempre están  en la posición de cuerpo-conectado. La actitud espiritual que un cuerpo conectado debe tomar se llama conciencia del cuerpo conectado, que posee tanto  conciencia objeto como conciencia sujeto.

Como mencionamos antes, los hombres están primeramente en la posición objeto, y luego en la posición sujeto. Por tanto, en la conciencia del cuerpo conectado, se debe dar  prioridad a la conciencia objeto. Es decir, la conciencia sujeto se debe establecer sobre la base de la conciencia objeto. Sin embargo, en el caso de los hombres caídos, cuando se encuentran en la posición sujeto, a menudo se olvidan de la conciencia objeto, y dan prioridad a la conciencia sujeto. Los dictadores son un claro ejemplo de esto. Se consideran a sí mismos superiores, y quieren imponer a toda costa su propia voluntad. En la sociedad original los líderes deberán ser siempre conscientes de que, con respecto a Dios, están en la posición de objeto, aún cuando estén en la posición más alta, y no pueden dejar de lado la humildad.

A continuación consideremos la conciencia del cuerpo conectado en la democracia. Los principios fundamentales de la democracia son la libertad y la igualdad, (la igualdad de derechos). Estos principios están basados en la teoría de la ley natural propuesta por John Locke (1632-1704). Contrariamente a Thomas Hobbes (1588-1679), cuya filosofía era que el ser humano está por naturaleza inclinado a “la guerra de todos contra todos” (bellum ommniun contra omnes), Locke argumentaba que ya que existe una ley natural, el hombre en su status natural debía tener libertad e igualdad. Además dijo que en su estado natural, la gente debe tener derechos naturales, es decir, igualdad de derechos ante la vida, la libertad y la propiedad[1].
[1] En su obra  Dos Tratados sobre Gobierno Civil Locke afirma que “el hombre habiendo nacido, como ha sido demostrado, con la Potestad de la Perfecta Libertad,  y la posibilidad de un incontrolado disfrute de todos los Derechos y Privilegios de la Ley de la Naturaleza, tiene, en igualdad a cualquier otro hombre o número de Hombres en el Mundo , el Poder por Naturaleza, no solo de preservar su Propiedad- esto es, su Vida, Libertad y Estado contra los Daños y Atentados de otros hombres, sino también el poder de juzgar y castigar los incumplimientos que otros hagan de la Ley …incluso con la muerte” (John Locke, Two Teatrises of Government, edited by Meter Laslett [New York: Cambridge University Press, 1988] pp. 323-324)


La teoría de la igualdad de derechos, que está basada en la ley natural, viene de la idea Cristiana de “igualdad ante Dios”[1]. La igualdad ante Dios se entiende como la  igualdad de los hombres en la posición de objetos ante Dios, el sujeto. Por ello, la teoría de la igualdad entre los hombres, se basó en un principio en la conciencia objeto. Es decir, la democracia, comenzó sobre la base de la conciencia objeto.
[1] Una de las enseñanzas básicas del Cristianismo fue la de la igualdad de todos los hombres ante Dios. La Iglesia Cristiana sin embargo, aunque predicaba la igualdad espiritual de todos los hombres, aceptó a pesar de ello la existencia de desigualdad en la sociedad real. Este concepto, fue rechazado por el Calvinismo, que hizo hincapié en la igualdad de todos en la vida real. El enfoque Calvinista fue desarrollado desde el pensamiento político por los promotores de la Revolución Puritana en Inglaterra en el siglo diecisiete: John Lilburn, (1614-1657), que fue el líder teórico y más activo del movimiento de los “niveladores”, insistió en la igualdad de derechos, en base a la “creación por Dios de seres humanos iguales” e intentó promover una revolución democrática.
John Locke (1632-1704) estableció posteriormente el fundamento de la democracia moderna al consumar los aspectos teóricos de la Revolución Puritana. Locke preservó también la idea de la igualdad ante Dios. En su obra Dos Tratados sobre Gobierno Civil  dijo El Estado de la Naturaleza está gobernado por la Ley de la Naturaleza, la cual obliga a todos: Y la Razón, que es esa Ley,  una vez consultada, enseña a toda la Humanidad que siendo todos iguales e independientes, nadie debería dañar a otro en su Vida, Salud, Libertad y Posesiones, ya que los hombres son todos la Obra del Omnipotente e infinitamente Sabio Hacedor (p. 271)


Sin embargo durante el periodo moderno, la religión y la política se separaron, y a causa de ello el concepto de Dios terminó desapareciendo del mundo político, abandonándose el concepto de igualdad. De esta manera, la “igualdad ante Dios” se volvió en “igualdad ante la ley”. Dios el sujeto, fue excluido de la vida política, y como resultado, la gente fue elevada a la posición de sujeto, y el concepto de igualdad, cambió por el de igualdad entre la gente como sujetos. A causa de esto, la conciencia objeto fue eliminada de la conciencia del cuerpo conectado, y la conciencia sujeto se volvió dominante.

En el trágico estado de la sociedad de hoy, la conciencia sujeto ha llegado a ser demasiado fuerte. Sin pensar en los derechos de los demás, la gente pone un énfasis excesivo en sus propios derechos, ocasionando así, conflictos. La crítica destructiva pública del gobierno, ha llegado a ser algo común, con lo que la sociedad democrática se ha precipitado en gran confusión. Para controlar tal confusión, han surgido a menudo dictadores, especialmente en las naciones en desarrollo, que han llevado a cabo políticas opresivas. ¿Cómo se pueden solucionar estos problemas?

La Democracia, antes de permitir que existiera esta clase de confusión, consiguió un relativo desarrollo. Sin embargo, hoy el Cristianismo ha perdido su vitalidad. La gente ha llegado a no creer en Dios, y al mismo tiempo ha perdido el respeto hacia sus superiores. Por todo ello, ha aflorado la contradicción inherente de la democracia, esto es, el conflicto entre sujetos, causando las diferentes clases de confusión social. Por ejemplo, en una avanzada nación democrática como los Estados Unidos, la sociedad tiene serios problemas, como el incremento del crimen, la decadencia de la moral sexual, el aumento de los índices de divorcio, la ruptura familiar, el abuso de drogas, la expansión de la epidemia del SIDA, etcétera. Desde esta perspectiva, se puede decir que el mundo contemporáneo es un desierto espiritual.

La clave para solucionar estos problemas, es resucitar la conciencia objeto. Para conseguir esto, es preciso que invitemos a Dios a que retorne a nosotros. Debemos también volver al espíritu original, con el que comenzó la democracia moderna, a saber, la idea de que toda la gente es igual ante Dios. Para hacer esto, el paso más importante y crucial es suministrar pruebas razonables de la existencia de Dios, para que la gente moderna Le acepte. Si la gente llega a creer en Dios, también llegará a respetar a sus superiores. Las personas en posiciones superiores llegarán a guiar a sus subordinados con amor. El gobierno amará a la gente, y la gente será leal con el gobierno. Cuando la democracia, que ha perdido a Dios, vuelva a ser una democracia centrada en Dios, las enfermedades de la sociedad democrática de hoy, se resolverán fundamentalmente. El Pensamiento Unificado, entiende a la democracia centrada en Dios como “fraternidad”, puesto que en la democracia centrada en Dios, todos los hombres llegarán a ser amantes hermanos y hermanas centrados en el amor de Dios.

IV. Conclusión

Como expliqué antes, los seres humanos son, originalmente, seres con Imagen Divina, seres con Carácter divino, y seres con Posición. Esta es la contestación que da el Pensamiento Unificado a la pregunta  “qué es un ser humano” En conclusión, la naturaleza humana original puede ser resumida como sigue:
Un ser humano es

a. Un ser de sungsang y hyungsang unidos, reflejo de la Imagen Divina

b. Un ser de Yang y Yin armoniosos, reflejo de la Imagen Divina

c. Un ser de individualidad, reflejo de la Imagen divina

d. Un ser con Corazón que refleja el Carácter Divino, es decir, una persona de carácter que practica el amor-en otras palabras el Homo Amans, la persona que ama, una persona de amor.

e. Un ser con Logos que refleja el Carácter Divino: un ser de normas, que vive de acuerdo con el Camino del Cielo, o la Ley del universo.

f. Un ser con creatividad que refleja el Carácter Divino, un gobernador centrado en el Corazón, que ejerce dominio sobre todas las cosas.

g. Un ser con posición, que posee un propósito dual y una conciencia de cuerpo conectado.

Esta es la imagen original del ser humano, la de un ser precioso, un ser santo, que tiene un gran contenido. Si tuviésemos que elegir cual es la más esencial entre las características humanas, esa sería la de un “ser con Corazón”. Tradicionalmente el ser humano ha sido representado como “el conocedor” (homo sapiens) resaltando la razón como la esencia de la naturaleza humana, o como “el hacedor de cosas” (homo faber) que subraya la habilidad para hacer uso de las herramientas como esencia de la naturaleza humana, y así sucesivamente. La filosofía griega y la filosofía racionalista moderna, se adherirían al primer punto de vista, mientras que el Marxismo y el pragmatismo lo harían al último. A diferencia de ellos, el Pensamiento Unificado aboga por el concepto de un “ser que ama” (homo amans), afirmando que la esencia de la naturaleza humana es el Corazón, o amor. 


V. Una Evaluación del Pensamiento Unificado Acerca del Análisis     Existencialista de la Existencia Humana

Parece que el significado del término existencialismo varía dependiendo de los filósofos existencialistas. Sin embargo, en su conjunto se puede decir que el existencialismo es una filosofía que se caracteriza por la búsqueda del yo esencial, o de  la condición humana esencial. Para los existencialistas, los seres humanos, viven en la sociedad existente alienados o extraños a su propio yo esencial, atrapados en un estado de  desesperación y temor. Estos pensadores consideraron seriamente, como librarse de esa desesperación y ese temor. En esta sección, se estudiarán brevemente, las ideas de cinco filósofos existencialistas, con el objeto de compararlas después con la visión de la naturaleza humana que tiene el Pensamiento Unificado. A través de este análisis comparativo, se espera que los lectores profundicen en su compresión de la Teoría de la Unificación sobre la Naturaleza Original.

A. Soren Kierkegaard

1. El Análisis de Kierkegaard acerca de la Existencia Humana.

Soren Kierkegaard (1813 – 1855) se preguntaba: ¿Qué es el ser humano? Su respuesta fue: El ser humano es espíritu. Pero ¿qué es el espíritu? El espíritu es el yo. ¿Y que es el yo? El yo es aquél que se relaciona consigo mismo[1]. Entonces ¿quién establece esa relación? Tiene que ser una tercera parte, una realidad diferente al propio yo, y esta realidad no puede ser otra que el mismo Dios, según Kierkegaard. Por tanto Kierkegaard concluyó que el yo original es el yo que está ante Dios.
[1] Sören Kierkegaard, The Sickness onto death (La Enfermedad Mortal) (Princeton : Princeton University Press 1980), p. 13


No obstante, los seres humanos, quienes debían tener una relación así con Dios, se separaron de Dios. Kierkegaard explicó la naturaleza de esta separación basándose en un análisis del Génesis que hizo en su libro El Concepto del Temor: En un principio, Adán se encontraba en paz y bienestar, pero al mismo tiempo, se hallaba en un estado de temor (o Angst). Cuando Dios dijo a Adán “del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás” (Gen: 2:17), se despertó en él la posibilidad de la libertad. Esta posibilidad de escoger en libertad, hizo que a Adán le invadiese un temor extremo. El abismo de la libertad, hizo que Adán entrase en un estado de aturdimiento y de apego a su propio yo. Fue ese preciso instante el que propició el pecado original.

Como resultado, se produjo una división en la relación con el propio yo, que llevó al hombre a la desesperación (Verzweifielung). Los seres humanos se esfuerzan por eliminar esa desesperación, considerando que viene de fuera de ellos. Pero este no es el camino para acabar con la desesperación. Solo por medio de la fe, al redescubrir nuestra relación con Dios, restauramos la relación original con nosotros mismos, y podemos salir de la desesperación.

Kierkegaard criticó la irresponsabilidad y falta de conciencia de las multitudes: “El público es todo y nada a la vez,  el más peligroso de los poderes y el más insignificante”[1] Su crítica obedecía, a la idea de que la gente para realizar su verdadera naturaleza, debe salir del mundo de lo público – grupo de individuos en abstracto-para presentarse ante Dios individualmente. Kierkegaard clasificó el proceso de vuelta al yo original a través de las tres etapas de existencia.
[1] Sören Kierkegaard, The Present Age (New York : Harper and Row Publishers, 1962) p. 63


La primera etapa es la “existencia estética”. Las personas en esta etapa son las que simplemente siguen y obedecen sus deseos sensuales y viven según les place. El propósito de esta clase de vida es el placer. La posición del que se halla en la existencia estética es la de un seductor, que persigue el amor erótico. Pero, como el momento de placer no se mantiene continuamente, las personas en esta etapa mantienen una alternancia constante entre la satisfacción y la insatisfacción, que les hace sucumbir a la fatiga y el temor. Todo ello conduce a la frustración y a la desesperación. Sin embargo a través de tomar una decisión, se puede entrar en la siguiente etapa.

La segunda etapa es la  “existencia ética”. Las personas en esta etapa buscan vivir  según su conciencia, teniendo como modelos de juicio el bien y el mal. Su deseo es comportarse como buenos ciudadanos, y actuar con un sentido de la responsabilidad y del deber. Sin embargo, por muy duro que lo intentan, no pueden vivir totalmente de acuerdo con su conciencia. Debido a ello caen en la frustración y desesperación. De nuevo, por medio de una decisión, pueden pasar a la siguiente etapa.

La tercera etapa es la “existencia religiosa”. En ella cada hombre está solo ante Dios con su fe. Únicamente de esta manera es como se transforma en un verdadero ser existencial. En esta etapa es preciso dar un salto, y este salto solo es posible cuando uno cree en una paradoja, incomprensible para el intelecto. Algo tan irracional como el hecho de que el Dios infinito se encarnó en bien del ser humano finito. Solamente dando ese salto, el hombre puede recuperar su relación con Dios. La obediencia de Abraham al mandato de Dios de ofrecer a su hijo Isaac como sacrificio,  algo contrario a la ética humana, es el modelo para esta clase de vida religiosa.

Tal como lo veía Kierkegaard, cuando el individuo es una existencia verdadera centrada en Dios, es decir, cuando ha alcanzado su verdadero yo, puede, a través de la mediación de Dios, amar a los demás, conforme a las palabras de Jesús “ama al prójimo como a ti mismo”, y solo entonces “con obras de amor” se establecerá la  sociedad.

2. Evaluación del Pensamiento Unificado sobre la visión de Kierkegaard del ser humano.

 Según Kierkegaard, la separación de Dios, es lo que motivó la división en la relación que cada uno mantiene con su propio yo, y también fue la causa de que el hombre cayese en la desesperación. Desde la perspectiva del Pensamiento Unificado, esa relación es la que existe entre la mente y el cuerpo, o la relación entre la mente espiritual y la mente física. Debido a que el hombre se separó de Dios, la mente y el cuerpo se dividieron. Por tanto en el yo original, la mente y el cuerpo se hallan en unidad, lo que se corresponde con el “ser de sungsang y hyungsang unidos” de la Teoría de la Naturaleza Humana Original. Kierkegaard decía que “al presentarnos ante Dios como individuo” tenemos una relación absoluta con el  Ser Absoluto (o Dios), lo que se corresponde con el “ser con individualidad” de la Teoría de la Naturaleza Humana Original. Sin embargo, ¿por qué un individuo puede tener un carácter absoluto? Desde el punto de vista del Pensamiento Unificado, Dios es un ser de Corazón, que desea obtener una alegría irreemplazable de cada ser individual. Por tanto lógicamente la individualidad debe tener un carácter absoluto.

En su pensamiento Kierkegaard, percibió aspectos de la naturaleza humana original como el ser de sungsang y hyungsang unidos y el ser con individualidad. Sin embargo esto no es todo con respecto a la naturaleza humana original. El aspecto más esencial de la naturaleza humana original es el de un  ser con Corazón. Por otra parte, una persona no se puede perfeccionar presentándose sola, ante Dios. Solo se puede perfeccionar si se presenta ante Dios con su pareja, como marido y esposa. Es decir, el ser humano debe armonizar las características Yang y Yin. El hombre es además un ser con Logos y creatividad, y un ser con posición, dotado de la naturaleza de un sujeto y de la naturaleza de un objeto. La perspectiva de Kierkegaard sobre el ser humano, en tanto que éste debe presentarse solo, como un individuo, ante Dios  es sincera, pero es una visión solitaria y exclusivista.

¿Porqué la gente llegó a separase de Dios? De no esclarecerse la causa de esta separación, será imposible recuperar el yo original, y volver a la persona del ideal original de Dios. Kierkegaard dijo que Adán pecó a causa del temor originado por la posibilidad de ejercer la libertad. ¿Realmente puede ser cierta tal afirmación? De acuerdo con el Principio de Unificación, ni el temor, ni la libertad fueron la causa de la caída humana. Los primeros antepasados humanos, Adán y Eva, no observaron la Palabra de Dios, y  en su lugar hicieron caso a la tentación del Arcángel, y ello fue lo que les hizo dirigir su amor de una manera equivocada. La fuerza del amor fuera del Principio, les hizo apartarse de Dios. Cuando Adán y Eva iban a desviarse del camino recto, en violación a la Palabra de Dios, la libertad de la mente original dio origen a su temor. Por tanto, la libertad y el temor trabajaron para evitar que se desviaran de la Palabra. A causa de la caída, la humanidad se separó de Dios, y esta fue la causa de la desesperación y del temor. Por tanto si no se resuelve de forma correcta el problema de la caída, no habrá solución para el temor y la desesperación.

Kierkegaard dijo, que para recuperar el estado verdadero debemos luchar contra la falsedad de la multitud y regresar a Dios. Tal actitud refleja el propio camino de Kierkegaard en su búsqueda de Dios, soportando la persecución y el ridículo de sus contemporáneos.

A los veintisiete años, Kierkegaard se enamoró de Regina Olsen y se comprometió con ella. Pero más tarde, lleno de temor a no hacerla feliz en el matrimonio, rompió unilateralmente el compromiso y buscó el amor, más allá del amor romántico. Por este motivo fue criticado por la sociedad, aunque en realidad su deseo no era otro que practicar el amor verdadero entre un hombre y una mujer, centrado en Dios. La imagen original del ser humano que Kierkegaard propuso, está, en cuanto a la dirección, estrechamente en concordancia con la posición del Pensamiento Unificado. No obstante, la imagen del ser humano que propuso contiene algunas ambigüedades

B. Friederich Nietzsche

1. La Visión del ser humano de Nietzsche

Contrariamente a Kierkegaard, quien decía que para realizar el verdadero yo, hay que presentarse ante Dios individualmente, Friederich Nietzsche (1844 – 1900) proclamó  que solo cuando el hombre se libera de la fe en Dios, puede entonces realizar el yo original.

Nietzsche deploraba lo que para él era el estado devaluado y de igualación del hombre de la sociedad Europea de su tiempo, y lo atribuyó al enfoque de la  naturaleza humana propuesta por el Cristianismo. El Cristianismo negaba la vida, predicando el ascetismo, y daba valor a la vida en el otro mundo. Por otro lado, predicaba que todos los hombres son iguales ante Dios. Para Nietzsche, tal visión privaba a los seres humanos de su vitalidad, los hundía e igualaba.

En respuesta, Nietzsche declaró la muerte de Dios, y atacó al Cristianismo. Nietzsche sentía que la moralidad Cristiana oprimía la vida humana y el cuerpo físico, a través de conceptos como “Dios” y “el alma”, y con una visión negativa de la realidad de la vida, bloqueaba el desenvolvimiento de la gente fuerte. Entendió que la moralidad Cristiana  solo daba apoyo a los débiles y a los que sufren, y la denominó moralidad esclava. También mostró rechazo a la vida Cristiana de amor y espiritualidad, afirmando resueltamente, una vida basada en el instinto, la forma de vida que la misma vida exigía.

Para Nietzsche, la vida es la fuerza inherente al crecimiento y desarrollo. Creyó, que detrás de todo acto humano, está la “voluntad de poder” (Wille zur Macht), que desea incrementar la fortaleza del individuo. En sus propias palabras: “Cuando encontré una criatura viviente, descubrí en ella el poder, hasta en la voluntad de un siervo encontré la voluntad de ser el señor[1]”. Rechazó por tanto, la “moralidad esclava” del Cristianismo, e hizo un llamamiento en su lugar por la “moralidad heroica” que hizo del poder su estándar de valor. Nietzsche describió el modelo del bien y del mal en los siguientes términos:

¿Qué es el bien? Todo lo que fortalece el sentimiento de poder en el hombre, la voluntad por el poder, el poder en sí mismo. ¿Qué es el mal? Todo lo que nace de la debilidad. ¿Qué es la felicidad? El sentir que el poder crece, que la resistencia es superada…..Los débiles y fracasados deben perecer: este es el primer principio del amor al hombre. Para terminar con ellos cualquier medio es bueno. ¿Cuál es el vicio más dañino? La piedad por los débiles y fracasados, es decir el Cristianismo[2].
[1] Friedrich Nietzsche, “Tus Spoke Zarathustra” in Walter Kauffman, editor and translator, Nietzsche (New York : Penguin Books, 1982) p. 226
[2] F. Nietzsche, “The Antichrist” en W. Kaufman, Nietzsche, p.570




El ideal del ser humano, de acuerdo con la moralidad heroica, es el del “superhombre” (Übermensch). El superhombre es el que ha realizado la potencialidad humana en su más alto grado, y es la encarnación de la voluntad de poder. Las posibilidades del Superhombre dependen de su resistencia ante cualquier destino, así como de hacer una afirmación absoluta de la vida en sí misma. La afirmación absoluta de la vida implica la aceptación de la idea del “eterno retorno”: “Todo va, todo retorna, la rueda de la vida se sucede eternamente[1]” Esta es la idea de que todo en el mundo se repite, sin ningún propósito ni significado. La afirmación absoluta de la vida supone aguantar o soportar cualquier clase de destino. Dijo que esto era posible cuando “se contempla lo inevitable como algo hermoso” y cuando “se ama el propio destino”. Por ello, predicó el “amor al destino” (amor fati).
[1] F. Nietzsche, “Tus Spake Zarathustra,” en W. Kaufman, Nietzsche, p 329


2. Evaluación del Pensamiento Unificado sobre la visión de Nietzsche del ser humano.

Nietzsche consideró que el extremo énfasis que el Cristianismo ponía en la vida después de la muerte, hacía que no se valorase la vida de la realidad, lo que debilitaba al ser humano.

El sincero esfuerzo de Nietzsche, por restaurar la naturaleza humana original, merece alta estima. Su visión constituía una crítica y un aviso al Cristianismo, al que consideraba desviado de su espíritu original. Nietzsche contemplaba al Dios del Cristianismo como un ser de juicio y de otro mundo, quien, desde un alto trono en el cielo, prometía la resurrección después de la muerte a los que hiciesen el bien, y el castigo a los que obrasen mal. Sin embargo, lo que Nietzsche estaba denunciando, no eran las enseñanzas del mismo Jesús, sino más bien las de Pablo, quien según Nietzsche habría cambiado la enseñanza de Jesús por otras que resaltaban más la vida después de la muerte[1].
[1] Nietzsche afirmó en “El Anticristo” que Pablo había cambiado el “evangel” (Buenas nuevas) por el “dysangel”  y las enseñanzas de Jesús, en enseñanzas para después de la muerte. Nietzsche dijo. “Yo hablo de la genuina historia del Cristianismo. La misma palabra “Cristianismo” es un malentendido: en verdad, solo hubo un cristiano, y éste murió en la cruz. . El “evangel” murió en la cruz. Lo que ha sido llamado “evangel” fue en realidad a partir de ese momento lo opuesto, a lo que El vivió: “el dysangel” (p. 612). También dijo, “Pablo simplemente trasladó el centro de gravedad del conjunto de la existencia, al después de la existencia- en la mentira del Jesús “resucitado”. P. 617)



Desde la perspectiva del Pensamiento Unificado, Dios no es un ser de otro  mundo que niega la realidad, desde un elevado lugar en el cielo. El propósito de la creación de Dios no es solo la realización del Reino de los Cielos en el mundo después de la muerte, sino también la realización del Reino de los Cielos en la tierra. Cuando se haya establecido el Reino de los Cielos en la tierra, aquellos que hayan experimentado la vida en el Reino de los Cielos en la tierra, construirán el Reino de los Cielos en el mundo espiritual. La misión original de Jesús, era la realización del Reino de los Cielos en la tierra. Es razonable la  afirmación de Nietzsche, de que las enseñanzas de Jesús fueron alteradas por las de Pablo, que concedía más importancia a la vida después de la muerte. No obstante, si es del todo cierto, que debido a la crucifixión de Jesús por la incredulidad de la gente elegida, la salvación obtenida fue solo de orden espiritual, por lo que los hombres en el mundo físico continuaron viviendo bajo la invasión de Satán, el sujeto del mal. Por tanto, también es razonable, que el Cristianismo pusiese mayor énfasis en la vida espiritual. Por todo ello, fue un gran error por parte de Nietzsche, más allá de la crítica a Pablo, llegar al punto de negar al Cristianismo, y declarar la muerte de Dios.

 A continuación, examinemos la afirmación de Nietzsche de que todos los seres vivos tienen “voluntad de poder”. De acuerdo con el Génesis, Dios bendijo al hombre para que “tuviese dominio sobre todas las cosas” (Gen. 1:28). En otras palabras, Dios dio a los seres humanos la capacidad de tener dominio. Esto quiere decir que el deseo de gobernar es una de las características de la naturaleza humana original, dada por Dios al hombre. Esto se corresponde con la “posición sujeto” entre las características de la naturaleza humana original del Pensamiento Unificado. Sin embargo, con respecto a la posición sujeto antes mencionada, el verdadero dominio, es el que está basado en el amor antes que en el poder. La condición para que los hombres tengan dominio es que  deben primero perfeccionar su personalidad, centrándose en el Corazón de Dios, y practicar la ética del amor, en la vida de familia. Así es como se expresa el verdadero dominio. Sin embargo Nietzsche ignoró esto, y resaltó la “voluntad de poder”. Es ahí precisamente donde radica su error.

 Nietzsche sostenía que la moralidad Cristiana era la moralidad de los débiles, la moralidad que niega a los fuertes, sin embargo tal visión es falsa. El Cristianismo enseñaba el amor verdadero, con el fin de que los hombres llegasen a tener el verdadero dominio. Los hombres deben luchar contra las fuerzas del mal, que vienen de los deseos instintivos del cuerpo físico. Los deseos instintivos del cuerpo no son intrínsicamente malos, sin embargo, si la humanidad caída, con un nivel de Corazón aún imperfecto, vive según los deseos instintivos de su cuerpo, fácilmente es dominada por las fuerzas del mal. Solo cuando se eleve el nivel de Corazón de la persona espiritual, y la mente espiritual tenga dominio sobre la mente física, la actividad del cuerpo podrá ser considerada buena en un verdadero sentido.

Al resaltar solo los valores del cuerpo, el instinto y la vida, Nietzsche olvidó los aspectos del espíritu y del amor. En otras palabras, ignoró la persona espiritual del hombre. Si se ignora la persona espiritual, ¿que queda en el ser humano? No queda otra cosa que el aspecto de vida animal de la persona física. Esto lleva a los hombres a una posición aún por debajo de la de los animales. Por consiguiente, aunque Nietzsche instaba a que la gente se hiciese fuerte, en realidad estaba sugiriendo que se volviesen como los animales. Esta no es precisamente la posición que Dios desea para los seres humanos. El esfuerzo de Nietzsche de intentar conducir a la gente hacia su imagen original, merece una alta estima, pero el método que propuso era totalmente erróneo. Un ser humano es un ser de Sungsang y Hyungsang unidos, donde Sungsang es el sujeto y Hyungsang el objeto. Nietzsche sin embargo, enfatizó solo el aspecto Hyungsang.

C. Karl Jaspers

1. Visión del hombre de Jaspers

Para Karl Jaspers (1833-1969). La existencia es el estado de haber despertado como individuo al propio yo. Según Jaspers, “La existencia nunca  es el resultado objetivo de mis pensamientos  y acciones…..es lo que la relaciona con el mismo yo, y por tanto a su trascendencia,”[1]. Esta forma de pensar es básicamente la misma que la de Kierkegaard.
[1] Karl Jaspers, Philosophy,, Vol. 1 trans. E.B. Ashton (Chicago): the university of Chicago Press, 1969), p. 56


La existencia que está en el proceso de alcanzar la existencia original, sin haber encontrado aún la Trascendencia o Plenitud, (das Umgtwifende), es la “existencia posible”. En general, los seres humanos son existencias en potencia que viven en circunstancias diversas. Pero actuando sobre esas circunstancias, pueden adoptar formas de vida positivas. Jaspers puntualiza sin embargo, que hay “algunas situaciones que no podemos pasar por alto o cambiar” tales como la muerte, el sufrimiento, la lucha y la culpa. Estas son las “situaciones límite”.[1]
[1] Karl Jaspers, Philosophy, vol 2, p 178


 Aunque el deseo del hombre es vivir eternamente, nadie puede escapar a la muerte. Para Jaspers, la muerte es la negación de la propia existencia. Vivir supone además, pasar por situaciones tales como el sufrimiento, las penalidades físicas, las enfermedades, la senilidad y el hambre. Durante su vida el hombre no puede evitar las luchas. El hombre vive además con la culpa inevitable de no poder evitar tener que explotar a otros durante su existencia.

Ante tales situaciones límite, los hombres no pueden hacer otra cosa que sentirse frustrados, y desesperados, al ser conscientes de sus propias limitaciones. La forma de experimentar esas frustraciones será lo que las determinará. Si hacemos frente a nuestras frustraciones y las soportamos silenciosa y honestamente, sin intentar escapar, llegaremos a experimentar la realidad que “existe originalmente, trascendiendo el mundo de la existencia”[1]. En otras palabras llegaremos a darnos cuenta de que, detrás de la naturaleza, detrás de la historia, detrás de la filosofía y detrás del arte,- todo aquello que no parecía tener significado- está la Trascendencia, o Dios, que nos está abrazando y hablando. En esa ocasión, la Trascendencia no aparecerá directamente, sino que lo hará por medio de mensajes codificados. La Trascendencia llega a nosotros en forma de códigos a través de la naturaleza, la historia, la filosofía, el arte, y así sucesivamente. Aquellos que experimenten sus frustraciones en situaciones límites serán capaces de leer esos mensajes codificados. Esto es conocido como “la lectura criptográfica” (Chiffredeulung). Leyendo los mensajes en código, cada uno puede llegar estar cara a cara con la Trascendencia. Esto es lo que se entiende como “el despertar del verdadero yo”.
[1] Karl Jaspers, What is Philosophy? (en Japonés) (Tokyo: Hakusuisha, 1978), p. 22 Translated from Was  ist Philosophie? Hans Sauer, ed. (Munich : R. Piper & Co. Verlag, 1976).


Una vez se ha encontrado a Dios de esta manera, los hombres se inician en la práctica del amor en su comunicación con los demás. La forma de vida original de los seres humanos consiste en estar en una posición de igualdad con sus semejantes, amando al otro y reconociendo al mismo tiempo la independencia de cada uno. La existencia se perfecciona por medio del compañerismo con los demás,. Jaspers dijo: “el propósito de la filosofía que proporciona el terreno final, al significado de todos los propósitos, es decir, el propósito de percibir el propósito internamente, dilucidando el amor y perfeccionando el bienestar, solo puede ser logrado en la comunicación[1]. La comunicación de la existencia es la relación de tensión y de lucha,  del amor”[2].
[1]  Ibidem, p. 26
 [1] Ibidem, p. 28


2. Evaluación del Pensamiento Unificado sobre la visión de Jaspers del ser humano.

Jaspers dijo que por lo general los seres humanos son seres en potencia, seres incapaces de percibir la Trascendencia, pero que al pasar por situaciones límite, pueden convertirse en la existencia que se relaciona con la Trascendencia, es decir en la  existencia que es el yo original. ¿Por qué, sin embargo, por lo general los seres humanos siguen siendo seres en potencia, separados de la Trascendencia? ¿Y porqué llegan a conectarse con la trascendencia después de haber pasado por una situación límite? Jaspers no dijo nada a este respecto.  A menos que respondamos a estas preguntas, no podremos entender que es el yo original, ni qué hacer para restaurarlo.

De acuerdo con el Principio de Unificación, los seres humanos fueron creados para cumplir el propósito de la creación. El cumplimiento del propósito tiene que ver con el cumplimiento de las Tres Grandes Bendiciones (Gen. 1:28), esto es, la perfección de la personalidad, la perfección de la familia, y la perfección del dominio. Sin embargo, Adán y Eva, los primeros antepasados, fracasaron en guardar la Palabra de Dios durante su propio periodo de crecimiento, y siendo aún imperfectos, llegaron a ser marido y mujer centrados en un amor fuera del principio, y dieron nacimiento a hijos con pecado. A causa de esto, toda la humanidad quedó separada de Dios. Por tanto, el verdadero camino para recuperar el yo original, es separarnos del amor fuera del principio y cumplir después el propósito de la creación centrados en el amor de Dios.

La naturaleza humana original se manifiesta totalmente cuando los hombres cumplen el propósito de la creación. Como Kierkegaard, Jaspers decía que la existencia se clarifica cuando el ser llega a relacionarse con la Trascendencia, al mismo tiempo que se relaciona consigo mismo. Al decir esto, Jaspers estaba aludiendo a la perfección de la personalidad, que es solo una de las Tres Grandes Bendiciones. Esto se corresponde con el “ser de sungsang y hyungsang unidos”, una de las características de la naturaleza humana original en el Pensamiento Unificado. Jaspers dice que debemos poner en práctica el amor en nuestra comunicación con los demás, pero de igual forma que en el caso de Kierkegaard, su concepto de amor es vago. El amor verdadero, es el amor de Dios  divisionalmente manifestado en el amor por los tres objetos (o amor de hijos, amor de cónyuges, y amor de padres). Cuando este amor básico se expande, se exterioriza en el amor expresado a través de la comunicación con los demás. Jaspers dijo que la comunicación entre existencias es una relación de tensión y una lucha de amor. Esto contrasta con el punto de vista del Pensamiento Unificado, según el cual la esencia del amor es la alegría. Por lo tanto, el amor original no es algo que pueda ser descrito como tensión o lucha.

A continuación tenemos que preguntarnos porqué los seres humanos se conectan con la Trascendencia cuando pasan por situaciones límite. Jaspers dijo que los hombres encuentran a Dios al afrontar positivamente y aceptar con honestidad las situaciones límite. Sin embargo, Nietzsche por un lado, y Kierkegaard por otro, llegaron a conclusiones distintas partiendo de las mismas premisas Para Nietzsche, afrontar positivamente y con honestidad las frustraciones de las situaciones límite, le llevaba a separarse de Dios, mientras que a Kierkegaard lo aproximaba más a Dios. ¿Por qué estas diferencias? La filosofía de Jaspers no pone en claro la razón de estas diferencias.

En contraste con ello, el Pensamiento Unificado, proporciona explicaciones claras al porqué de esas diferencias. Al haber fracasado en observar la Palabra de Dios, los hombres se separaron de Dios y cayeron bajo el dominio de Satán, el sujeto del mal. A causa de esto, no han podido volver a Dios de forma incondicional. Solo mediante el establecimiento de alguna condición de compensación –esto es, a través de una condición de indemnización- los hombres pueden volver a Dios. Por tanto, lo que Jaspers describía como la desesperación y frustración de las situaciones límite, se corresponde con la condición de indemnización. Una vez cumplida esa condición de indemnización el hombre se aproxima más a Dios. Para hacer esto, el hombre que soporta las penalidades de las situaciones límite, debe ser humilde y mantener una actitud de conciencia objetiva en busca del sujeto absoluto, como está enseñado en la Biblia: “Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá” (Mat. 7:7). Aquellos que mantengan una conciencia sujeto egoísta, o que alimenten un sentimiento de venganza o rencor, nunca encontrarán a Dios, incluso aunque tengan que pasar por esas situaciones límite.

Jaspers dijo que podíamos encontrar la Trascendencia leyendo la Lectura Criptográfica, sin embargo, el Dios así conocido es meramente un Dios de símbolos. Valiéndonos solamente de esos medios no podremos comprender la verdadera imagen de Dios. Debemos aprender acerca de la Caída humana, y del propósito de Dios para la creación, y debemos procurar realizar las Tres Grandes Bendiciones a través de una vida de fe. Si hacemos estas cosas, podremos experimentar el Corazón de Dios, y convertirnos en una existencia verdadera.

D. Martin Heidegger

1. Visión del hombre de Heidegger

Para Martin Heidegger (1899-1976), el ser humano es un “Dasein”, pero su visión del ser humano ante la vida, difiere de la visión que tiene la filosofía moderna contemporánea a este respecto. El “Ser” vive en el mundo, se relaciona con otros seres, presta un servicio hacia el ambiente que le rodea, y se interesa por las otras personas. En esto consiste el modo de existencia fundamental del Ser, al que Heidegger llamó “Ser-en- el- mundo”. Ser en el mundo quiere decir que los seres humanos han sido arrojados al mundo sin ser informados ni de su origen ni de su destino. A esta situación la llamó “factualidad” o “ser arrojado”.

Por lo general, los hombres pierden su subjetividad (o independencia), cuando en sus vidas diarias intentan duramente ajustarse a las circunstancias externas y a la opinión de los demás. Esta es la situación del “ellos” (das Man) quienes, para Heidegger, han perdido su yo original[1]. Para Heidegger cada “ellos” pasa sus días  entregado a vanas conversaciones, distraído por la curiosidad, y  viviendo en un estado de pacífica ambigüedad. A esto lo llamó la “caída” del Dasein.
[1]  Heidegger habló del “ellos” (Das Man) como sigue: el “quien” no es este, ni ese otro, ni uno mismo [man selbst], no es alguna gente  [einige], ni es la suma de todos ellos. El “quien” es el neutro, el “ellos” [das Man]” (Martin Heidegger, translated by John Macquarrie and Edward Robinson,  Being and Time
 [ Southampton : Basil Blackwell, 1962] p. 164).


Este “Dasein”, que ha sido arrojado al mundo sin ninguna razón, se encuentra además en ansiedad (Angst). Si investigamos profundamente esta ansiedad, llegaremos a la ansiedad de la muerte. Sin embargo, cuando la persona no deambula alrededor, hacia un futuro incierto, sino que acepta en su lugar que es un “ser-hacia-la muerte” y vive con la seria determinación de proyectarse hacia el futuro, esta persona podrá entonces dirigirse hacia el yo original. Así es como los seres humanos se proyectan hacia el futuro.  A esto lo llamó la “proyección” (Entwurf). La naturaleza de este Ser es llamada “existencialidad”.

¿En que se basan los hombres para proyectarse? Se basan en la “voz de la conciencia”.  La llamada de la conciencia es la voz interior que dice a los hombres que abandonen su yo caído, y que vuelvan a su yo original. Heidegger habló de la voz de la conciencia como sigue: “La llamada no viene indudablemente de otra persona que esté dentro de mí en el mundo. La llamada viene de mí, y sin embargo desde más allá de mí.”[1]
[1] Ibidem p. 320


Heidegger dijo también que el significado de la existencia del Ser es la temporalidad. Cuando el Ser es visto desde el aspecto de proyectarse a sí mismo, es entendido como que está “hacia delante de sí mismo”, cuando lo es desde el aspecto de haber sido proyectado ya, como el “Ser dispuesto ya”, y cuando es contemplado desde el aspecto  de tender hacia el ambiente y preocuparse por los demás, es entendido como el “Ser junto a.” Estos aspectos considerados a la luz de la temporalidad, se corresponden respectivamente con el futuro, el pasado y el presente.

Los seres humanos no se dirigen hacia un yo solitario, separado del mundo. Se dirigen hacia la futura potencialidad, y escuchan la voz de la conciencia con el objetivo de salvar al yo de la situación caída presente, aceptando las cargas del pasado. Esta es la visión de Heidegger de la naturaleza humana considerada desde el aspecto de la temporalidad.

2. Evaluación del Pensamiento Unificado sobre la visión de Heidegger del ser humano.

Heidegger dijo que el ser humano es un ser-en-el-mundo, y también alguien que ha perdido su yo original. Igualmente dijo que el rasgo característico de esa situación es la ansiedad. No obstante, no dejó claro porque los seres humanos perdieron el yo original, o que es el yo original. Heidegger habló de que es necesario proyectarse hacia el yo original, pero si la imagen de ese yo no está clara, no hay forma de estar seguros, de que verdaderamente nos dirigimos, hacia el yo original. Heidegger dijo que la voz de la conciencia guía a los hombres a volver a su yo original, pero ello no supone una verdadera solución al problema. De hecho, esto no es más que una expresión filosófica de lo que comúnmente se entiende como vivir obedeciendo a la conciencia. En un mundo donde no se reconoce a Dios, solo son posibles dos formas de vida- a saber, vivir de acuerdo al instinto, como proponía Nietzsche, o de acuerdo a la conciencia, como proponía Heidegger.

Sin embargo desde la perspectiva del Pensamiento Unificado, no es suficiente vivir solamente de acuerdo con la conciencia de cada uno. En su lugar, los hombres deberían vivir de acuerdo con su “mente original”. La conciencia nos dirige hacia lo que  creemos que es bueno, por lo que el modelo de conciencia varía de un individuo a otro. Por ello, si los hombres viven de acuerdo con su conciencia, nada da garantías de que se verdaderamente se dirigen hacia el yo original. Solo cuando la gente vive de acuerdo con el yo original, cuyo modelo o estándar es Dios, puede con certeza dirigirse hacia el yo original.

Heidegger dijo que los seres humanos pueden ser salvados de la ansiedad, cuando se determinan seriamente a aceptar el futuro, en lugar de limitarse a esperar pasivamente que éste llegue. No obstante, ¿cómo podemos ser salvados de la ansiedad si la imagen del propio yo no está claramente definida? Desde el punto de vista del Pensamiento Unificado, la causa de la ansiedad radica en estar separados del amor de Dios. Por ello, cuando los hombres vuelvan a Dios, y experimenten el Corazón de Dios, y se conviertan así en seres de Corazón, podrán liberarse de la ansiedad, y tener paz y alegría.

Heidegger dijo también, que el camino para trascender la ansiedad de la muerte, consiste en que se debe aceptar la propia muerte como parte del destino. Esto sin embargo, no da una verdadera solución al problema de la ansiedad de la muerte. El Pensamiento Unificado considera al ser humano como un ser de persona espiritual y persona física unidas- en otras palabras, como un ser de sungsang y hyungsang unidos de tal forma, que la madurez de la persona espiritual se realiza sobre la base de la persona física. Cuando los hombres cumplen el propósito por el que fueron creados, por medio de sus vidas físicas en la tierra, sus personas espirituales perfeccionadas, tras la muerte de sus respectivas personas físicas, van al mundo espiritual, donde viven eternamente. Por tanto un ser humano, no es un “ser hacia la muerte” sino más bien un “ser hacia la vida eterna”. Consiguientemente, la muerte de la persona física simplemente se corresponde con el fenómeno natural de la crisálida en la metamorfosis de los insectos. La ansiedad por la muerte tiene su origen en la ignorancia del significado de la muerte, y también en el sentimiento, consciente o inconsciente, de que uno no es perfecto todavía.

Heidegger afirmó además que los seres humanos tienen temporalidad. Pero ¿por qué tenemos que aceptar el pasado, y separarnos del estado de fracaso del presente, para proyectarnos hacia el futuro? En Heidegger no hallamos explicación a todo esto. De acuerdo con el Pensamiento de Unificación, ya desde la caída de Adán y Eva, los seres humanos, además de llevar en su sangre el pecado original, heredaron también los pecados cometidos por sus antepasados, los pecados colectivos por los que la sociedad como conjunto debe tomar responsabilidad, y además los pecados propios personales. Por ello, a los hombres caídos se les dio la misión de restaurar su yo original por medio de establecer condiciones de indemnización para pagar por todos esos pecados. Tal tarea no se puede cumplir en una generación. Se  cumple al ser pasada de generación en generación. Específicamente, en la generación presente, se nos han confiado las condiciones de indemnización que no fueron completadas por nuestros antepasados. Intentamos pues, establecer esas condiciones de indemnización en nuestra propia generación, tomando responsabilidad por el futuro de nuestros descendientes. Este es el verdadero significado de que los seres humanos tienen temporalidad

E. Jean Paul Sartre

       1. Visión de Sartre del hombre

Dostoievsky dijo una vez, “Si Dios no existiese, todo sería posible”. La negación de Dios es el punto de arranque de la filosofía de Jean Paul Sartre (1905-1980). A diferencia de Heidegger, que mantuvo su existencialismo sin hacer ninguna referencia a Dios, Sartre fue más allá al abogar por un existencialismo que negaba completamente la existencia de Dios. Explicó que en los seres humanos “la existencia precede a la esencia”, como sigue:

¿Qué debemos entender  al decir que la existencia precede a la esencia? Esto quiere decir, que antes que nada, el hombre existe, surge, aparece en escena, y  solo después se define a sí mismo. Si el hombre tal y como lo concibe el existencialista, es indefinible, es porque al principio no es nada. Solo después será algo, y él mismo determinará lo que será. Por tanto no hay naturaleza humana, ya que no existe un Dios que la conciba[`1].
[1] Jean Paul Sartre, “Existencialism is a Humanism” in The Fabric of Existencialism, ed. By R. Gill & Sherman (New York Meredith Corporation, 1973), p. 521


El uso o propósito de una herramienta, esto es, la esencia de esa herramienta, lo determina su hacedor, incluso antes de producirla. En este caso, la esencia precede a la existencia. De la misma forma, si Dios existe, y ha creado a los seres humanos basándose en Su idea, se puede decir que, en el caso de los seres humanos, también la esencia precede a la existencia. Sin embargo Sartre negó la existencia de Dios, por lo que, para él, la esencia del ser humano no se determina desde un comienzo. Los hombres surgieron no desde la esencia, sino más bien desde la nada, según Sartre.

Además, Sartre dice que “la existencia es subjetividad” Los seres humanos son seres accidentales que surgieron de la nada, y que no fueron definidos por nadie. Por lo tanto, los mismos hombres planean lo que serán. Ellos mismos escogen. Esto es lo que Sartre entendía por “subjetividad”. En otras palabras, son los hombres quienes escogen lo que luego serán. Si serán comunistas o  cristianos, si preferirán casarse o permanecer solteros, todo dependerá de su elección.

El rasgo fundamental de tal existencia según Sartre es la “angustia”. El hombre es el que se escoge a sí mismo, lo que quiere decir, que al mismo tiempo, al escogerse, escoge también por todos los hombres[1], al escoger un camino que también puede ser apropiado para los demás. Por consiguiente, escogerse a uno mismo significa tomar responsabilidad por el conjunto de la humanidad, una responsabilidad que trae consigo la angustia, según Sartre. La angustia, sin embargo, no le impide actuar, sino que al contrario, es el condicionamiento de su acción, y constituye parte de la misma acción.
[1] Ibidem p. 522


Para Sartre, los seres humanos son “seres libres”. Puesto que la existencia precede a la esencia, el hombre no ha sido determinado por ninguna cosa y todo le es permitido. Sin embargo, ser libre, implica que toda la responsabilidad de sus obras descansa en él mismo. En este sentido, ser libre supone una carga para la gente, y el ser humano “está condenado a ser libre”[1].  Dicho de otro modo, los seres humanos viven en angustia porque son libres. Sartre lo explicó del modo siguiente:

…el hombre es libre, el hombre es libertad. Por otro lado, si Dios no existe, no encontramos valores ni órdenes a los que recurrir para legitimar nuestra conducta. Por lo tanto, en el reino de los valores, no hay excusa detrás de nosotros ni justificación anterior. Estamos solos, sin excusas. Esta es la idea que quisiera transmitir cuando digo que el hombre está condenado a ser libre[2].
[1] Jean Paul Sartre, Being and Nothingness  (New York : Washington Square Press, 1956) p. 707
[1] Jean Paul Sartre “Existencialism is a Humanism” in The Fabric of Existencialism, p. 523-24



Cuando decimos que el ser humano es subjetividad, si el hombre ejerce subjetividad, es necesario entonces que exista un objeto que pueda recibir su dominio. Entre los tipos de seres, diferenciamos el “ser en sí mismo”, es decir, todas las cosas, y el “ser por sí mismo” o el ser consciente de sí mismo, esto es, el ser humano. Cuando el ser humano tiene a un “ser en si mismo” como objeto, no hay problema, pero si lo hay cuando tiene enfrente a otro ser humano (un “ser por sí mismo”). Esto es porque en tal relación, las dos partes querrán afirmar su subjetividad.

Cuando una persona tiene delante a otra, la existencia humana es una “existencia para otros”. Esto es, en un ser que se opone al otro ser, decía Sartre. La estructura fundamental del “ser por los otros” es la relación donde uno es para el otro un “ser que mira”, o “ser que es mirado”[1]. Esto significa que en las relaciones humanas el conflicto es constante. Como Sartre explicó,

No tiene pues utilidad para la realidad humana querer salir de este dilema: O uno debe rebasar al Otro o permitir que él mismo sea rebasado por el otro. La esencia de la relación entre las conciencias no es la de Mitsein (coexistencia). Es el conflicto[2].
[1] Jean Paul Sartre Being and Nothingness
[1]  Ibidem, p. 555


2. Evaluación del Pensamiento Unificado sobre la visión de Sartre del ser humano.

Sartre decía que “la existencia precede a la esencia” y que los seres humanos se hacen a sí mismos. Heidegger dijo, de forma parecida, que la gente debe proyectarse hacia el futuro, sin embargo en Heidegger, “la voz de la conciencia”, aunque vagamente, guía a la gente hacia su yo original. Sartre no obstante negaba completamente el yo original. Según el Pensamiento Unificado, la ausencia de yo original, es consecuencia natural del hecho de que los seres humanos se separaron de Dios. Si aceptásemos a pesar de todo la visión de Sartre, nos quedaríamos huérfanos de cualquier estándar de juicio sobre el bien y el mal. En esta situación, no importaría lo que se hiciese, siempre quedaría justificado según la responsabilidad de cada uno. Esto crearía necesariamente una sociedad sin normas éticas.

Sartre dijo también que el ser humano es subjetividad. En cambio, el Pensamiento Unificado afirma que el ser humano es al mismo tiempo, subjetividad y objetividad, es decir, una persona de naturaleza original se encuentra tanto en “la posición sujeto” como en “la posición objeto”. Lo que Sartre denomina “subjetividad” es el hecho de que los seres humanos son libres de escogerse a sí mismos y de objetivarse. En contraste con ello, “subjetividad” para el Pensamiento Unificado se refiere al hecho de que los seres humanos tienen dominio sobre el objeto por medio del amor. A fin de ejercer la subjetividad verdadera, la gente debe primero establecer su propia objetividad.  Objetividad es el estado en el que uno siente la alegría de ser amado por un sujeto, a la vez que tiene un corazón de gratitud hacia el sujeto. Solo cuando los hombres hayan crecido en objetividad, podrán como sujetos, tener dominio sobre el objeto a través del amor

Además Sartre dijo, que la característica de la relación entre los seres humanos es un conflicto entre subjetividad y subjetividad, o un  conflicto entre libertad y libertad. Esto es similar al concepto de Hobbes de la “guerra de todos contra todos”. A no ser que estas ideas acerca de la subjetividad y la objetividad puedan ser superadas, la confusión que ahora existe en la sociedad democrática no tendrá solución. Solamente cuando se establezcan tanto los aspectos de subjetividad como los de objetividad, mediante la acción armoniosa de dar y recibir entre sujeto y objeto en cada esfera, se logrará el mundo de amor y paz.

Además Sartre decía que los seres humanos “están sentenciados a ser libres”. Sin embargo desde el punto de vista del Pensamiento Unificado, la libertad no es una condena. La libertad no puede existir aparte del Principio, y el Principio es la norma para realizar el amor verdadero. Por consiguiente, la libertad en su significado original, se llena de alegría y esperanza.


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