CAPITULO 7 Teoría del Arte

Teoría del Arte

 Se entiende como cultura la totalidad de las diferentes clases de la actividad humana, donde se incluyen la economía, la educación, la religión, la ciencia y el arte. Entre todas ellas el arte, es la más central. Dicho de otro modo, el arte constituye la esencia de una cultura. Sin embargo, el arte de hoy muestra a escala global, desde las naciones democráticas, a las comunistas, y desde las naciones más desarrolladas a las menos desarrolladas, una tendencia a la vulgaridad. Un arte decadente acarrea una cultura decadente. Si esta tendencia continúa, la cultura no puede sino declinar en el mundo entero. Por tanto para crear una nueva cultura, es necesario un nuevo arte. Para ese propósito se precisa una nueva teoría del arte.

Con el advenimiento de las nuevas eras en el pasado, el arte siempre jugó un papel protagonista. Durante el periodo del Renacimiento, por ejemplo, los artistas estuvieron a la vanguardia de dicho periodo. También en la revolución comunista, fue muy considerable la contribución de los artistas. Es bien sabido, que las obras de Máximo Gorky en la revolución rusa y las de Lu Xun en la revolución proletaria china, contribuyeron grandemente a sus movimientos revolucionarios. Por tanto, para crear una nueva cultura se debe crear también un nuevo arte.

Consideremos, por ejemplo, el papel que el arte desempeñó en el establecimiento del comunismo. El arte comunista fue conocido como “realismo socialista” y su objetivo, era exponer las contradicciones de la sociedad capitalista y conducir al pueblo hacia la revolución. Sin embargo, con la caída del comunismo, el realismo socialista se desvaneció. No obstante, el realismo socialista, es una teoría del arte sustentada en la firme creencia en el materialismo dialéctico y en el materialismo histórico. Las teorías del arte de las sociedades libres, debido a su flojo fundamento filosófico, se han mostrado débiles en su confrontación con el realismo socialista. Por tanto, se hace de nuevo necesaria una teoría del arte, que sea capaz de superar el realismo socialista.

Teniendo en cuenta todo ello, voy a presentar la Teoría del Arte del Pensamiento Unificado, o Teoría de Unificación del arte. La teoría de Unificación del Arte tiene como objetivo evitar el fenómeno de vulgarización por el que atraviesa el arte en nuestros días. Quiere ser también una crítica del realismo socialista así como una contrapropuesta, basada en una nueva filosofía (o teología). Esta teoría tiene el propósito de contribuir en la creación y el establecimiento de una nueva cultura en el mundo.

I. El Fundamento del Principio Divino para la Nueva Teoría del Arte

El fundamento del Principio Divino para una nueva teoría del arte, contiene tres importantes elementos. (1) El propósito de Dios para la creación, (2) la alegría y la creación por semejanza, y (3) la acción de dar y recibir.

El primer pilar para la teoría del arte radica en el propósito de Dios y en la creatividad. El propósito de Dios para la creación del universo, fue realizar la alegría a través del amor. Por esta razón Dios creó el universo como Su objeto de alegría. La creación del universo nos enseña que Dios es un gran artista, y que el universo es Su obra. Dios creó el universo para Su alegría, y, al mismo tiempo para agradar y llevar alegría a los seres humanos. Dios buscaba obtener alegría, complaciendo a los seres humanos.

Para los hombres, el propósito de la creación de Dios, es el propósito como seres creados, el cual se refiere al propósito para el conjunto y el propósito para el individuo. El propósito para el conjunto consiste en llevar alegría al conjunto, (a saber, la humanidad, la nación, la tribu, etcétera,), mientras que el propósito para el individuo es agradar u obtener alegría para uno mismo. Por tanto, el hombre debería encontrar la propia alegría y complacer a Dios y al conjunto. La actividad artística de la gente se deriva de la creación del universo por Dios. La actividad de la creación empieza por el propósito para el conjunto, esto es, empieza con la intención de complacer a otros.

 Por otro lado, la actividad de la apreciación, comienza por el propósito para el individuo, esto es, comienza con la intención de obtener alegría para uno mismo.
La creatividad de Dios se realiza a través de la formación de la estructura en dos etapas, que se lleva a cabo mediante un fundamento interno de cuatro posiciones y un fundamento externo de cuatro posiciones (ver la Teoría de la Imagen Original, IV).

La formación de un fundamento interno de cuatro posiciones, significa formar el Logos (o  plan), y la formación de un fundamento externo de cuatro posiciones, significa la creación de las cosas exteriores utilizando el hyungsang (o material) sobre la base del Logos. Esto queda reflejado en la estructura en dos etapas de la actividad artística humana. Primero, surge la etapa de elaboración del plan, y después, la etapa de creación de la obra de arte que sustancia el plan, a través del uso de diversos materiales. Las diferencias en los métodos de creación y  después entre los estilos de creación, se explican sobre la base de las características específicas en la estructura en dos etapas de la creación.

El segundo pilar para la teoría de arte es el que se refiere a la alegría y a la creación por semejanza. Dios creó a la humanidad y a todas las cosas como Sus objetos de alegría, con la esperanza de realizar la alegría. El sujeto obtiene alegría cuando recibe un estímulo proveniente de un  objeto, cuyas características sungsang y hyungsang reflejan las del sujeto[1]. Por ello, Dios creó a los hombres, reflejando en imagen Sus características duales[2], y a todas las cosas, como reflejo simbólico de Sus características duales. Aplicado a la teoría del arte, esto significa que un artista crea una obra de arte  reflejando en ella sus propios sungsang y hyungsang. Al mismo tiempo, quien aprecia la obra, siente alegría al ver reflejados sus propios sungsang y hyungsang en la obra de arte[3].
[1] Divine Principle, p. 42
[2] Ibidem, p. 25
[3] El Principio Divino afirma lo siguiente: “Dios es la Primera Causa del mundo de la creación, y El existe como el sujeto absoluto, quien tiene las características tanto de carácter esencial como de la forma esencial” (p. 24)    “El universo es la manifestación sustancial del Dios invisible, que se produce a través de la acción de dar y recibir entre Su carácter y forma esencial, centrados en el propósito de la creación”, p.4


El tercer pilar para la teoría del arte es la acción de dar y recibir. En Dios el sungsang y el hyungsang inician una acción de dar y recibir, que resulta en una unión o en un cuerpo multiplicado. En este último caso, un cuerpo multiplicado quiere decir la creación de nuevos seres. Cuando se aplica la acción de dar y recibir a la teoría del arte, vemos que la actividad creativa en la creación, se lleva a cabo a través de la acción de dar y recibir entre el sujeto (artista) y el objeto (materiales), mientras que la apreciación de la obra de arte se origina a través de la acción de dar y recibir entre el sujeto (el apreciador) y el objeto (la obra de arte). Por consiguiente, tanto en el caso de la apreciación artística como en el de la apreciación, existen ciertos requisitos, que ambos, sujeto y e objeto, deben poseer.


 II Arte y Belleza

A. ¿Qué es el Arte?

El arte es la actividad de crear o apreciar, belleza. La mente humana posee las tres facultades de intelecto, emoción y voluntad, que están en correspondencia con las diferentes áreas de la actividad cultural. Como  actividades intelectuales, citaremos la filosofía, la ciencia, etc. Como actividades de la voluntad, la conducta moral, la conducta ética etc. Finalmente como actividades emocionales, mencionaremos el arte. Por tanto, el arte puede ser definido como “la actividad emocional de crear o apreciar belleza”.
¿Cuál es entonces el propósito del arte? El propósito de Dios al crear a los seres humanos y al universo, era obtener alegría, a través de amar el objeto. Igualmente, los seres humanos crean o aprecian, las obras de arte, con el propósito de conseguir alegría de sus objetos. Por tanto el arte también puede ser definido como “la actividad de obtener alegría a través de la creación o la apreciación”
El crítico de arte británico Herbert Read (1892-1968) dijo, “todos los artistas tienen...el deseo de agradar; y el arte puede definirse como el intento de crear formas agradables o que agraden”[1]. Ello está en de acuerdo con la definición de arte en el Pensamiento Unificado.
[1] H. Read, The Meaning of Art (London : Faber & Faber, 1972) p. 18



B. ¿Qué es la Belleza?

De acuerdo con el Principio Divino, el amor es “la fuerza emocional que el sujeto da al objeto,” y la belleza es “la fuerza emocional que el objeto devuelve al sujeto”[1]. En los casos en que el objeto es un mineral o una planta, lo que viene del objeto es un estímulo material, sin embargo el sujeto (ser humano) puede recibirlo como estímulo emocional. No obstante, hay casos en los que, aunque el objeto de un estímulo al sujeto, éste puede no recibirlos emocionalmente. En tales casos, el estímulo no puede llegar a ser un estímulo emocional. La cuestión, por tanto, es si el sujeto recibe emocionalmente, el estímulo procedente del objeto. Si lo recibe emocionalmente, entonces el estímulo lega a ser un estímulo emocional. Por tanto, la belleza puede ser definida como “el estímulo emocional que el objeto da al sujeto”. Ya que  la belleza es uno de los valores- junto a la verdad y la bondad,  también puede expresarse de otra forma, a saber “el valor del objeto sentido como un estímulo emocional”.
[1] Divine Principle, p. 48



He descrito el amor, como la fuerza emocional que el sujeto da al objeto, y como belleza, la fuerza emocional que el objeto da al sujeto. Sin embargo en la realidad, en el caso de las relaciones humanas, ambos, el sujeto y el objeto tienen un dar y recibir recíproco de amor y belleza. Dicho de otro modo, el objeto da amor al sujeto, y el sujeto da belleza al objeto. Esto es así porque “cuando el sujeto y el objeto llegan a unirse, surge un amor que está latente incluso en la belleza,  y una belleza que está latente incluso en el amor”[1] Cuando una fuerza emocional es enviada, del sujeto hacia el objeto o bien del objeto hacia el sujeto, es enviada como amor, y recibida como un estímulo emocional, a saber, belleza.
[1] Ibidem, pp 48-49


En lo arriba expuesto, he dado la definición de belleza desde la posición del Pensamiento Unificado. En el pasado, la belleza fue definida por filósofos de diversas formas. Platón por ejemplo, habló de la belleza en sí misma, a saber, de la Idea de belleza que existe en un objeto. También dijo “La belleza es el placer auditivo y visual”[1]. Kant describió la belleza como “la propositividad subjetiva de un objeto”, o “forma de propositividad de un objeto”[2]. Aquí, propositividad subjetiva, quiere decir sin ningún propósito. Esto significa, que aun cuando un objeto no tiene propósito intencional (sea objetivo o subjetivo), consideramos que la forma del objeto tiene propositividad, cuando sentimos en ella unidad y armonía, y el juicio sobre esta propositividad es la belleza.. (en inglés propositividad es purposiveness y no viene en el diccionario. Sobre propositividad encontré esta referencia en el foro de inglés Influye más la propositividad (los propósitos, metas y objetivos) de las personas, que el método a seguir. Así que esta palabra parece ser que es propósito. Pero el texto en inglés dice. Here purposiveness is purposiveness without any purpose. Es decir diferencia purpose de purposiveness Dudaba en traducir purposiveness  como elemento de propósito.)
[1] Plato, Early Socratic Dialogues (Harmondsworth ; Penguin Books, 1987), p. 256

[2] Kant en La Crítica del Juicio lo explicó como sigue: “Ahora, esa relación en la determinación de la belleza de un objeto está vinculada al sentimiento de placer, como así lo declara el juicio del gusto que es válido para todo el mundo. Por tanto no puede ser otra cosa que el elemento subjetivo de propósito en la representación de un objeto que no tiene ningún propósito (tanto subjetivo como objetivo), por lo que la mera forma del elemento de propósito en la representación que da el objeto, hasta donde somos conscientes de ello, es lo que constituye  la satisfacción, la cual nosotros, sin un concepto, juzgamos que es universalmente válida; y, por consiguiente, este es el terreno determinante en el juicio del gusto



C. La Determinación de la Belleza

¿Cómo se determina la belleza? Acerca de este punto, encontramos la siguiente explicación en el Principio Divino:

El valor original de un cuerpo individual no está latente en él mismo como algo absoluto. Queda determinado por la relación recíproca entre el propósito del cuerpo individual (como un tipo particular de objeto centrado en el ideal de Dios de la creación) y el deseo del hombre (como sujeto) de buscar el valor original del objeto….Por ejemplo ¿cómo se determina la belleza de una flor? Su belleza original queda determinada cuando el propósito de Dios al crear la flor y el deseo espontáneo del hombre en busca de la belleza coinciden - cuando el deseo del hombre centralizado en Dios de encontrar la belleza de la flor se cumple a través del estímulo emocional proveniente de la flor. Esto le lleva alegría perfecta. [En ese momento, queda determinada la belleza original de la flor].[1]
[1] Divine Principle, pp. 46-47


La belleza no existe objetivamente, sino que es determinada por medio de la acción de dar y recibir entre el sujeto, que tiene el deseo de buscar el valor, y el objeto. En otras palabras, la belleza es determinada, cuando el sujeto siente alegría a través del estímulo que recibe del objeto, y juzga que ese estímulo es emocional.

D. Los Elementos de la Belleza

La belleza no es algo que “existe” objetivamente, sino algo que “es sentido”. Unos determinados elementos que existen en el objeto, proporcionan al sujeto un estímulo emocional, que el sujeto siente como belleza. Entonces ¿cuál es el elemento que estimula al sujeto emocionalmente, a saber, el elemento de belleza? Es la combinación del propósito por el cual el objeto ha sido creado (el propósito de la creación), y la armonía de los elementos físicos dentro del objeto. Es decir, cuando ciertos elementos físicos, como las líneas formas, sonidos, colores, espacio, están bien armonizados centrados en el propósito de la creación, provocan entonces en el sujeto un estímulo emocional, que es sentido como belleza. Cuando la belleza es reconocida como tal por el sujeto, llega a ser la belleza real.

La armonía se refiere tanto a la armonía espacial como a la armonía temporal. La armonía espacial se refiere a los aspectos de distribución espacial, y la armonía temporal se refiere a la armonía pautada por el paso del tiempo. Son formas de artes con armonía espacial, la pintura, la arquitectura, la escultura, la artesanía, entre otras. Las formas de arte con armonía temporal incluyen la literatura, la música, y otros. Estas dos clases de arte incluyen las dos formas de arte espacial y arte temporal. Las obras de teatro, la danza y similares, pueden ser consideradas como dentro de los dos tipos (espacial y temporal). En cualquier de los dos casos, la armonía es la que hace surgir el sentimiento de belleza.

Aristóteles, dijo en su “Metafísica”: “Las formas que mejor expresan la belleza son el orden, la simetría, la precisión.”[1].  Read dijo: “La obra de arte tiene un punto imaginario de referencia (análogo al centro de gravedad), y alrededor de este punto las líneas, superficies, y las masas, están distribuidas de tal forma que permanecen en perfecto equilibrio. El propósito estructural de todos estos modos es la armonía, y la armonía es la satisfacción de nuestro sentido de la belleza”[2]. Ambos coinciden en que la armonía es el elemento de la belleza
[1] Philosophies of Art and Beauty, p. 96
[2] Read:, The Meaning of Art, p. 35

III. El Propósito Dual de la Actividad Artística: Creación y Apreciación

La actividad artística consiste en dos aspectos, a saber, creación y apreciación. Una y otra no son actividades separadas, sino actividades indivisibles. Por consiguiente, al dedicarse a la creación, también se hace apreciación, y cuando uno se dedica a la apreciación, se añade creativamente a la obra de arte, la propia perspectiva subjetiva (llamada “acción subjetiva”, que explicaremos abajo)

¿Cuál es entonces la razón para la existencia en la actividad artística de los dos aspectos de creación y apreciación? ¿Por qué propósito es necesaria la creación, y por qué propósito es necesaria la apreciación? ¿Por qué creación y apreciación existen en unidad?

Desde el punto de vista del Pensamiento Unificado, creación y apreciación son actividades que se realizan sobre la base de los deseos duales de realizar el valor y de buscar el valor. Es decir, la creación se realiza sobre la base del deseo de realizar el valor, y la apreciación en la de buscar el valor. Entonces, ¿de donde proceden estos deseos? Proceden del propósito dual, esto es, el deseo de realizar el valor proviene del propósito por el conjunto, y el deseo de buscar el valor, del propósito para el individuo.

El propósito para el conjunto, se halla latente en el subconsciente de la persona incluso aunque no sea consciente del mismo. Por esta razón, todo el mundo, de forma consciente o a través del subconsciente, busca servir al conjunto más amplio- al país, la humanidad, Dios, y se esfuerza en vivir una vida de verdad, en hacer buenas obras, y en crear belleza. Por consiguiente, la creación es un acto para el cumplimiento del propósito para el conjunto. Sin embargo, la gente también vive por su propio beneficio. Por consiguiente también busca obtener alegría, valorando o encontrando el valor en un objeto. Es en este punto donde se manifiesta la apreciación. Por consiguiente, la apreciación en el arte es un acto para el cumplimiento del propósito para el individuo.

El propósito para el conjunto y el propósito para el individuo vienen del propósito de la creación de Dios. Dios creó a los seres humanos para obtener alegría. En esto consiste el propósito de la creación de Dios, desde el punto de vista de Dios. Desde la posición de los seres humanos, sin embargo, se trata del propósito del ser creado, que es agradar y complacer a Dios y a la vez hallar alegría para uno mismo. Juntos, son el propósito para el conjunto y el propósito para el individuo.

De esta manera, la creación en el arte, es el acto mediante el que un artista, en la posición de objeto, pone de manifiesto el valor para servir a Dios y a la humanidad, mientras que la apreciación, es el acto en el que el apreciador, en la posición de sujeto, encuentra el valor en la obra de arte. Ambas acciones derivan del propósito de la creación de Dios. Hoy en día, sin embargo, a menudo los artistas se desvían de la posición original correcta, dando origen al arte egocéntrico. Esta es la deplorable situación en que nos encontramos actualmente. Cuando se ponga en claro el verdadero significado de la creación y de la apreciación, los artistas verán sus actividades con un sentido de misión, e irán en busca de actividades artísticas según el ideal original.

IV. Requisitos para la Creación

.A. Requisitos para el Sujeto en la Creación

1. Motivo, Tema, Concepción

Al crear una obra de arte, en primer término aparece la motivación para esa creación, o  motivo, y en base a ese motivo, se establece un propósito para la creación de la obra en concreto. A continuación se dispone el tema y finalmente la concepción. El tema es el contenido central a desarrollar en la obra, y la concepción, el plan para el contenido y forma de la obra de arte que va a ser desarrollada, de acuerdo con el tema.

Por ejemplo, supongamos que un pintor, después de ver un paisaje de otoño, decide pintarlo movido por su belleza. La emoción surgida llega a ser el motivo, estableciéndole así el propósito para crear el cuadro. Si, por ejemplo, un bosque de arces evoca un profundo sentimiento en el artista, puede que el artista decida expresar el motivo centrándose en el bosque de arces,  y escoja un tema como: “Un Bosque de Arces en Otoño”. Una vez escogido el tema, el artista elaborará una concepción concreta para ordenar los árboles, ríos, cielo, nubes, etcétera y los colores que usará.

La creación del universo por Dios, también puede ser descrita como la creación de la obra de arte arriba mencionada. Primero, existió un motivo, que fue el impulso emocional para alcanzar alegría a través del amor, a saber, el Corazón de Dios. A continuación Dios tuvo el propósito de la creación, esto es, el propósito de crear un objeto de amor a Su semejanza. Por tanto, el tema determinado fue los seres humanos “Adán y Eva”. Entonces, Dios dispuso la concepción concreta de los seres humanos y todas las cosas, a través del Logos. Así es como se explica la creación del universo por Dios.

En el acto creativo de Dios, Su Sungsang Interior (intelecto, emoción y voluntad) y su Hyungsang Interior (ideas, conceptos y leyes) tuvieron una acción de dar y recibir, en el  Sungsang de Dios, centrada en el Corazón, lo que dio lugar a la concepción (Logos). El proceso de formación de este fundamento de cuatro posiciones se puede aplicar directamente a la actividad artística. Es decir, en el caso de la creación artística, el artista crea la concepción empleando su intelecto, emoción y voluntad, (o sungsang interior) con el motivo (o propósito) como centro, con el objetivo de realizar el tema (o hyungsang interno). En otras palabras, el artista da lugar a la concepción, a través de una acción de dar y recibir entre el sungsang Interior y el hyungsang Interior, que está centrada en el propósito de crear una obra de arte. Esto puede ser entendido como la formación del fundamento interno de cuatro posiciones en la actividad artística.


El Pensador  de Auguste Rodin (1841-1917) es la estatua de un poeta sentado en lo alto de la Puerta del Infierno, y está inspirada en la primera parte del “Infierno” de la Divina Comedia de Dante. La estatua retrata al poeta en meditación, mientras contempla a la gente en el infierno, gimiendo de miedo, ansiedad y dolor. El motivo de Rodin al crear El Pensador, debió haber sido seguramente, la aspiración y el impulso por encontrar la verdad acerca de la vida humana. El tema fue El Pensador, y la concepción fue la expresión de un hombre inmerso en meditación.

La estatua El Pensador de Rodin, y la estatua del Maitreya-Buda pensativo, de la dinastía Shilla de Corea, son obras de arte bastante diferentes entre sí, pero que sin embargo comparten un mismo tema: un hombre en actitud pensativa. En este último el motivo, es el corazón de la gente en espera de Maitreya, de quien se dijo que era el discípulo más excelente de Buda, quien debe de venir de nuevo a fin de salvar a toda la humanidad. En cuanto a la expresión del sungsang Interior, la estatua de Rodin es acentuadamente intelectual, en tanto que la de Maitreya se centra mas bien en una emoción purificada, por lo que se trata de una estatua santa y noble.

2. La Conciencia Objeto.

La creación es la actividad a través de la que un artista, en la posición de objeto, da alegría al sujeto-, a saber, Dios y al conjunto (humanidad, nación, tribu, etc.),  manifestando el valor de la belleza. Por tanto, el artista debe establecer el sentido de conciencia objeto. La actitud de querer ofrecer alegría a Dios, el Sujeto más alto, y de manifestar la Gloria de Dios, es la culminación de la conciencia objeto. A continuación estudiaremos el contenido de la conciencia objeto.



 Figura. 7-1 Formación del fundamento Interno de Cuatro Posiciones en la creación artística.

 Primeramente, el artista debe tener la actitud de reconfortar a Dios, quien ha estado afligido de dolor a lo largo de la historia humana. Dios creó a los seres humanos y al universo para obtener alegría, y además concedió a los hombres el don de la creatividad. Por tanto el propósito original de la vida humana consiste antes que nada, en dar alegría a Dios.
Por consiguiente, en primer lugar la actividad creativa de la gente debió haber  sido un medio de complacer o dar alegría a Dios. No obstante, la gente se separó de Dios, y perdió la conciencia de llevar alegría a Dios. Este ha sido el dolor de Dios, incluso hasta hoy. Por tanto, por encima de todo, el artista debe aliviar a Dios de Su dolor en la historia.

En segundo lugar, el artista debe tener la actitud de consolar a los muchos sabios y hombres justos, Jesús en especial, que siguieron el camino de la restauración con Dios. Confortarles a ellos representa confortar a Dios, quien compartió su dolor y tristeza.

En tercer lugar, el artista debe tener la actitud y el deseo de expresar las obras de la gente buena y justa del pasado y del presente. Esto es, el artista debe tener una actitud de cooperación con la providencia de Dios, resaltando las obras de todos aquellos que fueron,- o que todavía son, perseguidos por el mundo pecaminoso.

En cuarto lugar, el artista debe ser el heraldo del advenimiento del mundo ideal. Por tanto el artista debe crear obras que expresen la esperanza y  confianza del futuro. En tal clase de obras  se manifiesta la Gloria de Dios.

En quinto lugar, el artista debe tener la actitud de alabar a Dios, el Creador, al expresar la belleza y misterio de la naturaleza. Dios creó la naturaleza para la alegría de la humanidad. Sin embargo, debido a la Caída Humana, la gente no pudo obtener una alegría completa de la belleza de la naturaleza. Por consiguiente, el artista, a la vez que mantiene un sentimiento de asombro hacia la naturaleza, la cual no es otra cosa que la manifestación de los atributos de Dios, debe descubrir su belleza, alabar a Dios y dar alegría a los demás.

Los artistas que tienen una conciencia objeto y ponen todas sus energías en su esfuerzo creativo, pueden recibir bendiciones de Dios y asistencia desde el mundo espiritual. Es así como se producen las verdaderas obras de arte. Tales obras, bien pueden ser consideradas como co-creadas entre Dios y el artista.

Entre los artistas del Renacimiento, los hubo destacados que crearon sus obras de arte con esa clase de conciencia objeto. Por ejemplo, Leonardo da Vinci (1432-1519), Rafael (1483-1520) y Miguel Angel (1475-1564), se cuentan entre esa clase de artistas. Beethoven (1770-1827), quien perfeccionó la música clásica, compuso su música con esta clase de conciencia objeto[1]. Por tal motivo, las obras de estos artistas han llegado a ser obras maestras inmortales.
[1] Beethoven dijo, “No hay nada más hermoso que aproximar lo Divino y derramar sus rayos sobre la raza humana (Romand Rolland Beethoven traducido al inglés por B.C. Hull [New York : Books for Libraries Press, 1969] p. 101)  Roman Rolland habló en una conferencia conmemorativa sobre Beethoven de este modo: “Su pensamiento [el de Beethoven] de poner su arte para el uso de los demás queda constantemente reflejado en sus cartas … Beethoven se determinó solo dos objetivos en su vida. Estos fueron: dedicarse al arte sagrado (an die göttliche Kunst) y una conducta dirigida a hacer felices a los demás”. (Romand Rolland, Life of Beethoven [en japonés] [Tokio : Iwanami-shoten, 1965] p. 159).








3. Individualidad

Cada persona es un ser con individualidad, creado a semejanza de una de las Imágenes Individuales que hay en Dios. Por consiguiente, en la creación artística, la individualidad del artista se expresa en la obra de arte.

La razón reside en que la creación artística es una expresión de la individualidad del artista, la cual es a su vez una imagen individual de origen divino. El artista da alegría a Dios y a los demás, al exteriorizar esa individualidad. De hecho, la individualidad del artista se manifiesta plenamente en las grandes obras maestras. Por este motivo, generalmente se asocia el nombre del artista al de la obra de arte. (i.e. La Sexta Sinfonía de Beethoven, y la Sinfonía “Inacabada” de Schubert).  

B. Requisitos para el Objeto en la Creación

La obra de arte al ser el objeto del artista, debe ser fiel reflejo de las condiciones sungsang del artista, a saber, el motivo (propósito) el tema, y la concepción (plan). Para este propósito, el artista debe usar los materiales más apropiados, a fin de mostrar esas condiciones sungsang. Después de hacer uso de ellos en la creación, los elementos físicos (componentes) deben quedar dispuestos de forma que expresen una completa armonía. En esto último consisten las condiciones hyungsang.

Los expertos en estética y los artistas, se refieren asiduamente a que los elementos  físicos deben estar bien armonizados en una obra de arte, como acabo de mencionar arriba. La armonía de los elementos físicos, consiste en el ritmo de las líneas, la armonía de formas, la armonía espacial, la armonía entre luz y oscuridad, la armonía de colores, la armonía de tonos, la armonía de las masas en pintura, la armonía de movimientos en la danza, la armonía de los segmentos en un segmento lineal, entre otros.

En el caso de la armonía de los segmentos en una línea, hay que mencionar la llamada sección áurea, conocida desde antiguo. La sección áurea, se obtiene cuando se divide un segmento,  de forma que la proporción entre el segmento más largo y el más corto, es igual a la que hay entre el más largo y la longitud total de la línea. Esto se consigue, dividiendo el segmento total en una proporción de 5 a 8 aproximadamente. Cuando se emplea esta técnica, uno siente belleza y estabilidad en la configuración. Se dice, por ejemplo que cuando la relación entre el espacio superior y el inferior al horizonte en una pintura se realiza según esta proporción, el resultado es armonioso. Arquitectos, pintores y escultores de todos los tiempos han utilizado la sección áurea como método de composición para sus obras. Entre algunos ejemplos, se citan: El Partenón de Atenas, las Hilanderas de Velázquez y la Sagrada Familia de Miguel Ángel, y también las pirámides y catedrales góticas.

C. Técnicas, Materiales, Estilos de Creación

1. Técnica y Materiales

La Estructura en Dos Etapas de la Imagen Original, es la estructura en dos etapas, donde en primer lugar, el sungsang Interior y el hyungsang Interior entablan una acción de dar y recibir, centrada en el propósito, para formar el Logos, y donde después el Logos y el Hyungsang tienen una acción de dar y recibir, centrada en el propósito, para plasmar el ser creado. Todas las actividades creativas se realizan siguiendo este proceso. Por ejemplo, actividades como la industria de manufactura, la agricultura, la investigación científica y la industrial, siguen esta estructura en dos etapas de la creación.

Esto también es verdad en la creación de las obras artísticas. En cuanto a la formación de fundamento interno de cuatro posiciones, ya me ocupé de ello al hablar de  los requisitos para el sujeto. Digamos una vez más que, centrados en el motivo (propósito), el sungsang Interior (intelecto, emoción y voluntad), y el hyungsang Interior (el tema) tienen una acción de dar y recibir y dan lugar a la concepción. Así se forma el fundamento interno de cuatro posiciones. Seguidamente, se forma un fundamento externo de cuatro posiciones, a través de la acción de dar y recibir, centrada en el motivo (propósito), entre el sungsang (la concepción) y el hyungsang (los materiales). Para la formación de fundamento externo de cuatro posiciones, serán necesarias una cierta habilidad y técnicas especiales. Estas son, las técnicas de creación.

A continuación, estudiaré los materiales que se requieren para crear una obra. Estos materiales son los materiales sungsang (i.e. el objeto de la expresión) y los  materiales hyungsang, a saber, los materiales como el medio de la expresión.
 Los materiales sungsang son denominados material-sujeto. En literatura, los acontecimientos, la acción y los objetos descritos constituyen el material sujeto. En pintura, las personas, el paisaje son ejemplos de material sujeto. El material sujeto es el “tema” en la formación el fundamento interno de cuatro posiciones, de la creación artística.

Los materiales hyungsang (i.e. los  materiales físicos) reciben el nombre de medio. En escultura estos materiales son el cincel, el mármol, la madera o el bronce. En Pintura, el lienzo, el pincel, entre otros. El artista, al producir la obra de arte, determina la cantidad y calidad de esos materiales físicos, para luego usarlos en el proceso concreto de la creación.




Figura 7-2 La estructura en dos etapas de la Creación 


 Por consiguiente, el artista elabora primero la concepción, y luego completa el trabajo haciendo uso de materiales específicos. Llamamos a este proceso la estructura en dos etapas de la creación artística[1], que ilustra la  FIG 7-2
[1] Generalmente , en estética, el proceso de creación se divide en las cuatro etapas siguientes:
(1) Sentimiento creativo: la etapa de fermentación de vagos e imprecisos sentimientos
(2) Concepción : la etapa donde vagamente asoma un plan de trabajo
(3) Refinamiento Interno: la etapa donde se desarrolla un plan conciso
(4) Perfección externa, acabado: la etapa en la que la obra de arte se concreta con las técnicas y los materiales específicos.
Contemplado desde el punto de vista del Pensamiento Unificado, (1), (2), y (3) se corresponden a la formación del fundamento interno de cuatro posiciones, y (4) con la formación del fundamento externo de cuatro posiciones


2. Estilos y escuelas de la creación artística

El estilo de creación se refiere al método de la expresión artística, el cual es la forma particular del desarrollo de la estructura en dos etapas de la creación artística. En este punto lo más importante es la formación del fundamento interno de cuatro posiciones, es decir la definición del estilo de la concepción. El fundamento interno de cuatro posiciones se forma a través de una acción de dar y recibir entre el sungsang interior (intelecto, emoción y voluntad) y el hyungsang Interior (tema), centrada en el motivo (propósito). Por tanto, si hay diferencias en el motivo, también  habrá diferencias en el trabajo final. Si el motivo es el mismo, pero hay diferencias en el sungsang interior, el resultado final, la obra, también será diferente. Las diferencias en el hyungsang Interior, harán variar igualmente el resultado final. Siempre que existan diferencias en cualquiera de los tres elementos, habrá diferencias en las concepciones, y por tanto en las obras finales. De aquí proviene el origen de los diferentes estilos de creación. Las diferencias en los estilos, dieron origen a las diferentes escuelas de arte. A continuación describiremos brevemente, algunas de las escuelas de arte de Occidente.

a) Idealismo

El idealismo era el estilo que buscaba expresar la belleza perfecta, idealizando los seres humanos y el mundo. Muchos de los artistas del Renacimiento del siglo 17 fueron idealistas. Raphael es un pintor representativo de esta escuela.

b) Clasicismo

El Clasicismo se refiere a la tendencia artística propia de los siglos 17 y 18, de seguir los ejemplos de las formas de expresión del arte Greco-Romano. El clasicismo concede gran  importancia a la unidad de equilibrio y forma. Una obra de literatura representativa es el Fausto de Johann W. von Goethe. (1749-1832). Entre los pintores cabe mencionar a Jacques L. David (1748-1825) y Jean A. D. Ingres (1780-1867).

c) Romanticismo

Como una  reacción  en contra de la visión centrada en la forma del clasicismo, el romanticismo (siglos 18 y 19) buscó una vívida expresión de las pasiones interiores. Entre los románticos, podemos mencionar a Victor Hugo (1802-1885), al poeta Lord Byron (1788-1824), y al pintor Eugene Delacroix (1798-1863)

d) Realismo/ Naturalismo

El realismo es la tendencia a retratar la realidad tal y como es. Este estilo actuó como reacción frente el romanticismo, en la última mitad del siglo 19. Artistas representativos de esta escuela fueron los pintores Jean B. C. Corot (1796 -1875), Jean F. Millet (1814-1875) y Gustave Courbet (1819-1877), así como el escritor Gustave Flaubert (1821-1880). El estilo del realismo abrió las puertas al positivismo y cientificismo, desembocando en el naturalismo. Un escritor representativo de la escuela del naturalismo fue Emile Zola (1841-1920). En el área de las bellas artes, no hubo distinción entre realismo y naturalismo.

e) Simbolismo

El simbolismo apareció a finales del siglo 19 y duró hasta comienzos del siglo 20, como reacción frente al realismo/ naturalismo. La escuela de literatura del simbolismo, buscó expresar los sentimientos a través de símbolos, abandonando las tradiciones y formas del pasado. Un representante de esta escuela, es el poeta Arthur Rimbaud (1854-1891)

f) Impresionismo

La escuela del impresionismo, consideró que la verdadera imagen de las cosas era la imagen capturada en el instante, y se propuso expresar las impresiones momentáneas de formas y colores. Este movimiento se extendió a finales del siglo 19 principalmente en Francia. Edouard Manet (1832-1883) y Claude Monet (1834-1883) son pintores representativos de esta escuela.

g) Expresionismo.

Contrariamente al impresionismo, que representaba las impresiones que venían de fuera, el expresionismo quiso expresar el lado interior. Surgió como una reacción al impresionismo en los comienzos del siglo 20. Los pintores Vasily Kandisky (1866-1944) y Franz Marc (1880-1916) así como el escritor Franz Werfel (1890-1945) son artistas representativos de esta escuela.

h) Cubismo

El cubismo, movimiento de arte culto de principios del siglo 20, se dedicó a desmontar temporalmente los objetos en formas simples, y recomponerlos de acuerdo con la subjetividad del artista. El pintor representativo de esta escuela es Pablo Picasso (1881- 1973)

i) Unificacionismo

El estilo artístico de la Teoría de Arte de la Unificación es el Unificacionismo, que es el estilo donde  idealismo y realismo están unidos, centrados en el propósito de la creación
Puesto que el unificacionismo se propone la realización del reino de los cielos en la tierra, debe considerar la realidad o lo real como un aspecto importante. Por consiguiente, el Unificacionismo es realismo. Pero al mismo tiempo, tiene el ideal de regresar al mundo original, durante la vida de realidad. Luego, es un estilo idealista también. Por tanto la unificación de realidad e ideal, es la actitud creativa que está dentro del Principio. Por ejemplo, el Unificacionismo, representaría al ser humano lleno de esperanza, que busca superar las dificultades que existen en el mundo real pecaminoso, y que suspira a la vez por el mundo ideal original. El Unificacionismo está basado en el Corazón, es decir es una teoría centrada en el Corazón de Dios. Por lo tanto, el unificacionismo expresa el amor ideal centrado en Dios, que naturalmente también contiene elementos románticos. Pero no es el romanticismo formulado en el pasado. Al tratar  el amor entre hombre y mujer, representa el amor ideal y realista, entre hombre y mujer que está centrado en el amor de Dios.

Los diferentes estilos y escuelas antes mencionados, pueden ser, divididos en sentido general, en realismo e idealismo. El realismo debe ser entendido no en el sentido de un “estilo que representa la realidad tal como es”, sino más bien como  “el estilo que es considerado de específica actualidad o de moda en un período específico”. El idealismo no debe igualmente ser entendido como  el “estilo que representa a los seres humanos ideales y la realidad ideal”, sino como “el estilo que intenta dar origen a algo nuevo, orientado hacia el futuro, en oposición o reacción a lo que se considera de moda en un periodo específico”.

Originalmente, cada uno de los estilos del pasado, tuvo su punto de inicio en el “idealismo”, y se convirtió luego en “realismo”. El Unificacionismo como estilo de arte, consiste en la “unidad de realismo e idealismo”, en el sentido que los hemos descrito. El estilo básico del Unificacionismo -que es el estilo que sigue el patrón posterior al acto creativo de Dios que estuvo centrado en el Corazón y en el propósito de la creación- es incambiable y eterno, aunque puedan surgir diferencias estilísticas de acuerdo con  las distintas individualidades.


 Figura 7-3 El estilo artístico del Unificacionismo 


V. Requisitos para la Apreciación

La apreciación de una obra de arte, se realiza también a través de una acción de dar y recibir; por consiguiente, en la apreciación también, tanto el sujeto como el objeto precisan ciertos requisitos.

A. Requisitos para el sujeto

Primeramente, como requisito sungsang, el apreciador debe disfrutar de la belleza de la obra de arte asumiendo una actitud correcta, y afrontando la obra con una actitud  de intuición y de contemplación. En otras palabras, el apreciador debe contemplar la obra de arte con un estado de ánimo despejado, libre de pensamientos sucios y mundanos. Para hacer esto, es necesario armonizar la mente espiritual y la mente física, de forma que ambas se relacionen en las posiciones de sujeto y objeto respectivamente, centradas en el Corazón. Ello quiere decir, que el apreciador debe buscar principalmente  los valores de verdad, belleza y bondad, y de forma secundaria los valores físicos.

A continuación el apreciador debe tener un cierto nivel de cultura, gusto, filosofía, individualidad, etc. Es importante también entender el aspecto Sungsang del artista que creó la obra, a saber, el motivo (propósito), el tema, la concepción, la filosofía, el ambiente social e histórico, entre otros. El entendimiento de una obra de arte pasa por el proceso de equiparar el sungsang del apreciador con el de la obra de arte. Tal cosa intensifica la semejanza del apreciador con la obra de arte, lo que finalmente se traduce en la alegría de la apreciación.

Por ejemplo, al tratar de apreciar las obras de Millet, también es importante entender la manera de pensar del propio Millet. En el tiempo de la Revolución de Febrero de 1847, planeaba sobre Francia una atmósfera cargada por las reformas socialistas. Se dice que a Millet no le agradaba esa atmósfera y que ello fue el motivo de que se sintiera atraído por la vida sencilla del campo. Al vivir entre los campesinos, se sintió inspirado por retratar su estilo de vida[1]. Entendiendo la mentalidad de Millet, es más fácil sentir la belleza de sus pinturas.
[1] Millet tenía en mente lo siguiente: “La misión de las bellas artes es la del amor antes que el odio. Incluso cuando las bellas artes describen el dolor de los pobres, su propósito no debe ser estimular ni provocar los celos hacia la clase rica” (Romain Rolland, Millet [en japonés] [ Tokio : Iwanami- Bumko, 1959], p. 9) “Fue el credo de Millet y el último objetivo del arte expresar hasta donde fuese posible la poesía y la belleza de la vida humana en el sufrimiento del trabajo,.” (ïbidem, pp.11-12)


El apreciador, inicia simultáneamente una actividad creativa a través de la acción subjetiva, a fin de intensificar más la semejanza que siente hacia la obra de arte. La acción subjetiva quiere decir que el apreciador añade elementos subjetivos, proporcionando de esta manera valores nuevos, que se suman a los ya creados por el artista. De este modo el apreciador disfruta de un valor aumentado, como el valor del objeto. La acción subjetiva se corresponde con  la “empatía” o teoría de la proyección sentimental que definió Theodore Lipps[1]. Por ejemplo, en una obra de teatro, o en una película, el actor tiene que llorar. La gente en la audiencia a lo mejor llora con el actor, pensando que el actor está realmente triste. Al hacer esto, la audiencia proyecta sus propios sentimientos, juzgando el objeto subjetivamente. Esto es un ejemplo de acción subjetiva, o empatía. A través de la acción subjetiva el que aprecia llega a unirse más con la obra de arte, y genera más alegría.
[1] T. Lipps (1851-1914) dice que hay “empatía” (Einfühlung) cuando el sujeto proyecta en el objeto los sentimientos inspirados por el objeto, y experimenta esos sentimientos como si perteneciesen al mismo objeto.


Por otro lado, el apreciador sintetiza los diferentes elementos físicos que descubre a través de la contemplación, y combina su armonía unificada del conjunto con el sungsang (concepción) del artista, contenido en la obra. En otras palabras, el apreciador halla la armonía de sungsang y hyungsang en la obra.

. Finalmente estudiaremos los requisitos hyungsang para el apreciador. Estos son, los requisitos que se refieren a la condición física del apreciador. Quien aprecia debe tener sus órganos de la vista y del oído en buenas condiciones, así como una buena salud en sus nervios y en el  cerebro. Ya que el ser humano es un ser de sungsang y hyungsang unidos, para apreciar la belleza, que es una actividad del sungsang, es necesario que el cuerpo físico esté en buenas condiciones de salud




B. Requisitos para el Objeto

Las condiciones requeridas para el objeto (la obra de arte), son primeramente que los elementos de belleza, a saber, los elementos físicos de la obra de arte, deben estar en armonía, y centrados en el propósito de la creación. En segundo lugar, el sungsang (motivo, propósito, tema, concepción) y el hyungsang (los elementos físicos) de la obra de arte, también deben estar en armonía.

En el proceso de apreciación o contemplación, la obra de arte es una obra ya completada delante del apreciador, por lo que aquellas condiciones que la obra posea, no pueden ser cambiadas a voluntad por el apreciador. No obstante, como se aclaró anteriormente, la semejanza que el apreciador siente reflejada en la obra de arte, puede aumentar, cuando añade su apreciación subjetiva (acción subjetiva).

En la contemplación de las obras de arte, es también importante preparar el ambiente, como por ejemplo, el lugar, el fondo, y la iluminación, a fin de crear una atmósfera apropiada para la apreciación.

C. Juicios de Belleza   

En base al principio de que “el valor se determina a través de una relación correlativa entre el sujeto y el objeto” (la relación de la acción de dar y recibir), la belleza viene determinada, por medio de la acción de dar y recibir entre el apreciador (un sujeto con los requisitos arriba mencionados para el sujeto) y la obra de arte (un objeto con los requisitos arriba mencionados para el objeto). Es decir, el juicio relativo a la belleza, se hace cuando se cumple el deseo del apreciador que busca la belleza, a través del estímulo emocional que proviene de la obra de arte. El estímulo emocional que viene de la obra de arte, se refiere al elemento de belleza que existe en la obra de arte. Por tanto la belleza en sí misma no existe objetivamente, no obstante los elementos de belleza que existen en la obra de arte se tornan en belleza real, cuando el apreciador juzga que son bellos.

A continuación mencionaré las diferencias entre un juicio de belleza y un juicio de cognición. Un juicio de cognición (juicio cognitivo) se realiza a través de cotejar los elementos internos-prototipos (sujeto) con los elementos externos-contenido sensorial (objeto). Un juicio de belleza (juicio estético), también se lleva cabo por el mismo proceso de cotejar entre un sujeto y un objeto.

Cuando se realiza un juicio cognitivo, la facultad del intelecto participa de forma más activa en el proceso de cotejar, que las otras facultades. Sin embargo cuando la facultad de la emoción es la más activa, se trata entonces de un juicio estético. Es decir, cuando los elementos físicos del objeto son percibidos intelectualmente, se realiza un juicio cognitivo, y cuando son percibidos emocionalmente, se realiza un juicio estético.

Sin embargo, como las facultades intelectual y emocional no pueden separarse totalmente, un juicio estético siempre va acompañado de un juicio de conocimiento o cognición. Por ejemplo, el juicio estético de que “una flor es hermosa”, va acompañado de la cognición de que “esto es una flor”, o por ejemplo de “esta flor es una rosa”.

VI La Unidad en el arte

En toda actividad artística, hay varios aspectos correlativos involucrados en la creación artística, como creación y apreciación, contenido y forma, universalidad e individualidad, eternidad y temporalidad. Estos aspectos (elementos) correlativos originalmente estaban en unidad, no separados. Sin embargo, hasta el presente, la tendencia en las actividades artísticas ha sido separar estos elementos correlativos, o resaltar uno sobre otro, o uno en particular. Por consiguiente la Teoría del Arte de Unificación clarifica la naturaleza de unidad entre esos aspectos correlativo


 Figura. 7-4 Juicio estético y cognición 


A. La Unidad de Creación y Apreciación

Por lo general se ha considerado que la creación es la tarea del artista, y la apreciación del público. Sin embargo, desde la perspectiva del Pensamiento Unificado, ambos, creación y apreciación, son simplemente dos momentos en la actividad de dominio. A fin de ejercer el dominio sobre algo, son necesarios los dos aspectos correlativos de cognición y práctica, y en el campo del arte en particular, la cognición y la práctica que están centrados en la emoción, son la apreciación y la creación. La cognición y la práctica, forman los dos circuitos recíprocos de la acción de dar y recibir, que hay entre el sujeto (el ser humano) y el objeto (todas las cosas). Por lo tanto no puede haber práctica sin cognición, ni cognición sin práctica. Por consiguiente, en el arte, en la relación entre creación y apreciación, no puede haber apreciación sin creación, ni creación sin apreciación.

El artista durante el proceso creativo, aprecia su propio trabajo, y el que contempla o aprecia la obra de arte, también está creando o participando en una actividad creativa. La creación en el momento de la apreciación, se refiere a la acción subjetiva, que es la creación adicional, que se mencionó anteriormente.

B. La Unidad de Contenido y Forma

En algunas escuelas de arte, como la del clasicismo, se resaltó más la forma, mientras que en otras se ignoró la forma, priorizando el contenido. Sin embargo, en el arte, el contenido y la forma se encuentran en la relación de sungsang y hyungsang y en un principio deben estar en unidad. Es decir, el contenido sungsang (motivo, tema y concepción), y la forma expresada con materiales (hyungsang) deben estar en recíproca concordancia. El esteticista japonés Tsutomo Jima, dijo: “La forma es en realidad la forma del contenido, y el contenido no es otra cosa que el contenido de la forma”[1]. Esto quiere decir que el contenido y la forma deben ir unidos.
[1] Tsutomu Inoue, Aesthetics (en japonés) Tokio : Sobunsha 1958, p. 213


C. La Unidad de Universalidad e Individualidad

En todos los seres creados, la imagen universal y la imagen individual están unidas. De igual modo en el arte, universalidad e individualidad se manifiestan en unidad. Primeramente existe unidad de universalidad e individualidad en el artista. Los artistas poseen sus individualidades únicas, y al mismo tiempo pertenecen a una cierta escuela, o tienen algún método de creación en común con la región específica o periodo de tiempo. El primero es individualidad, y el último, universalidad.

Puesto que los artistas poseen universalidad e individualidad, sus obras necesariamente manifiestan la unidad de individualidad y universalidad. Por tanto, en una obra de arte, la belleza individual y la belleza universal se manifiestan de manera unida.

También en la cultura, hay unidad entre universalidad e individualidad. Esto es, al mismo tiempo que la cultura de una cierta región posee características especiales de esa región, reúne también las características comunes de la cultura o de la región a la que por extensión pertenece. Por ejemplo, la estatua de Buda en Seoggul-am grotto es una obra representativa de la cultura Shilla. Es sabido que esta obra fue influenciada por la escuela greco-budista de Gandhara, en la India, que fusionaba a  las culturas budista y griega. Por tanto, en la estatua de Buda de Seoggul-am grotto se unen los elementos nacionales (cultura Shilla) con los elementos internacionales (Escuela de Gandhara).

¿Qué será de la cultura tradicional de cada nación cuando se forme en el futuro la cultura de Unificación? En lo que a esto se refiere, pensemos en la posición del comunismo. Según la teoría de la base y la superestructura, es decir la teoría basada en el materialismo histórico del comunismo, el arte es una parte de la superestructura; por tanto a medida que la economía (la base) se desarrolla, el arte (superestructura) también varía. Luego en un principio, las culturas nacionales no tienen porque ser preservadas. Cuando sea necesario preservarlas, los comunistas lo harán solo desde un punto de vista táctico, por razones de conveniencia para su propia propaganda comunista. Sin embargo este no será el caso del Unificacionismo.

El Unificacionismo tiene como objetivo establecer una cultura unificada, y preservar al mismo tiempo las culturas nacionales. En otras palabras la cultura de Unificación se formará, reuniendo las esencias de las diferentes culturas nacionales, cada una con su propia individualidad,  elevándolas a una dimensión más elevada.


D. La Unidad de Eternidad y Temporalidad

En cada ser creado, el fundamento de cuatro posiciones preservador de identidad, (estático) y el fundamento de cuatro posiciones generador de desarrollo, (dinámico) funcionan en unidad, por ello cada ser creado, existe como una unidad de inmutabilidad y de mutabilidad, o expresándolo de otro modo, como una unidad de lo eterno y lo temporal. Igualmente, en una obra de arte, ambos, el elemento eterno y el elemento temporal, están unidos.

Por ejemplo en el cuadro “El Ángelus” de Millet, el pintor retrata una iglesia, y a un campesino y su esposa en oración con un paisaje rural de fondo, dando un ejemplo que representa la unidad de lo eterno con lo temporal. La iglesia y la imagen de los personajes en oración, trascienden su era y son eternos, mientras que el paisaje campestre y las ropas usadas por el marido y la esposa son temporales, y únicos a aquel particular periodo de tiempo.

Como otro ejemplo, podemos citar unas flores adornando un vaso o una jarra. Las flores representan de por sí lo eterno, lo que ha existido desde hace tiempo, mientras que la forma de la disposición de las flores y el recipiente pueden ser considerados como característicos de un  periodo dado. Esta es pues, otra expresión de la unidad de lo eterno y de lo temporal.
 La belleza de la obra de se hará más deslumbrante cuando al contemplarla apresamos el “instante en la eternidad” o la “eternidad en el instante”.

VII. Arte y Etica 

El arte es una forma de ejercer dominio sobre la creación. El dominio sobre la creación, desde el punto de vista original, solo puede ser llevado a cabo por aquellos que han alcanzado la perfección, después de pasar por el periodo de crecimiento, que incluye las tres etapas de Formación, Crecimiento y Perfección. Como perfección se entiende la perfección del amor y la perfección de la personalidad. Por tanto, primeramente, se debe ser una persona ética, y luego, sobre este fundamento, tener dominio sobre todas las cosas. Esto significa que un artista debe ser una persona ética.

Pensemos acerca de la relación entre ética y arte desde la perspectiva de la relación entre el amor y la belleza. El amor es la fuerza emocional que el sujeto da al objeto, y la belleza es el estímulo emocional que el sujeto recibe del objeto. Así pues, amor y belleza mantienen una estrecha relación, comparable a la que hay entre los dos lados de una misma moneda. Por tanto podemos entender que la ética, que tiene que ver con el amor, y el arte, que tiene que ver con la belleza, están inseparablemente relacionados. Cuando lo vemos de este modo llegamos a la conclusión de que la verdadera belleza se establece sobre la base del amor verdadero.

Hasta el presente, sin embargo, este no ha sido el caso en lo que se refiere a los artistas. Esto ha sido así porque no ha existido, una base filosófica firme que sustente que los artistas deben ser personas con valores éticos. En consecuencia, a pesar de que muchos artistas, los escritores en especial, han tratado el amor como  tema, en el mayor de los casos el amor abordado era un amor del mundo caído, fuera del principio.

Oscar Wilde (1854-1900), quien abogó por el esteticismo, o el arte por el arte, fue recluido en prisión por su homosexualidad, y murió desencantado y en la pobreza. El poeta romántico Lord Byron (1788-1824) desarrolló su creatividad artística, sin importarle tener relaciones licenciosas con muchas mujeres, y llevar una vida disipada. Las obras de tales artistas fueron la expresión de su amor caído o de su agonía.

Hubo, por otra parte, escritores que expresaron el amor verdadero. Leo Tolstoy (1828-1910), fue uno de ellos. Tolstoi al mismo tiempo que describía la vida caída de la clase alta de la sociedad rusa de su tiempo, expresó el amor verdadero. Es decir, a la vez que utilizaba el realismo para expresar la realidad, empleaba el estilo del idealismo, en busca de un ideal. No obstante, ha habido pocos artistas que, como Tolstoi, desarrollasen su actividad artística simultaneándola con un anhelo por el verdadero amor.

VIII. Tipos de Belleza

A. Tipos de Amor y Belleza desde la Perspectiva del Pensamiento Unificado

La belleza queda determinada cuando el sujeto y el objeto inician una acción de dar y recibir centrada en el propósito. Por consiguiente, la belleza varía al depender del observador (sujeto) y también  del tipo del objeto (una obra de arte, una cosa natural) Por lo tanto, la diversidad de la belleza es infinita. No obstante, se pueden establecer tipos de belleza, y agruparlos en clases similares. Por tanto, los estudiosos han intentado presentar lo que ellos consideran como tipos básicos de belleza y caracterizar las cualidades especiales de cada tipo.

Como ya se mencionó, desde el punto de vista del Pensamiento Unificado, amor y belleza son inseparables, y no pueden darse el uno aparte del otro. Cuanto más aman los padres a los hijos, más hermosos éstos aparecen a sus ojos. Al mismo tiempo, a medida que el amor crece en cantidad, la belleza que se siente también aumenta proporcionalmente. Amor y belleza forman un circuito recíproco en la acción de dar y recibir entre sujeto y objeto. Es decir, el sujeto da amor al objeto, y el objeto devuelve belleza al sujeto. Por tanto, amor y belleza son las dos caras de una misma moneda, por lo que al hablar acerca de los tipos de belleza, primero debemos pensar en los tipos de amor.

El amor de Dios se manifiesta divisionalmente a través de la familia, y los patrones básicos de amor en la familia son las tres formas de amor divisional: amor paternal, amor conyugal, y amor de hijos. Estos tipos básicos de amor pueden ser subdivididos en

a) Amor Paternal, Amor maternal
b) Amor de marido, amor de esposa
c) Amor de hijo, Amor de hija
d) Amor de hermanos (amor del hermano mayor, amor del hermano menor)
e) Amor de hermanas (amor de la hermana mayor, amor de la hermana menor)
f) Amor de adulto, amor de adolescente

Aquí, el amor paternal y el amor maternal, o el amor de marido y el amor de esposa, están en una relación correlativa. Cada uno puede ser considerado separadamente como una de las dos mitades que se complementan
El amor paternal posee cualidades como: severidad, magnanimidad, amplitud, solemnidad, profundidad, y admiración. Por tanto, el amor paternal se manifiesta como un amor severo, magnánimo, amplio, solemne, profundo, sobrecogedor, entre otros. Por el otro lado, el amor maternal es apacible y pacífico, y se caracteriza como el amor amable, noble, cálido, delicado, dulce, apasionado.

A continuación está el amor conyugal. El amor de marido es un amor masculino, y es un amor que se manifiesta delante de la esposa como: activo, digno de confianza, valiente, resuelto. El amor de la esposa es femenino y aparece ante su marido como un amor pasivo, comprensivo, obediente, reservado.

El amor de los hijos aparece ante sus padres como amor filial, obediente, dependiente, juvenil, cómico, bonito, entre otros. Además, el amor de un hermano mayor por sus hermanos y hermanas menores, el amor de una hermana mayor por sus hermanos y hermanas menores, el amor de un hermano menor por sus hermanos y hermanas mayores, y el amor de una hermana menor por sus hermanos y hermana mayores- cada uno de ellos tiene sus  propias características especiales. Las tres formas básicas de amor se manifiestan según estas características, dando lugar a un amor de innumerables colores.

En correspondencia con estas tres formas básicas de amor, aparecen tres formas básicas de belleza, a saber, belleza paternal, belleza conyugal, y belleza de los hijos. Estas pueden diferenciarse posteriormente como:

a) Belleza paternal, Belleza maternal
b) Belleza de marido, Belleza de la esposa
c) Belleza del hijo, Belleza de la hija
d) Belleza de hermanos (belleza del hermano mayor, belleza del hermano menor)
e) Belleza de hermanas (belleza de la hermana mayor, belleza de la hermana menor)
f) Belleza de adulto, belleza de adolescente, etc.

Estas pueden ser subdivididas en tipos de bellezas con sus diversas características:

Belleza Paternal: solemne, magnánima, severa, amplia, profunda y sobrecogedora.
Belleza maternal: amable, noble, cálida, delicada, pacífica y afectiva.
Belleza del esposo: masculina, activa, digna de confianza, trágica, resuelta, valiente       y prudente.
Belleza de la esposa: femenina, pasiva, comprensiva, obediente, sentida, tierna, risueña y comedida.
Belleza de los hijos: filial, obediente, dependiente, juvenil, cómica y bonita (en un sentido masculino).
Belleza de las hijas: filial, obediente, dependiente, juvenil, cómica y bonita (en un sentido femenino).

El amor que un padre da a un hijo, no es siempre sosegado y cariñoso. El padre riñe severamente a sus hijos cuando éstos no obedecen sus instrucciones. En un principio puede que a los hijos no les siente bien, pero más tarde se sentirán agradecidos. El amor cálido-tipo primavera- no es la única forma de amor. También lo es el amor severo o estricto-tipo invierno. El niño puede sentir este último como un tipo de belleza, es decir como belleza rigurosa.

Supongamos que el hijo ha cometido un error y regresa a su casa preocupado porque espera ser reñido con severidad por su padre. Supongamos entonces, que el padre inesperadamente perdona al hijo y le habla como si no hubiera pasado nada. El hijo seguramente siente entonces una belleza inmensa - tipo océano, en su padre Esta sería la belleza magnánima. Por tanto, cuando los hijos reciben diferentes clases de amor de su padre, sienten a su vez tipos de belleza con los diferentes matices respectivos. El amor de la madre es diferente del amor del padre. El amor de la madre es siempre sereno y pacífico. Los hijos sienten, de esta clase de amor que viene de su madre, una belleza amable y delicada.

La esposa siente el amor de su marido como masculino y fuerte. Este es el tipo de belleza masculino. Como respuesta el marido siente el amor de su esposa como femenino y tierno. Este es el tipo de belleza femenino.

Es parte de la naturaleza original de los niños el querer agradar a sus padres. Los hijos quieren atraer la atención de sus padres de cualquier forma, como, por ejemplo, haciendo dibujos, bailando alrededor o haciendo otras cosas. Así es el amor de los hijos, que los padres sienten como una belleza graciosa. Los padres también puedan ver en esas situaciones aspectos cómicos. Este tipo de belleza es la belleza cómica. Por otra parte, a medida que los hijos crecen, la belleza correspondiente a su edad, es sentida de forma diferente por sus padres. Los hijos manifiestan tipos de belleza únicos, como, el amor entre hermanos y hermanas o amor fraternal.

Los tipos de belleza arriba mencionados, posteriormente se componen y transforman, y dan lugar a innumerables formas de belleza.  Extendidas al ámbito del mundo natural o a las obras de arte, se manifiestan en la belleza de la naturaleza y la belleza de las obras de arte. Las diversas formas de belleza que se forman en las relaciones humanas,  tienen como su base la familia, y se transforman en las relaciones entre el ser humano y la naturaleza, y entre el ser humano y las obras de arte.

Por ejemplo, al contemplar una montaña que aparece ante nosotros, o la cascada de agua que se despeña del acantilado, se siente una belleza solemne, que es extensión y transformación de la belleza paternal. Ante un lago tranquilo, o ante el sosiego que transmite un prado, la belleza no es sino una extensión y transformación de la belleza maternal. Los sentimientos producidos ante unos cachorros de animales recién nacidos, o cuando surgen los brotes de las plantas, son una extensión y transformación de la belleza de los hijos. Lo mismo se puede decir acerca de las obras de arte. Los cuadros y estatuas de la Virgen María son una expresión de la belleza maternal, y la arquitectura gótica puede ser entendida como una transformación de la belleza paternal.

B. Tipos Tradicionales de Belleza

En la historia de la estética, se consideró como tipos básicos de belleza el concepto  o categoría estética de la gracia (Grazie) y el de lo sublime (Erhabene). La gracia es el tipo de belleza que agrada de una forma afirmativa y directa. Es la  belleza equilibrada producida por la  armonía. Lo sublime, por otro lado, es el tipo de belleza que proporciona una sensación de asombro, o un sentimiento de admiración, como, por ejemplo, el sentimiento que se tiene al mirar una elevada montaña o el oleaje del mar.

Kant, sostenía que en la belleza (gracia) se hallaban los componentes de la belleza libre (freie Schönheit) y  de la belleza adherente (anhängende Schönheit). Belleza libre es la que se percibe sin que se sepa nada del objeto a contemplar, sin restricción de ningún concepto. Es una belleza pura, no se tiene ningún tipo de idea que nos haga cuestionar su belleza. Belleza adherente es la que depende del concepto que tengamos acerca del objeto analizado, de un cierto propósito, como lo que es apropiado para vestir, o el lugar donde a uno le guste vivir.

En las teorías de arte se menciona generalmente también, la belleza pura (Reisemne), la belleza trágica (Tragische), y la belleza cómica (Kimische).
No obstante tales tipos tradicionales de belleza, han sido especificados por la experiencia humana, y el criterio para su clasificación ha sido ambiguo. En contraste con ello, los tipos de belleza en la Teoría de Unificación del Arte están basados en claros principios.


 IX Una Crítica del Realismo Socialista

A. El Realismo Socialista

Entre las actividades revolucionarias comunistas, una de las más destacadas fue la actividad artística, cuyo estilo de creación fue denominado el realismo socialista. ¿Qué era el realismo socialista? Lenin dijo que el arte debía estar del lado del proletariado:

El arte pertenece al pueblo. Las más profundas fuentes de donde el arte mana deben ser halladas en el amplio espectro de la clase de los trabajadores. El arte debe estar basado en sus sentimientos, pensamientos y demandas. Y debe crecer junto con estos[1].
[1]  Clara Zetkin, Erinnerungen an Lenin (Berlin : Dietz Verlag, 1957) p. 17; my translation


 [La Literatura] debe ser la literatura del partido…. ¡Abajo los escritores no partidarios de la guerrilla! ¡Abajo los superhombres literarios! La literatura debe llegar a ser parte de la causa común del proletariado, “una tuerca y un tornillo” de un único y gran mecanismo Social-Democrático que se pone en movimiento por la vanguardia conscientemente política, del conjunto de la clase trabajadora.[1].
[1] CWL, Vol. 10 (Moscow : Progress Publishers, 1962), p. 45


Igualmente, el fundador del realismo socialista en literatura, Máximo Gorky (1868-1936), dijo lo siguiente acerca del realismo socialista:

Para nosotros los escritores, es necesario, tanto al vivir como al crear, mantener la alta perspectiva - y solo aquella alta perspectiva, que pueda distinguir claramente todos los sucios crímenes del capitalismo, y sus malditas y ruines intenciones, así como toda la grandeza de las heroicas actividades del proletariado.[1]En la era contemporánea, los escritores tienen como misión interpretar al mismo tiempo, dos papeles, el de comadrona [del socialismo] y el de enterrador [del capitalismo].[2]
El principal objetivo del realismo socialista es inspirar una visión y sentido del mundo que sean revolucionarios.[3]
[1] Gorky, “Marshland and Highlands” in Mother (en japonés) (Tokio : Shin-Nippon Bunko, 1976), Vol.2 p.355
[2] Gorky, “On socialist Realism “ (Sobre el realismo Socialista), in An Introduction of Literature  (en japonés) (Tokio : Auki Shoten, 1962) p. 136
[3] Ibidem p. 148


En otras palabras, escribir poesía y novelas, pintar y demás actividades, debían tener como objetivo exponer los crímenes del capitalismo y ensalzar el socialismo, mientras que las obras de arte debían inspirar a lectores y espectadores a que respaldasen la revolución con una actitud recta y ferviente.

El realismo socialista fue formulado por los artistas soviéticos bajo la supervisión de Stalin en 1932, y llegó a aplicarse a todos los campos de la actividad artística, como literatura, teatro, cine, pintura, escultura, música, y arquitectura. Su tesis era la siguiente:

(1) Describir la realidad exactamente con una concreción histórica en su desarrollo revolucionario
(2) Conformar la propia expresión artística con los temas de reforma ideológica y la educación de los trabajadores en el espíritu socialista.

¿Cuál fue el terreno ideológico del que nació el realismo Socialista? Fue la teoría Marxista de “la Base y la Superestructura””. Marx declaró en la Introducción de “Contribución a la Crítica de la Economía Política”

La totalidad de esas relaciones de producción constituyen la estructura económica de la sociedad, el fundamento real, sobre el que se alza una superestructura política y legal, y a la que corresponden definidas formas de conciencia social [el arte incluido][1].
[1] K. Marx, Contribución a la Crítica de la Economía Política (Moscú : Progress Publishers, 1970), p. 20



Stalin elaboró así la teoría de “Base y Superestructura”:

Una vez ha tomado forma, [la superestructura] se convierte en una fuerza extremadamente activa, asistiendo activamente a su base a consolidarse y tomar forma. La superestructura es creada por la base, precisamente con el fin de servirla, para ayudarla activamente a tomar forma y consolidarse.[1]
[1] J.V. Stalin El Marxismo y los Problemas de la Lingüística (Peking : Foreing Languages Press 1972), p.5


La superestructura es el producto de una época, la época en la que la base  económica existe y opera. La superestructura tiene por eso una vida corta; se elimina y desaparece con la eliminación y desaparición de la base[1].
[1] Ibidem, p. 7



Para sintetizar y resumir, lo arriba descrito, “el arte Comunista debe cooperar activamente en la desaparición del sistema capitalista y su superestructura, es decir su actividad política, legislativa y artística, mientras que en la sociedad Comunista (sociedad socialista), debe servir activamente para mantener y fortalecer su sistema económico, educando al mismo tiempo a la gente trabajadora”.
Sobre esta teoría nació el Realismo Socialista.

B. Crítica del Realismo Socialista

Según Lenin, “la literatura debe pertenecer al Partido”, según Stalin, “los escritores  son los ingenieros del espíritu humano”, y según Gorky “los escritores son la comadrona del socialismo y los enterradores del capitalismo”, por tanto lo que se pedía a artistas y escritores es que obedeciesen absolutamente las directrices del Partido, aún a costa de ignorar completamente su individualidad y libertad. Por eso, en la Unión Soviética, artistas y escritores vivieron bajo vigilancia y opresión desde la Revolución. Especialmente a finales de la década de 1930, cuando Stalin iniciaba el realismo socialista, un gran número de artistas  y escritores fueron arrestados y purgados como herejes.[1]. Incluso después de la muerte de Stalin, el realismo socialista continuó siendo la teoría de arte del régimen, y esa fue la causa de que muchos artistas y escritores se hiciesen disidentes.
[1] En Que la Historia juzgue: Orígenes y Consecuencias del Estalinismo (London  : Macmillan, 1972), R. A. Medvedev, quien fue crítico a Stalin, describe como fueron oprimidos los artistas y escritores Soviéticos a finales de los años 30. Medvedev explica la realidad del Realismo Socialista, diciendo que,  el realismo socialista no describía la verdadera realidad, sino que por el contrario exageraba la realidad para exagerar el comunismo. El declara que  “en los cuarenta…la exageración de la realidad se convirtió en el sello de muchos escritores. Lo deseable fue a menudo indistinguible de lo real” (p.531). La actividad artística estuvo a cotas  muy bajas. Una gran cantidad obras grises y poco interesantes aparecieron en todos los campos de la literatura y el arte. (p.532)



Como reproche al realismo socialista, el crítico de arte Herbert Read dijo, “el realismo socialista no es más que un intento de rellenar el arte de contenidos intelectuales o dogmáticos.”[1]. ILSA G. Ehrenburg (1891-1967), un novelista y periodista soviético que fue galardonado con dos Premios Stalin por dos de sus novelas, y que finalmente terminó criticando a Stalin, dijo, “lo que se describe en un libro que retrata a una mujer tejiendo en un telar no es un ser humano sino una máquina, y no hay sentimientos humanos sino simplemente el proceso de producción”[2]
[1] H. Read, “Art and Society”, en The Philosophy of Art por Yohan Choe, p. 169
[2] I. Erenburg, “The work of a Writer”, en The Philosophy of Art , por Yohan Choe, p. 169.


El crítico de arte Coreano Yohan Cho, criticó también la imagen del ser humano en el realismo socialista, como sigue:

“Los campesinos y trabajadores que ellos [los escritores soviéticos] describían eran héroes y heroínas extraordinarios que no mostraban ni el más mínimo signo de intranquilidad. Casi todo era así, debido a que lo que se propagaba era una teoría de ausencia de conflicto. Esto es, parecían no tener ninguna clase de ansiedad en absoluto. Ni parecían tener vida propia. Por tanto, esta literatura nunca podía expresar el mundo interno de una persona”[1]
[1] Yohan Choe, The Philosophy of Art, pp. 168-169



En Abril de 1986, tuvo lugar un accidente en la planta de energía nuclear de Chernobyl, en la República de Ucrania en la antigua Unión Soviética. Con respecto a este accidente, Mikhail Gorbachev entendió que el accidente nuclear había sido un gran desastre, pero que aún había un problema más grande por solucionar, a saber, la burocracia. Con ocasión de una reunión de escritores de la unión, dijo “En el tiempo de la Revolución, Gorky expuso y condenó la corrupción y crímenes de los funcionarios públicos. Igualmente, los funcionarios públicos de hoy, han vuelto a caer en la burocracia, y hay mucha corrupción. Por eso, vosotros los escritores no debéis dudar en criticarlos a través de vuestras obras.”. Parece ser que entonces cierto poeta, parece ser que solicitó al gobierno Soviético que dejase de censurar las obras literarias. Hizo esto porque, los artistas y escritores soviéticos, estaban privados de libertad, en nombre del realismo socialista.

En la China comunista, Mao Tse Tung, concedió libertad a los intelectuales durante un tiempo, con su política de “permitir que contiendan el centenar de escuelas de pensamiento”, antes de la Gran Revolución Cultural Proletaria. Fue entonces cuando  la mayoría de los intelectuales criticaron las políticas socialistas. Pocos años más tarde, Den Ziaoping adoptó una política de pragmatismo, y comenzó a dar poco a poco libertad a los intelectuales. Como resultado de esto, un renombrado teórico  de la China comunista, Wang Ruo, reveló que en tanto en el socialismo como en el capitalismo existe alienación

Cuando consideramos estos hechos, nos damos cuenta que el realismo socialista, como arte de la revolución proletaria, y como arte servil al partido político, ha demostrado su total falsedad.



C. El Proceso al Comunismo por los Escritores

Los líderes comunistas obligaron a artitas y escritores a alabar el comunismo desde el punto de vista del realismo socialista, pero a pesar de ello los artistas y escritores que sinceramente buscan el verdadero arte, han criticado al comunismo por su falsedad.

André Gide (1869-1951), un escritor  Francés que había quedado fascinado por el comunismo, asistió al funeral de Gorky en 1936, y viajó poco después a la Unión Soviética por un mes. En su libro Regreso de la U.R.S.S. expresó con franqueza su decepción acerca de la sociedad Soviética que había visto. En la introducción escribió:

Hace tres años declaré mi admiración, mi amor, por la U.R.S.S.. Allí se estaba fraguando un experimento sin precedentes, que había llenado nuestros corazones de esperanza, y del que esperábamos un inmenso avance, un impulso capaz de llevar delante de un gran paso al conjunto de la raza humana…En nuestros corazones y en nuestras mentes, vinculamos resueltamente el futuro de la cultura al glorioso destino de la U.R.S.S.[1]
[1] André Gide, Back From the U.S.S.R. (London : Martin Secker & Warburg Ltd. 1937) p. 11


Sin embargo, después de haber estado en contacto con el pueblo durante un viaje de un mes, escribió lo siguiente:


En la U.R.S.S. todo el mundo sabe de antemano, y de una vez por todas, que en cada uno de los temas solo puede haber una opinión. Por eso cada vez que hablas con un ruso tienes la sensación de estar hablando con todos[1]
[1] Ibidem, pag. 148



Finalmente denunció con dureza la Unión Soviética:

Lo que se desea y se pide es la aprobación de todo lo que se ha hecho en la U.R.S.S… y dudo que en cualquier otro país en el mundo, entre ellos la Alemania de Hitler, exista un pensamiento, más servil, más temible (aterrorizado), más esclavo y menos libre.[1]
[1] Ibidem, p. 45


El escritor Soviético Boris L. Pasternak (1829-1960) escribió secretamente Doctor Zhivago, en la que expresaba su decepción con la Revolución Rusa y defendía la filosofía del amor. Este libro no se publicó en la Unión Soviética, pero si en países extranjeros, donde tuvo una favorable acogida. Se decidió recompensar a Pasternak con el premio Nobel, sin embargo, en su país fue expulsado de la Unión de Escritores, y denunciado como un escritor reaccionario y anti-soviético. Pasternak en este libro, declaraba a través de  Zhivago, y expresando en voz alta su propia conciencia, lo siguiente:

¿El marxismo una ciencia?.. El terreno del comunismo es demasiado inseguro como para serlo. Las ciencias son más equilibradas, más objetivas.  No conozco un movimiento más centrado en sí mismo ni más alejado de los hechos que el Marxismo[1].
[1] Boris Pasternak, Doctor Zhivago, (New York : Ballantine Books, 1981), p. 259



 También denunció la actitud tomada por los revolucionarios hacia los intelectuales, diciendo:

Al principio todo es espléndido: “Acompáñanos. Recibimos con agrado el trabajo que es bueno y honesto, nos agradan las ideas, especialmente las ideas nuevas. ¿Qué podría complacernos más? Haz tu trabajo, lucha, continúa.” Luego en la práctica encuentras que lo que ellos entienden por ideas no es otra cosa que una retórica artificiosa, de alabanza a la revolución  y al régimen”[1].
[1] Ibidem, p. 409.




D. Errores de la Teoría del Arte Comunista desde la perspectiva del Pensamiento Unificado

Las causas de los errores del realismo socialista son las que siguen:

En primer lugar, el realismo socialista no contempla el arte como la “actividad de crear belleza y alegría para el conjunto (creación) así como para uno mismo (apreciación) respetando la individualidad del artista”, sino que ha hecho que el arte haya llegado a ser un medio de educar a la gente, según la política del Partido. Los artistas deben manifestar la propia individualidad en su obra en el más alto grado. Haciéndolo, complacen a Dios y a los demás. El realismo socialista, ha privado a los artistas de su propia individualidad  y ha estandarizado las obras de arte. Por tanto no hay forma de dar a luz así al verdadero arte.
En segundo lugar, el realismo socialista niega a Dios; por tanto ha perdido el estándar fundamental de la actividad artística. En su lugar, establece estándares arbitrarios basados en la política del partido, forzando a artistas y escritores a avenirse a ellos.

En tercer lugar, ya que  la belleza y el amor están estrechamente relacionados como las dos caras de una moneda, el arte y la ética también deben estar en la misma relación (las dos caras de una misma moneda). No obstante, como la sociedad comunista niega la ética del amor, ha transformado el arte en un arte sin amor, un arte como instrumento para gobernar a la gente.

En cuarto lugar, el arte no es la superestructura. Sin embargo, el realismo socialista lo contempla como una superestructura y lo hace descender hacia el estatus de sirviente del sistema económico (o la base). No obstante, en realidad el arte no viene determinado por el sistema económico. El mismo Marx hizo la siguiente confesión en la última parte de  Contribución a la Crítica de la Economía Política:

La dificultad con la que nos enfrentamos no es, sin embargo, tratar de entender como se pueden asociar el arte y la épica griegos, a determinadas formas del desarrollo social. La dificultad reside en que aún nos proporcionan placer estético, y son en ciertos aspectos consideradas como un modelo e ideal inalcanzables[1]
[1] K. Marx, A Contribution to the Critique of Political Economy, p. 217


Según la concepción materialista de la historia, la cultura Griega (parte de la superestructura), ya debía haber desaparecido sin dejar rastro, y por tanto la gente contemporánea no debería sentir interés por ella. Sin embargo a Marx le era difícil entender porqué el arte Griego y la poesía épica, como la Ilíada y la Odisea, no solo agradaban a la gente contemporánea, sino que además eran modelos o guías de arte.

Esto no es otra cosa que el propio testimonio de Marx del error de su teoría de “base y superestructura”.

Los seres humanos poseen el deseo fundamental de buscar los valores de verdad, bondad y belleza. A pesar de estar caída, la humanidad ha tenido este deseo universalmente, en todos los periodos. Por tanto cuando los valores de verdad, bondad y belleza se expresan en una obra de arte, ésta atrapa el corazón de todo el mundo. El hecho de que el arte Griego haya continuado complaciendo a la gente hasta el día de hoy, es debido a que contiene los valores eternos de verdad, bondad y belleza.

 Por último, consideremos a Gorky y Tolstoi, dos escritores quienes con estilo diferenciado, coincidieron en condenar la corrupción de la sociedad Soviética de la misma forma y casi en el mismo periodo.

Gorky aceptó el comunismo, que buscaba derrocar de forma violenta el capitalismo y defendió que la misión del artista debía consistir en inspirar la revolución. Por tanto escribió obras que glorificaron el movimiento revolucionario. Su obra La Madre ha sido considerada como una obra maestra del realismo socialista. En ella se describe la imagen de una madre, una mujer trabajadora sin educación, que poco a poco va despertando a la naturaleza de clases de la sociedad debido al deseo de proteger a su único hijo, que ha sido encarcelado con el cargo de actividades revolucionarias. Finalmente ella misma se convierte en una activa participante en el movimiento revolucionario.

Tolstoi, por su parte, condenó los males sociales, al mismo tiempo que proponía que la única forma de tratar de resolverlos era recuperar la verdadera naturaleza humana a través del amor. Una de las obras maestras de Tolstoi, es Resurrección. Un joven aristocrático, que forma parte de un tribunal como miembro del jurado, se entera de que una joven a la que él había seducido en un desliz de juventud, había sido degradada hasta el punto de tener que ser juzgada. El reconoce su mala conciencia, se arrepiente y decide salvarla. Finalmente, la mujer es rehabilitada y el joven emprende también una nueva vida.

 La actitud escogida por Gorky fue la actitud externa de la revolución social, mientras que Tolstoi escogió la actitud interior de la revolución espiritual. ¿Cuál era la actitud correcta? El camino de la revolución, escogido por Gorky, era el camino equivocado, como lo indica la realidad de la sociedad socialista de hoy, que oprime la naturaleza humana y persiste en la corrupción burocrática. Por otro lado, el camino que Tolstoi escogió era el verdadero, en el sentido de que era el camino para la recuperación de la naturaleza humana. Hay que puntualizar, sin embargo que tenía sus limitaciones para salvar a la humanidad en conjunto.

En este punto hay que decir, que el Pensamiento Unificado busca el camino para que ambos, la humanidad y la sociedad, sean reformados en el orden previsto originalmente. Esto será posible a través de una comprensión correcta acerca de Dios. En otras palabras, al conocer  correctamente los atributos de Dios, el Creador de la humanidad y el mundo, podremos conocer el estado ideal de los seres humanos previsto originalmente. Todo lo que hay que hacer es reformar la humanidad y la sociedad en esa dirección. El nuevo arte defendido por el Pensamiento Unificado es el Unificacionismo, en el que idealismo y realismo se unen, centrados en el Corazón de Dios (amor). El Unificacionismo busca reformar la realidad hacia el ideal original de la humanidad y de la sociedad



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