AXIOLOGIA
La era contemporánea es una era de gran confusión y de grandes carencias.
Las guerras y conflictos no cesan, e innumerables males asolan la tierra, como
el terrorismo, la destrucción, los incendios provocados, los secuestros, el
asesinato, el abuso de drogas, el alcoholismo, la decadente moral sexual, la
crisis de la familia, la injusticia, la corrupción, la opresión, y la
difamación.
En medio de esta gran confusión, aquellos bienes de mayor valor para la los
seres humanos casi se han esfumado. Me estoy refiriendo a la pérdida de
confianza entre la gente, al deterioro de la autoridad de los padres, de los
profesores, y de los gobernantes, el olvido de la dignidad del ser humano, la
indiferencia ante las tradiciones, y la pérdida de la dignidad de vida.
¿Cuáles son las causas de esta confusión y pérdidas? La causa está en el
derrumbamiento de las perspectivas tradicionales sobre el valor. Es decir, los
puntos de vista tradicionales sobre la verdad, bondad y belleza, están siendo
dejados de lado. Entre todos ellos, el concepto de bondad es el que más se ha
debilitado, pero también los aspectos morales y éticos existentes se están
viniendo abajo precipitadamente. ¿Cuáles son pues las causas del derrumbamiento
de los puntos de vista tradicionales?
Primeramente, Dios ha sido eliminado de todas las áreas, incluyendo la
economía, la política, la educación y el arte. Al mismo tiempo, los valores
religiosos están siendo relegados. Ya que casi todos los sistemas tradicionales
de valores tienen como base la religión, la visión del valor que pierda su base
religiosa, no puede por menos que declinar.
Segundo, el materialismo, el ateísmo, y especialmente el comunismo se han
diseminado por todas partes. El trabajo del comunismo ha consistido en dividir
a la gente en dos clases, y fomentar entonces los conflictos entre ambas,
extendiendo desconfianza y hostilidad. Al hacer esto, ha desacreditado e
intentado destruir las perspectivas tradicionales de los valores, ya que según
esta ideología los valores tradicionales vienen del feudalismo, y son una
excusa para seguir manteniendo los sistemas tradicionales existentes.
Tercero, los conflictos entre religiones y filosofías están acelerando el
derrumbamiento de los valores. Los valores que existen, fueron establecidos
sobre la base de las diferentes filosofías y religiones, y de persistir el
desacuerdo entre religiones y filosofías, la tendencia de la gente a
relativizar esos valores irá en aumento.
Cuarto, las virtudes religiosas tradicionales han perdido su poder de
persuasión para con la gente moderna, que tiende a pensar científicamente. Si
las enseñanzas de las religiones tradicionales contradicen a la ciencia o no la
tienen en cuenta, no van a ser aceptadas por la gente moderna, que deposita
confianza absoluta en la ciencia.
Al observar este desplome de los valores tradicionales, comprendemos que es
necesaria una nueva perspectiva del valor. ¿Como debe ser esa nueva visión de
los valores? Primeramente, esa nueva visión del valor, debe ser capaz de
abrazar las enseñanzas fundamentales de todas las religiones y de todos los
sistemas de pensamiento. También debe ser capaz de superar al materialismo y al
ateísmo. Asimismo, debe ser capaz de abrazar e incluso de guiar a la ciencia.
Tal es la visión del valor centrada en el Dios absoluto. La Axiología de la
Unificación persigue esta visión del valor.
Este nuevo enfoque del valor se presenta con el propósito de servir al
establecimiento de la sociedad del futuro. La sociedad futura es la sociedad
que construirán las personas de naturaleza original, de intelecto,
emoción y voluntad centrados en el Corazón. Por tanto, la sociedad futura será
la sociedad donde las actividades de la emoción, intelecto y voluntad de los
hombres, se armonizarán centradas en el Corazón. Al decir nuevos valores, nos
referimos a los valores que se corresponden con las facultades originales, de
intelecto, emoción y voluntad.
Las facultades de intelecto, emoción y voluntad, persiguen los valores de
verdad, bondad, y belleza, y su objetivo es una sociedad de verdad, una
sociedad de arte, y una sociedad de ética. Para la realización de una sociedad
de verdad, es necesaria una teoría de la educación que busque el valor de
“bondad”. Para realizar una sociedad de “belleza” o sociedad del arte, es
necesaria una teoría del arte que busque el valor de “belleza”. Para realizar
una sociedad de “bondad”, o sociedad ética es necesaria una teoría de
normas éticas que vaya en busca del valor de “bondad”. Ya que la
axiología, es una teoría que generalmente trata con los valores de verdad,
bondad y belleza, la axiología es la teoría que sirve de base a las otras tres
teorías.
La sociedad del futuro será pues la sociedad donde se vean realizados los
valores de verdad, bondad y belleza. En tal sociedad se llegará a un alto nivel
de desarrollo con el progreso de la ciencia, resolviéndose de una vez por
todas, todos los problemas económicos de la sociedad. Las vidas de los hombres
se orientarán principalmente a realizar los valores. La sociedad en la que se
realizan los valores de verdad, bondad, y belleza, es la sociedad de la cultura
del corazón, o la sociedad de cultura unificada.
I. La Base para los Valores y las Diferentes Clases de Valores
Para comenzar el estudio de esta nueva visión del valor, consideraremos en
primer lugar, qué son los valores. Luego estudiaremos la base donde se asientan
los diferentes valores, y finalmente, estudiaremos las diferentes clases de
valores.
A. ¿Qué son los Valores?
Hablando en términos generales, los valores se pueden clasificar en:
valores materiales y valores espirituales. Como valores materiales se entienden
los valores útiles en la vida diaria de la gente, como los artículos de
consumo. Por su parte, los valores espirituales son los valores que se
corresponden con las facultades de intelecto, emoción y voluntad, o valores de
verdad, bondad y belleza. La Axiología de Unificación se ocupa principalmente
de los valores espirituales.
Como valor se entiende la cualidad del objeto, que satisface el deseo del
sujeto. Esto es, cuando el objeto tiene una cierta cualidad, que satisface el
deseo o interés del sujeto, y así es reconocida por el sujeto, esa
cualidad especial del objeto, es lo que llamamos valor. En otras palabras, el
valor es algo que pertenece al objeto. Sin embargo, si no es reconocido por el
sujeto, no llega a ser real. Por ejemplo, aunque estemos ante una flor, de no
haber alguien (el sujeto) que perciba la belleza de esa flor, el valor de la
flor no llegará a ser real. Por tanto, para realizar el valor, un sujeto debe
reconocer la cualidad del objeto y debe apreciarla como una cualidad de
valor.
B. La Dualidad de Deseo, Propósito y Valor
A fin de estudiar los valores, necesitamos analizar el deseo del sujeto.
Los estudios filosóficos acerca de los valores (incluidos los valores
materiales), se han centralizado, generalmente, solo en los fenómenos
objetivos, y han excluido la consideración del deseo humano. Por esa razón, son
valores débiles, como el árbol que no tiene raíces o como el edificio que no
tiene cimientos. Un árbol sin raíces se seca, y un edificio sin cimientos
termina viniéndose abajo. Por consiguiente, los sistemas de pensamiento
existentes, se ven impotentes a la hora de resolver los diversos problemas
sociales. Por ejemplo, las teorías de economía, preocupadas en los valores
materiales, no han podido resolver el actual desconcierto económico. Un
problema de difícil solución, al que los propios economistas son ajenos, y que
se produce reiteradamente, es el referido a las consecuencias que tienen
las relaciones entre trabajadores y gestores empresariales, en los resultados
de los negocios. ¿Por qué es un problema de difícil solución? Porque no se ha
analizado el deseo en sí. A pesar de que todos los economistas saben que el
deseo humano es la motivación de la actividad económica, no se ha hecho un
análisis serio del mismo, y en consecuencia esas teorías han sido como
edificios sin una base o fundamento. Por lo tanto, empezaremos por analizar el
deseo a fin de entender estos fenómenos correctamente.
Ya que los hombres son seres de sungsang y hyungsang unidos, o en otras palabras, son seres
con una mente dual (mente espiritual y mente física), los deseos humanos, son
igualmente de dos clases, a saber, el deseo sungsang y el deseo hyungsang. El deseo sungsang es el deseo de la mente espiritual, o
sea el deseo por la verdad, bondad, belleza y amor, y el deseo hyungsang es el deseo de la mente física, es
decir, el deseo por el alimento, el vestido, el cobijo, y el sexo.
¿Con que propósito existen los deseos humanos? Existen para realizar el
Propósito de la Creación. El propósito de Dios para la creación, es obtener
alegría a través de amar a Su objeto. Por su parte, el propósito de la
creación, especialmente en el caso de los seres humanos, es devolver belleza a
Dios y darle alegría. El propósito para la creación de los seres humanos, se
cumple a través de la realización de las Tres Grandes Bendiciones, a saber, ser
fructíferos, multiplicarse y tener dominio sobre todas las cosas (Gen, 1:28).
En consecuencia, el propósito de la creación para los seres humanos no es otro
que el cumplimiento de las Tres Grandes Bendiciones.
Si en el tiempo de la creación, Dios hubiese dado a los seres humanos
propósito y no les hubiese dotado de deseo, habría sido suficiente con pensar
“hay un propósito de la Creación”, o “existen las Tres Grandes
Bendiciones”. Pero así nunca se podría realizar el Propósito de la Creación.
Por tanto Dios tuvo que dar al hombre el impulso de voluntad para realizar ese
propósito, es decir el impulso de la mente que lleva a hacer u obtener algo. El
deseo es ese impulso. Por tanto, los hombres crecen gradualmente hacia la
madurez, llevados por el impulso innato de lograr el propósito de la creación,
a saber, las Tres Grandes Bendiciones.
Los deseos humanos incluyen el deseo sungsang y el deseo hyungsang. También en el
propósito, y en correspondencia con los deseos, hay un propósito sungsang y un propósito hyungsang. El propósito
sungsang es el que se refiere al aspecto sungsang del Propósito de la Creación y el
propósito hyungsang el que se refiere al aspecto hyungsang del Propósito de la Creación.
Al mismo tiempo un ser humano, es un cuerpo conectado con un propósito
dual, a saber, el propósito para el conjunto, y el propósito para el individuo.
Por consiguiente, el propósito sungsang y el propósito hyungsang tienen por objetivo realizar el
propósito para el conjunto y el propósito para el individuo, respectivamente.
Por ello, el Propósito de la Creación se realiza a través del cumplimiento del
propósito para el conjunto y del propósito para el individuo. El propósito para
el conjunto es servir a la familia, sociedad, nación, mundo y finalmente a
Dios, el Padre de la Humanidad. Es decir consiste en proporcionar alegría a la
humanidad y a Dios. Por otro lado, el propósito para el individuo consiste en
vivir para el propio crecimiento y en buscar la propia alegría. No solamente
los hombres, sino todas las cosas también tienen un propósito por el conjunto y
un propósito individual.
El camino que siguen las cosas para cumplir el propósito de la creación es
diferente del de los hombres. Las sustancias inorgánicas cumplen su propósito
de la creación siguiendo la ley natural. Las plantas lo hacen por la autonomía
del Principio (la vida)*,
dentro de ellas, y los animales por su instinto. Los hombres, sin embargo,
deben cumplir su propósito de la creación, siguiendo el deseo que Dios les dio,
pero usando su propia libre voluntad, y asumiendo su propia responsabilidad.
El deseo es el impulso de la mente para lograr un cierto propósito. El deseo de
conseguir el propósito para el conjunto se llama el deseo para realizar el
valor, y al deseo para conseguir el propósito para el individuo se le llama el
deseo de buscar el valor. Por tanto, el deseo sungsang y el deseo hyungsang, persiguen
respectivamente el deseo de realizar el valor y el deseo de buscar el valor.
* El
término “autonomía del Principio” se refiere al poder por el que cada ser en la
creación crece por si mismo a la completa madurez
Con respecto a los deseos, el deseo sungsang y el deseo hyungsang, constituyen “el
deseo dual”; al deseo de realizar el valor y el deseo de buscar el valor, se le
denominará el deseo dual, que corresponde al del conjunto y el individual. Con
respecto al propósito, el sungsang y el hyungsang son llamados el “propósito dual”; al
propósito para el conjunto y el propósito para el individuo, se les denominará
el propósito dual correspondiente al propósito del conjunto y al propósito del
individuo. Además como mencionaremos más tarde en detalle, en los valores
también hay valores sungsang y valores hyungsang, que llamaremos el
“valor dual”, cada uno de los cuales tiene el valor dual correspondiente al del
conjunto y al del individuo- en otras palabras, el valor de realizar y el valor
de buscar. La ordenación de la dualidad de deseos, propósitos y valores en su
mutua relación nos dará la figura 4-1
C. Clases de Valor.
El valor es la cualidad del objeto que
satisface el deseo del sujeto. Los deseos pueden ser de dos clases: el deseo sungsang y el deseo hyungsang. Por tanto, también
hay valores sungsang y valores hyungsang (Figura 4-1). El valor sungsang es el valor espiritual que satisface
el deseo sungsang, que es
el deseo por la verdad, la bondad, la belleza, y el amor. (Para ser exactos, el
amor es la base para los valores de verdad, bondad y belleza*) Verdad, belleza y bondad son
valores que se corresponden con las tres facultades de la mente, a saber,
intelecto, emoción y voluntad. Es decir, cuando el sujeto aprecia el valor en
un elemento del objeto, lo aprecia como verdad, belleza o bondad, de acuerdo
con las facultades de intelecto, emoción y voluntad, respectivamente
* En el Pensamiento Unificado, el amor es desde luego un
valor, sin embargo el amor no es otra clase diferenciada de valor, como lo son
verdad, bondad, y belleza. El amor es la base de la verdad, belleza y bondad.
Además, el amor es el elemento que tienen en común, los tres valores. Esto
quiere decir, que cuanto más fuerte sea el grado de amor, tanto para la parte
del que da como del que recibe, más fuerte serán sus experiencias de los
valores (verdad, belleza y bondad)
Por
otra parte, el valor hyungsang es el que satisface el deseo hyungsang, es decir, es el
relacionado con las necesidades diarias, como alimento, vestido y cobijo
(valores de consumo)*. El
valor material es el valor necesario para la vida física, o el valor que
satisface el deseo de la mente física. La vida física es la base para el
crecimiento de la persona espiritual y para el cumplimiento de la Tres Grandes
Bendiciones. Por tanto el valor hyungsang es un requisito para la realización
del valor sungsang.
* Los valores materiales incluyen el sexo, así
como el alimento, vestido y cobijo. Aquí, sexo significa el objeto de la vida
sexual, i.e., el órgano sexual. El sexo, por tanto está incluido en el concepto
de los valores materiales. El sexo, así como el alimento, vestido y cobijo es
un valor que es perseguido por la mente física, y al mismo tiempo, es el valor
correspondiente al amor (amor sexual), que busca la mente espiritual de la
persona espiritual.
El amor es la base de los valores de
verdad, bondad y belleza. Cuanto más ame el sujeto al objeto, y cuanto más amor
dé el objeto al sujeto, más verdadero, mejor y más bello será el objeto para el
sujeto. Por ejemplo, cuando los padres den más amor a sus hijos y estos en
respuesta amen cada vez más a sus padres, más hermosos los hijos serán para sus
padres. Y cuando los hijos sean más hermosos a sus ojos, los padres sentirán un
amor todavía más grande. Por ello, el amor es la fuente y el fundamento del
valor. Sin amor, no puede aparecer el verdadero valor. Por lo tanto si experimentamos
el amor de Dios y llevamos una vida de amor, seremos capaces de experimentar y
realizar el valor más radiante, el valor nunca antes experimentado
Por consiguiente, los valores incluyen
tanto el valor sungsang como el valor hyungsang. La axiología sin
embargo, es un campo filosófico que se ocupa principalmente de los valores sungsang.
II. La Determinación del Valor Real y la
Unificación de los Enfoques de Valor
A. La Esencia del Valor
El valor se realiza a través de la acción
de dar y recibir entre sujeto y objeto. La esencia del valor, es decir la que
el sujeto aprecia, se encuentra en el objeto. Por tanto, existen dos aspectos
en el valor: el aspecto de la esencia del valor, que reside en el objeto, y el
aspecto de la realización del valor, que tiene lugar entre el sujeto y el
objeto. Al primero lo llamaremos el “valor potencial”, y al segundo “valor
real”.
La esencia del valor, o valor potencial,
la establecen el propósito de la creación del objeto y la armonía entre los
pares de elementos que existen en el objeto. En primer lugar, cada ser creado
encierra el propósito por el que fue creado, a saber, su propósito de la
creación. Por ejemplo, una flor tiene el propósito de proporcionar alegría al
hombre mediante su belleza. No solo en el caso de los seres creados por Dios,
también detrás de las cosas producidas por la gente (obras de arte etc.)
subyace siempre el propósito o razón de su creación.
A continuación, la armonía entre los pares
de elementos se refiere a la armonía que hay en el objeto entre el elemento
sujeto y el elemento objeto, como en los casos de sungsang y hyungsang, Yang
y Yin, y elemento principal y elemento subordinado. De este modo los
pares de elementos se armonizan centrados en el propósito de la creación. En
esto constituye la esencia del valor o el valor potencial.
B. La Determinación del Valor Real
El valor es determinado, o apreciado, a
través de la acción de dar y recibir entre sujeto y objeto. Las condiciones que
el objeto debe tener, o “requisitos del objeto”, son su propósito de la
creación y la armonía entre los pares de elementos, antes mencionados. Sin
embargo, también hay condiciones que el sujeto debe reunir para determinar el
valor, esto es, los “requisitos del sujeto”. Primeramente, el sujeto debe tener
el deseo de buscar el valor. Luego el sujeto debe mostrar celo o interés, por
el objeto. También, la filosofía del sujeto, el gusto, la individualidad, la
educación, el enfoque de vida, la perspectiva histórica, la visión del
mundo, entre otros, son condiciones que influyen en la determinación del valor.
Estos son los requisitos sungsang que el sujeto posee necesariamente.
También hay requisitos hyungsang en el sujeto, como las
disponibilidades de un cuerpo físico sano.
Cuando se establecen los requisitos del
sujeto y los requisitos del objeto, se puede realizar la acción de
dar-y-recibir entre el sujeto y el objeto, para determinar el valor. Determinar
el valor quiere decir determinar la cantidad y la calidad del valor. Por
cantidad de valor se entiende la apreciación cuantitativa del valor, como por
ejemplo “muy hermoso” o “no tan hermoso”. También hay diferencias cualitativas
en el valor. Por ejemplo en la belleza existen diferentes matices, como la
belleza de la elegancia, la belleza que deslumbra, la belleza solemne, o la
belleza que es graciosa (ver el capítulo de la teoría del arte). Se trata en
este caso de diferencias cualitativas del valor.
Si la observación de la luna, por ejemplo,
corre a cargo de personas diferentes, a veces el resultado puede variar.
Incluso si la persona que por ejemplo mira a la luna es la misma, puede
parecerle triste si se encuentra triste, o inspirarle alegría si está contento.
Las diferencias en la belleza dependen pues del estado de ánimo del
sujeto. Esto se puede decir no solo de la belleza, sino también de la
bondad y de la verdad. También se puede aplicar a los artículos de consumo. Por
consiguiente, en el valor apreciamos diferencias cuantitativas y cualitativas,
debido a que la subjetividad del sujeto se refleja en el objeto. En otras
palabras, las condiciones del sujeto pueden influenciar en la determinación del
valor, por lo que llamaremos a esto la “acción subjetiva”. Hay muchos pasajes
en los discursos del Reverendo Sun Myung Moon que hacen referencia al papel de
la acción subjetiva en la determinación del valor. Por ejemplo, al hablar del
Corazón, comenta:
Suponed que el Hijo de Dios os da un
pañuelo. Ese pañuelo será algo más valioso que el oro, que la vida, más que
ninguna otra cosa en el mundo. Si realmente sois un verdadero Hijo de Dios, el
lugar más humilde os parecerá un palacio. Por tanto, nuestros vestidos no son
el problema, ni lo es el lugar donde durmáis, porque ya somos ricos. Somos
los príncipes de Dios.[1]
[1] Sun
Myung Moon, New Hope-Twelve
Talks by Sun Myung Moon, ed. By
Rebeca Salonen (New York : HAS-UWC, 1973), p. 55
En el Budismo existe el dicho: “Los tres
reinos solo son manifestaciones de la mente”. Esto significa que todos los
fenómenos de los tres reinos (i.e. el mundo entero), son manifestaciones de la
mente[1]. En este punto de vista, la apreciación
del valor de un objeto es algo totalmente subjetivo. Sin embargo en este caso
se pone un énfasis excesivo en la acción subjetiva.
[1] Los Tres
Reinos se refieren a las tres etapas que hay en el mundo en que todo ser vive,
muere, y cambia, a saber, el reino del deseo, el reino de la materia, y el
reino inmaterial. El reino del deseo es el más bajo, se refiere al nivel de los
que tienen el deseo carnal, el deseo por la comida, y el deseo por el sueño: El
reino de la materia está localizado encima del reino del deseo, y se
refiere a un nivel constituido de materia exquisita para los que se han
despojado del deseo. El reino inmaterial, es la etapa más alta y es el nivel
espiritual elevado que trasciende la materia
C El Modelo para la Determinación del
Valor
1. El Modelo Correlativo
Como mencioné anteriormente, es cierto que
la determinación (apreciación) del valor, difiere dependiendo del sujeto o
individuo. Sin embargo, cuando hay muchos aspectos en común en las condiciones
del sujeto, existen igualmente muchos puntos de acuerdo en la apreciación del
valor. Para la gente que cree en la misma religión o perspectiva filosófica, la
apreciación de los valores casi será idéntica. Por ejemplo entre los
confucionistas, la “práctica de la piedad filial hacia los padres”, es
considerada por ellos como buena universalmente.
Por tanto, en los casos donde la gente
tiene la misma religión o filosofía, la unificación de los sistemas de valores
es posible. Por ejemplo, durante el período de la Pax Romana, el espíritu Estoico
de auto-control y cosmopolitismo, fue un valor predominante. Durante el periodo
Tang en China, el Budismo fue la visión unificadora de valores. Lo mismo
ocurrió durante el periodo de la dinastía Unificada Silla en Corea. Los Estados
Unidos, fueron establecidos con el Cristianismo, especialmente la rama
Protestante, como visión unificadora del valor. Por lo tanto, en aquellos
lugares donde la gente tiene una misma religión o filosofía, las visiones del
valor llegan a ser idénticas.
Sin embargo, aparecen diferencias en la
visión de los valores, cuando hay culturas diferentes, religiones diferentes, y
perspectivas filosóficas diferentes Por ejemplo, el hinduismo, prohíbe comer
carne de vaca, mientras que el Islam prohíbe comer carne de cerdo. La visión de
la paz Comunista es totalmente diferente de la visión de la paz en el mundo
libre. Por consiguiente, cuando los estándares de juicios de valor se apliquen
solamente a una cierta esfera limitada, los llamaremos “modelos o estándares
relativos.”
2. El Modelo Absoluto
Los valores de la humanidad no pueden ser
unificados a través de ningún estándar o modelo relativo, ni tampoco se pondría
fin así, a los conflictos y luchas provenientes de las diferencias en la
apreciación del valor. A fin de unificar los valores de la humanidad, es
necesario el establecimiento de un estándar o modelo para el juicio de valor,
que sea común a todos los hombres, trascendiendo las diferencias entre
culturas, sistemas de pensamiento, nacionalidades y demás. Tal estándar para el
juicio de valor, es el valor absoluto.
Entonces, ¿cómo es posible un estándar de
valor absoluto? Para demostrar que es posible, debe ser probado que el Ser
fundamental (Ser causal) que dio origen a todas las religiones, culturas,
sistemas de pensamiento y de todos los seres humanos, es uno solo y se deben
exponer los aspectos comunes originados a partir de este ser fundamental. Como
ya explicamos en detalle en “Ontología”, las cosas en el universo existen en
innumerables formas diferentes, sin embargo se mueven en un orden específico y
en todas ellas se pueden encontrar atributos comunes. Esto es debido a que
todas las cosas fueron creadas a semejanza de Dios. Igualmente, aunque hay
muchas religiones, culturas, filosofías y personas-diferentes entre sí-, si
existe un ser fundamental origen de todas ellas, debe haber aspectos comunes
entre las mismas, al provenir por definición de esa fuente fundamental.
Ha habido numerosas religiones a lo largo
de la historia, sin embargo no fueron establecidas arbitrariamente por sus
fundadores. A fin de salvar a toda la humanidad, Dios estableció fundadores
concretos en lugares específicos y en concretos periodos de tiempo, para de
este modo salvar a la gente en esos lugares y periodos concretos. Ello es
debido a que Dios ha tenido que llevar la dispensa de la salvación
relacionándose con personas de diferentes lenguajes, costumbres, y
ambientes, y El ha tenido que hacerlo de la forma más conveniente, en cada
caso.
Por tanto, a fin de descubrir los aspectos
comunes entre las diferentes religiones, es necesario probar que el ser
fundamental, que originó todas las religiones, es el mismo y único Dios. El ser
fundamental de todos los seres en el universo es llamado Dios en el
Cristianismo, Jehová en el Judaísmo, Alá en el Islamismo, Brahman en el
Hinduismo, Tathata en el Budismo, y el Cielo en el Confucionismo. Sin
embargo, los atributos del ser fundamental de todas estas religiones no han
sido claramente expresados en ninguna de ellas. Por ejemplo en el
Confucionismo, la naturaleza concreta de lo que es Cielo, no es suficientemente
explicada; en el Budismo no hay una explicación clara acerca de Tathata, y lo
mismo se puede decir de Brahman en el Hinduismo. Además no se ha dado en
ninguna de ellas, una explicación clara a la razón por la que Dios (en el
Cristianismo) o a Alá (en el Islamismo), etc., creó el universo y la humanidad,
ni tampoco porqué El no puede salvar a la sociedad humana de su miserable condición,
en un instante. Por todo ello, el ser fundamental en las diversas religiones,
está como oculto por un velo. Además, puesto que cada religión solo abarca
algunos aspectos del ser fundamental, éste aparece de forma diferente en cada
religión.
Con el objeto de probar que el ser
fundamental de estas diferentes religiones, es, después de todo, el mismo y
único ser, necesitamos entender exactamente que clase de ser es el ser
fundamental. Esto es, necesitamos comprender correctamente los atributos de
Dios, el propósito de la creación, las leyes (o Logos) de la creación del
universo, etcétera. Si adquirimos esta comprensión, llegaremos a entender que
todas las religiones son hermanos y hermanas, provenientes del mismo y único
Dios. También, pondremos fin a los sempiternos conflictos y luchas, y
llegaremos a reconciliarnos y amarnos mutuamente. Por tanto, el correcto
conocimiento de la naturaleza de Dios es clave para la solución de los
problemas reales. Lo mismo se puede decir acerca de las culturas, las filosofías
y las gentes. Si comprendemos que el ser fundamental, origen de todas las
culturas, filosofías y gentes, es el mismo y único ser, los aspectos comunes
también podrán ser reconocidos.
¿Cuáles son pues, esos aspectos comunes
con el potencial de convertirse en el estándar o modelo absoluto en la
apreciación de los valores? Son el amor de Dios (amor absoluto) y la verdad de
Dios (verdad absoluta)[1] Dios creó a la humanidad,
para obtener alegría a través del amor, y el amor de Dios se corresponde con el
“ágape” del Cristianismo, la “compasión” del Budismo, el “Jen” del
Confucionismo, la “clemencia” del Islam, y así sucesivamente. El amor de Dios
se manifiesta en los seres humanos a través del amor del triple objetivo, a
saber, el amor paternal, el amor conyugal, y el amor de los hijos.
[1] El
término “verdad” tal como es usado en la expresión “Verdad absoluta”, significa
la Palabra, o Logos. Es diferente de la “verdad” usada en las axiologías
tradicionales, esto es, en el contexto de los valores de “verdad, belleza, y
bondad”. Para expresar el significado más reciente de “verdad” ( la Axiología
de Unificación” usa el término trueness en inglés)
La práctica del amor por el prójimo en el
Cristianismo, de la compasión en el Budismo, o del Jen (benevolencia) en el
Confucionismo, tienen en común la realización de este amor de
triple objetivo.
La verdad (razón-ley) a través de la cual
Dios creó el universo y que rige el movimiento del mismo, es asimismo eterna y
fundamental. La razón-ley fundamental del universo, es que los seres no existen
para sí mismos, sino para otros seres y para Dios. Es decir, son seres “para
los demás”. Por ello, el estándar universal del bien y del mal, viene
determinado por si uno vive para los demás, o por si vive centrado en sí mismo,
de un modo egoísta[1].
[1] El
Reverendo Moon dijo, con respecto al estándar: “Debemos reconocer que existe
un principio universal en acción, sin importar la raza a la que
pertenezcáis. Podemos ver que el universo tiene ciertas leyes fundamentales, y
que aquél que las viola es juzgado consecuentemente., sin importar su raza o
estatura. ¿Cuál es el espíritu de la constitución del universo? Su objetivo es
preservar y sostener a los hombres y mujeres que intentan vivir por los demás.
Igualmente, trata de eliminar a la gente que se aprovecha de los demás y
solo busca su propio beneficio. Por esta razón podemos decir que las personas
buenas son aquellas que existen para los demás, y las buenas acciones son las
que benefician a los demás” (God’s Will and the World [New York : HSA-Uwc,1985], p. 497
Por tanto aquí se establece el estándar
absoluto para la apreciación de los valores. ¿Qué sucede entonces con la
individualidad de la persona? Aún una vez establecido el común denominador en
la determinación el valor, no hay que olvidar por ello la individualidad. La
individualidad debe ser preservada tal como es. Los hombres son seres con un
propósito dual: el propósito para el conjunto y el propósito para el individuo.
Además, son cuerpos individuales de verdad con una imagen universal y con una
imagen individual. Por consiguiente, persiguen el propósito para el individuo,
dando prioridad al propósito para el conjunto, y expresan la individualidad,
manteniendo la imagen universal.
Por todo ello, la apreciación del valor, a
pesar de estar basada en un estándar absoluto, no puede ser ajena a la
individualidad de la persona, esto es, a la acción subjetiva. No obstante, las
diferencias individuales deben sin embargo fundamentarse en los aspectos comunes.
Mientras exista una base común, no podrá haber confusión en la visión de los
valores. Pero en la sociedad caída hay pocos aspectos comunes, y sin embargo
las diferencias son meridianas. La ausencia de ese terreno común, es lo que ha
llevado a la gran confusión en el terreno de los valores.
Por tanto, llegados a este punto, el
establecimiento de una nueva visión de los valores y la unificación de los
sistemas existentes de valor, es posible. Esta nueva visión del valor está
basada en la verdad absoluta y en el amor absoluto de Dios, quien es el valor
absoluto[1]. Con este valor absoluto, podrán
armonizarse todos los sistemas de valores. Este valor no es otro que el sistema
de unificación del valor.
[1] El
Reverendo Moon en la Conferencia sobre la Unidad de las Ciencias, afirmó que
los valores absolutos deben ser buscados con un amor absoluto.
III. Debilitación de los Sistemas
Tradicionales de Valores
Como se mencionó al comienzo de este
Capítulo, una de las causas del derrumbe de los valores hoy en día, se
encuentra en que los sistemas tradicionales de valor- principalmente los
sistemas de valor religiosos- han perdido su poder para persuadir a la gente
Por tanto, explicaré como, los sistemas
tradicionales de valor en las cuatro religiones más importantes y en el
humanitarismo, han perdido su poder de persuasión.
A. La Debilitación de la Visión de Valor
Cristiana
El Cristianismo contiene virtudes
excelentes, como lo expresan los siguientes pasajes bíblicos:
Amad al prójimo como a vosotros mismos
(Mat. 22:39)
Amad a vuestros enemigos y orad por los
que os persiguen (Mat. 5:44)
Cuanto quisiereis que os hagan a vosotros
los hombres, hacédselo vosotros a ellos (“La Regla de Oro”, Mat. 7:12)
Bienaventurados los pobres de espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los que lloran,
porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los mansos porque ellos
poseerán la tierra.
Bienaventurados los que tienen hambre y
sed de justicia, porque ellos serán hartos.
Bienaventurados los misericordiosos porque
ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque
ellos verán a Dios. Bienaventurados los pacíficos, porque ellos serán llamados
hijos de Dios. Bienaventurados los que padecen persecución por la justicia, porque
suyo es el reino de los cielos. (Mateo. Capítulo 5)
Por ello estas tres cosas permanecen: fe,
esperanza y caridad, pero la más excelente entre ellas es la caridad (1Cor.
13:13).
Los frutos del espíritu son: caridad,
gozo, paz, longanimidad, afabilidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. Contra
estos no hay ley (Gal., 5:22-23)
Aunque en el Cristianismo, hay muchas
otras virtudes, se afirma sin embargo que “la caridad edifica” (1 Cor. 8:1) lo
que significa que el amor es la base de todas las virtudes. También se
dice que “El amor es Dios….Dios es amor” (1 Juan 4, 7:8), lo que quiere decir
que la base del amor es Dios. No obstante, en la época moderna, la existencia
de Dios ha sido negada por Nietzsche, Feuerbach, Marx, Russell, Sartre y
otros. Ante estas filosofías que niegan a Dios, el Cristianismo ha sido incapaz
de contraatacar con efectividad. Esto es, en la confrontación entre teísmo y
ateísmo, el Cristianismo quedó aprisionado. En consecuencia, gran número de
gente, llegó a ser esclavizada por el ateísmo.
Además, el comunismo reta la visión de
valor del Cristianismo. Los comunistas han negado los conceptos de amor
absoluto y de amor por la humanidad, profesados por el Cristianismo,
insistiendo en que el amor real es el amor centrado en la clase, o el amor por
los camaradas. En una sociedad donde existen conflictos de interés, no puede
haber un amor que vaya más allá de la propia clase social. Simplemente se ha de
escoger entre el lado del proletariado o el lado de la burguesía. Finalmente, el
amor por la humanidad, es una palabra vacía que no puede ser practicada en la
vida real. Al escuchar tales afirmaciones, ciertamente parece que el amor
centrado en la clase es el que más se ajusta a la realidad y que el amor
Cristiano no pasa de ser un mero concepto. Especialmente, para aquellos que son
poco dados a creer en la existencia de Dios, el amor Cristiano les parece poco
convincente.
También en nuestros días, han aparecido en
el Tercer Mundo, la Teoría de la Liberación y la Teoría de la Dependencia.
Según la Teología de la Liberación, Jesús fue un revolucionario que vino a
salvar a los oprimidos y pobres de su tiempo. Por tanto, la Teología de la
Liberación predica que los buenos cristianos deben luchar por la
revolución social. Por tanto tal simpatía por la causa de los pobres es
paralela al amor centrado en la clase propugnado por el Comunismo, y finalmente
prácticamente se alinea con el comunismo en el esfuerzo por resolver los
problemas reales[1].
Según la Teoría de la Dependencia, la pobreza en el Tercer Mundo, proviene de
las contradicciones estructurales entre los países avanzados y el Tercer Mundo,
y es inevitable. A fin de que el Tercer Mundo se libere de la pobreza, debe
hacer frente a las naciones avanzadas, afirma esta teoría. La Teoría de la
Dependencia se alinea, de forma muy similar a la de la Teología de la
Liberación, con el comunismo[2].
[1] La
Teología de la Liberación es una teología nueva que surgió en el Tercer Mundo.
Se desvía de la visión tradicional Cristiana de la salvación, y aboga por una
participación activa en la resolución de los problemas. Uno de los problemas
actuales más importante es la deshumanización de los seres humanos, y la Teoría
de la Liberación afirma que la causa de esa deshumanización reside en las contradicciones
y en los males sociales de la sociedad capitalista. Según esto, propone, que a
fin de liberar la naturaleza humana, la sociedad capitalista debe ser abolida.
Por tanto, se posiciona cerca del comunismo.
[2] Después
de la Segunda Guerra Mundial, el Tercer Mundo obtuvo la independencia política,
pero económicamente todavía dependía del Primer Mundo, y no pudo salir del
estado de subdesarrollo. La Teoría de la Dependencia entiende esta situación
como la relación que existe entre naciones centrales y periféricas, y lo
interpreta como una proyección, a escala internacional, de la confrontación de
clases en la sociedad capitalista. Es decir, de igual forma que la clase
trabajadora es explotada por la sociedad capitalista, los países en desarrollo
son explotados por los países desarrollados-una explotación que se lleva a cabo
a través de las empresas multinacionales-afirma esta Teoría. Por tanto, a fin
de que el Tercer Mundo salga de su estado de subdesarrollo, se debe liberar de
los países desarrollados y convertirse al socialismo- y el camino para hacer
esto es expulsar a las corporaciones multinacionales, abolir toda forma de
relaciones de dependencia, y derribar al capital y la clase autoritaria
Ni la Teoría de la Dependencia ni la
Teoría de la Liberación, cuentan con una firme filosofía, ni con teorías de la
historia y de la economía, comparables a las del Comunismo. Por tanto,
finalmente no podrán evitar ser absorbidas por el Comunismo. Sin embargo,
el Cristianismo se muestra incapaz de tomar medidas apropiadas ante esta
situación
B. La Debilitación de la Visión de Valor
Confucionista
En forma resumida, el Confucionismo se
fundamenta en las cinco
principales reglas morales que gobiernan las cinco relaciones
humanas, las cuatro virtudes, los cuatro principios, los ocho artículos, la lealtad y la
piedad filial. Estudiaremos brevemente cada uno de ellos.
1. Las Cinco Reglas Morales que Gobiernan
las Cinco Relaciones Humanas
Desde la antigüedad, las cinco reglas
morales se resumen como sigue: “El afecto debe caracterizar las relaciones entre
padre e hijo; la justicia y la
rectitud deben caracterizar
las relaciones entre el soberano y el súbdito; la distinción debe caracterizar las relaciones entre
marido y esposa; el orden debe caracterizar las relaciones entre
el hermano mayor y el hermano menor; la confianza debe caracterizar las relaciones entre
amigos”. Estas han sido consideradas como la base para las relaciones humanas,
y fueron especialmente subrayadas por Mencio.
2. Las Cuatro Virtudes.
Mencio predicó cuatro virtudes, a saber, Jen* (benevolencia), la rectitud, el decoro y el conocimiento.
Más tarde, Tung Chung-Su, de la dinastía Han, añadió la buena fe, estableciendo La Vía de las Cinco Virtudes
Cardinales, (el Jen, la rectitud, el decoro, el conocimiento, y la fe)
* Jen: Virtud verdadera, benevolencia, respeto mutuo, amor
recíproco, buena voluntad, bondad de corazón
3. Los Cuatro Comienzos:
Según Mencio, el sentimiento de conmiseración o
misericordia, el sentimiento de vergüenza
y desagrado, el sentimiento de gratitud
y modestia, y el sentimiento de aprobación
y de desaprobación, son la base de los Cuatro Comienzos. Se enseñó que cada
uno de ellos constituían el inicio de una de las Cuatro Virtudes - Jen,
rectitud, corrección, y sabiduría.
4. Los Ocho Artículos
A fin de gobernar el mundo de manera pacífica, un ministro debe hacer lo
siguiente. (1) Investigar
muchas cosas, (2) extender
sus conocimientos, (3) ser guiado por pensamientos
sinceros, (4) perfeccionar
su corazón, (5) cultivar
su personalidad, (6) disciplinar
su propia familia, (7) gobernar
bien su estado, y (8) llevar
la paz al mundo[1].
[1] La Gran Enseñanza dice: “Después de investigar las cosas, el conocimiento
fue completo. Cuando su conocimiento fue completo, sus pensamientos fueron
sinceros. Cuando sus pensamientos fueron sinceros, sus corazones fueron
perfeccionados. Cuando sus corazones fueron perfeccionados, sus personas se
cultivaron. Cuando sus personas se cultivaron sus familias fueron bien regidas.
Cuando sus familias fueron bien regidas, sus Estados fueron justamente
gobernados. Cuando sus Estados fueron justamente gobernados, todo el reino fue
tranquilo y feliz.” (Confucius, Confucian Anaclets, The
Great Learning and the Doctrine of the Mean,tr. By James Legge [New
York: Dover Publications,1971], pp. 358-359).
5. La Lealtad y la Piedad Filial
La lealtad y la piedad filial, son las virtudes con las que se debe servir
a los superiores y a los padres.
Aunque en el confucionismo, existen muchas otras virtudes, la base de todas
estas virtudes es Jen (traducido de diversas formas como bondad de corazón,
amor, intuición humana), y la base para el Jen es el Cielo[1]. Sin embargo, el Confucionismo no explica con
claridad lo que es el Cielo.
[1] Confucio dijo: “el Cielo produjo la virtud que hay
en mí” (Ibidem p.92), lo que significa que las virtudes son concedidas por el
Cielo. Tung Chung-shu dijo que el Cielo es el Jen
Los Comunistas han criticado el Confucionismo aplicando la teoría comunista
de “la base y la superestructura”, diciendo que la enseñanza confucionista no
es otra que cosa que un medio de racionalizar el poder establecido. Su
argumento es que los valores confucionistas, fueron acuñados por la clase
gobernante del periodo feudal para que la gente obedeciese sumisamente, por lo
que las enseñanzas de Confucio no pueden ser apropiadas en una sociedad moderna
y democrática, que sigue los principios de la igualdad de derechos y del
gobierno de la mayoría. En consecuencia las virtudes confucionistas han sido
hoy día marginadas. Por lo tanto, la visión confucionista del valor se está
derrumbando, y por consiguiente el desorden y la confusión han invadido las
familias y la sociedad.
C. La Debilitación de la Visión de Valor Budista
La virtud fundamental en el Budismo es la
misericordia o compasión, (ntaitri), y para su práctica es preciso una vida
de entrenamiento. A través de una vida de entrenamiento, se alcanza el shravaka (el que ha despertado al oír las
enseñanzas), pratyekabuda (el que ha despertado por sí mismo a
causa de algún suceso), bodhitsattva (el que se esfuerza por llegar a ser
Iluminado) y finalmente el buda,
(el Iluminado que ha perfeccionado su personalidad). La compasión es posible en
los niveles de bodhitsattva y de buda.
En los niveles de shravaka y de pratyekabuda,
aún no se está preparado para practicar la compasión.
La gente no es consciente del hecho, de que todas las cosas del mundo son
cambiantes, y transitorias. Por ello, el ser humano muestra apego a su vida
presente, y en ello consiste la causa de su sufrimiento. Con el fin de terminar
con el sufrimiento, se debe deshacer de ese apego, a través de una vida de entrenamiento.
El hecho de librarse de esos apegos o ataduras, es lo que se entiende por
“salvación” (vbitukli) en el Budismo. A través de la salvación se puede entrar
en un estado de desinterés y llegar a practicar la verdadera compasión, según
el Budismo.
El pensamiento fundamental de Buda, ha sido compilado en la enseñanza de las Cuatro Nobles Verdades y en El
Noble Sendero de las Ocho Virtudes. Explicaremos brevemente éstas como
sigue:
a) La Verdad del
Sufrimiento, enseña que la vida es sufrimiento.
b) La Verdad de la Causa
del Sufrimiento, enseña que la causa del sufrimiento es el apego del hombre
c) La Verdad del Cese del
Sufrimiento: para deshacerse del sufrimiento, uno debe renunciar al apego.
d) La Verdad del Noble
Camino para el Cese de la Causa del Sufrimiento: para terminar con el
sufrimiento, es necesario entrenarse de acuerdo con el Noble Sendero de las
Ocho Virtudes.
El Noble Sendero de las Ocho Virtudes es como sigue:
1. Conocimiento recto
2. Actitud recta
3. Palabra recta
4. Conducta recta
5. Ocupación recta
6. Esfuerzo recto
7. Pensamiento recto
8. Concentración recta
El sistema de los doce artículos, se estableció investigando la causa de la
aparición del dolor humano. En ello se basa la enseñanza de las doce hetu-pratyayas (Conexiones). Según esta enseñanza, la
causa raíz del sufrimiento humano está en el deseo o codicia, y aún más
profundamente, en la ignorancia de Tathata (la fuente del universo) o el estado
de no entender que el dolor y el sufrimiento no son esenciales. De esta
ignorancia surgen todas las clases de sufrimiento.
En el Budismo Mahayana, para llegar a ser un Bodhisattva es necesaria la
perfección de las seis paramitas, que es la que sigue:
1. Donación: Dar riqueza y dharma (verdad)
2. Moralidad: Guardar los mandamientos
3. Paciencia: Soportar la persecución
4. Esfuerzo: Práctica constante del camino budista
5. Concentración de la mente
6. Sabiduría: conseguir la verdadera sabiduría
La raíz de las virtudes arriba mencionadas es la misericordia o compasión,
y la base para la compasión es Tathata- que es la fuente del universo[1]. Sin embargo en nuestros tiempos, la visión de
los valores Budistas ha perdido su poder de persuasión.
[1] “Tathagata significa
“aquél que viene de Tathata”. Uno de los sutras budistas dice que Tathagata posee el corazón compasivo que se
encuentra en todo ser viviente. Por tanto Tathata puede ser considerado como la
raíz de la compasión, virtud fundamental del budismo
Ello es debido a que la doctrina Budista presenta los siguientes problemas:
a) No se explica la naturaleza exacta de Tathata,
o fuente del universo.
b) Es confusa la manera o forma en que aparecieron los Dharmas (todos los fenómenos)
c) No se ofrece una explicación fundamental acerca del origen de la
ignorancia.
d) Es imposible dar solución fundamental a los problemas reales (de la vida
humana, de la sociedad, y de la historia) meramente con entrenamiento.
e) Llevar una vida de entrenamiento no supone necesariamente la solución a
los problemas reales
Además, el Comunismo lanza un desafío al Budismo. Este ataque puede ser
resumido como sigue: “La sociedad real está llena de explotación, de opresión,
de barreras entre ricos y pobres, y otras enfermedades sociales. La causa
de estos vicios no está tanto en la ignorancia como en las contradicciones
dentro del sistema de la sociedad capitalista. El entrenamiento Budista
pretende la salvación del individuo, pero ello no es más que un escape de la
realidad, una forma de evitar la solución verdadera a los problemas. Someterse
a entrenamiento y no resolver los verdaderos problemas, no es otra cosa que una
forma de hipocresía.” Ante tal ataque, los budistas no han podido refutar de
forma apropiada.
D. La Debilitación de la Visión de Valor Islámica
El Islam considera a Mahoma como al más grande de todos los profetas y al
Corán como la más completa de todas las escrituras, pero también cree en
Abraham, Moisés, Jesús, y los profetas, y considera las escrituras contenidas
en los libros de Moisés, los Salmos de David, y los evangelios de Jesús,
como las suyos propias. Por tanto las virtudes Islámicas tienen muchos aspectos
en común con las virtudes Judeo-Cristianas[1].
[1] El Corán dice:
Decid:
“Creemos en Dios (Alá) y en lo que se nos ha revelado, en lo que se
reveló a Abraham, Ismael Isaac y Jacob y las tribus, en lo que Moisés, Jesús y
los Profetas (todos) recibieron de su Señor: No hacemos distinción entre
ninguno de ellos Y nos sometemos a El (Dios).
El
Sagrado Corán, Sura II Verso 136
Las enseñanzas Islámicas acerca de la fe y de la práctica se resumen en los Seis Artículos de Fe y en las Cinco Prácticas Obligatorias.
Los Seis Artículos de Fe suponen la creencia en: Dios, en los ángeles, en las
escrituras, en los profetas, en el Juicio venidero,
y que el destino humano está en manos de Alá. Las Cinco Prácticas
Obligatorias son declarar la
Palabra del Testimonio, orar, ayunar, dar limosna, y peregrinar.
El objeto de fe es Alá, quien es el absoluto, el solo uno, el Creador y el
Soberano. Sobre quien es Alá, los teólogos islámicos mencionan 99 atributos,
entre los cuales “el Misericordioso” y el “Compasivo” son los más fundamentales[1]. Se puede decir por ello, que la virtud más
importante entre todas las virtudes Islámicas es la compasión o misericordia.
[1] El Sura I del Corán, que es el Capítulo de Apertura,
contiene los siete versos, -que son denominados “la esencia del Corán”, :
¡en
el nombre de Alá, el Compasivo, el Misericordioso!
Alabado
sea Alá, el Señor del universo
El
Compasivo, el Misericordioso
Dueño
del día del Juicio
A
Ti solo servimos y a Ti solo imploramos ayuda
Dirígenos
por la vía recta
La
vía de la que Tú has agraciado, no de los que han incurrido en la ira, ni
de los extraviados
Por consiguiente, la visión Islámica de los valores, tenía en un principio
muchos aspectos comunes con los sistemas de valor de otras religiones, y estaba
en armonía con las mismas. Pero la realidad es que han existido muchos casos de
serios conflictos- guerras incluidas- entre sectas Islámicas, y entre el Islam
y otras religiones. El Comunismo, aprovechando esos conflictos, ha estado
retando al Islam. Su idea podría ser resumida así: “No puede existir amor
hacia la humanidad, tal como el Islam está proponiendo. Las luchas entre las
sectas Islámicas dan prueba de ello. En una sociedad de clase, solo puede
existir el amor centrado en la clase”. Sacando provecho, de todos estos
conflictos, el Comunismo ha intentado crear países Islámicos comunistas, o
pro-comunistas por lo menos.
Pero por encima de todo, es particularmente serio, el conflicto entre el
Islam y el Judeo-Cristianismo. Para resolver este problema es necesario buscar
el origen de los sentimientos de hostilidad entre los dos lados. Si Alá es un
Dios de misericordia ¿por qué no ha podido acabar El con este conflicto? A fin
de resolver este conflicto, es necesario encontrar soluciones fundamentales a
preguntas como ¿con qué propósito creó Dios al hombre y al universo? ¿Cuál ha
sido la causa esencial de las luchas entre los hombres a lo largo de la
historia humana? Y ¿Cómo ha estado trabajando Dios para salvar a la humanidad
caída durante la historia?
E. La Debilitación de la Visión de Valor del Humanitarismo
Al término humanitarismo se le da a menudo el mismo significado que al
humanismo. Sin embargo, en un sentido estricto, es claramente diferente. El
humanismo es un sistema de pensamiento que tiene por objetivo la liberación de
la humanidad, y fomentar la independencia de la personalidad humana. Por
su parte, el humanitarismo tiene un tono más marcadamente ético, al defender el
respeto por la gente, la filantropía, y la fraternidad universal, entre otros.
A diferencia de los animales, los seres humanos son la “humanidad” y por tanto
todas las personas deben ser respetadas. Tal es la clase de idea en la que se basa
el humanitarismo. Sin embargo, carece de una clara explicación sobre lo
que es el ser humano.
El humanitarismo como tal es vulnerable a los embates del Comunismo.
Supongamos a un líder de negocios humanitarista. Un comunista podría
aproximarse a él con el siguiente razonamiento.: “Tú estás explotando a tus
trabajadores sin saberlo. ¿Por qué no construir una sociedad donde todos puedan
vivir con riqueza?” O supongamos, a un joven humanitarista que cree que
adquirir conocimiento es la cosa más importante del mundo. Un comunista podría
decir a esta persona: ¿Para que estás estudiando? No deberías estar siempre
pensando en tu propio éxito. Eso, después de todo, solo va a servir a la
burguesía. ¿No crees que deberíamos vivir por la causa del pueblo? Ante tal
argumento, un humanitarista concienzudo nada tendría que decir, e incluso
llegaría a considerar que detrás del comunismo, existen buenas ideas. Aquellos
que tienen la visión del valor del humanitarismo han sido incapaces de tratar
con ataques como los del comunismo.
A través de los ejemplos antes mencionados, queda claro que los sistemas
tradicionales de valores han perdido su poder de persuasión. Se necesita
urgentemente por tanto, el establecimiento de una nueva visión del valor.
IV. El Establecimiento de una Nueva Visión del Valor.
A. El Establecimiento de la Visión de Valor Absoluta
En el tiempo actual, y después de ver como los valores se están viniendo
abajo, es preciso establecer una nueva visión del valor. Sería sin embargo
imposible evitar tal derrumbe de los valores, solo con visiones de los valores
que sean relativas. Por tanto, es necesario el establecimiento de una visión
absoluta del valor. Esta visión absoluta del valor se debe fundamentar en la
explicación de los atributos que posee el Dios absoluto, y en la aclaración del
propósito (el Propósito de la Creación) y las leyes (Logos) por las cuales Dios
creó a los seres humanos y al universo.
Dios creó a los seres humanos como los objetos de Su amor, para obtener
alegría a través de Su amor. Con el fin de complacerles, Dios creó todas las
cosas como los objetos del amor de la gente. Los valores absolutos son aquellos
que se refieren a los valores de verdad, bondad y belleza que están basados en
ese amor de Dios (amor absoluto), esto es, la verdad absoluta, la bondad
absoluta, y la belleza absoluta. El punto esencial de la nueva visión del valor
radica en que los verdaderos valores surgen sobre la base del amor absoluto.
La unificación de los sistemas de valor consiste en la unificación de los
estándares o modelos para el juicio de valor (en especial el valor de la
bondad), poniendo en claro que todas las virtudes son expresiones diversas del
valor absoluto, y todas las virtudes existen finalmente, para la
realización del amor absoluto.
Desde esta perspectiva, llega a ser evidente que la nueva visión del valor
no es un sistema totalmente nuevo, que pretenda negar las visiones
tradicionales del valor del Cristianismo, Confucionismo, Budismo, Islamismo,
etcétera. Antes bien, la nueva visión del valor se realiza sobre la base de los
valores tradicionales. Ya que la base sobre la que se asientan los valores
tradicionales se ha derrumbado, será necesario reconstruirla y revivir y
fortalecer los valores tradicionales. A continuación, y a fin de asegurar el
carácter absoluto de la nueva visión del valor, presentaremos las bases
teológica, filosófica e histórica que los sustentan.
B. La Base Teológica para el Valor Absoluto
La base teológica se refiere a si verdaderamente existe o no, un Ser Absoluto
en el universo, que es denominado Dios en el Cristianismo, “el Cielo” en
el Confucionismo, “Tathata” en el Budismo, “Alá” en el
Islamismo, entre otros.
A fin de presentar una base teológica así, deben ser aclaradas varias
cuestiones no resueltas en las religiones tradicionales, como porqué el ser
absoluto (Dios) creó a la humanidad y al universo. Como ya se explicó en la
Teoría de la Imagen Original, la razón por la que Dios creó a la humanidad y al
universo, reside en que Dios es un ser de Corazón. El Corazón es “el impulso
emocional que busca obtener alegría a través del amor”. Debido a este impulso,
Dios creó a los seres humanos como los objetos de Su amor, y al universo como
el ambiente donde la gente iba a vivir. Por consiguiente, entendiendo a Dios,
como un Dios de Corazón, se puede explicar razonablemente el porqué de la
Creación. Ello supone una importante base para la afirmación de la existencia
de Dios.
Dios deseaba que creciésemos para llegar a reflejar Su Imagen. Al llegar a
ese punto, la alegría de Dios se habría realizado en su más alto grado. Por
ello, Dios nos dio las Tres Grandes Bendiciones. Esto es, Dios confió al hombre
y a la mujer la perfección de su carácter, la perfección de su familia y la
perfección de las calificaciones para dominar todas las cosas. Por todo ello,
el propósito de la creación de Dios se llevaría a cabo por medio de la
realización por nuestra parte de las Tres Grandes Bendiciones. Desde este punto
de vista, llegamos a entender que las virtudes de las diferentes
religiones pueden llegar a un entendimiento mutuo en el cumplimiento de las
Tres Grandes Bendiciones, para realizar el propósito de la creación de Dios.
C. La Base Filosófica para el Valor Absoluto
Los sistemas de valor del Cristianismo, Confucionismo, Budismo, e Islam,
surgieron todos en el periodo comprendido entre el Siglo Sexto A.C. y el Siglo
Séptimo D.C. En aquellos días la gente debía incondicionalmente aceptar
la regla de autoridad. Por eso, en las sociedades de aquellos días, la gente
aceptaba incondicionalmente las enseñanzas de Confucio, Buda, Jesús o Mahoma.
Sin embargo, en los tiempos modernos, es difícil trasmitir esos valores, pues
la forma de pensar es ahora más analítica, racional y lógica. Por ello es
necesario modernizar estos sistemas de valores proporcionando
explicaciones racionales.
Era costumbre en la antigua Grecia y en Oriente, estudiar la naturaleza y
derivar de ella, la visión de los valores y de la vida humana. En China, Chu
Lsi en particular, afirmó la correspondencia entre las leyes naturales y las
leyes éticas, y dijo que las leyes de la naturaleza eran precisamente las leyes
éticas de la sociedad humana. En nuestros tiempos, el Marxismo también adoptó
esta posición, a pesar de su equivocado concepto acerca de la ley natural
(i.e. la dialéctica)
Por consiguiente, a la hora de establecer una nueva visión del valor, será
necesario que observemos la naturaleza y el universo, que analicemos las
leyes fundamentales en funcionamiento, y que luego determinemos la visión de
valor. Por ello, vamos a aclarar, que la ley que penetra el universo, a saber,
el Camino del Cielo, es el estándar y modelo para las normas éticas y la
moralidad. Esta será la base filosófica para el asentamiento de los valores
absolutos.
Podemos preguntarnos seguidamente si las leyes naturales y las leyes éticas
se corresponden o no entre sí, y también si las leyes naturales pueden
ser directamente aplicables o no a las leyes éticas. Desde el punto de vista
del Pensamiento Unificado, todos los seres están dotados de los aspectos duales
de sungsang y hyungsang.
Por lo tanto llegamos a la conclusión de que la ley ética, que es una ley sungsang, y la ley natural que
es una ley hyungsang mantienen una relación de
correspondencia.
Por todo ello lo más importante es obtener la comprensión adecuada de la
naturaleza. Como se mencionó en Ontología, el Marxismo partió de una
comprensión incorrecta de la naturaleza, y concluyó de manera equivocada, que
la naturaleza se desarrolla a través de la lucha entre opuestos. En
consecuencia, el modo de vida derivado de esta interpretación, trajo consigo
también una forma de vida incorrecta.
Visto desde la perspectiva del Pensamiento Unificado, la ley fundamental
que está en funcionamiento en el universo no es la dialéctica, sino la acción
de dar y recibir, que como dijimos en Ontología, tiene las siguientes
características:
(1) La Correlatividad
(2) El Propósito y la Centralidad
(3) El Orden y la Posición
(4) La Armonía
(5) La Individualidad e Interconexión
(6) La naturaleza preservadora de la identidad y la generadora del
desarrollo
(7) El Movimiento Circular
A continuación, estudiaré las visiones o enfoques del valor sobre la base
de estas características de la ley del universo.
En el universo coexisten el orden vertical y el orden horizontal. La luna
gira alrededor de la tierra, la tierra alrededor del sol, el sistema solar
alrededor del núcleo de la galaxia, y la galaxia gira alrededor del
centro del universo. Este es el orden vertical del universo. Por otra parte,
los planetas Mercurio, Venus, La Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano,
Neptuno y Plutón, giran todos en órbitas específicas. Los planetas están
armoniosamente ordenados, y no hay contradicción ni conflicto entre ellos.
Desde la perspectiva del orden de sistema, la familia es una miniatura del
universo. Por tanto también en la familia, existe un sistema de orden que se
corresponde con el orden del universo, y unos valores que se forman sobre
la base de ese sistema de orden.
En paralelo al orden vertical del universo, existe un sistema de orden
vertical en la familia. Los padres muestran benevolencia con los hijos y los
hijos practican la piedad filial hacia los padres. Este es el sistema de orden
vertical de valor en el nivel familiar. Cuando se aplica este sistema a la
sociedad y a la nación, surgen diferentes clases de valor. La clemencia y el
buen gobierno del soberano hacia el pueblo, y la lealtad del pueblo hacia el
soberano; el deber del maestro para con sus alumnos, y el respeto y obediencia de
los estudiantes hacia sus maestros; la protección de los mayores hacia los
jóvenes, y el respeto de los jóvenes hacia los mayores; la autoridad de los
superiores sobre los subordinados, y la obediencia de los subordinados hacia
los superiores, entre otros. Todos ello son valores verticales en diferentes
niveles.
En correspondencia con el orden horizontal del universo, también hay un
sistema de valore horizontal en la familia. Hay un amor armonioso entre marido
y esposa, y un amor fraternal entre hermanos y hermanas. Cuando se extiendan
serán las visiones de valor a observar con los colegas, los vecinos, los
compatriotas, la sociedad, la humanidad, etcétera. Los valores originados serán
la reconciliación, la tolerancia, la justicia, la fidelidad, la cortesía, la
modestia, la compasión, la cooperación, el servicio, la simpatía y demás.
Cuando se mantengan estos valores horizontales y verticales en la sociedad,
se establecerá una sociedad armoniosa que prosperará de forma sana. De no ser
así, no se alcanzará el orden social. Estos valores no son reliquias de la
sociedad feudal, sino valores que la humanidad debe observar por la eternidad,
pues la ley del universo es eterna, y la ley de la sociedad humana se
corresponde con la ley del universo.
Además, la ley del universo tiene individualidad,
por lo que en correspondencia también hay valores individuales. Todos los seres
individuales en el universo participan del orden universal, en tanto que
mantienen sus características individuales propias y únicas. En la sociedad
humana, cada persona tiene relaciones mutuas con otras personas a la vez que
edifica su propio carácter. Los valores individuales incluyen la pureza, la
honestidad, la justicia, la abstinencia, la fortaleza, la sabiduría, el
auto-control, la resistencia, la independencia, la auto-estima, la autonomía,
la imparcialidad, la diligencia, la inocencia y así sucesivamente. Todos estos
son los valores necesarios para cultivar la individualidad.
Estos valores, verticales, horizontales e individuales no son especialmente
nuevos como virtudes. Han sido enseñados por Confucio, Buda, Jesús, Mahoma y
otros. Sin embargo al carecer de un terreno filosófico común, no han superado
su ambigüedad. Esta es la razón por la que hoy día no tienen poder para
persuadir a la gente. Por lo tanto, tenemos que revivir los valores
tradicionales, dándoles una firme base filosófica.
D. La Base Histórica para el Valor
Absoluto
Poder demostrar históricamente los valores mencionados arriba, es otra
cuestión importante. Los comunistas afirman que los fenómenos naturales surgen
a través de luchas, y que la historia humana se ha desarrollado a través de
luchas (la lucha de clases). Sin embargo, como queda explicado en el capítulo
de la “Teoría de la Historia”, la historia no se ha desarrollado a
través de luchas, sino a través de acciones de dar-y-recibir armoniosas
entre el sujeto y el objeto (i.e. los líderes y el pueblo en la sociedad).
Ciertamente ha habido luchas en la historia, pero éstas no pueden ser
entendidas como “lucha de clases”. Para ser más exactos, se debe decir que esas
luchas tuvieron lugar entre fuerzas relativamente buenas y fuerzas
relativamente malas. También hubo conflictos entre diferentes sistemas de
valores. Resumiendo se puede decir que las luchas se sucedieron, entre una lado
con un propósito mas de acuerdo con el Camino del Cielo (el lado de la bondad
relativa), y otro relativamente más en desacuerdo con el Camino del Cielo (el
lado del mal relativo). Hubo algunos casos en los que el lado de la bondad relativa
fue, durante un tiempo derrotado por el lado del mal relativo, pero a la larga,
el lado de la bondad relativa finalmente terminó victorioso. Como decía Mencio,
aquellos que siguieron al Cielo sobrevivieron, y los que no perecieron.
Las luchas entre el bien y el mal no tuvieron como propósito el progreso de
la historia, sino el propósito de llevarla en una mejor dirección (ver cap. 8
“Teoría de la Historia”) esto puede ser corroborado mediante un análisis de la
historia. Los poderes seculares han subido y han caído, pero las religiones,
que se esforzaron en seguir al Cielo, sobrevivieron. Además, las enseñanzas y
logros de los santos y hombres y mujeres justos, han sido el modelo para la
gente de periodos posteriores, a pesar de haber sido ellos víctimas en su
tiempo, de las fuerzas del mal. Esto enseña que el Camino del Cielo ha estado
trabajando en la historia y que el Camino del Cielo es absoluto y no puede ser
rechazado impunemente, por la gente en la posición de poder.
Otra ley de la historia es que había una meta al comienzo de la misma. El
universo fue creado de acuerdo a un ideal (Logos), centrado en un propósito (el
Propósito de la Creación). En los seres vivos, existe una idea inherente dentro
de una semilla o de un huevo (introducida en la estructura genética), y la
semilla o huevo crecen según esa idea o plan. Igualmente, en la historia, el
ideal ya existía originalmente, y la historia se ha ido desarrollando hacia ese
ideal. Es decir, al comienzo de la historia, había una meta, y esa meta no era
otra que el ideal de la nación, el ideal fundacional, recogido en la mitología
o en otras fuentes, y el ideal de la humanidad, recogido en las escrituras
santas de religiones, como las de la Biblia.
La historia humana se volvió pecaminosa debido a la caída de los primeros
antepasados. No obstante, Dios utilizó símbolos y números en la mitología y en
las escrituras, para mostrar la imagen del mundo ideal que El concibió, el
ideal original de la creación, esto es, el mundo ideal perdido, que debe ser restaurado
en la historia humana. El ideal perseguido por la humanidad es un mundo de
bondad, paz, y felicidad. Es el mundo que sigue El Camino del Cielo. Por
tanto, el mundo futuro que la historia se propone lograr, es el mundo que está
en concordancia con el Camino del Cielo, y el mundo donde la visión verdadera
del valor está firmemente asentada.
V. Cambios Históricos en los Sistemas de Valor
Finalmente, en esta sección, vamos a considerar los cambios en los sistemas
de valor de Occidente, desde una perspectiva histórica. A través de ello
probablemente comprenderemos mejor como, en el proceso histórico, los enfoques
de valores de la filosofía griega y del Cristianismo, que perseguían valores
absolutos, perdieron su eficacia a causa del acoso sufrido por las visiones
relativas del valor. Recordarlo nos enseñará que la confusión del mundo actual
no va a ser solucionada a menos que aparezca un nuevo enfoque del valor (esto
es, una visión absoluta de los valores).
A. Las Visiones de Valor en el Periodo Griego
1. La Visión Materialista de los Valores
En el siglo sexto antes de Cristo, surgió en la antigua colonia griega de
Jonia, una filosofía de carácter materialista. Con anterioridad, Grecia había
sido una sociedad tribal que vivía anclada en la era de la mitología, sin
embargo los filósofos jónicos no se dieron por satisfechos con las
explicaciones mitológicas, e intentaron explicar el mundo y la vida desde un
punto de vista basado en la naturaleza.
En aquél tiempo en la ciudad Jónica de Mileto, florecía el comercio y los
mercaderes dedicaban su tiempo a las actividades comerciales por todo el mar
Mediterráneo. Eran gente realista y activa. En esa atmósfera, la gente fue
descartando paulatinamente las formas de pensamiento mitológicas.
En lo relativo a la causa-raíz (arche) de todas las cosas, Tales
(621-546 A.C.) afirmó que aquélla era el agua. Según Anaximandro (610-547 A.C.)
era lo infinito o ilimitado (apeiron). Anaximenes (585-528 A.C.), dijo
que era el aire, y Heráclito (535-475 A.C.), que era el fuego. Estas
filosofías naturales, fueron acompañadas por modos de pensar objetivos y
racionales.
2. La visión arbitraria de los valores (Sofística)
Durante el siglo quinto antes de Cristo, en Grecia la democracia era la
forma de gobierno, teniendo a la ciudad de Atenas como centro, y el deseo de
los jóvenes consistía en adquirir conocimiento con el propósito de lograr el
éxito en la vida. Para este fin, el arte del discurso persuasivo (retórica),
era especialmente importante. La gente con estudios instruía a los jóvenes en
el arte de la persuasión a cambio de dinero. Eran los sofistas.
Hasta entonces, la filosofía se había centrado principalmente en la
naturaleza, pero los filósofos llegaron a ser conscientes de que los problemas
humanos no se podían resolver solo a través de la filosofía natural, por lo que
empezaron a dirigir su mirada hacia los problemas de la sociedad humana. Pronto
cayeron en la cuenta de que aunque las leyes naturales eran objetivas, no se
podía decir lo mismo de las leyes y la moralidad de la sociedad humana que
variaban según el país y la era, sin universalidad ni objetividad aparente. Por
esta razón, los sofistas adoptaron una posición escéptica y relativa con
respecto a los valores, y descartaron cualquier esfuerzo por encontrar
soluciones a los problemas sociales. Protágoras (481-411 A.C.) dijo que: “el
hombre es la medida de todas las cosas”, lo que significaba que el estándar de
la verdad dependía según la persona, subrayando un claro relativismo.
Los sofistas tuvieron en un principio un efecto educativo en el
público, sin embargo poco a poco se volvieron escépticos acerca de la
existencia de la verdad. Dieron solamente importancia al arte de la persuasión,
e intentaron convencer recurriendo incluso a argumentos no válidos, como
los falsos razonamientos, o “sofismas”. Prontamente empezaron a usar la falacia
en sus argumentos. Por eso la palabra “sofista” ha sido empleada para definir a
la persona que usa la inteligencia con un razonamiento engañoso.
3. La Búsqueda del Valor Absoluto.
a) Sócrates
La figura de Sócrates (470-399 A.C.), surgió cuando el sofismo gobernaba en
la sociedad griega, una filosofía que él deploraba. Para él, los Sofistas
fingían saber, pero en realidad no sabían nada. De él mismo dijo una vez:
“Solo de una cosa estoy seguro, y es que no sé nada”. Este fue el punto de
comienzo de su método para alcanzar el verdadero conocimiento. Buscó la base de
la moralidad, en el Dios (daimon) inherente al ser humano, y afirmó que
la moralidad es absoluta y universal. La virtud, para Sócrates era la actitud
de corazón que busca el conocimiento, y su pensamiento fundamental fue que “el
conocimiento es la virtud”. También abogó por la unidad de conocimiento y
acción, diciendo que cuando se conoce la virtud, no se debería de fallar a la
hora de practicarla.
¿Cómo puede obtenerse el verdadero conocimiento? El verdadero conocimiento
no se adquiere por ciencia infusa, ni partiendo de un individuo. Sócrates pensó
que únicamente a través del diálogo con otros (preguntas y respuestas), se
puede alcanzar el verdadero conocimiento (la verdad universal), capaz de
satisfacer a todo el mundo. Su propósito fue entonces, salvar a Atenas del
desorden social, con el establecimiento de virtudes absolutas y universales.
b) Platón
Platón (427-347 A.C.) habló del mundo incambiable de la esencia que subyace
al mundo cambiable del fenómeno, es decir “el mundo de las ideas”. Debido a que
las almas de los hombres viven atrapadas en sus cuerpos, la mayoría de ellos
están convencidos, de que el mundo del fenómeno es la verdadera realidad. El
alma humana existió previamente en el mundo de las ideas, pero al morar en el
cuerpo, fue apartada del mundo de las Ideas. En consecuencia, el alma
anhela constantemente el mundo de las Ideas, la verdadera realidad. Para
Platón, el conocimiento de las ideas no es más que el recuerdo que el alma
adquirió, antes de morar en el cuerpo. Las Ideas de la Ética incluían la
belleza, la verdad y la bondad, y entre ellas la Idea de lo Bueno era la
suprema.
Platón consideró las cuatro virtudes, sabiduría, fortaleza, templanza y
justicia, como las virtudes que todos debían poseer. Entendió que el estado,
había de ser gobernado por los filósofos, que son quienes tienen la virtud de
la sabiduría y la comprensión de la Idea del Bien. Para Platón, la Idea del
Bien era la fuente de todos los valores. Como heredero del espíritu socrático,
Platón iba en busca del valor absoluto.
B. Las Visiones de Valor durante el Periodo Heleno-Romano
El periodo Heleno-Romano duró aproximadamente tres siglos: desde que
Alejandro Magno derrotó a Persia, hasta que las fuerzas Romanas conquistaron
Egipto y unificaron el mundo Mediterráneo. En esa era predominó una tendencia
individualista, que buscaba la seguridad individual y la paz interior. La caída
de la ciudad-estado (polis) inhabilitó las teorías de valor centradas en
el estado, por lo que los griegos, a causa de lo inestable de su sociedad,
empezaron a poner énfasis en estilos de vida individualistas. Al mismo tiempo,
el cosmopolitismo, la cultura que trascendía fronteras, adquirió relevancia.
Las escuelas de pensamiento representativas de esa era fueron la Estoica, la
Epicúrea, y las escuelas del Escepticismo.
Bajo esa tendencia individualista, la gente vivía con un sentimiento de vacío
e impotencia. Por ello en el periodo Romano, la gente buscaba algo que la
elevase por encima de la condición humana, y progresivamente fue desarrollando
aspiraciones religiosas. El Neoplatonismo fue fruto de esa tendencia.
1. La Escuela Estoica
El Logos (razón-ley) se encuentra en todas las cosas del universo, y el
universo se mueve de forma ordenada, según leyes. Igualmente, el Logos mora en
los hombres. Por consiguiente, como somos capaces de conocer la ley del
universo a través de nuestra razón, debemos “vivir de acuerdo con la
naturaleza”. En esto consistía la posición básica de la Escuela Estoica.
Los Estoicos sostenían que los hombres sufrían porque tenían pasiones. Para
resolver esto, era necesario deshacerse de las pasiones y alcanzar el estado de apatheia o impasibilidad (la ausencia de
pasiones), o aquél estado perfecto y pacífico de la mente que no cede a
ninguna tentación. Por tanto, la Escuela Estoica abogaba por el ascetismo,
teniendo como suprema virtud, la apatheia.
Tanto Griegos como Orientales, todos tienen que obedecer la ley del
universo. Para la escuela estoica, el Logos era Dios, y todos los hombres eran
conciudadanos e hijos de Dios. De este modo establecieron el cosmopolitismo. El
fundador de la escuela Estoica fue Zeno de Citium (336-264 A.C.)
2. La Escuela Epicúrea
En contraste con el ascetismo de la escuela Estoica, la escuela Epicúrea,
iniciada por Epicuro (341-270 A.C), vio en el placer el bien supremo. Epicuro,
consideraba que el placer estaba directamente ligado a la virtud. Por placer,
no se refería al placer físico, sino más bien a la ausencia del dolor en el
cuerpo y a un estado de calma y reposo en la propia alma. Epicuro
denominó a este estado pacífico de la mente “ataraxia”, el estado de
separación del dolor, y lo consideró el supremo aspecto del ser.
3. La Escuela Escéptica
Las personas experimentan sufrimiento porque de una manera u otra hacen
juicio sobre las cosas. Pirrón (356-275 A.C.) recomendaba a la gente que
buscase la tranquilidad de la mente mediante la suspensión de toda clase de
juicio. Esto es conocido como “la epoché”
o “la suspensión del juicio”. La escuela Escéptica afirmaba que el conocimiento
de la verdad no está al alcance de los seres humanos, por lo que era mejor
abstenerse absolutamente de cualquier forma de juicio.
La ausencia de pasiones (apatía) de la escuela Estoica, el estado de mente
placentero (ataraxia) de la escuela Epicúrea, la ausencia de juicio (epoché) de
la escuela Escéptica, todos fueron intentos de encontrar la tranquilidad
de la mente de forma individual. Por esta razón se empezó a poner en entredicho
el carácter absoluto del valor, que habían perseguido Sócrates y Platón.
4. El Neoplatonismo
La filosofía Griega continuó durante el periodo romano que siguió al
periodo Helenístico. La culminación de la filosofía del periodo Heleno-Romano,
llegó con el Neoplatonismo, un punto de vista filosófico que tuvo su más
eminente defensor en Plotino (205-270 A.C.)
Plotino abogó por la “teoría de la emanación”, según la cual todas las
cosas fluyen de Dios. Más concretamente, afirmó que “nous” (la razón),-
o la realidad más cercana a la perfección de Dios-, y después el alma, y por
último la materia imperfecta, emanaron de Dios de etapa en etapa. Ya
antiguamente, la filosofía griega había propuesto una clase de dualismo que
contemplaba a Dios y a la materia en conflicto mutuo. A diferencia de ello,
Plotino propuso el monismo, que proclamaba que Dios es todas las cosas.
El alma humana fluye en el mundo material y sensual, pero al mismo tiempo
busca retornar a Dios a partir de nous.
Por tanto, la gente debería desligarse de las cosas físicas, y ascender
al nivel donde se percibe a Dios, y unirse así con El. Tal circunstancia era la
virtud suprema. Plotino dijo que el ser humano se une a Dios en el éxtasis, que
era el más alto estado de la mente. La filosofía Helenística alcanzó su punto
culminante con Plotino y el Neoplatonismo, que luego tuvieron un gran impacto
en la filosofía Cristiana inmediatamente posterior.
C. Las Visiones del Valor en el Periodo Medieval
1. Agustín
Agustín (354-430), proporcionó una base filosófica a la fe del Cristianismo
Occidental. Dios era el ser eterno, incambiable, omnisciente, omnipotente, y el
ser de suprema bondad, de suprema belleza, Creador del universo. A diferencia
de Platón, que entendía el mundo de las Ideas como independiente, Agustín
mantenía que las ideas existen en la mente de Dios, y afirmó que todas las
cosas fueron creadas con las Ideas como prototipos. Contrariamente al
Neoplatonismo que postulaba que el mundo emanaba necesariamente de Dios,
Agustín abogó por la teoría de la creación, según la cual Dios creó libremente
el mundo de la nada, sin utilizar ningún material. ¿Por qué entonces el ser
humano es pecaminoso? Para Agustín, ello es debido a que Adán el primer
antepasado humano, hizo mal uso de la libertad y traicionó a Dios. La gente
caída solo puede ser salvada a través de la gracia de Dios. Agustín dijo que la
fe en Dios, la esperanza por la salvación, y el amor hacia Dios y el prójimo,
eran el camino para la verdadera felicidad, y recomendó las virtudes de
fe, esperanza y caridad.
2. Tomás de Aquino
Tomás de Aquino (1225-1274), quien estableció firmemente la teología
Cristiana, dividió las virtudes en teológicas o religiosas y morales: Las
virtudes teológicas eran las tres virtudes principales, a saber, fe esperanza y
caridad, y las virtudes morales, las cuatro virtudes principales de la
filosofía griega, a saber, sabiduría, fortaleza, templanza y justicia. Las
virtudes teologales,- entre las que el amor o caridad era la virtud suprema-,
conducían a la dicha, la cual se conseguía, amando a Dios y al prójimo. Las
virtudes morales eran las que estaban en correlación con la obediencia a las
directrices de la razón. Las virtudes morales eran el medio para alcanzar las
virtudes teologales.
D. Teorías Modernas del Valor
Durante el periodo moderno, no surgió nada especialmente significativo en
cuanto a teorías del valor. Las visiones modernas del valor pueden ser
entendidas como prolongaciones o ramificaciones de la filosofía griega y del
Cristianismo.
Rene Descartes (1596-1650) empezó dudando de todos los valores
establecidos. A pesar de no ser un escéptico, sí intentó resueltamente
obtener el conocimiento por medio de la duda. Todo ello, le condujo al
principio fundamental de “pienso, luego existo”. Descartes propuso la razón
como base para el juicio, lo que dio pie a su visión del valor, a saber, que la
gente debe actuar con una voluntad resuelta y a la vez contener sus pasiones a
través de la razón.
Blaise Pascal (1623-1650) veía al ser humano como un ser contradictorio,
poseedor al mismo tiempo de grandeza y miseria. Expresó esto cuando dijo que
“el hombre es como un junco que piensa”. Por naturaleza los seres humanos son
los más débiles de todos los seres, pero son sin embargo los más grandes por su
capacidad de pensar. Aún así, la verdadera felicidad de los hombres no consiste
en hacer uso de su razón sino en alcanzar a Dios por medio de la fe o a través
del corazón.[1]
[1] Pascal escribió en Penseés como sigue: “El hombre sin fe no
puede conocer el verdadero bien ni la justicia. Todos los hombres buscan la
felicidad. No hay excepciones….¿Que otra cosa proclama tal ansia e
impotencia sino que una vez hubo en el hombre una felicidad verdadera, de
la que solo quedan ahora letra vacía y restos?...Nada puede ayudar [le], pues
el abismo infinito solo puede ser llenado por un objeto infinito e inmutable;
en otras palabras por Dios mismo” (Pascal Pensées, Tr. A.J. Krailsheimer [New York :
Penguin Books, 1966] p. 74-75). Pascal escribió también: “Es el corazón el que
percibe a Dios y no la razón. Esta es la esencia de la fe: Dios es percibido
por el corazón, no por la razón” (Ibidem, p.154)
Emmanuel Kant (1724-1804) analizó el origen de la verdad, la bondad y la
belleza, y lo expuso en profundidad en la Crítica de la Razón Pura, la
Crítica de la Razón Práctica y Crítica
del Juicio, respectivamente. Explicó que los hombres deben realizar estos
valores. Particularmente en lo que concierne a la moralidad, afirmó que los
hombres deben actuar de acuerdo con el imperativo moral incondicional de
“hacer algo”- esto es el imperativo categórico, que proviene de la razón
práctica.
Jeremy Bentham (1748-1832) abogó por el concepto de “la mayor felicidad
posible para el mayor número de personas”, añadiendo que la felicidad es el
estado de ausencia de dolor o sufrimiento. Entendió que el valor de la conducta
humana se puede determinar calculando de forma cuantitativa el placer y el
dolor. El Utilitarismo de Bentham fue una teoría del valor que nació en el
contexto de la revolución industrial, y fue una visión hyungsang del valor.
Soren Kierkegaard (1813-1855), habló de los tres estados de existencia, es
decir que la gente debe pasar por el “estado estético”, y el “estado ético”
para alcanzar el “estado religioso” de existencia. Enseñó que los hombres no
deben vivir para el placer, ni les es suficiente llevar una vida de
conciencia observando las leyes morales, sino que deben vivir presentándose
solos ante Dios con la fe. Kierkegaard intentó revivir la verdadera visión del
valor del Cristianismo.
Friedrich W. Nietzsche (1844-1900) vio la Europa de finales del siglo XIX,
inmersa en una era de nihilismo, donde todos los sistemas de valor se habían
derrumbado. Describió el Cristianismo, como “la moralidad esclava”, es decir,
como una moralidad que rechaza a los fuertes y los igualaba. Entendió que el
Cristianismo era la causa principal de la aparición del nihilismo. Es por ello
que presentó una nueva teoría del valor con la “voluntad de poder” como
estándar. “Vivir fuertemente en un mundo sin Dios”, fue la afirmación de
Nietzsche.
Wilhem Windelband (1848-1915) de la escuela Neo-Kantiana, trató los
valores, como un asunto capital de la filosofía, aceptando los valores de
verdad, bondad y belleza de un modo unitario. Siguiendo a Kant quien había
distinguido la cuestión de hecho de la cuestión de derecho, Windelband
diferenció los juicios de hecho de los juicios de valor, afirmando que la tarea
de la filosofía era relacionarse con los juicios de valor.
Un juicio de hecho es una proposición objetiva acerca de un hecho, mientras
que un juicio de valor es una proposición objetiva en la que se hace una
apreciación subjetiva de un hecho. Por ejemplo, las proposiciones “esta flor es
roja” y “el hombre construye una casa”, son juicios de hecho, mientras que las
proposiciones “esta flor es bella” y “la conducta de ese hombre es buena”
son juicios de valor. Desde entonces, hecho y valor han sido tratados separadamente,
ocupándose de los juicios de hecho las ciencias naturales, y la filosofía de
los juicios de valor.
Este siglo ha presenciado el nacimiento de la filosofía analítica, que
emplea “el análisis lógico del lenguaje”, como el método de filosofía más
apropiado. La filosofía analítica adoptó las siguientes posiciones en relación
a la axiología.1) Solo se pueden conocer los valores por medio de la
intuición.2) Un juicio de valor no es otra cosa que la expresión de los
sentimientos de aprobación o desaprobación moral de la persona que habla. 3) La
axiología solo es importante en el análisis de valor del lenguaje. La filosofía
analítica en general, buscaba excluir la axiología de la filosofía.
El Pragmatismo, representado por John Dewey (1859-1952), basaba los juicios
de valor en la utilidad. Valores tales como la verdad, la bondad y la belleza
los consideró como medios o herramientas para procesar las cosas con
efectividad. Desde este punto de vista, la percepción de lo que es valioso
difiere de una persona a otra. Incluso la misma persona puede diferir en su
modo de percibir el valor. La perspectiva de Dewey es de relativismo y
pluralismo.
Finalmente, mencionaremos la visión de valor del comunismo. Esta es la
visión de valor comunista dada por B. P. Tugarinov (1898- ): “el valor es un
fenómeno de la naturaleza o de la sociedad, que es útil y necesario para la
gente que pertenece a una determinada sociedad o clase en la historia, y
entendido como algo real, ya sea un propósito o bien un ideal.”[1] Para el comunismo lo útil en la clase
proletaria es el estándar de valor. Un postulado de la visión de valor
comunista era que todos los sistemas religiosos de valor establecidos- los
sistemas de valor de la burguesía-, tenían que ser negados y destruidos. Para el
comunismo, un acto moral es aquel que es útil a la hora de promover la vida
colectiva para construir la sociedad comunista, e incluye virtudes como la
dedicación, la obediencia, la sinceridad, el amor por los camaradas, y la
cooperación y ayuda mutua.
[1] GB.P. Tugarinov, “The Issues of Values in
Philosophy”, en Dictionary of
Philosophy (en japonés) ed. Por Koichi Mori (Tokio : Aoki-shoten 1974), p. 61
(publicado originalmente por el Departamento de Filosofía de la Universidad de
Leningrado).
E. La Necesidad de una Nueva Visión del Valor
Como explicamos antes, con el transcurso de la historia han surgido muchos
sistemas de valor. De hecho se puede decir que la historia ha sido una sucesión
de intentos fallidos para establecer los valores absolutos.
En la antigua Grecia, Sócrates y Platón intentaron establecer valores
absolutos promoviendo la búsqueda del verdadero conocimiento. Sin embargo, con
el derrumbamiento de la sociedad Griega de la ciudad-estado, las visiones de
valor de la filosofía Griega también hicieron lo propio.
Más tarde, el Cristianismo intentó establecer los valores absolutos
que estaban centrados en el amor de Dios (ágape). La visión de valor cristiana
gobernó la sociedad medieval, pero a causa del colapso de la sociedad medieval,
fue perdiendo su poder.
En el periodo moderno, Descartes y Kant establecieron visiones de valor
centradas en la razón, como antes la filosofía griega. Sin embargo, su
comprensión de Dios, que era la base de sus visiones de valor, era ambigua.
Pascal y Kierkegaard intentaron revivir los verdaderos valores cristianos, pero
no pudieron establecer un sistema firme de valor.
La escuela
Neo-Kantiana consideró el valor como uno de los temas principales en su
filosofía, pero separándolo completamente de la filosofía, la rama que trata
los valores, de la ciencia natural, la que se ocupa de los hechos. En
consecuencia los problemas no hicieron sino aumentar. Como los científicos han
continuado analizando los hechos, sin tener en cuenta los valores, el resultado
ha sido las armas de destrucción masiva, el abuso del entorno natural, la
polución, entre otros. El Utilitarismo y el Pragmatismo son sistemas de valor
materialistas, cuyos valores son totalmente relativistas. La filosofía
analítica es una filosofía sin valores. La filosofía de Nietzsche y el
comunismo pueden ser descritos como filosofías anti-valor, opuestas a las
visiones tradicionales del valor. Las visiones tradicionales de valor basadas
en la filosofía griega y en el Cristianismo, ya no son tenidas en cuenta hoy
día. Las visiones de valor tradicionales se han debilitado y separado de la
ciencia natural. En nuestros tiempos han sido eliminadas casi por
completo de todos los campos de la filosofía. Como resultado, la sociedad de
hoy está en extrema confusión. La aparición de la nueva visión del valor capaz
de establecer valores absolutos y de revitalizar a la vez los sistemas
tradicionales de valor, sigue siendo aún el profundo anhelo de la humanidad.
Esta nueva visión de valor debe ser capaz de superar el materialismo y de guiar
a la ciencia, con una visión adecuada del valor. Ello debe ser así porque
valor y hecho, están en una relación de sungsang y hyungsang, y de la misma forma que
sungsang y hyungsang están en unidad en los seres que existen, originalmente
también, valor y hecho deberían estar unidos. La axiología de la Unificación ha
aparecido precisamente con la respuesta a esa demanda de nuestros tiempos.
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