La Teoría
De la
Naturaleza
Humana Original
La Teoría de la
Naturaleza Humana Original analiza la imagen del ser humano original, perdida
debido a la caída humana. Debido a la caída humana, los seres humanos perdieron
su condición original. No solo perdieron su yo original, sino también el mundo
original. A causa de ello, hasta nuestros días, los hombres se han esforzado,
aún inconscientemente, por restaurar el yo original y el mundo original.
Es decir durante sus vidas, los seres humanos han abrigado la idea de
llegar a ser mejores y de vivir en un mundo mejor. Sin embargo, la historia
humana ha continuado incluso hasta el presente, sin que se realizase ese ideal.
Los peces nadan
libremente en el agua, y los pájaros vuelan a su antojo en el cielo. Pero ¿que
sucede si son arrebatados de su entorno natural? Si los peces son arrebatados
del agua para ser arrojados a la tierra, sufrirán en agonía. Su deseo es volver
al agua, su hábitat natural. Similarmente, cuando un pájaro es atrapado y
encerrado en una jaula, se siente aprisionado y no tiene otro anhelo que volver
al cielo abierto.
Del mismo modo, el
hombre desea ardientemente la realización del ideal, y a la vez se siente a
disgusto en el mundo de realidad. Ello significa que los seres humanos han
perdido su yo original y el mundo original. Como este ideal, incluso en
nuestros días, no pudo ser realizado, muchos han llevado una vida de constante
contrariedad, bajo extremas dificultades y conflictos, sin tener otra opción
que vivir en el mundo tal y como es. Algunos, sin embargo, nunca han cesado de
perseguir el camino original de la vida, en especial la gente religiosa y los
filósofos. Ellos se esforzaron seriamente, en dar solución a la pregunta “¿Quien
es el ser humano?, y buscaron la forma de recuperar el camino original de vida.
Buda, por ejemplo,
pasó seis años de su vida en estricto retiro ascético y monacal, inmerso en
profunda meditación. Después de ello, llegó a la comprensión, de que originalmente
el estado de los seres humanos había sido el de gran Iluminación o Nirvana,
pero que a causa de la ignorancia, los hombres impulsados y atados por los
deseos mundanos, cayeron en el sufrimiento. Buda enseñó que para recobrar la
naturaleza original era necesario llevar una vida de disciplina espiritual.
Jesús, igualmente,
anduvo por muchos lugares, hasta que comenzó su ministerio público a la edad de
treinta años, escudriñando profundamente en los problemas de la vida humana.
Predicó que los seres humanos eran pecadores y poseedores de un linaje de
sangre satánico a causa de la caída, por lo que todo el mundo debía de nacer
otra vez creyendo en el Hijo de Dios, esto es, en el mismo Jesús.
Sócrates dijo, que la
verdadera forma de vida consistía en el amor por el conocimiento verdadero.
Para Platón, el supremo ideal de la vida humana estaba en el reconocimiento de
la idea del Bien. Para Aristóteles, la razón era lo que distinguía al ser
humano, y dijo que la virtud se practica mejor en la vida comunal de la “polis”
(la ciudad estado). Los filósofos griegos, hablando en general, sostuvieron que
la razón era la esencia de la naturaleza humana, y que si una persona pudiese
trabajar al ciento por ciento con su razón, tal persona llegaría a ser un ser
ideal.
En la Edad Media, la
Teología Cristiana predominó sobre la filosofía, y el punto de vista cristiano
de la naturaleza humana fue que los hombres son seres pecaminosos que solo
podían ser salvados a través de la gracia de Dios. Desde este enfoque, la razón
fue considerada como ineficaz. Sin embargo, en el periodo moderno, volvieron a
surgir las corrientes filosóficas que resaltaban la razón humana. Descartes
pensó que los seres humanos eran seres racionales, y creyó que la gente
incurría en el error o se confundía, porque no hacía uso adecuado de la razón.
Por tanto, Descartes estudió el método para aprender a usar la razón. Kant dijo
que los seres humanos eran seres personales que seguían la voz de la obligación
moral que ordena la razón práctica, por lo que los seres humanos deberían vivir
de acuerdo con la razón, sin sucumbir a las tentaciones o deseos.
Hegel, consideró
también a los seres humanos como seres racionales. La razón se debía
auto-realizar en el mundo. La libertad, esencia de la razón, debía ir de la
mano con el progreso de la historia. De acuerdo con la teoría de Hegel los
seres humanos y el mundo, llegarían a ser racionales con el establecimiento del
estado moderno (i.e., el estado nacional). Sin embargo, la realidad es que con
el paso del tiempo la gente ha seguido privada de su naturaleza humana
original, y el mundo ha continuado siendo tan irracional como antes.
Kierkegaard, quien se
opuso al extremado racionalismo de Hegel, no estaba de acuerdo con la idea de
que la humanidad se iba a volver más racional a medida que la historia
evolucionase, como Hegel había dicho. Pensó que en la sociedad real, los seres
humanos son gente corriente, que están privados de su naturaleza original. Por
consiguiente, solo cuando un individuo cultiva su vida independientemente,
aparte de la multitud, puede recuperar la verdadera naturaleza humana. De este
modo, el marco conceptual que ve a la gente de la sociedad como privada
de su naturaleza original, y que además se caracteriza por la búsqueda de la
restauración de esa naturaleza original se desarrolló posteriormente como
el pensamiento del Existencialismo. Ello será explicado más adelante
Feuerbach, en
oposición al racionalismo de Hegel, consideró que el ser humano era un ser
sensual. Según Feuerbach, los seres humanos alienaron su esencia como
especie, la objetivaron y la llegaron a reverenciar como a un dios. En ello
radica la pérdida de la naturaleza humana. Por lo tanto, Feuerbach afirmó que
los seres humanos deben de recuperar su naturaleza humana original, a través de
la negación de la religión. Partiendo de la idea Hegeliana de la realización
progresiva de la libertad, Karl Marx hizo un llamamiento para la liberación de
los seres humanos. La vida de los trabajadores de la sociedad de su tiempo, era
muy miserable. Los trabajadores debían de soportar largas horas de trabajo, sin
apenas tener para vivir con sus salarios. El crimen y las enfermedades estaban
muy extendidos entre los trabajadores, privados de su verdadera naturaleza
humana. Los capitalistas por el contrario, vivían en ostentación y con
gran riqueza, conseguida a través de la explotación despiadada de los
trabajadores. Desde el punto de vista de Marx, también los capitalistas estaban
privados de su propia naturaleza humana original.
Determinado en
liberar a la humanidad, Marx se apoyó primero en el humanismo de Feuerbach,
como camino para la restauración de la naturaleza humana. Pero más tarde,
entendió que los seres humanos no eran solamente seres que pertenecían a una
especie, sino que además estaban inmersos en la actividad productiva. Esto le
condujo a considerar que la esencia de la humanidad no era otra cosa que la
libertad de trabajo en la sociedad capitalista. Los trabajadores eran
privados de los productos de su trabajo, y no trabajaban por su propia
voluntad, sino por la voluntad de los capitalistas. En eso consistía
precisamente, según Marx, la causa de la pérdida de la naturaleza humana de los
trabajadores
Por todo esto, Marx
afirmó que con el fin de liberar a la clase trabajadora, era necesario
derrocar la sociedad capitalista, que explotaba a los trabajadores.
Después de esa liberación, también los capitalistas recobrarían su naturaleza
humana. Además, basándose en la visión materialista, Marx llegó a la conclusión
de que la conciencia humana es determinada por las relaciones de producción,
que son la base de la sociedad, por lo que el sistema económico debería
ser cambiado por la fuerza. Sin embargo, las naciones comunistas, seguidoras de
las revoluciones propagadas por la teoría de Marx, finalmente fueron sociedades
dictatoriales sin libertades, en las que la naturaleza humana fue violada y
menospreciada. En tales sociedades la gente fue perdiendo progresivamente su
naturaleza original. Esto demuestra que Marx estaba equivocado tanto en la
comprensión de la causa de la alienación humana, como en el método de su
resolución.
Sin embargo, el
problema de la alienación no es un problema exclusivo de la sociedad comunista.
También en la sociedad capitalista, el individualismo y el materialismo están
muy extendidos, como lo demuestra la tendencia de vida egocéntrica, y la
creencia de que todo está permitido. A causa de esto, en la sociedad
capitalista, también, se está perdiendo en gran medida la naturaleza humana
En la historia por
tanto, han sido muchos los religiosos y filósofos que dieron su propia visión
acerca de la naturaleza humana, y que consagraron sus esfuerzos por recuperar
la naturaleza humana original. Sin embargo la realidad es que no tuvieron éxito
en dar con la fórmula para lograr la liberación de la humanidad. Para todos
ellos el verdadero problema siempre consistió en determinar qué es el hombre.
El Reverendo Sun
Myung Moon ha dedicado el curso entero de su vida a encontrar las soluciones
fundamentales a todas las cuestiones todavía sin resolver en la historia de la
humanidad. El Rev. Moon ha proclamado que cada ser humano originalmente
es un hijo de Dios, pero a causa de la pérdida de su naturaleza original, se
convirtió en un ser miserable.
Los seres humanos
fueron creados a imagen de Dios, pero debido a la caída de los primeros
antepasados humanos, se separaron de Dios. No obstante, pueden restaurar
su naturaleza original, viviendo de acuerdo a las palabras de Dios, y
recibiendo así el amor de Dios. En este capítulo no estudiaremos los problemas
relativos a la caída humana ni la manera de restaurar la naturaleza humana
original (estos temas son objeto de estudio en el Principio Divino), sino que
nos centraremos en describir la naturaleza humana original.
Desde el punto de
vista original, cada uno de nosotros es un ser con Imagen Divina, que refleja
la imagen de Dios, y un ser con Carácter Divino, que refleja el Carácter de
Dios. Somos también seres con posición, a semejanza de las características de
posición en la Imagen Original. Estudiaremos todo esto a continuación.
I. Un Ser con
Imagen Divina
El ser humano es un
ser con Imagen Divina, que refleja la Imagen de Dios. La Imagen Divina consiste
de sungsang y hyungsang,
de yang y yin, y de Imagen
Individual. Para reflejar esta Imagen Divina, cada uno de nosotros debe
convertirse: en un ser de sunsang y hyungsang unidos, en un ser de yang y yin
armoniosos, y en un ser con individualidad.
A. Un Ser de
Sungsang y Hyungsang Unidos
Hay cuatro clases de sungsang y hyungsang en la naturaleza humana.
En primer lugar, cada
ser humano es una imagen sustancial que es la integración o resumen de todas
las cosas. En nuestro sungsang y hyungsang no solo están contenidos los elementos
de los reinos animal, vegetal y mineral. Existen también elementos únicos a los
seres humanos, a saber, la mente espiritual y el cuerpo espiritual. En segundo
lugar, cada persona es un ser dual de persona espiritual y de persona física.
En tercer lugar, cada ser humano es un ser de mente y cuerpo unidos. Por
último, en cuarto lugar, cada ser humano es un ser con una mente dual compuesta
por una mente espiritual y por una mente física.
Considerando al ser
humano desde la perspectiva de la pérdida de la naturaleza humana original, es
especialmente importante entender la relación entre la mente espiritual y la
mente física (la cuarta clase de sungsang y hyungsang arriba mencionadas). Consideremos por
tanto, esta relación más detalladamente. La función de la mente espiritual es
buscar una vida de verdad, bondad, belleza y amor, o en otras palabras, una
vida de valor. El amor es el fundamento para la verdad, la bondad y la belleza.
Por tanto una vida de valor es una vida de verdad, bondad y belleza, centrada
en el amor. Por supuesto, una vida de valor incluye conseguir la propia alegría
y buscar valores espirituales para uno mismo, no obstante, el aspecto más
esencial de una vida de valor es el esfuerzo en complacer a los demás por medio
de realizar los valores. Por tanto, una vida de valor es un tipo de vida “por
los demás”, es decir una vida por la familia, la tribu, la nación, la humanidad
y finalmente por Dios. Por su parte, la función de la mente física es buscar
una vida de alimento, vestimenta, cobijo y sexo.-esto es, una vida material. La
vida material es la vida centralizada en la persona individual.
Siguiendo el orden
original, la mente espiritual y la mente física están en una relación de sujeto
y objeto. La mente física debe obedecer a la mente espiritual. La unión de la
mente espiritual y la mente física es lo que constituye la “mente humana”. En
la “mente original” la mente espiritual es sujeto y la mente física, objeto.
Que la mente física debe obedecer a la mente espiritual quiere decir que la
vida de valores está por encima de la vida material. Por ello la vida de
verdad, bondad, belleza y amor es el propósito (meta), y la vida de alimento,
vestimenta, cobijo y sexo es el medio para alcanzar esa meta. Esta es la forma
de vida que originalmente debían haber llevado los seres humanos.
A fin de realizar tal
relación entre la mente espiritual y la mente física, los seres humanos debían
haber crecido de acuerdo con la palabra de Dios. Así habrían formado una unión
a través de la acción de dar-y-recibir entre el Sungsang y el Hyungsang,
que habría sido fiel reflejo, de la unión que está centrada en el Corazón,
entre el Sungsang Original, y el Hyungsang Original divinos.
Debido a la caída
humana, sin embargo, los seres humanos fracasaron en realizar la relación
original entre la mente espiritual y la mente física. En consecuencia, la mente
física, que debía haber permanecido en la posición de objeto, llegó a ocupar la
posición sujeto, mientras que la mente espiritual, que debía haber estado en la
posición sujeto, llegó a estar en la posición objeto. Por tanto, la vida de
alimento, vestimenta, cobijo y sexo, adquirió prioridad, mientras que la vida
de verdad, bondad, belleza y amor se convirtió en el medio para ese fin. El
amor hacia los demás y las acciones de verdad, bondad, y belleza fueron
utilizados para propósitos como ganar riqueza y obtener posición. Esto no
quiere decir que no haya valores en el mundo caído: Hay valores en el mundo
caído, pero en muchos casos, estos valores son los medios para llevar una vida
material y egoísta. Esto es debido a que la mente física ha ocupado la posición
sujeto, y la mente espiritual la posición objeto.
Por tanto, La
relación original entre la mente espiritual y la mente física ha sido
invertida. Por consiguiente, a fin de recuperar el estado original de vida
humana, la relación debe volver a su estado original. Por este motivo, a lo
largo de la historia, las diversas religiones del mundo han enseñado a los
hombres como ganar la victoria en la batalla contra sí mismos. Confucio, por
ejemplo, habló acerca de “volver a la observancia de los ritos mediante la
superación del yo”[1]. Jesús dijo, “El que quiera venir en pos de mí…..tome su
cruz y sígame” (Mat. 16:24) y “No solo de pan vive el hombre, sino de
toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mat. 4:4). A fin de conseguir la
victoria sobre uno mismo, muchos se inclinaron por una vida monacal, donde se
practicaba el ascetismo, el ayuno y la oración.
[1] Confucio,
The Analects, tr.by D.C. Lau (Harmondsworth : Penguin Books, 1979) p. 358
Hasta ahora, se puede decir que muchos monjes, monjas, y
gente de justicia, han prevalecido en sus batallas contra sí mismos, sin
embargo después no han sabido que hacer con el mundo pecaminoso. Debido a ello
la sociedad, siguió bajo el dominio de los deseos centrados en la mente física,
y la gente religiosa tuvo que luchar por la santidad de sus vidas separándose
del resto de la sociedad.
B. Un Ser de Yang y Yin en Armonía
El yang y el yin son los atributos del sungsang y el hyungsang.
Estudiaremos la armonía entre yang y yin, como la armonía entre una entidad
yang y una entidad yin. La armonía de yang y yin en la humanidad, es la armonía
entre hombre y mujer, o más exactamente, la armonía entre marido y mujer.
El modelo de conducta entre marido y esposa, y el modelo
de familia, han sido largamente debatidos en todas las eras. Los animales, las
plantas y los minerales existen y se multiplican a través de la unión entre
yang y yin. Sin embargo, si consideramos la unión entre yang y yin en los seres
humanos, como la unión entre un hombre y una mujer, nos referiremos
solamente el lado biológico de esa unión. En las naciones avanzadas de hoy, los
hombres y las mujeres se casan con la misma facilidad que se divorcian, con el
consiguiente deterioro del carácter sagrado y eterno del matrimonio. Este no
puede ser el modelo original para las relaciones entre marido y esposa. Todavía
no se han dado respuestas satisfactorias al porqué de la
existencia de los seres humanos, ni al sentido del matrimonio. En consecuencia,
la gente muchas veces prefiere no casarse. El Pensamiento Unificado ofrece
soluciones claras a todos estos problemas.
Primeramente, cada marido y cada mujer, es la
representación de una de las características duales de Dios, por lo que su
unión conyugal, significa la manifestación de Dios. Cuando el marido y la mujer
se aman mutuamente centrados en Dios, con el amor de Dios como eje
vertical, su amor es horizontal, y realizan entonces un movimiento circular
centrado en ese eje. Cuando esto ocurre, el amor de Dios mora en esa pareja.
En segundo lugar, cada marido y cada mujer, representan
cada uno la mitad del universo, por tanto la unidad de marido y mujer significa
el cumplimiento de la creación del universo. Si Adán y Eva no se hubieran
separado de Dios y no hubieran caído, la creación del universo se habría
completado con la perfección de Adán y Eva, pues la perfección de la humanidad,
y su dominio sobre la creación, son el último propósito de la creación del
universo. Consecuentemente, la perfección de marido y mujer significa el
cumplimiento de la creación del universo. Sin embargo, ninguna pareja llegó a
alcanzar la perfección, por lo que la creación del universo aún no ha sido
completada. Por esta razón, Dios ha estado llevando a cabo la dispensa de la
re-creación. Re-crear a los seres humanos caídos significa llevarlos a la
perfección como individuos, y luego a la perfección como parejas de marido y
mujer. Los seres humanos fueron creados para que se convirtiesen en los señores
de dominio sobre todas las cosas, sin embargo, un marido y una mujer no pueden
llegar a ser señor de dominio individualmente. Solamente cuando se perfeccionen
como parejas, esto es, como marido y mujer, serán los gobernadores de la
creación. Solo así se completará la creación del universo.
Tercero, ya que originalmente cada marido y cada mujer,
representan a la mitad de la humanidad, la unidad de marido y esposa significa
la unidad de la humanidad. Es decir, el marido representa a todos los hombres
de la humanidad, y la esposa a todas las mujeres de la humanidad. La
población del mundo actual es de aproximadamente cinco mil millones de
personas. Por lo tanto, el marido y la mujer, cada uno, posee el valor de
representar a 2,5 mil millones de personas.
Cuarto, originalmente marido y mujer, individualmente,
son seres que representan a la mitad de la familia, por ello, la unión de
marido y esposa significa la perfección de la familia. El marido representa a
los hombres de la familia, y la esposa a las mujeres.
Desde este punto de vista, el amor entre el marido y la
esposa supone la perfección del amor hacia la humanidad por medio de la
familia, y supone también alcanzar la posición central en el universo. La
unión de marido y esposa, es, verdaderamente, una unión sagrada y preciosa[1].
[1] El Reverendo Sun Myung Moon, ha refrendado esta idea como
sigue: “Para un hombre, su esposa representa a la madre, hermana mayor, hermana
menor, y en verdad, a todas las mujeres del mundo. Amar a una esposa que tiene
tal significado quiere decir amar a todas las razas de la humanidad, todas las
mujeres, y a la propia madre, hermana mayor, y hermana menor: Por consiguiente,
la familia es el centro “base de entrenamiento” que educa a la gente en el amor
humano: Por tanto, ser de confianza y vivir una vida feliz en una familia
significa vivir una vida feliz como el centro del universo, y estar situado en
el centro del amor de felicidad. Su marido representa al padre, hermanos
mayores, hermanos menores, y a todos los hombres de la tierra. Este es nuestro ideal de la familia” (Sun
Myng Moon , God’s Will and the World.[New York : The Holy Spirit
Association for the Unification for the Unification of the World Christianity,
1985]
Sin embargo,
a causa de la caída humana, Adán y Eva no pudieron convertirse en el marido y
la mujer que Dios había pensado. En consecuencia, en la humanidad caída, al
haber perdido a Dios, ninguna pareja de marido y esposa fue capaz de
unirse centrada en el amor de Dios. A causa de esto, la creación del universo
no se completó, la humanidad se dividió, y en la familia se creó la discordia.
Hoy, abundan
los problemas en la familia y sociedad. La causa de todos estos problemas está
en que marido y esposa no mantienen la relación adecuada. Esta es la raíz del
colapso en la familia, así como de la desorganización en la
sociedad, y del desorden en las naciones, y caos en el mundo. Por consiguiente,
cuando marido y esposa llegan a una armoniosa unidad, ello equivale a la
unificación del mundo entero. Dicho de otro modo, la unión entre marido y
esposa es la clave para la solución de los problemas sociales y del mundo.
C. Un Ser con
Individualidad
Al crear el
universo, Dios tuvo en mente las imágenes individuales de los diferentes seres
que iba a crear. El concibió la imagen de cada ser humano, de cada animal, y de
cada planta. La imagen individual de un ser humano es especialmente distinta,
en cada persona, sin embargo en los demás seres cuanto menor es la clase,
menores son los rasgos que las distinguen. Por ejemplo, apenas podemos
distinguir las individualidades de una bacteria o de una ameba. En cambio, sí
lo son las caras y las características de cada uno de los seres humanos. Dios
dotó a los seres humanos de una imagen individual diferenciada, con el fin
de obtener una alegría única y estimulante de cada uno. Por tanto,
un ser humano es un ser de valor supremo que ofrece a Dios una alegría suprema
por medio de su individualidad única. Esta imagen individual es otro aspecto de
la naturaleza humana original.
La primera
manifestación de la individualidad de las personas es su apariencia. De entre
los cinco mil millones de personas que viven en el mundo, no hay dos que tengan
exactamente el mismo rostro.
La
segunda manifestación de la individualidad de la gente es su conducta, que
varía de una persona a otra. Si consideramos que la apariencia es el rasgo
característico único del hyungsang de la gente, diremos que el
comportamiento es el rasgo característico único de su sungsang, pues el
comportamiento es una manifestación directa de la mente.
La tercera
manifestación de la individualidad de las personas es su expresión creativa.
Esta no solo se manifiesta a través de la creación artística, sino también a
través de cualquier actividad de expresión de la propia creatividad. Esta
expresión es diferente en cada persona.
Por
consiguiente, Dios se siente complacido cuando contempla el rostro, el
comportamiento y la actividad creativa de cada ser humano de naturaleza humana
original. Dios se siente complacido porque los hombres proporcionan una belleza
única a Dios a través de su apariencia, comportamiento y actividad creativa.
Esta es la belleza de la individualidad de una persona, que incluye la belleza
de la apariencia, la belleza del comportamiento, y la belleza de la actividad
creativa
Cuando los
padres observan a sus hijos, para ellos cada hijo es algo bello y precioso. De
la misma forma, cuando Dios observa a los seres humanos, El siente que la
apariencia, el comportamiento y la actividad creativa de cada ser humano son
bellos y preciosos, lo que le produce complacencia.
Sin embargo,
a causa de la caída humana, la individualidad de la gente fue pisoteada e
ignorada. Esto ha sido especialmente verdad en las sociedades dictatoriales.
El ejemplo
más relevante, es la sociedad bajo el régimen comunista. El comunismo denigra
la individualidad humana al considerarla producto del ambiente, desde el punto
de vista del materialismo. Visto desde la perspectiva del Pensamiento
Unificado, sin embargo, la individualidad humana, no es algo accidental ni
producto del ambiente, sino que proviene de la Imagen de Dios. En otras
palabras, viene de Dios por lo que su valor es sumamente precioso.
II. Un Ser
con Carácter Divino
A. Un Ser con
Corazón
El Corazón (o
Shimjong)[1], es el impulso emocional que busca encontrar alegría a
través del amor. Es el manantial del amor y el núcleo del carácter de Dios. Por
tanto, también en los seres humanos, el núcleo de su naturaleza original está
en el Corazón, y son seres con Corazón.
[1] La palabra que mejor capta el significado de
Shimjong es “Corazón”, pero al término “Corazón” le faltan ciertos aspectos
esenciales que tiene el término Coreano: Shimjong es el aspecto central de la
personalidad Divina y también de la humana: Los lectores deben tener en mente
la definición de Shimjong cuando usen el término “Corazón”.
Cuando los
seres humanos hereden el Corazón de Dios, sentirán un intenso deseo de amar a
todo el mundo y a todas las cosas. No hacerlo, les causaría un gran dolor en su
corazón. A las personas caídas, les es difícil amar a los demás, pero una vez
que lleguen a ser uno con el Corazón de Dios, sus vidas se transformarán en
vidas de amor. Además, si hay amor, los que tengan muchos bienes querrán
compartirlos con los que tengan menos. Por consiguiente, la distancia entre los
que tienen y los que no tienen, o entre los ricos y los pobres- en otras
palabras, la realidad de la explotación que existe en el mundo- llegará a
desaparecer de forma natural. Estos son los resultados de la función
equilibrada del amor. Que los seres humanos son seres con Corazón significa que
viven una vida de amor. Por tanto, podemos llegar a la conclusión de que el ser
humano es el Homo Amans, una persona que ama, o una persona de amor. El Corazón
es el núcleo de la personalidad humana. Por tanto, cuando decimos que los seres
humanos son seres con Corazón queremos decir que son individuos con
personalidad. En tales personas, la mente espiritual y la mente física, tienen
una acción armoniosa de dar-y-recibir centrada en el Corazón, y las facultades
de intelecto, emoción y voluntad funcionan de modo equilibrado, centradas en el
Corazón.
En las
personas caídas, la función de la mente espiritual es débil, y se ve dominada a
menudo por la mente física. Por ejemplo, hay gente que puede tener buena
capacidad para razonar, y sin embargo carecer de madurez emocional o de un
suficiente poder de la voluntad para hacer el bien. Por otro lado, si una
persona hereda el Corazón de Dios y se convierte en un ser con Corazón, el
intelecto, emoción y voluntad de esa persona se desarrollarán de manera
equilibrada, y la mente espiritual tendrá dominio sobre la mente física al
tener una acción de dar-y-recibir armoniosa.
Además, el
Corazón es la fuerza principal que estimula las facultades de intelecto,
emoción y voluntad y que constituye la base para los valores de verdad, belleza
y bondad. El intelecto es la facultad de conocer, que busca el valor de
la “verdad”. La emoción es la facultad de sentir alegría, enfado, tristeza,
felicidad, entre otras, que busca el valor de la “belleza”. La voluntad es la
facultad de determinarse, y busca el valor de la “bondad”. Originalmente, las
tres facultades debían tener su motivación en el Corazón. Cuando alguien
persigue la verdad a través de la actividad intelectual, el resultado es el
conocimiento de la ciencia, filosofía, etcétera. Cuando se persigue la belleza
a través de la actividad emocional, el resultado es el arte. Si se persigue la
bondad a través de la actividad volitiva, el resultado es la moralidad, la
ética, y demás. La política, la economía, el derecho, y los medios de
comunicación, entre otros, son todos, el resultado de las actividades
intelectual, emocional y volitiva. La totalidad de estas actividades intelectual,
emocional y volitiva, es lo que constituye la cultura. Ello se ilustra en la
Fig 3-1. Por consiguiente, el Corazón es la fuerza directiva de las actividades
culturales. Por tanto la cultura, originalmente debía ser la cultura del
Corazón. Esa debía ser su verdadera esencia. La cultura del corazón, deseada
por Dios originalmente era realizar a través de Adán, la “cultura Adán”. Sin
embargo debido a la caída de Adán y Eva, la cultura del Corazón no fue
realizada En lugar de ello se establecieron culturas basadas en el egoísmo,
culturas en las que el intelecto, y la voluntad no han tenido una conexión
entre sí.
Figura 3-1 Relacion entre la mente, el valor y la cultura centrada en el corazon.
Por ejemplo,
en la actividad económica, el principal propósito es ganar dinero. Sin
embargo, si en el mundo original, alguien viviese con gran riqueza, y
viese a otros vivir en la pobreza, se sentiría profundamente dolido en su
corazón. De este modo, aquellos que tengan mucho dinero, querrán de forma
natural compartirlo en parte con sus vecinos o con la sociedad. En otras
palabras, la gente sentirá ganas de realizar el amor de Dios por medio de sus
actividades económicas. Y no solo en la economía, sino también en los demás
campos, siempre se deseará llevar a cabo el amor de Dios. Así es como se
establecerá la cultura del corazón.
Hasta la
fecha, la humanidad ha intentado de muchas maneras realizar la cultura
verdadera, pero finalmente todos los intentos han fracasado. Esto ha sido así
porque la gente nunca supo como debía ser la cultura verdadera. La Gran
Revolución Cultural del Proletariado en China, fue un ejemplo de esto. Los
líderes de aquella revolución quisieron construir una cultura basada en el trabajo,
siguiendo el materialismo dialéctico, pero a costa del desprecio de la
naturaleza humana y el retraso de la modernidad. La verdadera cultura es
la cultura centrada en el corazón. La nueva revolución cultural por la
que aboga el Reverendo Sun Myung Moon, tiene precisamente como propósito el
establecimiento de la cultura del Corazón.
Llegados a
este punto será oportuno detallar los conceptos de cultura y civilización. La
suma total de los resultados de las actividades intelectual, emocional y de voluntad,
considerados desde la perspectiva de los aspectos materiales de esos
resultados, se llama, “civilización”, y considerados a partir de los aspectos
espirituales de esos resultados (religión, arte, y así sucesivamente) se llama,
“cultura”. Sin embargo dado que es difícil distinguir claramente los aspectos
espirituales de los aspectos materiales, esos dos términos son generalmente
usados con el mismo significado. Por consiguiente, en el Pensamiento Unificado,
“cultura” y “civilización” suelen también tener el mismo significado.
B. Un Ser con
Logos
El universo
fue creado a través del Logos, y su movimiento lo realiza de acuerdo con el
Logos. Los seres humanos, fueron también creados a través del Logos, y su vida
debe por tanto estar de acuerdo con el Logos. El ser humano, es pues un ser con
Logos.
El Logos es
el cuerpo multiplicado que surge de la acción de dar-y-recibir centrada en el
propósito, entre el Sungsang Interior de Dios y el Hyungsang Interior de Dios. Ya que la “razón”
asume un papel especial en el Sungsang Interior y la “ley” en el Hyungsang
Interior, el Logos es la unidad de razón y ley, de aquí el término “razón-ley”.
Por tanto un ser con Logos es un ser compuesto de razón-ley. Puesto que el
rasgo característico de la razón es la libertad, y el de la ley, la
necesidad, “un ser con Logos” es un ser donde libertad y necesidad van de la
mano. Esto quiere decir que los seres humanos son seres de normas, que viven de
acuerdo a leyes (o normas), y al mismo tiempo son seres racionales, que se comportan
de acuerdo a la libre voluntad.
Hoy en día se
piensa comúnmente que como los seres humanos son libres, no deberían de
estar limitados por ninguna ley o norma. Sin embargo, la verdadera libertad,
consiste en obedecer las leyes, o mejor dicho en observar voluntariamente las
leyes. La libertad que ignora las leyes es licenciosa y destructiva. Por
ejemplo, un tren, puede moverse rápida o lentamente, mientras permanece en las
vías, pero si las abandona no se moverá. En otras palabras, el tren tiene libertad
solo y únicamente mientras permanece en las vías. Si descarrila, se destruirá y
probablemente causará daños a los ocupantes y a la propiedad.
De igual
manera, la gente puede disfrutar de libertad, pero siempre ateniéndose a las
normas. Confucio dijo “He seguido el deseo de mi corazón sin sobrepasar la
línea”[1]. Esta es la
verdadera descripción del ser humano, la de un ser con Logos, donde la libre
voluntad y la ley van unidas.
[1] Confucio, The Anaclets, p. 63
Ya que los seres humanos son seres con Logos, su
naturaleza original se manifiesta a través del deseo de seguir la ley. Esa ley
es la que funciona en todo el universo, o sea la Ley de la Acción de
Dar-y-Recibir. El Logos en la Imagen Original, tiene su motivación en el
Corazón, que es la raíz del amor. Por tanto, la ley del universo, está
motivada por el amor, y el propósito de la ley es la realización o
concreción del amor.
Como mencionamos en Ontología, la familia es una
miniatura del sistema ordenado del cosmos. Por tanto, del mismo modo que
en el universo hay un orden vertical y un orden horizontal, en la familia
también hay un orden vertical y un orden horizontal. Las normas que se
corresponden a estas dos clases de orden, son la norma vertical y la norma
horizontal. La norma vertical en la familia es la norma de relación entre
padres e hijos. La norma horizontal en la familia es la norma de relación entre
hermanos y hermanas y entre marido y esposa. Además en el caso de los seres
humanos, los individuos deben observar ciertas normas, a saber, las normas
individuales. Estas son las normas para perfeccionar la personalidad de cada
ser humano como individuo. La norma vertical, la norma horizontal y las normas
individuales serán explicadas en detalle en la “Axiología” y en la “Etica”.
Las normas de la familia que hemos mencionado, pueden ser
extendidas directamente a la sociedad y a la nación. Finalmente, las
normas de la familia son el fundamento de las normas en los niveles de la
sociedad y de la nación. Debido a la caída humana, los hombres dejaron de ser
seres con Logos. En nuestros días, la ruptura de la familia es algo
evidente, y la sociedad y la nación están en una situación caótica, y todo ello
es resultado de la caída. Cuando la gente restaure su naturaleza original, como
seres con Logos, las familias, las sociedades, y las naciones, podrán entonces
retornar a su estatus ordenado y original.
C. Un Ser con Creatividad
Dios creó el universo por medio de la creatividad, y dio
a los seres humanos la capacidad de crear. A través de la creatividad la gente
ha estado desarrollando la ciencia y el arte.
La creatividad de Dios está basada en el Corazón. Al
crear el universo, el Sungsang Interno y el Hyungsang Interno de Dios, tuvieron una acción
de dar-y-recibir centrada en el propósito dictado por el Corazón, dando origen
al Logos. Al mismo tiempo, el Logos y el Hyungsang Original iniciaron una acción de
dar-y-recibir centrada en el propósito, y dieron origen a los seres creados. La
capacidad para formar esas dos etapas de los fundamentos de cuatro posiciones
generadores de desarrollo, a saber, el fundamento interno de cuatro posiciones
generador de desarrollo y el fundamento externo de cuatro posiciones generador
de desarrollo, es el ejercicio de la creatividad de Dios.
De igual forma, los seres humanos, establecen
primero el propósito y luego hacen un proyecto, o preparan un plan, para
realizar ese propósito. A continuación, sobre la base del diseño o plan, hacen
las cosas. Dios dotó a los seres humanos de creatividad para que pudieran tener
dominio sobre la creación con Corazón y con amor. Dominio incorpora los
significados de gobernar, dirigir, elaborar, proteger y así sucesivamente. Por
tanto, las diferentes actividades que involucran la materia, como las
industrias primaria, secundaria y terciaria, así como las actividades de
gobierno en la sociedad, como la política, el arte y la ciencia, entran todas
bajo el radio de acción de lo que se entiende como dominio de la creación. Si
los seres humanos hubiesen heredado completamente la creatividad de Dios,
habrían realizado todas estas actividades, centradas en el Corazón y en el amor
de Dios.
En su significado original, el dominio sobre cualquier
cosa, solo puede ser ejercido por la persona que hizo esa cosa. Por tanto no
podemos ejercer dominio sobre algo creado por otro distinto a nosotros. Por
consiguiente, los seres humanos no pueden, por su propia voluntad, ejercer
dominio sobre las cosas del universo, ya que las cosas fueron creadas por Dios.
En consecuencia, Dios no podía dar de forma incondicional, las cosas del
universo a la humanidad, por mucho que lo desease. Para que los seres humanos
sean capaces de ejercer dominio sobre las cosas del universo, deben establecer
la condición de haber ayudado a crear el universo, es decir, la condición de
haber participado en la creación del universo. Cuando Dios empezó a crear el
universo, aún no existían los seres humanos, por lo que éstos no pudieron
participar en la creación del universo En su lugar, Dios planeó que los
seres humanos participaran en la creación del universo, creándose a sí mismos,
es decir, Dios quería que los seres humano creciesen y se perfeccionasen por
medio de su propia responsabilidad. Los seres humanos son el resumen de todas
las cosas, el microcosmos. El valor del ser humano es equivalente al de todo el
universo. Por tanto, si los seres humanos se perfeccionan a sí mismos, Dios
puede aceptarlo como una condición de un valor semejante al de la creación del
universo.
Por esto Dios confió a los seres humanos su propia perfección,
lo que quiere decir, que ellos debían perfeccionar su personalidad y alcanzar
la madurez de su yo espiritual. Por eso, en el proceso de crecimiento de Adán y
Eva, Dios únicamente les dio el mandamiento de que no comiesen del árbol
de la ciencia del bien y del mal, lo que significaba que no debían iniciarse en
el amor sexual antes de tiempo, y que Dios no iba a interferir en su
conducta. Si Dios hubiese interferido, entonces Adán y Eva nunca se habrían
calificado para la posición de dominio sobre todas las cosas. Adán y Eva
fracasaron en observar el mandamiento de Dios, y la humanidad no pudo ser capaz
de alcanzar la calificación para ejercer el dominio sobre las cosas.
A causa de esto, los seres humanos no llegaron a
calificarse para heredar la creatividad de Dios, y llevaron a cabo sus
actividades creativas centrándose en la razón, desde una posición egoísta. Por
eso, en las relaciones entre las personas, los intereses personales han sido lo
primero, en las relaciones de familias los intereses familiares, y en la
relación entre las naciones, los intereses propios nacionales. Por tanto en su
mayoría, las actividades creativas, han tenido como centro el interés propio.
Por otro lado, la gente ha llegado a mostrar desinterés por la naturaleza. Ello
ha ocasionado muchos problemas, como la destrucción de los recursos naturales,
la polución, y el desarrollo de armamento para la destrucción de los seres
humanos.
A fin de solucionar estos problemas, la gente debe
establecer la creatividad original, que está centrada en el Corazón. Por lo
tanto, el Corazón debe convertirse en el centro de la creatividad, lo que
significa que la creatividad ha de estar motivada por el amor, mientras
que las actividades de la creación se deben realizar sobre la base de valores
adecuados.
Por consiguiente, los futuros científicos, antes de
convertirse en científicos deben llegar a ser personas de valor, o personas de
carácter. En otras palabras, la ética debe llegar a ser la base de la ciencia
natural.
No obstante en la era moderna, los científicos se han
limitado a ir en busca de hechos objetivos, ignorando toda clase de valores. El
resultado es la situación miserable que vemos hoy. Para solucionar estos
problemas, el Reverendo Sun Myung Moon está patrocinando la Conferencia
Internacional para la Unidad de las Ciencias (ICUS), para alentar a los
científicos a que comiencen a tener en cuenta los valores, y así
restaurar la verdadera creatividad. Las premisas requeridas para el desarrollo
de la verdadera creatividad son “amar a la naturaleza, reconsiderar la dignidad
de los seres humanos, propiciar el amor entre la humanidad e ir en busca de
Dios como el origen del amor”[1].
[1] Sun Myung Moon, “Founders Address (Fourteenth ICUS), “
en “Absolute Values and the New Cultural Revolution”
III. Un Ser
con Posición
A semejanza de la
relación de sujeto y objeto que hay en la Imagen Original, también en el ser
humano hay relaciones de sujeto y objeto. Los hombres al nacer, se encuentran
en principio en la posición de objetos, más concretamente de objetos hacia sus
padres. Una vez que crecen, llegan a ser padres, por lo que están en la
posición de sujeto hacia sus hijos. También en la vida social, la gente empieza
desde una posición baja, y luego sube poco a poco hacia una posición más alta.
Por tanto, los seres humanos empiezan en la posición de objeto, y luego crecen
y alcanzan la posición de sujeto.
A. La
Posición Objeto
Dios creó a los seres
humanos como los objetos de Su amor, a fin de conseguir alegría al relacionarse
con ellos. Por lo tanto, el significado principal de la vida humana es
complacer a Dios. En otras palabras, los seres humanos existen en la posición
de objeto en relación con Dios.
Por ello, los seres
humanos primero y ante todo, están en la posición de objeto ante Dios. En la
sociedad, los seres humanos también se encuentran en la posición de
objetos ante diferentes sujetos. Por ejemplo, el pueblo de una nación está en
la posición de objeto respecto al gobierno de esa nación. Los hijos están en la
posición de objeto respecto a sus padres, los estudiantes respecto a sus
profesores, y los subordinados respecto a sus superiores. También los
individuos están en la posición de objeto respecto a los grupos u
organizaciones corporativas a las que pertenecen, así como respecto a la
nación, el estado y la humanidad.
El objeto debe tener
como actitud, una “conciencia objeto”, con respecto al sujeto. La conciencia
objeto hacia Dios se manifiesta en un corazón de servicio y lealtad. La
conciencia objeto hacia el soberano o jefe de estado es lealtad. La
conciencia objeto de los hijos hacia sus padres es la piedad filial. La
conciencia objeto de los subordinados hacia el conjunto es un corazón de
servicio. Todos estos diferentes tipos de conciencia objeto tienen en común una
actitud de vivir por los demás y un corazón de humildad y sumisión.
En el mundo caído, en
el transcurso de la historia han aparecido dictadores que se aprovecharon de la
actitud de conciencia objeto del pueblo, y se comportaron como si estuviesen en
la posición de verdaderos sujeto con respecto al pueblo, que los recibió con
apoyo y respeto. Hitler y Stalin fueron claros ejemplos de esta clase de
actitud. No obstante, aunque tales falsos sujeto pueden prosperar durante
cierto tiempo, con seguridad terminarán perdiendo el apoyo del pueblo. Este es
un hecho demostrado por la historia.
¿Por qué suceden
tales fenómenos en la historia? Como los seres humanos fueron creados por Dios
como Sus hijos, mantienen en lo más profundo de sus corazones la conciencia
objeto de servir y complacer a Dios. Por consiguiente, cuando los hombres
encuentran un líder que parece ser un representante de Dios, la conciencia
objeto les lleva a seguirlo, e incluso a sacrificar sus propias vidas.
Pero, el pueblo a menudo se equivoca acerca de quien debe ser su verdadero
sujeto, por lo que con frecuencia ha sido engañado por falsos sujeto, como los
dictadores, y también a menudo los ha seguido ciegamente. Por tanto, encontrar
al verdadero sujeto es un asunto verdaderamente importante.
La conciencia objeto
constituye un elemento esencial de la Ética. Sin embargo en la sociedad actual,
esta conciencia objeto ha sido completamente neutralizada, al existir entre la
gente una creciente tendencia a ignorar la autoridad del sujeto. A causa de
esto, la sociedad se ha precipitado en una gran confusión. Por ello, a la hora
de establecer una sociedad ética, lo primero y más importante, es establecer la
verdadera conciencia objeto.
B. La
Posición Sujeto
A medida que los
seres humanos crecen, alcanzan la posición de un sujeto, o la “posición sujeto”.
Por ejemplo, en la familia los padres están en la posición de sujeto respecto a
sus hijos. En las escuelas, los profesores son el “sujeto” con respecto a los
estudiantes; en el mundo de los negocios, los ejecutivos son el
“sujeto” con respecto a los subordinados; y en la nación el gobernante es el
“sujeto” con respecto al pueblo. Además, el conjunto (la humanidad, el estado,
la nación) es el “sujeto” respecto al individuo.
Desde el punto de
vista del Pensamiento Unificado, el sujeto se encuentra con respecto al objeto,
en la posición de representante de Dios. Por tanto, el sujeto debe ejercer
dominio sobre el objeto, como si estuviera en el lugar de Dios. La actitud
espiritual que el sujeto debe tener con respecto al objeto es la “conciencia sujeto”.
La conciencia sujeto requiere interés, amor, y autoridad hacia el objeto.
Consideremos cada una de estas características.
En primer lugar, el
sujeto debe tener interés por el objeto. La alienación humana, un serio
problema de la sociedad actual, es el resultado de la falta de interés del
sujeto por sus objetos. Como falta de interés se entiende que el sujeto no
asume responsabilidad por el objeto. Cuando esto sucede, el objeto llega a
desconfiar y a desobedecer al sujeto. Por tanto, por parte del sujeto, no puede
haber lugar a la falta de interés o preocupación por el objeto.
En segundo lugar, el
sujeto debe amar al objeto. Generalmente, se ha creído que mandar sobre
los demás dando órdenes, es la forma de mostrar la conciencia sujeto, pero en
realidad esto no es así. Ser el sujeto significa amar al objeto. De la misma
manera que la humanidad, como objeto de Dios, es amada por El, también
cada sujeto debe amar a su objeto. Como se explicó antes, la conciencia
objetiva supone que el objeto obedece y sirve al sujeto. Sin embargo, para
establecer la conciencia objeto, el sujeto debe primero amar al objeto.
En tercer lugar, el
sujeto debe tener autoridad. El sujeto debe amar al objeto, pero si un líder es
siempre indulgente en el trato con sus subordinados, no podrá establecer la
autoridad. Si el líder no tiene autoridad, los subordinados perderán seriedad.
Por consiguiente, es necesario que el sujeto mantenga la autoridad en tanto que
ama al objeto. Esto significa que el amor no solo presenta un aspecto agradable
o cálido como la primavera, sino también un aspecto estricto, como el invierno.
El amor puede ser expresado en diferentes formas o maneras, dependiendo del
tiempo y de las circunstancias.
Por consiguiente, el
sujeto debe tener autoridad, pero no ser autoritario. Si la autoridad es
demasiado fuerte, los subordinados acabarán por inhibirse y perderán
creatividad. La verdadera autoridad hace que, quienes se encuentren en la
posición de objeto, se sientan agradecidos, incluso cuando son reprendidos por
sus superiores.
Esta es especialmente
verdad, en Dios. Dios es un ser de amor, a la vez que un ser de autoridad. Por
ejemplo, cuando Abraham fracasó en su intento de ofrecer la novilla, el carnero
y la cabra, y las palomas, Dios le ordenó que ofreciese a su hijo Isaac como
sacrificio. Pero cuando Abraham, en obediencia a la orden de Dios, estaba
dispuesto a ofrecer a Isaac, Dios le detuvo y le dijo, “ahora, se que eres
temeroso de Dios” (Gen. 22: 12). De esta manera Dios quiso poner en claro que
El desea que le temamos, es decir que desea ser un Dios con autoridad.
Finalmente,
consideremos la posición sujeto del ser humano hacia todas las cosas. Como
dijimos antes, cuando los seres humanos hereden el Corazón de Dios, tendrán
dominio sobre las cosas, y expresarán la creatividad que está basada en el
amor. Cuando esto sea así, los seres humanos verdaderamente estarán, en la
posición sujeto hacia todas las cosas. Esto está en agudo contraste con la
afirmación Marxista de que con la nacionalización de los medios de producción y
la puesta en marcha de una economía planeada, “el hombre llega a ser el real y
consciente señor de la Naturaleza”[1]. Como se desprende de las
desafortunadas políticas agrícolas, del estancamiento industrial, y de otros
problemas de la antigua Unión Soviética, China y demás países comunistas, el
comunismo, ha fracasado en ejercer verdadero dominio sobre las cosas. Esto nos
enseña, que asumiendo la idea de la naturaleza humana basada el Marxismo, los
hombres no pueden, llegar a estar en la posición sujeto hacia la creación.
[1] Frederick Engels, “Socialism : Utopian and
scientific,” in Karl Marx and
Frederick Engels, Selected Works, Vol
3 (Moscow : Progress Publishers, 1970), p.149
C. La
Conciencia del Cuerpo Conectado y la Democracia
Toda persona existe
como un cuerpo conectado en la vida social, por lo que se halla al mismo
tiempo en la posición de sujeto y objeto. En otras palabras, los seres humanos
son seres con posición dual, con la posición sujeto y con la posición objeto.
Este hecho puede ser resumido en la frase: “los seres humanos están en la
posición de cuerpo-conectado”. Por ejemplo en una compañía, una persona puede
estar en la posición sujeto con respecto a sus subordinados, y al mismo tiempo
estar en la posición objeto con respecto a sus superiores. La persona en la
posición más alta posible, estará sin embargo en la posición de objeto con
respecto a Dios. Por tanto los seres humanos siempre están en la posición
de cuerpo-conectado. La actitud espiritual que un cuerpo conectado debe tomar
se llama conciencia del cuerpo conectado, que posee tanto conciencia
objeto como conciencia sujeto.
Como mencionamos
antes, los hombres están primeramente en la posición objeto, y luego en la
posición sujeto. Por tanto, en la conciencia del cuerpo conectado, se debe
dar prioridad a la conciencia objeto. Es decir, la conciencia sujeto se
debe establecer sobre la base de la conciencia objeto. Sin embargo, en el caso
de los hombres caídos, cuando se encuentran en la posición sujeto, a menudo se
olvidan de la conciencia objeto, y dan prioridad a la conciencia sujeto. Los
dictadores son un claro ejemplo de esto. Se consideran a sí mismos superiores,
y quieren imponer a toda costa su propia voluntad. En la sociedad original los
líderes deberán ser siempre conscientes de que, con respecto a Dios, están en
la posición de objeto, aún cuando estén en la posición más alta, y no pueden
dejar de lado la humildad.
A continuación
consideremos la conciencia del cuerpo conectado en la democracia. Los principios
fundamentales de la democracia son la libertad y la igualdad, (la igualdad de
derechos). Estos principios están basados en la teoría de la ley natural
propuesta por John Locke (1632-1704). Contrariamente a Thomas Hobbes
(1588-1679), cuya filosofía era que el ser humano está por naturaleza inclinado
a “la guerra de todos contra todos” (bellum ommniun contra omnes), Locke
argumentaba que ya que existe una ley natural, el hombre en su status natural
debía tener libertad e igualdad. Además dijo que en su estado natural, la gente
debe tener derechos naturales, es decir, igualdad de derechos ante la vida, la
libertad y la propiedad[1].
[1] En su obra Dos
Tratados sobre Gobierno Civil Locke afirma que “el hombre habiendo
nacido, como ha sido demostrado, con la Potestad de la Perfecta Libertad,
y la posibilidad de un incontrolado disfrute de todos los Derechos y
Privilegios de la Ley de la Naturaleza, tiene, en igualdad a cualquier otro
hombre o número de Hombres en el Mundo , el Poder por Naturaleza, no solo de
preservar su Propiedad- esto es, su Vida, Libertad y Estado contra los Daños y
Atentados de otros hombres, sino también el poder de juzgar y castigar los
incumplimientos que otros hagan de la Ley …incluso con la muerte” (John Locke, Two Teatrises of Government, edited by Meter Laslett [New York:
Cambridge University Press, 1988] pp. 323-324)
La teoría de la
igualdad de derechos, que está basada en la ley natural, viene de la idea
Cristiana de “igualdad ante Dios”[1]. La igualdad ante Dios se entiende como
la igualdad de los hombres en la posición de objetos ante Dios, el
sujeto. Por ello, la teoría de la igualdad entre los hombres, se basó en un
principio en la conciencia objeto. Es decir, la democracia, comenzó sobre la
base de la conciencia objeto.
[1] Una de las enseñanzas básicas del Cristianismo fue la de
la igualdad de todos los hombres ante Dios. La Iglesia Cristiana sin embargo,
aunque predicaba la igualdad espiritual de todos los hombres, aceptó a pesar de
ello la existencia de desigualdad en la sociedad real. Este concepto, fue
rechazado por el Calvinismo, que hizo hincapié en la igualdad de todos en la
vida real. El enfoque Calvinista fue desarrollado desde el pensamiento político
por los promotores de la Revolución Puritana en Inglaterra en el siglo
diecisiete: John Lilburn, (1614-1657), que fue el líder teórico y más activo
del movimiento de los “niveladores”, insistió en la igualdad de derechos, en
base a la “creación por Dios de seres humanos iguales” e intentó promover una
revolución democrática.
John Locke (1632-1704) estableció posteriormente el
fundamento de la democracia moderna al consumar los aspectos teóricos de la
Revolución Puritana. Locke preservó también la idea de la igualdad ante Dios.
En su obra Dos Tratados sobre
Gobierno Civil dijo El Estado de la Naturaleza está gobernado por la
Ley de la Naturaleza, la cual obliga a todos: Y la Razón, que es esa Ley,
una vez consultada, enseña a toda la Humanidad que siendo todos iguales e
independientes, nadie debería dañar a otro en su Vida, Salud, Libertad y
Posesiones, ya que los hombres son todos la Obra del Omnipotente e
infinitamente Sabio Hacedor (p. 271)
Sin embargo durante
el periodo moderno, la religión y la política se separaron, y a causa de ello
el concepto de Dios terminó desapareciendo del mundo político, abandonándose el
concepto de igualdad. De esta manera, la “igualdad ante Dios” se volvió en
“igualdad ante la ley”. Dios el sujeto, fue excluido de la vida política, y
como resultado, la gente fue elevada a la posición de sujeto, y el concepto de
igualdad, cambió por el de igualdad entre la gente como sujetos. A causa de
esto, la conciencia objeto fue eliminada de la conciencia del cuerpo conectado,
y la conciencia sujeto se volvió dominante.
En el trágico estado
de la sociedad de hoy, la conciencia sujeto ha llegado a ser demasiado fuerte.
Sin pensar en los derechos de los demás, la gente pone un énfasis excesivo en
sus propios derechos, ocasionando así, conflictos. La crítica destructiva
pública del gobierno, ha llegado a ser algo común, con lo que la sociedad
democrática se ha precipitado en gran confusión. Para controlar tal confusión,
han surgido a menudo dictadores, especialmente en las naciones en desarrollo,
que han llevado a cabo políticas opresivas. ¿Cómo se pueden solucionar estos
problemas?
La Democracia, antes
de permitir que existiera esta clase de confusión, consiguió un relativo
desarrollo. Sin embargo, hoy el Cristianismo ha perdido su vitalidad. La gente
ha llegado a no creer en Dios, y al mismo tiempo ha perdido el respeto hacia
sus superiores. Por todo ello, ha aflorado la contradicción inherente de la
democracia, esto es, el conflicto entre sujetos, causando las diferentes clases
de confusión social. Por ejemplo, en una avanzada nación democrática como los
Estados Unidos, la sociedad tiene serios problemas, como el incremento del
crimen, la decadencia de la moral sexual, el aumento de los índices de
divorcio, la ruptura familiar, el abuso de drogas, la expansión de la epidemia
del SIDA, etcétera. Desde esta perspectiva, se puede decir que el mundo
contemporáneo es un desierto espiritual.
La clave para
solucionar estos problemas, es resucitar la conciencia objeto. Para conseguir
esto, es preciso que invitemos a Dios a que retorne a nosotros. Debemos también
volver al espíritu original, con el que comenzó la democracia moderna, a saber,
la idea de que toda la gente es igual ante Dios. Para hacer esto, el paso más
importante y crucial es suministrar pruebas razonables de la existencia de
Dios, para que la gente moderna Le acepte. Si la gente llega a creer en Dios,
también llegará a respetar a sus superiores. Las personas en posiciones
superiores llegarán a guiar a sus subordinados con amor. El gobierno amará a la
gente, y la gente será leal con el gobierno. Cuando la democracia, que ha
perdido a Dios, vuelva a ser una democracia centrada en Dios, las enfermedades
de la sociedad democrática de hoy, se resolverán fundamentalmente. El
Pensamiento Unificado, entiende a la democracia centrada en Dios como “fraternidad”,
puesto que en la democracia centrada en Dios, todos los hombres llegarán a ser
amantes hermanos y hermanas centrados en el amor de Dios.
IV.
Conclusión
Como expliqué antes, los seres humanos son,
originalmente, seres con Imagen Divina, seres con Carácter divino, y seres con
Posición. Esta es la contestación que da el Pensamiento Unificado a la
pregunta “qué es un ser humano” En conclusión, la naturaleza humana
original puede ser resumida como sigue:
Un ser humano es
a. Un ser de sungsang y hyungsang unidos, reflejo de la Imagen Divina
b. Un ser de Yang y
Yin armoniosos, reflejo de la Imagen Divina
c. Un ser de
individualidad, reflejo de la Imagen divina
d. Un ser con Corazón
que refleja el Carácter Divino, es decir, una persona de carácter que practica
el amor-en otras palabras el Homo
Amans, la persona que ama, una persona de amor.
e. Un ser con Logos
que refleja el Carácter Divino: un ser de normas, que vive de acuerdo con el
Camino del Cielo, o la Ley del universo.
f. Un ser con
creatividad que refleja el Carácter Divino, un gobernador centrado en el
Corazón, que ejerce dominio sobre todas las cosas.
g. Un ser con
posición, que posee un propósito dual y una conciencia de cuerpo conectado.
Esta es la imagen
original del ser humano, la de un ser precioso, un ser santo, que tiene un gran
contenido. Si tuviésemos que elegir cual es la más esencial entre las
características humanas, esa sería la de un “ser con Corazón”. Tradicionalmente
el ser humano ha sido representado como “el conocedor” (homo sapiens)
resaltando la razón como la esencia de la naturaleza humana, o como “el hacedor
de cosas” (homo faber) que subraya la habilidad para hacer uso de las
herramientas como esencia de la naturaleza humana, y así sucesivamente. La
filosofía griega y la filosofía racionalista moderna, se adherirían al primer
punto de vista, mientras que el Marxismo y el pragmatismo lo harían al último.
A diferencia de ellos, el Pensamiento Unificado aboga por el concepto de un
“ser que ama” (homo amans), afirmando que la esencia de la naturaleza humana es
el Corazón, o amor.
V. Una
Evaluación del Pensamiento Unificado Acerca del
Análisis Existencialista de la Existencia Humana
Parece que el
significado del término existencialismo varía dependiendo de los filósofos
existencialistas. Sin embargo, en su conjunto se puede decir que el
existencialismo es una filosofía que se caracteriza por la búsqueda del yo
esencial, o de la condición humana esencial. Para los existencialistas,
los seres humanos, viven en la sociedad existente alienados o extraños a su
propio yo esencial, atrapados en un estado de desesperación y temor.
Estos pensadores consideraron seriamente, como librarse de esa desesperación y
ese temor. En esta sección, se estudiarán brevemente, las ideas de cinco
filósofos existencialistas, con el objeto de compararlas después con la visión
de la naturaleza humana que tiene el Pensamiento Unificado. A través de este
análisis comparativo, se espera que los lectores profundicen en su compresión
de la Teoría de la Unificación sobre la Naturaleza Original.
A. Soren
Kierkegaard
1. El Análisis de
Kierkegaard acerca de la Existencia Humana.
Soren Kierkegaard
(1813 – 1855) se preguntaba: ¿Qué es el ser humano? Su respuesta fue: El ser
humano es espíritu. Pero ¿qué es el espíritu? El espíritu es el yo. ¿Y que es
el yo? El yo es aquél que se relaciona consigo mismo[1]. Entonces ¿quién
establece esa relación? Tiene que ser una tercera parte, una realidad diferente
al propio yo, y esta realidad no puede ser otra que el mismo Dios, según
Kierkegaard. Por tanto Kierkegaard concluyó que el yo original es el yo que
está ante Dios.
[1] Sören Kierkegaard, The Sickness onto death (La Enfermedad Mortal) (Princeton :
Princeton University Press 1980), p. 13
No obstante, los
seres humanos, quienes debían tener una relación así con Dios, se separaron de
Dios. Kierkegaard explicó la naturaleza de esta separación basándose en un
análisis del Génesis que hizo en su libro El Concepto del Temor: En un
principio, Adán se encontraba en paz y bienestar, pero al mismo tiempo, se
hallaba en un estado de temor (o Angst).
Cuando Dios dijo a Adán “del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás”
(Gen: 2:17), se despertó en él la posibilidad de la libertad. Esta posibilidad
de escoger en libertad, hizo que a Adán le invadiese un temor extremo. El
abismo de la libertad, hizo que Adán entrase en un estado de aturdimiento y de
apego a su propio yo. Fue ese preciso instante el que propició el pecado
original.
Como resultado, se
produjo una división en la relación con el propio yo, que llevó al hombre a la
desesperación (Verzweifielung). Los seres humanos se esfuerzan por
eliminar esa desesperación, considerando que viene de fuera de ellos. Pero este
no es el camino para acabar con la desesperación. Solo por medio de la fe, al
redescubrir nuestra relación con Dios, restauramos la relación original con
nosotros mismos, y podemos salir de la desesperación.
Kierkegaard criticó
la irresponsabilidad y falta de conciencia de las multitudes: “El público es
todo y nada a la vez, el más peligroso de los poderes y el más
insignificante”[1] Su crítica obedecía, a la idea de que la
gente para realizar su verdadera naturaleza, debe salir del mundo de lo público
– grupo de individuos en abstracto-para presentarse ante Dios individualmente.
Kierkegaard clasificó el proceso de vuelta al yo original a través de las tres
etapas de existencia.
[1] Sören Kierkegaard, The
Present Age (New York :
Harper and Row Publishers, 1962) p. 63
La primera etapa es
la “existencia estética”. Las personas en esta etapa son las que simplemente
siguen y obedecen sus deseos sensuales y viven según les place. El propósito de
esta clase de vida es el placer. La posición del que se halla en la existencia
estética es la de un seductor, que persigue el amor erótico. Pero, como el
momento de placer no se mantiene continuamente, las personas en esta etapa
mantienen una alternancia constante entre la satisfacción y la insatisfacción,
que les hace sucumbir a la fatiga y el temor. Todo ello conduce a la
frustración y a la desesperación. Sin embargo a través de tomar una decisión,
se puede entrar en la siguiente etapa.
La segunda etapa es
la “existencia ética”. Las personas en esta etapa buscan vivir
según su conciencia, teniendo como modelos de juicio el bien y el mal. Su deseo
es comportarse como buenos ciudadanos, y actuar con un sentido de la
responsabilidad y del deber. Sin embargo, por muy duro que lo intentan, no
pueden vivir totalmente de acuerdo con su conciencia. Debido a ello caen en la
frustración y desesperación. De nuevo, por medio de una decisión, pueden pasar
a la siguiente etapa.
La tercera etapa es
la “existencia religiosa”. En ella cada hombre está solo ante Dios con su fe.
Únicamente de esta manera es como se transforma en un verdadero ser
existencial. En esta etapa es preciso dar un salto, y este salto solo es
posible cuando uno cree en una paradoja, incomprensible para el intelecto. Algo
tan irracional como el hecho de que el Dios infinito se encarnó en bien del ser
humano finito. Solamente dando ese salto, el hombre puede recuperar su relación
con Dios. La obediencia de Abraham al mandato de Dios de ofrecer a su hijo
Isaac como sacrificio, algo contrario a la ética humana, es el modelo
para esta clase de vida religiosa.
Tal como lo veía
Kierkegaard, cuando el individuo es una existencia verdadera centrada en Dios,
es decir, cuando ha alcanzado su verdadero yo, puede, a través de la mediación
de Dios, amar a los demás, conforme a las palabras de Jesús “ama al prójimo
como a ti mismo”, y solo entonces “con obras de amor” se establecerá la
sociedad.
2. Evaluación del
Pensamiento Unificado sobre la visión de Kierkegaard del ser humano.
Según
Kierkegaard, la separación de Dios, es lo que motivó la división en la relación
que cada uno mantiene con su propio yo, y también fue la causa de que el hombre
cayese en la desesperación. Desde la perspectiva del Pensamiento Unificado, esa
relación es la que existe entre la mente y el cuerpo, o la relación entre la mente
espiritual y la mente física. Debido a que el hombre se separó de Dios, la
mente y el cuerpo se dividieron. Por tanto en el yo original, la mente y el
cuerpo se hallan en unidad, lo que se corresponde con el “ser de sungsang y hyungsang unidos” de la Teoría de la Naturaleza
Humana Original. Kierkegaard decía que “al presentarnos ante Dios como
individuo” tenemos una relación absoluta con el Ser Absoluto (o Dios), lo
que se corresponde con el “ser con individualidad” de la Teoría de la Naturaleza
Humana Original. Sin embargo, ¿por qué un individuo puede tener un carácter
absoluto? Desde el punto de vista del Pensamiento Unificado, Dios es un ser de
Corazón, que desea obtener una alegría irreemplazable de cada ser individual.
Por tanto lógicamente la individualidad debe tener un carácter absoluto.
En su pensamiento
Kierkegaard, percibió aspectos de la naturaleza humana original como el ser de sungsang y hyungsang unidos y el ser con individualidad.
Sin embargo esto no es todo con respecto a la naturaleza humana original. El
aspecto más esencial de la naturaleza humana original es el de un ser con
Corazón. Por otra parte, una persona no se puede perfeccionar presentándose
sola, ante Dios. Solo se puede perfeccionar si se presenta ante Dios con su pareja,
como marido y esposa. Es decir, el ser humano debe armonizar las
características Yang y Yin. El hombre es además un ser con Logos y creatividad,
y un ser con posición, dotado de la naturaleza de un sujeto y de la naturaleza
de un objeto. La perspectiva de Kierkegaard sobre el ser humano, en tanto que
éste debe presentarse solo, como un individuo, ante Dios es sincera, pero
es una visión solitaria y exclusivista.
¿Porqué la gente
llegó a separase de Dios? De no esclarecerse la causa de esta separación, será
imposible recuperar el yo original, y volver a la persona del ideal original de
Dios. Kierkegaard dijo que Adán pecó a causa del temor originado por la
posibilidad de ejercer la libertad. ¿Realmente puede ser cierta tal afirmación?
De acuerdo con el Principio de Unificación, ni el temor, ni la libertad fueron
la causa de la caída humana. Los primeros antepasados humanos, Adán y Eva, no
observaron la Palabra de Dios, y en su lugar hicieron caso a la tentación
del Arcángel, y ello fue lo que les hizo dirigir su amor de una manera
equivocada. La fuerza del amor fuera del Principio, les hizo apartarse de Dios.
Cuando Adán y Eva iban a desviarse del camino recto, en violación a la Palabra
de Dios, la libertad de la mente original dio origen a su temor. Por tanto, la
libertad y el temor trabajaron para evitar que se desviaran de la Palabra. A
causa de la caída, la humanidad se separó de Dios, y esta fue la causa de la
desesperación y del temor. Por tanto si no se resuelve de forma correcta el
problema de la caída, no habrá solución para el temor y la desesperación.
Kierkegaard dijo, que
para recuperar el estado verdadero debemos luchar contra la falsedad de la
multitud y regresar a Dios. Tal actitud refleja el propio camino de Kierkegaard
en su búsqueda de Dios, soportando la persecución y el ridículo de sus
contemporáneos.
A los veintisiete
años, Kierkegaard se enamoró de Regina Olsen y se comprometió con ella. Pero
más tarde, lleno de temor a no hacerla feliz en el matrimonio, rompió
unilateralmente el compromiso y buscó el amor, más allá del amor romántico. Por
este motivo fue criticado por la sociedad, aunque en realidad su deseo no era
otro que practicar el amor verdadero entre un hombre y una mujer, centrado en
Dios. La imagen original del ser humano que Kierkegaard propuso, está, en
cuanto a la dirección, estrechamente en concordancia con la posición del
Pensamiento Unificado. No obstante, la imagen del ser humano que propuso
contiene algunas ambigüedades
B. Friederich
Nietzsche
1. La Visión del ser
humano de Nietzsche
Contrariamente a
Kierkegaard, quien decía que para realizar el verdadero yo, hay que presentarse
ante Dios individualmente, Friederich Nietzsche (1844 – 1900) proclamó
que solo cuando el hombre se libera de la fe en Dios, puede entonces realizar
el yo original.
Nietzsche deploraba
lo que para él era el estado devaluado y de igualación del hombre de la
sociedad Europea de su tiempo, y lo atribuyó al enfoque de la naturaleza
humana propuesta por el Cristianismo. El Cristianismo negaba la vida,
predicando el ascetismo, y daba valor a la vida en el otro mundo. Por otro
lado, predicaba que todos los hombres son iguales ante Dios. Para Nietzsche,
tal visión privaba a los seres humanos de su vitalidad, los hundía e igualaba.
En respuesta, Nietzsche
declaró la muerte de Dios, y atacó al Cristianismo. Nietzsche sentía que la
moralidad Cristiana oprimía la vida humana y el cuerpo físico, a través de
conceptos como “Dios” y “el alma”, y con una visión negativa de la realidad de
la vida, bloqueaba el desenvolvimiento de la gente fuerte. Entendió que la
moralidad Cristiana solo daba apoyo a los débiles y a los que sufren, y
la denominó moralidad esclava. También mostró rechazo a la vida Cristiana de
amor y espiritualidad, afirmando resueltamente, una vida basada en el instinto,
la forma de vida que la misma vida exigía.
Para Nietzsche, la
vida es la fuerza inherente al crecimiento y desarrollo. Creyó, que detrás de
todo acto humano, está la “voluntad de poder” (Wille zur Macht), que
desea incrementar la fortaleza del individuo. En sus propias palabras: “Cuando
encontré una criatura viviente, descubrí en ella el poder, hasta en la voluntad
de un siervo encontré la voluntad de ser el señor[1]”. Rechazó por tanto,
la “moralidad esclava” del Cristianismo, e hizo un llamamiento en su lugar por
la “moralidad heroica” que hizo del poder su estándar de valor. Nietzsche
describió el modelo del bien y del mal en los siguientes términos:
¿Qué es el bien? Todo
lo que fortalece el sentimiento de poder en el hombre, la voluntad por el
poder, el poder en sí mismo. ¿Qué es el mal? Todo lo que nace de la debilidad.
¿Qué es la felicidad? El sentir que el poder crece, que la resistencia es
superada…..Los débiles y fracasados deben perecer: este es el primer principio
del amor al hombre. Para terminar con ellos cualquier medio es bueno. ¿Cuál es
el vicio más dañino? La piedad por los débiles y fracasados, es decir el
Cristianismo[2].
[1] Friedrich Nietzsche, “Tus Spoke
Zarathustra” in Walter Kauffman, editor and translator, Nietzsche (New York : Penguin Books, 1982) p.
226
[2] F. Nietzsche, “The Antichrist” en W.
Kaufman, Nietzsche, p.570
El ideal del ser
humano, de acuerdo con la moralidad heroica, es el del “superhombre” (Übermensch).
El superhombre es el que ha realizado la potencialidad humana en su más alto
grado, y es la encarnación de la voluntad de poder. Las posibilidades del
Superhombre dependen de su resistencia ante cualquier destino, así como de
hacer una afirmación absoluta de la vida en sí misma. La afirmación absoluta de
la vida implica la aceptación de la idea del “eterno retorno”: “Todo va, todo
retorna, la rueda de la vida se sucede eternamente[1]” Esta es la idea de
que todo en el mundo se repite, sin ningún propósito ni significado. La
afirmación absoluta de la vida supone aguantar o soportar cualquier clase de
destino. Dijo que esto era posible cuando “se contempla lo inevitable como algo
hermoso” y cuando “se ama el propio destino”. Por ello, predicó el “amor al destino” (amor fati).
[1] F. Nietzsche, “Tus Spake Zarathustra,” en W. Kaufman,
Nietzsche, p 329
2. Evaluación del
Pensamiento Unificado sobre la visión de Nietzsche del ser humano.
Nietzsche consideró
que el extremo énfasis que el Cristianismo ponía en la vida después de la
muerte, hacía que no se valorase la vida de la realidad, lo que debilitaba al
ser humano.
El sincero esfuerzo
de Nietzsche, por restaurar la naturaleza humana original, merece alta estima.
Su visión constituía una crítica y un aviso al Cristianismo, al que consideraba
desviado de su espíritu original. Nietzsche contemplaba al Dios del
Cristianismo como un ser de juicio y de otro mundo, quien, desde un alto trono
en el cielo, prometía la resurrección después de la muerte a los que hiciesen
el bien, y el castigo a los que obrasen mal. Sin embargo, lo que Nietzsche
estaba denunciando, no eran las enseñanzas del mismo Jesús, sino más bien las
de Pablo, quien según Nietzsche habría cambiado la enseñanza de Jesús por otras
que resaltaban más la vida después de la muerte[1].
[1] Nietzsche afirmó en “El Anticristo” que Pablo había
cambiado el “evangel” (Buenas nuevas) por el “dysangel” y las enseñanzas
de Jesús, en enseñanzas para después de la muerte. Nietzsche dijo. “Yo hablo de
la genuina historia del Cristianismo. La misma palabra “Cristianismo” es un
malentendido: en verdad, solo hubo un cristiano, y éste murió en la cruz. . El
“evangel” murió en la cruz. Lo que ha sido llamado
“evangel” fue en realidad a partir de ese momento lo opuesto, a lo que El
vivió: “el dysangel” (p. 612). También dijo, “Pablo simplemente trasladó el
centro de gravedad del conjunto de la existencia, al después de la existencia- en la mentira del
Jesús “resucitado”. P. 617)
Desde la perspectiva
del Pensamiento Unificado, Dios no es un ser de otro mundo que niega la
realidad, desde un elevado lugar en el cielo. El propósito de la creación de
Dios no es solo la realización del Reino de los Cielos en el mundo después de
la muerte, sino también la realización del Reino de los Cielos en la tierra.
Cuando se haya establecido el Reino de los Cielos en la tierra, aquellos que
hayan experimentado la vida en el Reino de los Cielos en la tierra, construirán
el Reino de los Cielos en el mundo espiritual. La misión original de Jesús, era
la realización del Reino de los Cielos en la tierra. Es razonable la
afirmación de Nietzsche, de que las enseñanzas de Jesús fueron alteradas por
las de Pablo, que concedía más importancia a la vida después de la muerte. No
obstante, si es del todo cierto, que debido a la crucifixión de Jesús por la
incredulidad de la gente elegida, la salvación obtenida fue solo de orden
espiritual, por lo que los hombres en el mundo físico continuaron viviendo bajo
la invasión de Satán, el sujeto del mal. Por tanto, también es razonable, que
el Cristianismo pusiese mayor énfasis en la vida espiritual. Por todo ello, fue
un gran error por parte de Nietzsche, más allá de la crítica a Pablo, llegar al
punto de negar al Cristianismo, y declarar la muerte de Dios.
A continuación,
examinemos la afirmación de Nietzsche de que todos los seres vivos tienen
“voluntad de poder”. De acuerdo con el Génesis, Dios bendijo al hombre para que
“tuviese dominio sobre todas las cosas” (Gen. 1:28). En otras palabras, Dios dio
a los seres humanos la capacidad de tener dominio. Esto quiere decir que el
deseo de gobernar es una de las características de la naturaleza humana
original, dada por Dios al hombre. Esto se corresponde con la “posición sujeto”
entre las características de la naturaleza humana original del Pensamiento
Unificado. Sin embargo, con respecto a la posición sujeto antes mencionada, el
verdadero dominio, es el que está basado en el amor antes que en el poder. La
condición para que los hombres tengan dominio es que deben primero
perfeccionar su personalidad, centrándose en el Corazón de Dios, y practicar la
ética del amor, en la vida de familia. Así es como se expresa el verdadero
dominio. Sin embargo Nietzsche ignoró esto, y resaltó la “voluntad de poder”.
Es ahí precisamente donde radica su error.
Nietzsche
sostenía que la moralidad Cristiana era la moralidad de los débiles, la
moralidad que niega a los fuertes, sin embargo tal visión es falsa. El
Cristianismo enseñaba el amor verdadero, con el fin de que los hombres llegasen
a tener el verdadero dominio. Los hombres deben luchar contra las fuerzas del
mal, que vienen de los deseos instintivos del cuerpo físico. Los deseos
instintivos del cuerpo no son intrínsicamente malos, sin embargo, si la
humanidad caída, con un nivel de Corazón aún imperfecto, vive según los deseos
instintivos de su cuerpo, fácilmente es dominada por las fuerzas del mal. Solo
cuando se eleve el nivel de Corazón de la persona espiritual, y la mente
espiritual tenga dominio sobre la mente física, la actividad del cuerpo podrá
ser considerada buena en un verdadero sentido.
Al resaltar solo los
valores del cuerpo, el instinto y la vida, Nietzsche olvidó los aspectos del
espíritu y del amor. En otras palabras, ignoró la persona espiritual del
hombre. Si se ignora la persona espiritual, ¿que queda en el ser humano? No
queda otra cosa que el aspecto de vida animal de la persona física. Esto lleva
a los hombres a una posición aún por debajo de la de los animales. Por
consiguiente, aunque Nietzsche instaba a que la gente se hiciese fuerte, en
realidad estaba sugiriendo que se volviesen como los animales. Esta no es
precisamente la posición que Dios desea para los seres humanos. El esfuerzo de
Nietzsche de intentar conducir a la gente hacia su imagen original, merece una
alta estima, pero el método que propuso era totalmente erróneo. Un ser humano
es un ser de Sungsang y Hyungsang unidos, donde Sungsang es el sujeto y
Hyungsang el objeto. Nietzsche sin embargo, enfatizó solo el aspecto Hyungsang.
C. Karl Jaspers
1. Visión del hombre
de Jaspers
Para Karl Jaspers
(1833-1969). La existencia es el estado de haber despertado como individuo al
propio yo. Según Jaspers, “La existencia nunca es el resultado objetivo
de mis pensamientos y acciones…..es lo que la relaciona con el mismo yo,
y por tanto a su trascendencia,”[1]. Esta forma de pensar es básicamente la
misma que la de Kierkegaard.
[1] Karl Jaspers, Philosophy,, Vol. 1 trans. E.B.
Ashton (Chicago): the university of Chicago Press, 1969), p. 56
La existencia que
está en el proceso de alcanzar la existencia original, sin haber encontrado aún
la Trascendencia o Plenitud, (das Umgtwifende), es la “existencia
posible”. En general, los seres humanos son existencias en potencia que viven
en circunstancias diversas. Pero actuando sobre esas circunstancias, pueden
adoptar formas de vida positivas. Jaspers puntualiza sin embargo, que hay
“algunas situaciones que no podemos pasar por alto o cambiar” tales como la
muerte, el sufrimiento, la lucha y la culpa. Estas son las “situaciones
límite”.[1]
[1] Karl Jaspers, Philosophy, vol 2, p 178
Aunque el
deseo del hombre es vivir eternamente, nadie puede escapar a la muerte. Para
Jaspers, la muerte es la negación de la propia existencia. Vivir supone además,
pasar por situaciones tales como el sufrimiento, las penalidades físicas, las
enfermedades, la senilidad y el hambre. Durante su vida el hombre no puede
evitar las luchas. El hombre vive además con la culpa inevitable de no poder
evitar tener que explotar a otros durante su existencia.
Ante tales
situaciones límite, los hombres no pueden hacer otra cosa que sentirse
frustrados, y desesperados, al ser conscientes de sus propias limitaciones. La
forma de experimentar esas frustraciones será lo que las determinará. Si hacemos
frente a nuestras frustraciones y las soportamos silenciosa y honestamente, sin
intentar escapar, llegaremos a experimentar la realidad que “existe
originalmente, trascendiendo el mundo de la existencia”[1]. En otras
palabras llegaremos a darnos cuenta de que, detrás de la naturaleza, detrás de
la historia, detrás de la filosofía y detrás del arte,- todo aquello que no
parecía tener significado- está la Trascendencia, o Dios, que nos está
abrazando y hablando. En esa ocasión, la Trascendencia no aparecerá
directamente, sino que lo hará por medio de mensajes codificados. La
Trascendencia llega a nosotros en forma de códigos a través de la naturaleza,
la historia, la filosofía, el arte, y así sucesivamente. Aquellos que
experimenten sus frustraciones en situaciones límites serán capaces de leer
esos mensajes codificados. Esto es conocido como “la lectura criptográfica” (Chiffredeulung).
Leyendo los mensajes en código, cada uno puede llegar estar cara a cara con la
Trascendencia. Esto es lo que se entiende como “el despertar del verdadero yo”.
[1] Karl Jaspers, What
is Philosophy? (en Japonés)
(Tokyo: Hakusuisha, 1978), p. 22 Translated from Was ist Philosophie? Hans Sauer, ed. (Munich : R. Piper & Co. Verlag,
1976).
Una vez se ha
encontrado a Dios de esta manera, los hombres se inician en la práctica del
amor en su comunicación con los demás. La forma de vida original de los seres
humanos consiste en estar en una posición de igualdad con sus semejantes,
amando al otro y reconociendo al mismo tiempo la independencia de cada uno. La
existencia se perfecciona por medio del compañerismo con los demás,. Jaspers
dijo: “el propósito de la filosofía que proporciona el terreno final, al
significado de todos los propósitos, es decir, el propósito de percibir el propósito
internamente, dilucidando el amor y perfeccionando el bienestar, solo puede ser
logrado en la comunicación[1]. La comunicación de la existencia es la
relación de tensión y de lucha, del amor”[2].
[1] Ibidem, p. 26
[1] Ibidem, p. 28
2. Evaluación del
Pensamiento Unificado sobre la visión de Jaspers del ser humano.
Jaspers dijo que por
lo general los seres humanos son seres en potencia, seres incapaces de percibir
la Trascendencia, pero que al pasar por situaciones límite, pueden convertirse
en la existencia que se relaciona con la Trascendencia, es decir en la
existencia que es el yo original. ¿Por qué, sin embargo, por lo general los
seres humanos siguen siendo seres en potencia, separados de la Trascendencia?
¿Y porqué llegan a conectarse con la trascendencia después de haber pasado por
una situación límite? Jaspers no dijo nada a este respecto. A menos que
respondamos a estas preguntas, no podremos entender que es el yo original, ni
qué hacer para restaurarlo.
De acuerdo con el
Principio de Unificación, los seres humanos fueron creados para cumplir el
propósito de la creación. El cumplimiento del propósito tiene que ver con el
cumplimiento de las Tres Grandes Bendiciones (Gen. 1:28), esto es, la
perfección de la personalidad, la perfección de la familia, y la perfección del
dominio. Sin embargo, Adán y Eva, los primeros antepasados, fracasaron en
guardar la Palabra de Dios durante su propio periodo de crecimiento, y siendo
aún imperfectos, llegaron a ser marido y mujer centrados en un amor fuera del
principio, y dieron nacimiento a hijos con pecado. A causa de esto, toda la
humanidad quedó separada de Dios. Por tanto, el verdadero camino para recuperar
el yo original, es separarnos del amor fuera del principio y cumplir después el
propósito de la creación centrados en el amor de Dios.
La naturaleza humana
original se manifiesta totalmente cuando los hombres cumplen el propósito de la
creación. Como Kierkegaard, Jaspers decía que la existencia se clarifica cuando
el ser llega a relacionarse con la Trascendencia, al mismo tiempo que se
relaciona consigo mismo. Al decir esto, Jaspers estaba aludiendo a la
perfección de la personalidad, que es solo una de las Tres Grandes Bendiciones.
Esto se corresponde con el “ser de sungsang y hyungsang unidos”, una de las características de
la naturaleza humana original en el Pensamiento Unificado. Jaspers dice que
debemos poner en práctica el amor en nuestra comunicación con los demás, pero
de igual forma que en el caso de Kierkegaard, su concepto de amor es vago. El
amor verdadero, es el amor de Dios divisionalmente manifestado en el amor
por los tres objetos (o amor de hijos, amor de cónyuges, y amor de padres).
Cuando este amor básico se expande, se exterioriza en el amor expresado a
través de la comunicación con los demás. Jaspers dijo que la comunicación entre
existencias es una relación de tensión y una lucha de amor. Esto contrasta con
el punto de vista del Pensamiento Unificado, según el cual la esencia del amor
es la alegría. Por lo tanto, el amor original no es algo que pueda ser descrito
como tensión o lucha.
A continuación
tenemos que preguntarnos porqué los seres humanos se conectan con la
Trascendencia cuando pasan por situaciones límite. Jaspers dijo que los hombres
encuentran a Dios al afrontar positivamente y aceptar con honestidad las
situaciones límite. Sin embargo, Nietzsche por un lado, y Kierkegaard por otro,
llegaron a conclusiones distintas partiendo de las mismas premisas Para
Nietzsche, afrontar positivamente y con honestidad las frustraciones de las
situaciones límite, le llevaba a separarse de Dios, mientras que a Kierkegaard
lo aproximaba más a Dios. ¿Por qué estas diferencias? La filosofía de Jaspers
no pone en claro la razón de estas diferencias.
En contraste con
ello, el Pensamiento Unificado, proporciona explicaciones claras al porqué de
esas diferencias. Al haber fracasado en observar la Palabra de Dios, los
hombres se separaron de Dios y cayeron bajo el dominio de Satán, el sujeto del
mal. A causa de esto, no han podido volver a Dios de forma incondicional. Solo
mediante el establecimiento de alguna condición de compensación –esto es, a
través de una condición de indemnización- los hombres pueden volver a Dios. Por
tanto, lo que Jaspers describía como la desesperación y frustración de las
situaciones límite, se corresponde con la condición de indemnización. Una vez
cumplida esa condición de indemnización el hombre se aproxima más a Dios. Para
hacer esto, el hombre que soporta las penalidades de las situaciones límite,
debe ser humilde y mantener una actitud de conciencia objetiva en busca del
sujeto absoluto, como está enseñado en la Biblia: “Pedid y se os dará, buscad y
hallaréis, llamad y se os abrirá” (Mat. 7:7). Aquellos que mantengan una
conciencia sujeto egoísta, o que alimenten un sentimiento de venganza o rencor,
nunca encontrarán a Dios, incluso aunque tengan que pasar por esas situaciones
límite.
Jaspers dijo que
podíamos encontrar la Trascendencia leyendo la Lectura Criptográfica, sin
embargo, el Dios así conocido es meramente un Dios de símbolos. Valiéndonos
solamente de esos medios no podremos comprender la verdadera imagen de Dios.
Debemos aprender acerca de la Caída humana, y del propósito de Dios para la
creación, y debemos procurar realizar las Tres Grandes Bendiciones a través de
una vida de fe. Si hacemos estas cosas, podremos experimentar el Corazón de
Dios, y convertirnos en una existencia verdadera.
D. Martin
Heidegger
1. Visión del hombre
de Heidegger
Para Martin Heidegger
(1899-1976), el ser humano es un “Dasein”, pero su visión del ser humano ante
la vida, difiere de la visión que tiene la filosofía moderna contemporánea a
este respecto. El “Ser” vive en el mundo, se relaciona con otros seres, presta
un servicio hacia el ambiente que le rodea, y se interesa por las otras
personas. En esto consiste el modo de existencia fundamental del Ser, al que
Heidegger llamó “Ser-en- el- mundo”. Ser en el mundo quiere decir que los seres
humanos han sido arrojados al mundo sin ser informados ni de su origen ni de su
destino. A esta situación la llamó “factualidad” o “ser arrojado”.
Por lo general, los
hombres pierden su subjetividad (o independencia), cuando en sus vidas diarias
intentan duramente ajustarse a las circunstancias externas y a la opinión de
los demás. Esta es la situación del “ellos” (das Man) quienes, para
Heidegger, han perdido su yo original[1]. Para Heidegger cada “ellos” pasa sus
días entregado a vanas conversaciones, distraído por la curiosidad,
y viviendo en un estado de pacífica ambigüedad. A esto lo llamó la
“caída” del Dasein.
[1] Heidegger habló del “ellos” (Das Man) como sigue: el “quien” no es este, ni ese
otro, ni uno mismo [man selbst], no es alguna gente [einige], ni es la
suma de todos ellos. El “quien” es el neutro, el “ellos” [das
Man]” (Martin Heidegger, translated by John Macquarrie and Edward Robinson, Being and Time
[ Southampton : Basil Blackwell, 1962] p. 164).
Este “Dasein”,
que ha sido arrojado al mundo sin ninguna razón, se encuentra además en
ansiedad (Angst). Si investigamos profundamente esta ansiedad,
llegaremos a la ansiedad de la muerte. Sin embargo, cuando la persona no
deambula alrededor, hacia un futuro incierto, sino que acepta en su lugar que
es un “ser-hacia-la muerte” y vive con la seria determinación de proyectarse
hacia el futuro, esta persona podrá entonces dirigirse hacia el yo original.
Así es como los seres humanos se proyectan hacia el futuro. A esto lo
llamó la “proyección” (Entwurf). La naturaleza de este Ser es llamada
“existencialidad”.
¿En que se basan los
hombres para proyectarse? Se basan en la “voz de la conciencia”. La
llamada de la conciencia es la voz interior que dice a los hombres que
abandonen su yo caído, y que vuelvan a su yo original. Heidegger habló de la
voz de la conciencia como sigue: “La llamada no viene indudablemente de otra
persona que esté dentro de mí en el mundo. La llamada viene de mí, y sin embargo desde más allá
de mí.”[1]
[1] Ibidem p. 320
Heidegger dijo
también que el significado de la existencia del Ser es la temporalidad. Cuando
el Ser es visto desde el aspecto de proyectarse a sí mismo, es entendido como
que está “hacia delante de sí mismo”, cuando lo es desde el aspecto de haber
sido proyectado ya, como el “Ser dispuesto ya”, y cuando es contemplado desde el
aspecto de tender hacia el ambiente y preocuparse por los demás, es
entendido como el “Ser junto a.” Estos aspectos considerados a la luz de la
temporalidad, se corresponden respectivamente con el futuro, el pasado y el
presente.
Los seres humanos no
se dirigen hacia un yo solitario, separado del mundo. Se dirigen hacia la
futura potencialidad, y escuchan la voz de la conciencia con el objetivo de
salvar al yo de la situación caída presente, aceptando las cargas del pasado.
Esta es la visión de Heidegger de la naturaleza humana considerada desde el
aspecto de la temporalidad.
2. Evaluación del
Pensamiento Unificado sobre la visión de Heidegger del ser humano.
Heidegger dijo que el
ser humano es un ser-en-el-mundo, y también alguien que ha perdido su yo original.
Igualmente dijo que el rasgo característico de esa situación es la ansiedad. No
obstante, no dejó claro porque los seres humanos perdieron el yo original, o
que es el yo original. Heidegger habló de que es necesario proyectarse hacia el
yo original, pero si la imagen de ese yo no está clara, no hay forma de estar
seguros, de que verdaderamente nos dirigimos, hacia el yo original. Heidegger
dijo que la voz de la conciencia guía a los hombres a volver a su yo original,
pero ello no supone una verdadera solución al problema. De hecho, esto no es
más que una expresión filosófica de lo que comúnmente se entiende como vivir
obedeciendo a la conciencia. En un mundo donde no se reconoce a Dios, solo son
posibles dos formas de vida- a saber, vivir de acuerdo al instinto, como
proponía Nietzsche, o de acuerdo a la conciencia, como proponía Heidegger.
Sin embargo desde la
perspectiva del Pensamiento Unificado, no es suficiente vivir solamente de
acuerdo con la conciencia de cada uno. En su lugar, los hombres deberían vivir
de acuerdo con su “mente original”. La conciencia nos dirige hacia lo que
creemos que es bueno, por lo que el modelo de conciencia varía de un individuo
a otro. Por ello, si los hombres viven de acuerdo con su conciencia, nada da
garantías de que se verdaderamente se dirigen hacia el yo original. Solo cuando
la gente vive de acuerdo con el yo original, cuyo modelo o estándar es Dios,
puede con certeza dirigirse hacia el yo original.
Heidegger dijo que
los seres humanos pueden ser salvados de la ansiedad, cuando se determinan
seriamente a aceptar el futuro, en lugar de limitarse a esperar pasivamente que
éste llegue. No obstante, ¿cómo podemos ser salvados de la ansiedad si la
imagen del propio yo no está claramente definida? Desde el punto de vista del
Pensamiento Unificado, la causa de la ansiedad radica en estar separados del
amor de Dios. Por ello, cuando los hombres vuelvan a Dios, y experimenten el
Corazón de Dios, y se conviertan así en seres de Corazón, podrán liberarse de
la ansiedad, y tener paz y alegría.
Heidegger dijo
también, que el camino para trascender la ansiedad de la muerte, consiste en
que se debe aceptar la propia muerte como parte del destino. Esto sin embargo,
no da una verdadera solución al problema de la ansiedad de la muerte. El
Pensamiento Unificado considera al ser humano como un ser de persona espiritual
y persona física unidas- en otras palabras, como un ser de sungsang y hyungsang unidos de tal forma, que la madurez de
la persona espiritual se realiza sobre la base de la persona física. Cuando los
hombres cumplen el propósito por el que fueron creados, por medio de sus vidas
físicas en la tierra, sus personas espirituales perfeccionadas, tras la muerte
de sus respectivas personas físicas, van al mundo espiritual, donde viven
eternamente. Por tanto un ser humano, no es un “ser hacia la muerte” sino más
bien un “ser hacia la vida eterna”. Consiguientemente, la muerte de la persona
física simplemente se corresponde con el fenómeno natural de la crisálida en la
metamorfosis de los insectos. La ansiedad por la muerte tiene su origen en la
ignorancia del significado de la muerte, y también en el sentimiento,
consciente o inconsciente, de que uno no es perfecto todavía.
Heidegger afirmó
además que los seres humanos tienen temporalidad. Pero ¿por qué tenemos que
aceptar el pasado, y separarnos del estado de fracaso del presente, para
proyectarnos hacia el futuro? En Heidegger no hallamos explicación a todo esto.
De acuerdo con el Pensamiento de Unificación, ya desde la caída de Adán y Eva,
los seres humanos, además de llevar en su sangre el pecado original, heredaron
también los pecados cometidos por sus antepasados, los pecados colectivos por
los que la sociedad como conjunto debe tomar responsabilidad, y además los
pecados propios personales. Por ello, a los hombres caídos se les dio la misión
de restaurar su yo original por medio de establecer condiciones de
indemnización para pagar por todos esos pecados. Tal tarea no se puede cumplir
en una generación. Se cumple al ser pasada de generación en generación.
Específicamente, en la generación presente, se nos han confiado las condiciones
de indemnización que no fueron completadas por nuestros antepasados. Intentamos
pues, establecer esas condiciones de indemnización en nuestra propia
generación, tomando responsabilidad por el futuro de nuestros descendientes.
Este es el verdadero significado de que los seres humanos tienen temporalidad
E. Jean Paul
Sartre
1. Visión de Sartre del hombre
Dostoievsky dijo una
vez, “Si Dios no existiese, todo sería posible”. La negación de Dios es el
punto de arranque de la filosofía de Jean Paul Sartre (1905-1980). A diferencia
de Heidegger, que mantuvo su existencialismo sin hacer ninguna referencia a
Dios, Sartre fue más allá al abogar por un existencialismo que negaba
completamente la existencia de Dios. Explicó que en los seres humanos “la
existencia precede a la esencia”, como sigue:
¿Qué debemos
entender al decir que la existencia precede a la esencia? Esto quiere
decir, que antes que nada, el hombre existe, surge, aparece en escena, y
solo después se define a sí mismo. Si el hombre tal y como lo concibe el
existencialista, es indefinible, es porque al principio no es nada. Solo
después será algo, y él mismo determinará lo que será. Por tanto no hay
naturaleza humana, ya que no existe un Dios que la conciba[`1].
[1] Jean Paul Sartre, “Existencialism is a
Humanism” in The Fabric of
Existencialism, ed. By R. Gill & Sherman (New York
Meredith Corporation, 1973), p. 521
El uso o propósito de
una herramienta, esto es, la esencia de esa herramienta, lo determina su
hacedor, incluso antes de producirla. En este caso, la esencia precede a la
existencia. De la misma forma, si Dios existe, y ha creado a los seres humanos
basándose en Su idea, se puede decir que, en el caso de los seres humanos,
también la esencia precede a la existencia. Sin embargo Sartre negó la
existencia de Dios, por lo que, para él, la esencia del ser humano no se
determina desde un comienzo. Los hombres surgieron no desde la esencia, sino
más bien desde la nada, según Sartre.
Además, Sartre dice
que “la existencia es subjetividad” Los seres humanos son seres accidentales
que surgieron de la nada, y que no fueron definidos por nadie. Por lo tanto,
los mismos hombres planean lo que serán. Ellos mismos escogen. Esto es lo que
Sartre entendía por “subjetividad”. En otras palabras, son los hombres quienes
escogen lo que luego serán. Si serán comunistas o cristianos, si
preferirán casarse o permanecer solteros, todo dependerá de su elección.
El rasgo fundamental
de tal existencia según Sartre es la “angustia”. El hombre es el que se escoge
a sí mismo, lo que quiere decir, que al mismo tiempo, al escogerse, escoge
también por todos los hombres[1], al escoger un camino que también puede ser
apropiado para los demás. Por consiguiente, escogerse a uno mismo significa
tomar responsabilidad por el conjunto de la humanidad, una responsabilidad que
trae consigo la angustia, según Sartre. La angustia, sin embargo, no le impide
actuar, sino que al contrario, es el condicionamiento de su acción, y
constituye parte de la misma acción.
[1] Ibidem p. 522
Para Sartre, los
seres humanos son “seres libres”. Puesto que la existencia precede a la
esencia, el hombre no ha sido determinado por ninguna cosa y todo le es
permitido. Sin embargo, ser libre, implica que toda la responsabilidad de sus
obras descansa en él mismo. En este sentido, ser libre supone una carga para la
gente, y el ser humano “está condenado a ser libre”[1]. Dicho de otro
modo, los seres humanos viven en angustia porque son libres. Sartre lo explicó
del modo siguiente:
…el hombre es libre,
el hombre es libertad. Por otro lado, si Dios no existe, no encontramos valores
ni órdenes a los que recurrir para legitimar nuestra conducta. Por lo tanto, en
el reino de los valores, no hay excusa detrás de nosotros ni justificación
anterior. Estamos solos, sin excusas. Esta es la idea que quisiera transmitir
cuando digo que el hombre está condenado a ser libre[2].
[1] Jean Paul Sartre, Being
and Nothingness (New
York : Washington Square Press, 1956) p. 707
[1] Jean Paul Sartre “Existencialism is a
Humanism” in The Fabric of
Existencialism, p. 523-24
Cuando decimos que el
ser humano es subjetividad, si el hombre ejerce subjetividad, es necesario
entonces que exista un objeto que pueda recibir su dominio. Entre los tipos de
seres, diferenciamos el “ser en sí mismo”, es decir, todas las cosas, y el “ser
por sí mismo” o el ser consciente de sí mismo, esto es, el ser humano. Cuando
el ser humano tiene a un “ser en si mismo” como objeto, no hay problema, pero
si lo hay cuando tiene enfrente a otro ser humano (un “ser por sí mismo”). Esto
es porque en tal relación, las dos partes querrán afirmar su subjetividad.
Cuando una persona
tiene delante a otra, la existencia humana es una “existencia para otros”. Esto
es, en un ser que se opone al otro ser, decía Sartre. La estructura fundamental
del “ser por los otros” es la relación donde uno es para el otro un “ser que
mira”, o “ser que es mirado”[1]. Esto significa que en las relaciones
humanas el conflicto es constante. Como Sartre explicó,
No tiene pues
utilidad para la realidad humana querer salir de este dilema: O uno debe
rebasar al Otro o permitir que él mismo sea rebasado por el otro. La esencia de
la relación entre las conciencias no es la de Mitsein (coexistencia). Es el conflicto[2].
[1] Jean Paul Sartre Being
and Nothingness
[1] Ibidem,
p. 555
2. Evaluación del
Pensamiento Unificado sobre la visión de Sartre del ser humano.
Sartre decía que “la
existencia precede a la esencia” y que los seres humanos se hacen a sí mismos.
Heidegger dijo, de forma parecida, que la gente debe proyectarse hacia el
futuro, sin embargo en Heidegger, “la voz de la conciencia”, aunque vagamente,
guía a la gente hacia su yo original. Sartre no obstante negaba completamente
el yo original. Según el Pensamiento Unificado, la ausencia de yo original, es
consecuencia natural del hecho de que los seres humanos se separaron de Dios.
Si aceptásemos a pesar de todo la visión de Sartre, nos quedaríamos huérfanos
de cualquier estándar de juicio sobre el bien y el mal. En esta situación, no
importaría lo que se hiciese, siempre quedaría justificado según la
responsabilidad de cada uno. Esto crearía necesariamente una sociedad sin
normas éticas.
Sartre dijo también
que el ser humano es subjetividad. En cambio, el Pensamiento Unificado afirma
que el ser humano es al mismo tiempo, subjetividad y objetividad, es decir, una
persona de naturaleza original se encuentra tanto en “la posición sujeto” como
en “la posición objeto”. Lo que Sartre denomina “subjetividad” es el hecho de
que los seres humanos son libres de escogerse a sí mismos y de objetivarse. En
contraste con ello, “subjetividad” para el Pensamiento Unificado se refiere al
hecho de que los seres humanos tienen dominio sobre el objeto por medio del
amor. A fin de ejercer la subjetividad verdadera, la gente debe primero
establecer su propia objetividad. Objetividad es el estado en el que uno
siente la alegría de ser amado por un sujeto, a la vez que tiene un corazón de
gratitud hacia el sujeto. Solo cuando los hombres hayan crecido en objetividad,
podrán como sujetos, tener dominio sobre el objeto a través del amor
Además Sartre dijo,
que la característica de la relación entre los seres humanos es un conflicto
entre subjetividad y subjetividad, o un conflicto entre libertad y
libertad. Esto es similar al concepto de Hobbes de la “guerra de todos contra
todos”. A no ser que estas ideas acerca de la subjetividad y la objetividad
puedan ser superadas, la confusión que ahora existe en la sociedad democrática
no tendrá solución. Solamente cuando se establezcan tanto los aspectos de
subjetividad como los de objetividad, mediante la acción armoniosa de dar y recibir
entre sujeto y objeto en cada esfera, se logrará el mundo de amor y paz.
Además Sartre decía
que los seres humanos “están sentenciados a ser libres”. Sin embargo desde el
punto de vista del Pensamiento Unificado, la libertad no es una condena. La libertad
no puede existir aparte del Principio, y el Principio es la norma para realizar
el amor verdadero. Por consiguiente, la libertad en su significado original, se
llena de alegría y esperanza.
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