TEORIA DE LA HISTORIA
La teoría de la historia aquí expuesta no es
meramente una descripción directa de los hechos históricos. Es más bien una
forma de entender la historia, es decir se propone dilucidar las cuestiones
referentes a su comienzo, sus leyes, la dirección que sigue, su forma de
avanzar, etcétera. Se trata, por decirlo de algún modo, de una filosofía de la
historia.
¿Por qué es necesaria una teoría de la historia?
Es necesaria a fin de establecer la imagen del futuro, y para presentar la meta
y dirección más adecuadas. A partir de esa teoría, obtendremos el método para
solucionar los problemas reales. Lo que quiero demostrar es que debido a los
complejos problemas del mundo es imposible encontrar solución a las cuestiones
fundamentales, si no tenemos una sólida
visión de la historia y una clara visión del futuro.
Hasta el presente, han sido muchos los
estudiosos y muchas las distintas visiones de la historia, sin embargo todas
ofrecieron aspectos aislados de la misma, siendo incapaces de ofrecer un
aspecto total o completo. Por consiguiente, ninguna ha podido presentar la
imagen verdadera del futuro, por lo que ha sido imposible ofrecer soluciones
adecuadas a los problemas. Entre todas, ninguna visión de la historia fue tan
influyente como la visión materialista de la historia, es decir la visión
comunista de la historia. La visión materialista de la historia entendió la
historia humana como la historia de la lucha de clases. Según la visión
materialista de la historia, cuando se intensifique la lucha entre el
proletariado y la burguesía en la sociedad capitalista, tendrá lugar la
revolución, y ello inevitablemente
conducirá a la sociedad comunista sin clases.
La visión materialista de la historia, es la
fuerza motriz de la doctrina revolucionaria comunista. Sin embargo, en los
países socialistas, donde se llevó a cabo la revolución sobre la base de la
visión materialista de la historia, el ideal del comunismo, dio lugar a sociedades
contrarias a ese ideal.
Por otra parte, en el mundo libre no podemos
encontrar ninguna visión de la historia que pueda competir ni luchar con la
visión materialista de la historia. Por tanto, debe aparecer una nueva visión
de la historia, con una clara visión de la sociedad futura, que sea capaz de superar
la visión materialista de la historia. La visión de Unificación de la historia
tiene precisamente ese propósito. En otras palabras, la visión de Unificación
de la historia demuestra la falsedad del comunismo, por medio de una ideología
basada en una nueva visión de Dios, a saber, el Diosismo, que interpreta la
historia sobre la base de los hechos históricos, y demuestra que la historia
humana se dirige hacia el mundo original del ideal de la creación de Dios.
I. Las Posiciones Básicas de la Visión de Unificación de
la Historia
La visión unificacionista, examina la historia
desde tres perspectivas fundamentales, a saber,
la historia pecaminosa, la historia de la recreación y la historia de la
restauración.
A. La Historia Pecaminosa
La historia pecaminosa comenzó a causa de la
caída humana. A causa de la caída, la historia no pudo empezar con normalidad,
según el principio. En su lugar, siguió un curso lleno de guerras, dolor,
miseria y penalidad. Por consiguiente, es imposible encontrar las soluciones
fundamentales a los múltiples problemas de la historia, si no se resuelve la
cuestión de la caída humana.
B. La Historia de la Recreación
Los seres humanos, debido a la caída de los
primeros antepasados, descendieron a un estado de muerte espiritual. Debido a
esto, no pudo realizarse el ideal del ser humano original ni el mundo original.
Por tanto a lo largo de la historia, Dios ha llevado a cabo la dispensa de la
re-creación y reconstrucción del mundo. Así pues, la historia ha sido la
historia de la re-creación. En este proceso, las leyes (leyes de la creación) y
la Palabra (Logos) con la que Dios creó a los seres humanos y al universo, han
tenido también su aplicación en la historia humana. La Creación de Dios se hizo
conforme a la Palabra. De igual modo, la re-creación se lleva a cabo, conforme
a la Palabra. La re-creación no quiere decir que se ha de volver a crear el universo. Puesto que la caída
humana, solo tuvo que ver con los seres humanos, únicamente el ser humano
necesita ser recreado, y lo debe ser de acuerdo con la Palabra. Este fue el
propósito por el que Dios hizo que los santos, la gente justa, profetas, y a
otros líderes espirituales, surgiesen a lo largo de la historia, para llevar la
verdad a la gente y guiarla espiritualmente.
C. Historia de la Restauración
Con la caída de los primeros antepasados, se
perdieron el ser humanos original y el mundo original. Los seres humanos al
existir aparte del principio (fuera de su estado original) llevaron vidas fuera del principio, esto es, vivieron
sufriendo dolor y confusión, en un mundo aparte del principio. Debido a esto,
el ideal que debía ser recobrado llegó a ser el del ser humano original y el
mundo original.
Esta perspectiva implica que Dios debía
necesariamente restaurar el mundo fuera del principio y a los seres humanos, y
llevarlos a su estado original, pues de lo contrario Su creación habría
terminado en un fracaso. Por consiguiente, desde el inicio de la historia
humana, Dios ha conducido la dispensa con el fin de restaurar a la gente pecaminosa y al mundo pecaminoso
para devolverlos a su estado original.
La historia humana, pues, se convirtió en la historia de la providencia
de la restauración. Ya que Dios es, el Dios del Principio, y como la caída
humana se produjo a causa del fracaso humano en no observar ciertas
condiciones, también la providencia de la restauración se ha llevado a cabo de
acuerdo a ciertas reglas. Estas leyes son conocidas como “las leyes de la
restauración”.
D. La Historia Gobernada por Leyes
Hasta la fecha han sido pocos los líderes y
estudiosos que hayan podido demostrar claramente, las leyes que gobiernan la
historia. La visión providencial Cristiana de la historia, por ejemplo, no ha podido presentar
leyes convincentes y persuasivas.
En el periodo moderno, Hegel explicó el
desarrollo histórico según la dialéctica (la dialéctica idealista), y afirmó
que la historia es el proceso de realizar la libertad a través de la razón, y
que se llegaría a un estado racional donde finalmente la libertad alcanzaría su
cenit. Sin embargo, Prusia, la nación que Hegel consideraba como futuro estado
ideal, no alcanzó ese objetivo y la historia siguió su curso. Las leyes
históricas descritas por Hegel, por tanto, no se ajustaban a la realidad.
En el siglo XX, Arnold Toynbee, expuso su
“visión cultural de la historia”, una magnífica visión de la historia, en la
que eran analizados en detalle la génesis, crecimiento, ruptura, y
desintegración de las civilizaciones. No obstante, Toynbee tampoco expuso las
leyes definitivas de la historia.
En tales circunstancias, parecía que solo la
visión materialista de la historia del marxismo, podía presentar las leyes de
la historia, que el mismo marxismo denominaba visión científica de la historia.
Por su parte, la visión providencial del Cristianismo, fue relegada y
descartada de la enseñanza, y rechazada además como no científica, debido a su
incapacidad para especificar las leyes de la historia.
La Visión de Unificación de la Historia muestra
las leyes de la creación y las leyes de la restauración, como aquellas que
verdaderamente trabajan en la historia. Cuando las leyes de la historia
sean entendidas, evidenciarán la
falsedad de la visión materialista de la historia, al esclarecer las pseudos-leyes
o afirmaciones dogmáticas propuestas por la visión materialista de la historia.
Por otro lado, la Visión de Unificación de la Historia, al explicar las leyes
de la historia desde una base teológica, resucita la visión providencial
tradicional de la historia, hasta ahora considerada como anti-científica,
haciendo posible que la visión providencial sea tratada como una ciencia
social.
E. El Origen, Dirección y Meta de la Historia
En cuanto a
cuando y cómo comenzó la historia, a saber, el origen de la historia, la
Visión de Unificación de la Historia, considera que la creación de la humanidad
y la caída humana constituyen el origen de la historia, es decir coincide en
este punto con la visión cristiana providencial de la historia. En cuanto al
origen mismo de la raza humana, es decir, la antigua cuestión sobre si la raza
humana se inició partiendo de uno (monogenismo) o partiendo de múltiples
orígenes (poligenismo) hay que decir que la Visión de Unificación de la
Historia propone el monogenismo y afirma que los primeros antepasados humanos
fueron Adán y Eva. Ello es así, por que hay una ley basada en el Principio de
la Creación según la cual “la creación empieza desde uno”.
¿Cuál es entonces la meta de la historia? La
Visión de Unificación de la historia afirma que la meta de la historia es la
realización del mundo ideal de la creación. La historia se dirige hacia esa
meta. Por tanto, el origen y meta de la historia están determinados. Sin
embargo, la consecución de esa meta no lo está. El éxito en cada una de las
etapas del proceso de la historia, se alcanzará si la parte de
responsabilidad-especialmente la parte de responsabilidad de las figuras
centrales providenciales- se cumple de acuerdo con la providencia de Dios. Por
tanto, el proceso de la historia -esto es, que progrese en línea recta, o que
se desvíe, acorte o prolongue- depende totalmente del esfuerzo de los seres
humanos. Esto significa que el proceso de la historia no está determinado, sino
que es confiado a la libre voluntad de la gente.
El enfoque que contempla que la meta está
determinada, pero no el proceso, y que
el progreso de la historia depende de la parte de responsabilidad humana, o
libre voluntad, se denomina “la teoría de la responsabilidad”.
II. Las Leyes de la Creación
Los cambios históricos, han tenido lugar de
acuerdo con ciertas leyes. Estas son, las “Leyes de la Creación” y las “Leyes
de la Restauración. En primer lugar explicaré las Leyes de la Creación. Estas
son:
(1) La Ley de la
Correlatividad
(2) La Ley de la Acción de
Dar y Recibir
(3) La Ley de la Repulsión
(4) La Ley del Dominio del
Centro
(5) La Ley del Cumplimiento
mediante Tres Etapas
(6) La Ley del Periodo del
Número Seis
(7)La Ley de la
Responsabilidad
A. La Ley de la Correlatividad
En todo ser creado, no solamente se da una
relación correlativa en su interior entre el elemento principal y el elemento
subordinado, sino que además en un nivel exterior cada ser individual forma una relación
correlativa de sujeto y objeto con otro ser individual, lo que hace posible el
desarrollo y la base para su existencia. En este último caso, el sujeto y el
objeto tienen una relación mutua, centrada en un propósito común. Por tanto, el
primer requisito necesario para el progreso de una sociedad, es que los dos
elementos correlativos de sujeto y objeto formen una relación recíproca en cada
uno de los campos, (cultura, la política, economía y ciencia). Los elementos
correlativos de sujeto y objeto son los ya mencionados de Sungsang y Hyungsang,
yang y yin, elemento principal y elemento subordinado (o ser individual
principal y subordinado).
Como ejemplos podría citar, la mente y el
cuerpo, la ideología y las condiciones económicas (condiciones materiales), la
cultura espiritual y la cultura material, los ejecutivos y los trabajadores,
los trabajadores y los instrumentos de producción, las partes principales y
subordinadas en una máquina, etcétera. A medida que estos elementos correlativos inician una
acción de dar y recibir, se genera el desarrollo de la cultura, la política, economía, y ciencia,
entre otros.
B. La Ley de la Acción de Dar y Recibir
Cuando los elementos correlativos de sujeto y
objeto de un ser o cosa, forman una relación correlativa, se produce una acción
de dar y recibir de ciertos elementos. Mediante esta acción, las cosas
mantienen su existencia y se desarrollan. Esta interacción entre sujeto y
objeto se llama, la acción de dar y recibir. Por tanto, en la historia, y en
todas las situaciones, el desarrollo solo es posible cuando los elementos
correlativos de sujeto y objeto establecen un estándar correlativo y realizan
una acción armoniosa de dar y recibir, centrada en un propósito común. Por
ejemplo, con el fin de que una nación preserve su existencia y prospere, el
gobierno y el pueblo deben mantener una relación de sujeto y objeto en bien de
la prosperidad de la nación, mediante una acción armoniosa de dar y recibir. En
una empresa, investigadores, administradores, trabajadores, ingenieros y
máquinas, deben tener relaciones mutuas de sujeto y objeto formando acciones
armoniosas de dar y recibir, por el bien de la prosperidad de la empresa. La
“Ley de la Correlatividad” y la “Ley de la Acción de Dar y Recibir”, son como
las dos caras de la misma moneda, por lo que combinadas las llamaremos la “Ley
de la Acción de Dar y Recibir”.
La ley de la Acción de Dar y Recibir es
armoniosa, y nunca es conflictiva ni causa oposición. La visión materialista de
la historia, mantiene que la historia progresa a través de la lucha de
opuestos. Aunque puede parecer que las luchas son un aliciente necesario para
el desarrollo, su persistencia puede dar como resultado un estacionamiento e
incluso un retroceso. La afirmación de la visión materialista de la historia en
este caso es bastante errónea: su objetivo es racionalizar la lucha de clases.
C. La Ley de Repulsión
La acción de dar y recibir se produce entre los
elementos correlativos de sujeto y objeto. Sin embargo, sujeto y sujeto, (o
también objeto y objeto), se repelan entre sí. A este fenómeno de repulsión lo
denominamos “acción de repulsión”. La
acción de repulsión en el mundo natural está latente originalmente, y no sale a
la superficie. Su papel es fortalecer o complementar la acción de dar y recibir
entre sujeto y objeto. Por ejemplo, sabemos que en el mundo natural, las
electricidades positiva y negativa con la misma carga se repelen. No obstante
sabemos también que esa acción fortalece y complementa la acción de dar y
recibir entre el sujeto (la electricidad positiva) y el objeto (la electricidad
negativa), y que esa acción no aflora de por sí. Por lo tanto, en el mundo
natural, la acción de repulsión no
entorpece el orden.
Sin embargo en la sociedad humana, la acción de
repulsión entre sujeto y sujeto ha aparecido en forma de conflicto entre dos líderes. Un ejemplo sería
el conflicto que surge entre un líder establecido y otro nuevo, en el momento
de una revolución. Al producirse esas acciones de repulsión, o rivalidad, los
sujetos en conflicto tienen cada uno, una acción de dar y recibir con sus
respectivos grupos de gente en la posición de objeto, haciendo que sus
respectivas fuerzas crezcan. En consecuencia, las dos partes entran en
conflicto. En este caso, uno de las dos
partes, está en una posición más cercana a la dirección de la dispensa de Dios,
y la otra, más lejana. La primera es considerada como el “lado del bien”, y la
última como el “lado del mal”. Ello quiere decir que en la sociedad humana la
acción de repulsión entre un sujeto y otro sujeto acaba convirtiéndose en una
lucha entre el bien y el mal. Cuando la victoria en esta lucha corresponde al
lado del bien, la dirección de la historia cambia, girando algo más en la
dirección de la bondad.
Sin embargo existen casos en los que la acción de repulsión,
demuestra su complementariedad original con la acción de dar y recibir. Por
ejemplo cuando un país y otro, o sus gentes entre sí, compiten de manera
pacífica. El resultado es un progreso tanto en lo cultural como en lo político.
D. La Ley del Dominio del Centro
En la acción de dar y recibir entre sujeto y
objeto, el sujeto es el centro, y el objeto recibe dominio del sujeto. Como
consecuencia, el objeto realiza un movimiento circular centrado en el sujeto.
Esta es la razón del movimiento circular que vemos en el mundo natural. Por
ejemplo, la tierra gira alrededor del sol, y los electrones lo hacen alrededor
del núcleo. En la sociedad humana, como la relación de sujeto y objeto es la
misma que entre mente y cuerpo, el movimiento circular se realiza cuando el
objeto recibe órdenes, instrucciones, o es requerido por el sujeto.
En la historia de la restauración, Dios
establece a las figuras centrales, y por medio de ellas, conduce a la sociedad
en la dirección que está de acuerdo con Su providencia, a saber, en la
dirección del bien. En este caso, Dios primeramente crea un ambiente social, e
inspira entonces a una figura central, para que conduzca ese ambiente o entorno
en una dirección conforme con la providencia de Dios. Para que esto suceda, a
la figura central se le confía el cumplimiento de su parte de responsabilidad.
De esta forma, hay una la ley según la cual la figura central tiene dominio
sobre el medio o ambiente. Esta es “La
Ley del Dominio del Centro”. Tal ley no
se aplica solamente a la gente elegida, sino también a todos los pueblos y países.
La historia de la gente elegida es la historia central—esto es la historia de
los israelitas en la era del Antiguo Testamento, y la historia de las naciones
Occidentales centradas en el Cristianismo, en la era del Nuevo Testamento. En
la historia central, Dios llevó a cabo Su providencia, estableciendo a las
figuras centrales. Ejemplos de figuras centrales en los diferentes periodos
fueron, Noé, Abraham, Moisés, los reyes, y los profetas, en el Antiguo
Testamento. Durante la era del Nuevo Testamento las figuras centrales fueron
líderes Cristianos como los papas, Martín Lutero, Calvino, y también líderes políticos como Carlomagno (rey de los
Francos), George Washington, y Abraham Lincoln.
Por otra parte, Satán, quien se opone a la
providencia de Dios, ha buscado también establecer una esfera de dominio
centrada en él mismo. Satán, al establecer una figura central en el lado
satánico, ha querido tener dominio sobre el ambiente a través de la figura
central. El Káiser Guillermo II y Adolfo Hitler, quienes se propusieron dominar
mundo con la política del pan-germanismo, y Stalin, quien tenía como meta
conquistar el mundo por medio del comunismo, fueron tales figuras centrales.
Toynbee dijo: “El crecimiento de las
civilizaciones, es obra de individuos creativos o de minorías creativas”.[1]
Las masas son guiadas por individuos creativos o por minorías creativas, a
quienes (las masas) siguen. Esta afirmación de Toynbee hace alusión a la ley de
dominio del centro.
[1] Arnold Toynbee, A study of the history, un compedio de volúmenes I-VI, por D.C. Somervell (Oxford : Oxford University Press 1974), p. 214
La visión materialista de la historia, concede
gran importancia al entorno (el entorno social), y sostiene que las masas
juegan un papel decisivo en el desarrollo social. Según el materialismo, las
acciones de los líderes están determinadas por su entorno social específico.
Según esta forma de pensar la materia crea el espíritu, e incluso es más
importante que este último. El ambiente social es una categoría material, y las
figuras centrales (líderes) son una categoría espiritual. Por tanto, tal visión
es errónea. Los líderes son el sujeto, y las masas el objeto. Los líderes, al
basarse en sus ideologías religiosas o políticas, guían a las masas, o
sociedad, en una cierta dirección.
E. La Ley del Cumplimiento mediante Tres etapas
Según el Principio de la Creación, el
crecimiento o desarrollo de todas las cosas, se produce a través de un proceso
de tres etapas, a saber, Formación, Crecimiento y Perfección. Por ejemplo, las
plantas maduran y se perfeccionan mediante las tres etapas de germinación,
formación del tallo y brote de las hojas, y finalmente el florecimiento y la
aparición del fruto. Esta ley también tiene su aplicación en la historia. La
historia, en la providencia de la re-creación, ha pasado con frecuencia por un
proceso de tres etapas. Es más, hay una ley según la cual si un acontecimiento
providencial termina en fracaso, la providencia puede ser prolongada hasta una
tercera vez, (o tercera etapa), siendo entonces esa tercera oportunidad, la del
obligado cumplimiento.
Por ejemplo, ya que Adán fracasó en cumplir el
propósito de la creación debido a la caída, Dios envió entonces a Jesús como el
segundo Adán. Debido a que Jesús fue crucificado, y no pudo cumplir
completamente el propósito de la creación, Dios envía al Señor de la Segunda Llegada como el Tercer
Adán para cumplir el propósito de la creación.
En la era moderna- que es el periodo de
preparación para recibir al Señor de la Segunda Llegada-, los movimientos que
aparecieron para hacer resurgir el Hebraísmo y el Helenismo siguieron el
proceso de tres etapas. El movimiento para el renacimiento del Hebraísmo fue un
movimiento centrado en Dios, pues se trataba de una reforma religiosa. Después
de la Primera Reforma Religiosa, que estuvo centrada en Martín Lutero y
Calvino, vino la Segunda Reforma Religiosa, centrada en John Wesley, George Fox,
y otros. Ahora estamos en el periodo de la Tercera Reforma Religiosa (el tercer
movimiento centrado en Dios). Por otro lado, el movimiento para hacer renacer
el Helenismo fue el movimiento humanista. A continuación del Renacimiento, o
primer movimiento humanista, vino la Ilustración, el segundo movimiento
humanista. La Ilustración produjo su fruto con el movimiento ideológico del
comunismo, el tercer movimiento humanista.
Dios,
pues, siempre estableció un movimiento centrado en El, para contrarrestar cada
uno de los movimientos del humanismo. Según esto, la Tercera Reforma Religiosa,
o tercer movimiento centrado en Dios, debe ser el movimiento que supere al
movimiento comunista, que es el tercer movimiento humanista. Por tanto, de acuerdo con la Ley de
cumplimiento mediante Tres Etapas, el movimiento que está en el lado de Dios,
tendrá éxito y prosperará, mientras que el movimiento en el lado de Satán
decaerá, y perecerá en su debido tiempo, aún cuando llegue a su consumación en
una tercera etapa. Finalmente, el movimiento en el lado de Satán será derrotado
por el del lado de Dios.
F. La Ley del Periodo del Número Seis
Según el relato de la Biblia, acerca de la
creación del universo, Dios tardó seis días en crear a Adán. En otras palabras,
la creación de Adán fue planeada sobre
la base de un periodo de seis días. Este fue el periodo de preparación para la
creación de Adán.
Igualmente, en la historia de la recreación,
Dios inició la preparación para recibir al Mesías, mediante un periodo basado
en el número seis, antes del nacimiento de Jesús, el segundo Adán. Este
periodo, se inició hacia el sexto siglo a.c. Como parte de esta preparación,
Dios envió al pueblo judío, profetas como Jeremías y Malaquías seis siglos
antes de Cristo, y posteriormente dejó que el pueblo judío fuese llevado
cautivo a Babilonia con el fin de que se arrepintiese y se apartase de su infidelidad. Cerca del
siglo sexto a.c., surgió en China la figura de Confucio (551-479 a.c.) quien
fundó el Confucionismo. Después de
Confucio, hacia el siglo tercero antes de Cristo, aparecieron muchos filósofos
en China, que crearon la era dorada del
pensamiento Chino. En la India, Gautama Buda (563-483 a.c.) en el siglo sexto
a.c. estableció el Budismo. Sobre el siglo sexto antes de Cristo también, fueron compilados los antiguos libros de
filosofía hindú, denominados Upanishad. En Grecia, la filosofía y la ciencia
conocieron un gran desarrollo a partir del siglo sexto anterior a Cristo. Todos
estos acontecimientos formaron parte de los preparativos para recibir al
Mesías. Dios hizo estos preparativos, para guiar a los diferentes pueblos de la
tierra en la dirección del bien, utilizando los métodos más apropiados según
la gente y la región.
Karl Jaspers, se dio cuenta de que prácticamente
a la vez, en un mismo tiempo y en regiones diferentes del mundo como China, India, Irán, Palestina y Grecia,
aparecieron líderes espirituales,
filósofos y fundadores de religiones. Jaspers lo llamó el “periodo axial”[2]
o periodo eje. Jaspers no encontró una explicación a todo ello, y dijo que
constituía un misterio y un enigma de la historia[3].
Sin embargo, hoy puede ser aclarado por primera vez, mediante la ley del número
seis.
[2] Karl Jaspers escribió: Parece que este eje de la historia se encuentra en un periodo en torno al 500 A.C., en el proceso espiritual que hubo entre el 800 y el 200 A.C. Es ahí donde nos hallamos ante la más profunda línea divisoria que se ha trazado en la historia. El hombre, como hoy lo conocemos, surgió allí. Para abreviar lo podemos denominar “Periodo Axial”. (The Origin and Goal of History, [Westport : Greenwood Press, Publishers, 1976], p. 1
[3] Jaspers escribió también: “Sin embargo se trata de un misterio histórico y la progresiva investigación de los hechos no ha hecho sino agrandarlo. El Periodo Axial, con su abrumadora plenitud de creaciones espirituales, que ha determinado toda la historia humana hasta el presente, va acompañado por el enigma de la aparición, en estas tres regiones mutuamente independientes, de un proceso análogo e inseparablemente conectado” (Ibidem, p. 13)
Por otro lado, con el fin de enviar al Señor de
la Segunda Llegada, quien es el Tercer Adán, Dios preparó la situación,
iniciando un periodo basado en el número seis. Son ejemplos de ello, la Reforma
y el Renacimiento[4], que
empezaron alrededor del siglo catorce, y florecieron en el dieciséis. La
Revolución Industrial (finales del siglo dieciocho), y el súbito desarrollo
posterior de la ciencia y la economía, fueron también parte de los preparativos
para la llegada del Mesías. En esta dispensa de la historia de la restauración,
Dios tiene la intención de enviar al Señor de la Segunda Llegada, en el siglo
veinte.
[4] En el Siglo Catorce, John Wycliffe, (1320-1384) de Gran Bretaña tradujo la Biblia al inglés, y afirmó que el estándar de la fe estaba en la misma Biblia, y no en el papa o los clérigos, a la vez que denunció valientemente la corrupción de la iglesia. Jan Huss (1374-1415) de Bohemia, creyó en las enseñanzas de Wycliffe y empezó un movimiento de reforma del Cristianismo, pero fue considerado herético y quemado en la hoguera. En el Siglo Quince, en Florencia, Girolamo Savonarola (1452-1498) llevó a cabo un movimiento de reforma de la iglesia, pero fue igualmente perseguido y quemado en la hoguera. Después en el Siglo Dieciséis, se produjo la Reforma que Martin Lutero (1483-1546) y Calvino (1509-1564) habían iniciado.
El Renacimiento fue un movimiento cultural que empezó en Italia y que se extendió a las naciones europeas entre los siglos Catorce y Dieciséis. Dante (1265-1321), Petrarca (1304-1374) y Bocaccio (1313-1375) fueron los precursores del Movimiento Renacentista. El centro del Renacimiento se desplazó de Florencia a Roma en su edad dorada, y en ese periodo fueron figuras representativas, Leonardo da Vinci, (1452-1519), Rafael (1483-1520) y Miguel Angel (1475-1564)
Los líderes religiosos y filósofos que aparecieron seis siglos antes
del nacimiento de Jesús, estaban en una posición Arcangélica, y tenían la
misión de preparar el camino para el Mesías. Por consiguiente, la verdad que
ellos trajeron no era la verdad completa, sino una verdad parcial. El Mesías,
quien es el Hijo de Dios, debía venir más tarde para predicar la verdad
completa y absoluta, y esclarecer todas las cuestiones sin resolver en todas
las religiones y sistemas de pensamiento. Esto es, en los Últimos Días, el
Señor iba a resucitar y fortalecer las religiones y las apagadas filosofías
tradicionales, a través de la verdad absoluta y debía realizar el mundo unido
de religiones y sistemas de pensamiento.
No obstante, debido a que Jesús murió en la
cruz, no se pudo realizar el mundo unificado, por lo que la misión de Jesús fue
transferida al Señor de la Segunda Llegada. Además, el Confucionismo, el
Budismo, la Filosofía Griega, y otros pensamientos, han permanecido divididos hasta
el tiempo de la Segunda Llegada. La dispensa, en el tiempo de la Segunda
Llegada, se llevará a cabo de forma similar a la del tiempo de Jesús. Es decir,
el Señor de la Segunda Llegada aclarará las cuestiones sin resolver de las
religiones tradicionales y filosofías, mediante la verdad absoluta que él mismo
traerá. El unirá todas las religiones y pensamientos, y realizará el mundo
unificado. Hay que puntualizar, que no es necesario establecer religiones y
filosofías totalmente nuevas, seis siglos antes de la Segunda Llegada del
Señor, como por ejemplo sucedió antes de Jesús. Bastará con el resurgimiento de
las religiones y filosofías ya existentes.
G. La Ley de la Responsabilidad
Los primeros antepasados, Adán y Eva, tenían una
parte de responsabilidad que debían
cumplir. En esta responsabilidad nadie podía interferir, ni siquiera Dios. Su
propósito era permitirles alcanzar la calificación para dominar el universo.
Además de la parte de responsabilidad de Dios,
existía la responsabilidad que Adán y Eva debían cumplir para perfeccionarse.
Sin embargo, fracasaron en cumplir su responsabilidad y cayeron.
La providencia de la restauración debe ser
cumplida de la misma forma, esto es uniendo la parte de responsabilidad humana
(especialmente la de personas centrales providenciales) a la parte de
responsabilidad de Dios. En este caso, el cumplimiento de la responsabilidad
humana significa el cumplimiento de la misión que ha sido encomendada, y tomar
responsabilidad por esa misión según la propia libre voluntad.
Por consiguiente, si las personas providenciales
cumplen su parte de responsabilidad, mediante su esfuerzo y sabiduría, de
acuerdo con la voluntad de Dios, la providencia se mueve hacia una nueva etapa.
Sin embargo, si esas personas no cumplen
sus partes de responsabilidad, la providencia centrada en ellas fracasa, lo que
hace que sea prolongada. Pasado un cierto periodo de tiempo centrado en ciertos
números, una nueva persona es llamada para llevar a cabo la misma providencia.
La razón por la que la historia humana ha sido
prolongada hasta hoy como la historia pecaminosa, reside en que las personas
providenciales fracasaron continuamente en cumplir sus partes de
responsabilidad. Jesús fue crucificado y no pudo realizar el mundo unificado
debido a que los líderes de su tiempo, incluidos Juan Bautista, los sacerdotes
y los gobernantes, fracasaron en cumplir sus partes de responsabilidad. Desde
la Segunda Guerra Mundial hasta hoy, el Comunismo ha causado conflictos por
todo el mundo, y a causa del derrumbe de los valores en las naciones
capitalistas, existe una gran confusión. Todo ello ha sido debido a que los
líderes de las naciones Cristianas fracasaron en cumplir sus partes de
responsabilidad.
III. Las Leyes de la Restauración
La historia humana es, la historia de la re-creación y al mismo tiempo la historia de
la restauración, es decir, ambas constituyen el proceso para recuperar el mundo
original ideal perdido a causa de la caída humana. Por consiguiente, también en
la historia entran en funcionamiento una serie de leyes diferentes además de
las Leyes de la Creación. Se trata de las Leyes de la Restauración. Estas leyes
son:
(1) La Ley de la Indemnización
(2) La Ley de la Separación
(3) La Ley de la Restauración del Número Cuatro
(4) La Ley de la Providencia Basada en
Condiciones
(5) La Ley de que lo Falso precede a lo
Verdadero
(6) La Ley de la Reaparición de lo Vertical en
lo Horizontal
(7) La Ley de la Providencia Sincrónica
A. La Ley de la Indemnización
La caída humana nos enseña que los seres humanos
perdieron su estado y posición original. La restauración consiste en el proceso
de recuperar la posición y estado originales. No obstante, a fin de recuperar
el estado y posición originales, se deben establecer ciertas condiciones. Las
condiciones para este propósito son denominadas “condiciones de indemnización”.
Las condiciones de indemnización que los seres humanos deben establecer son el
Fundamento de Fe y el Fundamento de Sustancia.
Establecer el fundamento de fe significa que los
hombres deben ir al encuentro de un líder (figura central) escogido por Dios, y
mantener la fe en un cierto objeto condicional, centrados en ese líder, y
durante un específico periodo numérico de tiempo de indemnización. El
fundamento de sustancia consiste en que los hombres deben seguir obedientemente
al líder escogido por Dios.
Sin embargo, al examinar la historia vemos que
las gentes en las sociedades pecaminosas, raramente obedecieron al líder
escogido por Dios. En su lugar la mayoría de veces los líderes escogidos por
Dios fueron perseguidos. Por consiguiente, la senda seguida por los justos, los
sabios y los santos se volvió una y otra vez en un curso de penalidades. No
obstante, las penalidades que ellos tuvieron que soportar, fueron las
condiciones de indemnización que hicieron, gracias a su sacrificio, que la
gente del mundo pecaminoso fuese subyugada y restaurada al lado de Dios. En
otras palabras, utilizando las penalidades de los líderes justos como
condición, Dios hizo que la gente se arrepintiese. En esto consiste la Ley de
Indemnización. Un ejemplo representativo es la crucifixión de Jesús. A causa de
la crucifixión de Jesús, mucha gente
pudo tomar conciencia de su estado pecaminoso
y arrepentirse.
Hasta el presente, gobernantes dictatoriales
persiguieron y mataron a gran número de gente religiosa, justa y buena, durante
los periodos de revoluciones, y en las luchas de poder que siguieron a esas
revoluciones. Sin embargo, tomando como condición el sufrimiento de la gente
justa, Dios hizo finalmente que los
regímenes dictatoriales se rindiesen, y pudo de esta manera liberar a la gente. Especialmente, los
líderes comunistas, se encargaron de dar muerte a millones de personas y
encarcelar a otras muchas durante las revoluciones comunistas, y en las posteriores
luchas de poder. Dios, tomando como condición el sufrimiento de la gente, hizo
que los regímenes comunistas cayesen, liberando a la gente del régimen
comunista.
B. La Ley de la Separación
Puesto que el Creador es el único y mismo Dios,
el hombre y la mujer originales, deberían haberse relacionado única y solamente
con Dios. Sin embargo debido a la caída, Adán llegó a relacionarse también con
Satán. Por esta razón, cuando Dios intentaba relacionarse con Adán, Satán
estaba en la posición de competir con Dios, al tener también una relación con
Adán. Dios no podía en tal situación conducir ninguna clase de providencia a
través de Adán. Por consiguiente, Dios tuvo que separar a los hijos de Adán,
poniendo a un hijo en la posición de relacionarse con El y a otro en la
posición de relacionarse con Satán. Dios separó a Abel y Caín, situando a Abel,
el hermano menor, en el lado de Dios, y a Caín, el hermano mayor, en el lado de
Satán.[5]
[5] Divine Principle , p. 242
Dios deseaba restaurar a Caín y Abel a Su lado,
haciendo que Caín obedeciese a Abel. La caída ocurrió debido a que el ser
humano (Adán), quien estaba en el lado de Dios, fue subyugado por la tentación
de Satán. Para cumplir la restauración por indemnización, Dios deseaba que
Caín, quien se encontraba en el lado de Satán, obedeciese a Abel, quien se
hallaba en la posición de Dios. Por eso, cuando Caín y Abel hicieron las
ofrendas, Dios no quería que Caín fuese directamente el autor, sino que deseaba
que hiciese las ofrendas a través de Abel. Sin embargo, en lugar de ello, Caín odió
a Abel y lo mató. Así comenzó la
historia pecaminosa de la humanidad[6].
Sin embargo aún permanecía el fundamento de corazón de Abel, quien una vez
separado en el lado de Dios, permaneció con lealtad hasta el final. Por ello,
con este fundamento como condición, Dios podía, a lo largo de la historia,
separar a la gente del lado de Dios de la del mundo Satánico[7].
[6] Ibidem, p. 242
[7] Ibidem p. 251
A partir de un individuo de Su lado (el lado del
bien), Dios ha estado ampliando la esfera del lado del bien, estableciendo
primero una familia, y luego una tribu, pueblo, nación, y mundo en el lado del
bien. Sin embargo, Satán quien ha estado trabajando en oposición a la
providencia de Dios, se ha anticipado al lado de Dios, empezando por un
individuo en el lado de Satán, y extendiendo después la esfera del mal al
establecer a una familia, una tribu, una nación y un mundo en el lado del mal.
De esta forma, Satán ha estado obstruyendo la providencia de Dios.
Generalmente, el lado de bien trasmitía la Palabra de Dios al lado del mal,
pero el lado del mal siempre rehusaba
aceptar la Palabra, y se oponía a ella incluso haciendo uso de las
armas. Al responder el lado del bien a esos ataques, surgieron las luchas. A lo
largo de la historia pues, se han sucedido las luchas entre un individuo en el
lado del bien y otro en el lado del mal, así como entre familias, tribus,
pueblos, naciones, llegando finalmente a la lucha entre los dos mundos (el del
lado del bien y el del lado del mal). Por todo ello, la historia ha sido una
historia de luchas entre el bien y el mal. No obstante, en el proceso de la
historia de la restauración, el lado del bien y el lado del mal no son buenos y
malos en un sentido absoluto. El lado relativamente más cercano a la
providencia de Dios fue separado como el lado del bien, y el lado relativamente
más apartado, como el lado del mal.
Terminada la Segunda Guerra Mundial, el mundo
fue separado en dos grandes bloques, a saber, el bloque en el lado del lado del
bien, y el bloque en el lado del mal. El resultado fue el mundo libre y el
mundo comunista. Más exactamente, era la separación entre un grupo de países que respetaban la religión
(el Cristianismo en especial) y otro
grupo de países que negaban la religión.
El propósito por el que Dios separó el mundo en
el lado del bien y en el lado del mal, fue restaurar ambos lados, haciendo que
el lado del mal fuese subyugado por el lado del bien. Finalmente el mundo
entero se restaurará a Dios cuando el lado del bien gane la victoria completa
en la lucha entre los dos bloques. La unificación de los dos mundos se cumplirá
cuando el Mesías sea finalmente recibido. Como el bien y el mal surgieron
debido a la infidelidad de Adán, la unificación se cumplirá mediante el Mesías,
quien viene en la posición de Adán.
C. La Ley de la Restauración del Número Cuatro
El propósito de la creación de Dios, es realizar
Su amor mediante el fundamento familiar de cuatro posiciones. Es decir, si Adán
y Eva hubiesen crecido conforme a la Palabra de Dios y se hubiesen
perfeccionado, se habrían convertido en un marido y una mujer centrados en
Dios, y habrían dado nacimiento a hijos. Entonces, el fundamento familiar de
cuatro posiciones, formado por Dios, Adán, (marido), Eva (esposa), y sus hijos,
habría sido un hecho, y el amor de Dios se habría consumado. Sin embargo,
debido a la caída de Adán y Eva, no se formó el fundamento familiar de cuatro
posiciones centrado en Dios. En su lugar se formó un fundamento familiar de
cuatro posiciones centrado en Satán, y el mundo entero cayó bajo el dominio de
Satán. Debido a esto, el propósito central de la historia no fue otro que
restaurar el fundamento familiar de cuatro posiciones centrado en Dios.
Para la restauración del fundamento de cuatro
posiciones, Dios primeramente condujo una providencia condicional y simbólica,
con el propósito de establecer un periodo cuya duración estuviese representada
por el número cuatro. Este periodo es denominado la Ley de la Restauración del
Número Cuatro. La restauración del número cuatro suponía una condición de
indemnización para restaurar numéricamente el fundamento familiar de cuatro
posiciones. El periodo del número cuatro se realiza mediante periodos de
cuarenta días, cuarenta años, y cuatrocientos años, en los cuales la gente cae
en confusión a causa de Satán, y en los que la gente del lado de Dios debe
pasar por grandes penalidades. Son ejemplos de ello, el diluvio de cuarenta
días en tiempos de Noé, los cuarenta años en el desierto de Moisés, los
cuatrocientos años de persecución de los cristianos bajo el imperio Romano
(431-31 AC), entre otros. Concluidos estos periodos de indemnización, la
confusión quedaba bajo control, en el sentido de que el fundamento de cuatro
posiciones era restaurado condicionalmente, y la providencia de Dios podía
proseguir hacia una nueva etapa. La Ley de la Restauración del Número Cuatro,
no solo se aplicó a la historia de los Israelitas, sino también a la historia
de otros pueblos y países.
Arnold Toynbee, notó que había muchos casos en la historia, en los
que se llegaba a la unificación después de pasar por periodos de cuatro siglos
de desconcierto (periodo de confusión). Podemos citar muchos ejemplos: en el
mundo helénico, los cuatro siglos que van desde las Guerras del Peloponeso
hasta la unificación por el Imperio Romano (431-31 AC), en la historia de
China, los cerca de cuatro siglos que van desde el periodo de “Los Estados en
Conflicto” hasta la unificación por los imperios Ch’in y Han. Los casi cuatro
siglos de anarquía feudal en la historia de Japón (1185-1597), que van desde el
periodo Kamakura-Ashikaga hasta la unificación de todo el Japón por el general
Toyotomi Hideyoshi y el establecimiento de la dinastía de Tokugawa Shogunate. Toynbee, sin embargo, no
clarificó el porqué histórico de esos periodos de cuatro siglos[8].
Otro caso similar es el del gobierno de cuarenta años de los japoneses en
Corea, que empezó con el tratado de
protección de Eul-Sa en 1905 y que terminó con la liberación de Corea en
1945.precedente
[8] Toynbee atribuye el periodo de confusión de 400 años hasta el surgimiento del Imperio Romano al efecto siguiente: “El historiador se da cuenta que el mundo Greco Romano llegó a la reunificación en la generación de Augusto tras la batalla de Actium. También observa que la anterior ruptura comenzó con el estallido de la Guerra del Peloponeso, cuatro siglos antes. Para el historiador, el problema de vital interés es ¿Cuál fue el problema en el siglo quinto y continuó siéndolo hasta el último siglo A.C.? Por ahora, la solución a este problema solo puede encontrarse estudiando la Historia Griega y Romana como una historia continua con una trama única e indivisible” (Civilization on Trial, [New York : Oxford University Press, 1948], p. 46,
Sin embargo, Toynbee dijo: si alguien tiene éxito en arrojar luz sobre ello, sin duda se trataría entonces, experto crede, de algo asombrosamente revelador” ( Ibidem , p, 61)—, concluyendo que solucionar esta cuestión, sería lo mismo que obtener una revelación.
D. La Ley de la Providencia Condicionada
La Ley de la Providencia condicionada se refiere
al hecho de que, en ciertos casos, si la persona central cumple o fracasa en
cumplir la parte de responsabilidad humana en una etapa providencial de acuerdo
con la voluntad de Dios, condiciona entonces un acontecimiento específico
providencial en una etapa posterior. Esto significa que una etapa providencial
no solo tiene importancia por sí misma, sino que también puede determinar y
condicionar etapas providenciales posteriores.
Por ejemplo, conocemos el caso de Moisés cuando
golpeó dos veces la roca en el desierto (Deuteronomio Cap. 20). El acto de
Moisés, tenía en sí mismo, una necesidad real debido a las circunstancias de
aquel tiempo, a saber, permitir a los Israelitas sedientos, saciar su sed en el
desierto. Sin embargo, al mismo tiempo, era un acto simbólico y cargado de
significado que condicionó la providencia de Dios y la venida de Jesús en una
fecha posterior.
Sobre este asunto, el Principio Divino explica
lo siguiente: La roca simbolizaba a Adán. La roca de la que aún no había brotado
el agua, antes de ser golpeada por Moisés, simbolizaba al primer Adán, mientras
que la roca capaz de dar agua, después de ser golpeada por Moisés, simbolizaba
a Jesús, el Segundo Adán. Como el agua es símbolo de la vida, la roca incapaz
de dar agua simbolizaba al primer Adán quien se hallaba en un estado de muerte
espiritual debido a la caída humana. Por tanto, la roca capaz de dar agua
simbolizaba a Jesús quien llegaría con el fin de dar vida a la gente muerta.
Sin embargo, Moisés llevado de su impaciencia y enojo por la infidelidad de los
Israelitas, golpeó una segunda vez, y al hacer esto golpeó la roca capaz de dar
agua, que simbolizaba a Jesús. El acto de moisés de golpear la roca por segunda
vez, establecía la condición que permitiría a Satán atacar directamente a
Jesús, quien simbolizaba a la roca, siempre y cuando los israelitas cayesen en
la infidelidad. Por ello, golpear dos veces la roca llegó a ser la causa remota
de la crucifixión de Jesús, debido a la infidelidad de los Israelitas[9]
[9] Divine Principle, pp. 326-327
Este es un ejemplo histórico recogido en el
Antiguo Testamento. La Ley de la Providencia Basada en Condiciones, no
solamente funcionó en este caso, sino que también lo hizo en otros
acontecimientos históricos significativos en la providencia de Dios. Esto quiere
decir por un lado, que ciertas situaciones históricas estuvieron de una u otra
forma condicionadas por diversos factores ocurridos con anterioridad, y
demuestra a su vez, que un acontecimiento en particular, tuvo influencia posteriormente en un acontecimiento
histórico.
E. La Ley de que
lo Falso precede a lo Verdadero
Esta es la ley según la que lo falso aparece
antes de lo verdadero. Satán dominó el mundo que había sido creado por Dios, al
hacer que los primeros antepasados humanos se alejasen de Dios. Por tanto
cuando Satán intentó crear un mundo fuera del principio conforme a un seudo
principio, Dios no tuvo más remedio que permitírselo. Por lo tanto, Dios ha
llevado adelante Su providencia para construir el mundo dentro del principio,
siguiendo los propios pasos de Satán. El mundo fuera del principio creado por
Satán, es un mundo falso. De este modo, aunque prospere, su prosperidad será
efímera y temporal. A medida que la providencia de Dios progrese, el mundo
fuera del principio de Satán, llegará a su final.
La última meta de la Providencia de la
Restauración, es realizar aquí en la tierra el mundo en el que se asiente el
ideal de la creación centrado en Dios, es decir el estado de un mundo unido. En
esto consiste el reino de Dios, o el Reino de los Cielos en la Tierra, en el
que Dios es el soberano supremo. Este mundo se debería haber realizado ya con
la llegada del Mesías. Sin embargo, Satán quien conocía el plan de Dios, se
apropió con antelación de los contenidos de la providencia, y estableció a personas
Mesiánicas en el lado de Satán antes de la llegada (y antes de la Segunda
Llegada) del Mesías, en un intento de crear el estado ideal en el lado
Satánico. Esta es la razón por la que el falso Mesías y el falso mundo de
unidad, tienen que aparecer primero.
Por ejemplo consideremos el surgimiento del
Imperio Romano antes de la llegada de Jesús. Julio César, emperador del Imperio
Romano, conquistó toda la Galia, y la incorporó al Imperio, consiguiendo así la
unificación del Imperio Romano (45 AC). Posteriormente fue muerto, y Octavio
Augusto, después de adueñarse de la situación tras una guerra civil (31 AC)
unificó toda la región mediterránea, y erigió lo que virtualmente se convirtió
en un imperio mundial. El periodo pacífico y feliz del Imperio Romano fue
conocido como “Pax Romana”, y duró cerca de dos siglos. Julio Cesar y Augusto
eran las figuras mesiánicas en el lado de Satán. Ellos crearon un mundo falso
de unidad, paz y felicidad, en adelanto al que debía ser erigido mediante la
llegada del verdadero Mesías (Jesús). Pero la realidad fue que Jesús tuvo que
ser crucificado sin poder completar su misión, y por consiguiente el verdadero
mundo unido, o mundo ideal, no apareció en ese tiempo.
También en el tiempo de la Segunda Llegada, el
falso Señor de la Segunda Llegada (el falso Mesías) y el falso mundo tienen que
venir antes de la providencia de la Segunda Llegada. Stalin fue el falso
Mesías, y el mundo comunista a su vez fue el mundo falso ideal. De hecho, Stalin fue reverenciado como
“el sol de la humanidad”, es decir como un Mesías, y su objetivo era la
unificación del mundo mediante el comunismo. Stalin murió en 1953, pero desde
el punto de vista providencial, en ese momento dio comienzo el curso oficial
para la providencia de la Segunda Llegada.
La posterior división internacional representó por adelantado la caída
del falso mundo de unidad y el comienzo del verdadero.
F. La Ley de la Reaparición de lo Vertical en lo
Horizontal
De acuerdo con la Ley de la Reaparición de lo
Vertical en lo Horizontal, lo vertical reaparece horizontalmente en el tiempo
de la consumación de la historia de la restauración. “Vertical” se refiere al
transcurso del tiempo, y “horizontal” se refiere a la expansión en el espacio.
En otras palabras, lo vertical se refiere a la
historia, y lo horizontal se refiere al mundo del presente. Por consiguiente,
la reaparición de lo vertical en lo horizontal significa que Dios conduce Su
providencia de forma que todos los acontecimientos providenciales y personajes
de la historia reaparecen simbólicamente, a un nivel mundial, en la consumación
de la historia. Haciendo esto, Dios ha buscado solucionar en un mismo tiempo,
todos los diferentes problemas (acontecimientos) que quedaron sin resolver
debido a los fracasos de las figuras providenciales en las diferentes eras de
la historia hasta el presente, completando la historia de la restauración.
Por ejemplo, en el periodo de dos mil años de la
providencia de la restauración desde Adán hasta Abraham, las condiciones
verticales de indemnización que habían sido invadidas por Satán, fueron
restauradas por indemnización en tres generaciones por Abraham, Isaac y Jacob.
En el tiempo de Jesús, Dios tuvo que hacer que los acontecimientos
providenciales que habían terminado en fracaso debido a la invasión de Satán
durante los dos mil años desde Adán hasta Jesús, volvieran a aparecer para ser
restaurados por indemnización en un mismo tiempo. Por consiguiente, en el
tiempo de la providencia de la Segunda Llegada, todos los acontecimientos invadidos
por Satán en los seis mil años de historia desde Adán deben reaparecer
horizontalmente y ser restaurados por indemnización centrados en el Señor de la
Segunda Llegada.
En la historia, los acontecimientos
providenciales raramente quedaban completamente resueltos antes de que
comenzase la siguiente providencia. Durante el curso de la historia, la mayoría
de los acontecimientos providenciales no llegaron prácticamente a su
resolución, concluyendo solo de forma condicional. Mientras estos acontecimientos
sigan sin resolver, no podrá haber una verdadera paz en la tierra. Los
problemas de la sociedad de hoy, se
resolverán totalmente cuando se solucionen todos estos acontecimientos
históricos.
Por ejemplo, en nuestro tiempo Israel y las
naciones Arabes están en conflicto. Esto no es más que la reaparición de las
luchas entre los Israelitas y los pueblos circundantes en los días del Antiguo
Testamento. Por consiguiente, es difícil resolver el conflicto presente entre
Arabes e Israelíes, si solo es entendido como un problema político. Cuando
llegue la consumación de la historia en los Ultimos Días, sobrevendrán muchos
acontecimientos inesperados, y el mundo entrará en confusión. Esto es debido a
que los diferentes problemas sin resolver de la historia en el pasado,
reaparecen en el periodo del presente por la Ley de la Reaparición de lo
Vertical en lo Horizontal. La confusión y los conflictos, quedarán
fundamentalmente resueltos, una vez que se reciba al Señor de la Segunda
Llegada mediante la reconciliación de los pueblos en conflicto, a través del
amor de Dios.
La razón por la que Dios hace que reaparezcan
los acontecimientos de la historia en los Ultimos Días, el tiempo de su solución fundamental, es que
Dios desea conseguir dos propósitos: primeramente, volver a poner la condición
por los seis mil años de historia, como si la caída no hubiese ocurrido,
borrando así de la memoria y de una vez por todas, los innumerables
acontecimientos miserables de la historia, y en segundo lugar para subyugar
completamente a Satán al eliminar todas las condiciones para la acusación de
Satán.
G. La Ley de la Providencia Sincrónica
La Ley de la Providencia Sincrónica, es la ley
por la que una providencia llevada a cabo en un cierto periodo de tiempo, se
repite en un periodo posterior. Esos dos periodos providenciales, que están en
la relación de identidad providencial, presentan aspectos similares en términos
de figuras centrales, acontecimientos principales, periodos numéricos de
tiempo, etc. Esto sucedía cuando una figura central providencial no cumplía su
parte de responsabilidad. Entonces el periodo providencial centrado en esa
persona particular, terminaba, y luego, pasado un cierto periodo de tiempo, se
establecía a otra persona para restaurar por indemnización el curso histórico
del periodo anterior. En tales casos, ya que las condiciones de indemnización
se agravaban gradualmente con la prolongación de la providencia de la
restauración, el periodo anterior no se repetía exactamente igual, sino que lo
hacía en una dimensión más amplia. En consecuencia, la historia ha seguido un
desarrollo en espiral.
¿Cómo ha
trabajado en la historia la Ley de la Providencia Sincrónica? En la providencia
de la restauración centrada en el nivel familiar y durante el periodo de dos
mil años desde Adán hasta Abraham (La Era Providencial para el Fundamento de la
Restauración), el Mesías no pudo llegar debido al incumplimiento de la
providencia. En consecuencia, el periodo de dos mil años de la providencia de
la restauración centrada en los Israelitas desde Abraham a Jesús (La Era
Providencial de la Restauración), fue su providencia sincrónica. Por su parte,
el periodo de dos mil años desde Abraham a Jesús para la providencia de la
restauración, también quedó sin cumplir debido a la crucifixión de Jesús, por
lo que el periodo de dos mil años de la providencia de la restauración (Era
Providencial de la Prolongación de la Restauración) centrada en el
Cristianismo, fue la providencia sincrónica de aquél periodo. Las
características de sincronía entre los dos periodos de dos mil años desde
Abraham a Jesús, y entre los otros dos mil desde Jesús hasta el presente, se pueden ver en el
diagrama de la Tabla 8-1
Tabla 8-1 El sincronismo
providencial del periodo de la providencia de la restauración y el periodo de
la prolongación de la providencia de la restauración
Oswald Spengler reveló la sincronía en la historia. Según Spengler,
todas las culturas se han desarrollado siguiendo una misma fórmula, y esta fue
la causa de la aparición de acontecimientos similares o paralelos entre dos
culturas cualesquiera del mundo. A estos acontecimientos los denominó
“contemporáneos”.[10]
[10] Oswald Spengler afirmó lo siguiente: “La aplicación del principio de “homología” al fenómeno histórico da una connotación enteramente nueva a la palabra “contemporáneo”. Son contemporáneos, dos hechos históricos que ocurren exactamente en las mismas –relativas- posiciones y en sus respectivas culturas, -, por lo que tienen exactamente una importancia equivalente….Espero demostrar que todas las grandes creaciones y formas de la religión, arte, política, vida social, economía y ciencia, surgen, llegan a su cima y mueren contemporáneamente en todas las Culturas; que la estructura interior de una se corresponde estrictamente con la de todas las demás. (The Decline of the West, tr. C.F. Atkinson ([London : George Allen & Unwin, Ltd., 1961], p. 113)
Cita como ejemplos la relación entre la antigua cultura Greco-Romana, y la cultura Occidental, a Alejandro Magno y Napoleón en el terreno político y a Pitágoras y Descartes en el matemático, entre otros.
Arnold Toynbee descubrió la sincronía en la historia casi al mismo
tiempo que Spengler. Toynbee explicaba que mientras estaba leyendo a
Tucídides se dio cuenta de que la
historia de la antigua Grecia y la historia moderna Occidental eran
sincrónicas:
“En 1914 me encontraba en la Universidad de
Oxford enseñando historia. En el mes de Agosto, vino como un flash a mi mente
que el historiador del siglo V a.c. Tucídides, ya había tenido la experiencia,
que ahora me abrumaba. A él igual que a mí, le había impresionado la gran
guerra fratricida entre los estados en que su mundo había sido dividido
políticamente. Tucídides había presentido que con la gran guerra de su
generación, su mundo marcaría un hito, y las secuelas le han dado la razón. He
visto ahora que la historia Griega y la historia Occidental, fueron, en
términos de experiencia, contemporáneas
la una con la otra. Sus cursos fueron en paralelo. Ambos cursos, podrían ser
estudiados comparativamente”. (Cursiva añadida)[11]
[11] Arnold Toynbee, A Study of History, Illustrated (Oxford: Oxford University Press, 1972,), p. 11.
Toynbee, entendió como sincrónicas, la historia
de la antigua Grecia y la historia Occidental. En la visión de la Unificación
de la historia, la antigua Grecia constituyó el periodo de la preparación para
la llegada del Mesías, mientras que la historia moderna Occidental ha sido el
periodo de preparación para la Segunda Llegada del Mesías. Estos dos periodos
están en sincronía, y el significado esencial de su sincronismo radica en que
cada uno de ellos es un periodo de preparación para recibir al Mesías.
IV Cambios en la Historia
Las leyes de la creación y las leyes de la
restauración arriba estudiadas, siempre han estado trabajando en la historia,
sin embargo las más importantes son: la Ley de la Acción de Dar y Recibir, la
Ley de Repulsión, la Ley de Indemnización, y la Ley de Separación. Entre ellas,
al considerar los cambios en la historia, la Ley de la Acción de Dar y Recibir
es la “Ley del Desarrollo”, y las otras tres unidas, actúan como la “Ley del
Cambio de Dirección” (ésta última es denominada también la “Ley de la Lucha
entre el Bien y el Mal”)
Ya fue explicado que la historia ha progresado
mediante la acción de dar y recibir. Es decir, el desarrollo en la política,
economía, cultura y en todos los demás
campos es posible mediante la armoniosa acción de dar y recibir entre los
diferente pares de sujeto y objeto, como: el espíritu y la materia, la gente y
su entorno (sociedad y naturaleza), el gobierno y el pueblo, organización con
organización, individuo con individuo, el hombre y la maquinaria, etcétera.
El desarrollo tiene que ver con el crecimiento,
el progreso, el perfeccionamiento y la aparición de una nueva cualidad- los
cuales son tipos irreversibles de movimiento hacia delante. Estos fenómenos
aparecen cuando los elementos correlativos de sujeto y objeto inician una
acción de dar y recibir, que está centrada en un propósito común. Por otra
parte, las luchas son el resultado de las diferencias de propósitos e intereses entre sujeto y objeto.
Por tanto cuando hay luchas, el desarrollo se suspende o da marcha atrás. Por
consiguiente, todo desarrollo en la historia, ha sido realizado, sin excepción,
a través de la acción de dar y recibir.
Sujeto y sujeto se oponen y luchan según la Ley
de Repulsión. En la historia humana, la repulsión entre un sujeto y otro se
refiere al conflicto entre un líder y otro. Un ejemplo de ello lo constituye la
lucha entre los líderes de la burguesía y los de la aristocracia de la realeza
centrada en Luís XVI, a saber, la lucha entre los líderes renovadores y los
líderes conservadores en el tiempo de la Revolución Francesa. Los dos partidos
fueron separados de acuerdo con la Ley de Repulsión-uno en el lado del bien
relativo (la posición más relativamente cercana a la providencia de Dios), y
otro en el lado del mal relativo (la posición que estaba obstruyendo la
providencia de Dios). Los líderes o sujetos formaron sus campos del bien y del
mal respectivos, atrayendo a la gente que se encontraba en la posición objeto
hacia sus respectivos lados (separación en dos partes), y lucharon entre
sí. La cuestión de que líder es bueno y
cual es malo, debe ser decidida sobre la base de la cercanía del líder con la
providencia de Dios. Sin embargo, en muchos casos los líderes, en la sociedad
existente, obraron tiránicamente dejándose llevar por deseos egoístas, por lo
que Dios tuvo a menudo que establecer nuevos líderes en el lado del bien, y
trabajar por medio de ellos en la providencia.
En la lucha entre el bien y el mal, si vence el
lado del bien, la historia gira en una mejor dirección. Posteriormente, cuando
la historia alcanza la nueva etapa, aparecerá un nuevo líder, mejor que el
anterior. Entonces el antiguo líder pasa a ocupar la posición del mal relativo, y comienza de nuevo la
lucha entre el bien y el mal. Si el lado del bien consigue la victoria, la historia vuelve a
girar hacia una mejor dirección. A través de este proceso, la historia
finalmente alcanzará la etapa de la bondad perfecta, esto es, la etapa del
ideal de la creación. Solo entonces, la lucha entre el bien y el mal llegará a
su fin. Por consiguiente, aunque la lucha no da lugar al progreso o desarrollo, sí produce un cambio
de dirección en la historia.
En la
lucha entre un sujeto bueno y un sujeto malo, cuando el lado del mal fue el más
fuerte, Dios intentaba hacer que éste se rindiese, por la Ley de Indemnización.
Es decir, Dios guiaba a los líderes hacia el lado del bien, para que se
sacrificasen y siguiesen el camino de la persecución. Con ello como condición,
Dios influenciaba a la gente en el lado de mal para que se rindiese de forma
natural, y aislaba al líder del lado del mal, llevando a la victoria finalmente
a la gente del lado del bien. Así es como las religiones se propagaron por todo
el mundo hasta nuestros días, incluso a través de la persecución, por medio de
la Ley de Indemnización.
En la lucha entre el
bien y el mal, cuando el lado del bien no cumple totalmente su responsabilidad,
y el lado del mal obtiene la victoria, la historia naturalmente no gira en una
mejor dirección, sino que es prolongada en la dirección en que se halla,
permaneciendo como está. Después de un específico plazo de tiempo, Dios
establece otra vez a un líder bueno y trabaja para conseguir la victoria sobre
el lado del mal. Así es como Dios ha estado guiando la historia hacia una mejor
dirección. Por tanto, la historia humana, no ha sido la historia de lucha de
clases, sino mas bien la historia de la lucha entre el bien y el mal. Por
consiguiente, la historia progresa mediante la acción de dar y recibir entre
sujeto y objeto, y cuando llega a un
cierto punto en el tiempo, su dirección gira a causa de la lucha entre el bien
y el mal, y después de este giro, la historia sigue progresando otra vez
mediante la acción de dar y recibir entre sujeto y objeto. La historia ha
sufrido cambios a través de la repetición de este proceso. El proceso de
los cambios históricos es ilustrado en la fig. 8-1
Figura. 8-2 Cambios en la historia a través de la acción de dar y recibir y la lucha entre el bien y el mal.
De lo dicho
anteriormente, se deduce que la historia ha experimentado cambios en dos
direcciones, una en la dirección del desarrollo (progreso), y otra en la
dirección de la restauración (giro). Como desarrollo se entiende aquí el
progreso de la ciencia, economía y cultura, mientras que la restauración se
refiere a la recuperación del mundo ideal perdido, que fue previsto en un principio-un mundo de amor y
de paz. La razón de estas dos direcciones en la historia, está en que la historia humana es la historia de la
recreación, y al mismo tiempo la historia de la restauración. El mundo futuro
tendrá una ciencia y una tecnología altamente desarrollas, pero al mismo tiempo
será un mundo de altos valores éticos.
El mundo de la ciencia y tecnología, crece con el desarrollo, mientras que la
sociedad ética progresa por medio de la restauración.
La restauración se lleva a cabo a través de la
lucha entre el bien y el mal, sin embargo esa lucha no tiene porque conducir
necesariamente a un conflicto armado. Si el lado del mal se somete
obedientemente al lado del bien, el cambio social puede ser pacífico. Por
consiguiente, la historia ha seguido su curso de cambios, mediante las dos
direcciones del desarrollo y la restauración. El progreso o desarrollo no se
detendrá y continuará por siempre, pero la restauración finalizará cuando sea
restaurado el mundo original ideal, y después perdurará para siempre.
V. Puntos de Vista Tradicionales Sobre la Historia
A continuación presentaré una visión general de
los puntos de vista tradicionales de la historia, con el fin de estudiar sus
puntos débiles, e intentar clarificar el significado histórico de la Visión de
Unificación de la Historia.
A. El
Punto de Vista Cíclico de la Historia
(Visión fatalista de la Historia)
Los griegos de la antigüedad al observar las
cuatro estaciones de primavera, verano, otoño e invierno repitiéndose año tras
año, consideraron que la historia seguía también un curso cíclico. Según ellos,
la historia no era sino la repetición de acontecimientos predestinados, que el
poder humano no podía alterar, y por tanto no veían ningún significado ni meta
en la historia. Esta perspectiva de la historia es conocida como “visión
cíclica de la historia”, o “visión fatalista de la historia”. Fueron
historiadores representativos de esta tendencia Herodoto (484-425 a.c.)
considerado como el padre de la historia, quien escribió la “Historiae”
(Historia), y Tucídides (460-400) quién escribió “Sobre las Guerras del
Peloponeso”. Herodoto escribió sobre la guerra Persa en un modo épico, mientras
que Tucídides describió la guerra del Peloponeso siguiendo fielmente los hechos
históricos desde el principio hasta el final. Estos dos historiadores
coincidían en la idea de que la historia se repite[12].
[12] Herodoto fue fatalista. Describió la historia de manera épica, como si estuviera manipulada por el hilo del destino. Por la otra parte, Tucídides describió los hechos históricos de forma realista y científica. Sin embargo, Tucídides también consideró, conforme al pensamiento Griego de entonces, que la historia se repite. Tucídides escribió: Me temo que al no tratarse mi historia de una novela, se verá un tanto privada de interés. Pero si es juzgada de utilidad por aquellos investigadores que deseen un conocimiento exacto del pasado, como ayuda para la interpretación del futuro, el cual debe asemejarse o cuando menos reflejarse con el curso de los asuntos humanos, me daré por satisfecho. He escrito mi obra, no como un ensayo para ganar el aplauso del momento, sino como un legado para todos los tiempos”.
(Tucídides, “The History of the Peloponnesian War (London : J.M. Dent and Sons, Ltd., 1948], p. 11).
La visión cíclica de la historia no admite que el desarrollo de la
historia dependa del esfuerzo humano, pues acepta el devenir de las
circunstancias como necesario. Por tanto no ofrece una imagen futura del mundo,
ya que no vislumbra una meta en la historia.
B. El Punto de Vista Providencial de la Historia
En contraste con la perspectiva Griega de la historia, que sostiene que
la historia no tiene principio ni meta,
sino que se repite en un movimiento
circular, el Cristianismo tenía una visión de la historia fundamentalmente
diferente: la historia tiene un principio y
avanza en línea hacia una meta definida.
Esto es, sus postulados fueron: 1) la historia
comenzó con la creación y la caída humana, 2) la historia es la historia de la
salvación que se dirige al Juicio Final, y 3) la providencia de Dios es la
fuerza conductora de la historia. Esta perspectiva ha sido conocida como
“visión providencial de la historia” o “visión cristiana de la historia”.
Fue San Agustín (354-430) el que sistematizó la visión cristiana de la
historia. Agustín la describió como la
lucha entre la Ciudad de Dios (Civitas Dei), el lugar donde viven los
que aman a Dios, y la Ciudad Terrena, (Civitas Terrena) el lugar donde vive la
gente que ha sucumbido a la tentación de Satán. Agustín afirmó que la Ciudad de
Dios triunfaría finalmente y establecería una paz eterna. El curso de la
historia seguía según él, un plan predestinado por Dios.
La historia humana, desde la caída hasta la
consumación, la dividió en seis periodos
1) De Adán hasta el Diluvio de Noé
2) De Noé hasta Abraham
3) De Abraham a David
4) De David a la Cautividad en Babilonia
5) De la Cautividad en Babilonia al nacimiento
de Cristo y
6) De la primera a la segunda llegada de Cristo,
(No se constataba la duración del sexto periodo).
Con la perspectiva Cristiana la historia
adquiere un significado, en el sentido de que persigue una cierta meta. No
obstante el ser humano no es sino un instrumento en manos de Dios. Aún así, el
contenido de esta perspectiva es demasiado misterioso, para ser aceptado como
ciencia social en nuestros días.
C. El
Punto de Vista Espiritual de la Historia (Visión Progresiva de la Historia)
Durante la Era del Renacimiento, los enfoques
teológicos de la historia se fueron desvaneciendo, y la era de la Ilustración
del siglo dieciocho vio aparecer una nueva perspectiva de la historia. Según
esta nueva interpretación de la historia, era el hombre, antes que Dios, quien
impulsaba la historia. Este enfoque consideraba que la historia progresaba en
línea recta y marchaba necesariamente unida al progreso del espíritu humano. A
esta visión de la Historia se la conoce
como la “visión espiritual de la Historia” o la “visión progresiva de la
historia”.
Giambattista Vico (1668-1744) reconoció la
providencia de Dios en la historia, sin embargo consideró que el mundo secular
estaba formado por seres humanos, y afirmó que la historia no podía explicarse
únicamente por la voluntad de Dios. En su comprensión de la historia, Dios fue
relegado a un segundo plano, destacando en su lugar a los seres humanos[13].
[13] En la visión de la historia del pensamiento de la Ilustración, se excluyó el Poder de Dios de la historia, debido a que se creyó que los hombres hacían la historia. Sin embargo Vico creyó que aunque la historia era obra de los hombres, permanecía no obstante bajo la Providencia de Dios. Esto quiere decir que la historia era la combinación del poder humano y de la Providencia de Dios. Esta visión está de acuerdo con la perspectiva de Unificación de la Historia. Vico, además, pensó que aunque la historia es principalmente un proceso de progreso o desarrollo, existen patrones de progreso y de declive en la misma, y por tanto entendió la historia como desarrollándose en espiral. A este respecto, fue el precursor de la aparición de la visión cultural de la historia abogada por Spengler y Toynbee
Voltaire
(1694-1778), descartó que el poder de Dios trabajara en la historia. Sostenía
que no era Dios, sino la gente con más alto nivel de educación, la que había
sido capaz de dominar la ciencia, a saber, la gente ilustrada, la conductora de la historia.
Marquis de Condorcet (1743-1804) afirmó que con
el despertar de la razón, la historia progresaría en una relación armoniosa
entre ciencia y ética.
E. Kant. (1770-1831) dijo que el propósito de la
historia era el desarrollo de todas las capacidades humanas en el marco de una
sociedad internacional, formada por una liga de naciones, y abogó por “la
historia universal desde un punto de vista cosmopolita”.
El filósofo romántico I.G. Herder (1744-1803)
afirmó que la meta de la historia es el desarrollo de la naturaleza humana.
Hegel (1770-1831) entendió la historia como la
“auto-realización del Espíritu”, o “auto-realización de la Idea”. Su teoría era
que la razón gobierna el mundo, y que la historia mundial progresa
racionalmente. La razón que gobierna el mundo fue denominada “el mundo del
espíritu”. Hegel creía que la razón manipula a los seres humanos, en lo que
llamó “los trucos de la razón”. La visión de la historia de Hegel es conocida
como la “visión espiritual de la historia”, o “visión idealista de la
historia”.
Hegel creyó que aparecería un estado racional, en el que la Idea de
libertad sería realizada, y que ese estado sería Prusia. Sin embargo, no fue
así en la realidad, y se acentuaron y se hicieron más serios problemas sociales
tales como la explotación y la alienación. Por consiguiente, y como rebelión a
la filosofía de la historia de Hegel, surgió el materialismo histórico.
D. El Materialismo Histórico
Contrariamente a Hegel, quien propuso una visión
espiritual de la historia, afirmando que la Idea era la fuerza conductora de la
historia, Marx aseveró que las fuerzas materiales eran las que regían la
historia, y enunció “La concepción materialista de la historia”, a saber “el
materialismo histórico”, (también denominado “visión revolucionaria de la
historia”)
Según la concepción materialista de la historia,
la historia se rige por el desarrollo de las
fuerzas productivas.
Correspondientemente al desarrollo de las fuerzas productivas se establecen
las relaciones de producción. Aunque las
fuerzas productivas, se desarrollaron rápidamente, las relaciones de
producción, una vez establecidas, se anquilosaron, resultando un obstáculo para
el desarrollo de las fuerzas productivas. Por tanto se dio la lucha de clases
entre la clase que buscaba mantener las antiguas relaciones de producción
(clase gobernante), y la clase encargada de las fuerzas productivas que buscaba
las nuevas relaciones de producción (clase gobernada). Por ello, la historia ha
sido la historia de la lucha de clases. En la sociedad capitalista, esta lucha
de clases llega a un punto dominante y culmina con la revolución. El
proletariado, que es la clase gobernada, desplaza a la burguesía, que es la
clase gobernante. El resultado es el establecimiento de la sociedad Comunista,
esto es el “reino de libertad”, donde no existen clases.
Es obvio ahora que la concepción materialista de
la historia, también es errónea. Cuando uno examina las leyes de la concepción
materialista de la historia, se da cuenta que son meramente afirmaciones
dogmáticas. Por ejemplo, el desarrollo de las fuerzas productivas es
considerado como desarrollo material, pero no se da ninguna explicación
dialéctico-materialista sobre como se desarrollan las fuerzas productivas. Por
otro lado, las sociedades comunistas que salieron de la revolución, como la
Unión Soviética, no fueron el reino de la libertad, sino, por el contrario,
dictaduras que pisotearon la naturaleza humana, y sociedades con una
productividad altamente paralizada. Estos hechos, prueban los errores de la
concepción materialista de la historia más elocuentemente que ningún otro
argumento.
E. La Visión de la Historia de la Filosofía de la Vida
W. Dilthey (1833-1911) y G. Simmel (1858-1918),
afirmaron que la historia crece al mismo tiempo que crece la vida.
Según Dilthey, la vida es una experiencia
humana, y la experiencia siempre se expresa y manifiesta en el mundo externo.
La manifestación de la experiencia es precisamente el mundo de la historia y la
cultura. Por tanto, el sistema cultural, que incluye religión, filosofía, arte,
ciencia, política y derecho, no es más que la objetivación de la propia vida.
De forma similar Simmel dijo que la historia es
una expresión de la vida. La vida es una corriente que continúa hasta el
infinito. El fluir de la propia vida es lo que hace la historia[14].
[14] Simmel afirmó en la introducción a la tercera edición de “Los Problemas de la Historia” que “el espíritu describe su costa y el ritmo de la ola en la corriente del devenir, mediante el cual se encuentra a sí mismo, y haciendo esto, da origen a la corriente del devenir de la historia” (Die Probleme der Geschicht, [Verlag Dinker and Humblot, 1923] p. VII).
Según la visión de la historia, de la filosofía
de la vida, el dolor y la infelicidad de la humanidad, tal y como quedan
registrados en la historia, son fenómenos inevitables que acompañan el fluir de
la vida. Por consiguiente, saber cómo la gente se puede liberar del dolor y la
infelicidad, es una cuestión aún por resolver en la filosofía de la vida.
F. La Visión Cultural de la Historia
En la Europa anterior a la Primera Guerra
Mundial, no se había debilitado la confianza en el progreso y desarrollo de la historia. Se creía además
que la historia se desenvolvía centrada alrededor de Europa. Fue Oswald
Spengler (1880-1936), el encargado de acabar con esta imagen lineal y
euro-céntrica de la historia.
Spengler propuso una visión cultural de la
historia, en la que la cultura era el fundamento de la historia. Spengler
consideraba que la cultura era como un organismo o ser vivo, por lo que también
nace, crece, e inevitablemente ha de morir. En la civilización Occidental,
Spengler encontraba síntomas de un inminente declive, que estaban además en
correspondencia con el declinar de Grecia y Roma, lo que le indujo a predecir
el declive de Occidente. Spengler decía, que conociendo de antemano el declive
de Occidente, se debería vivir aceptando ese inevitable destino, sin caer en el
pesimismo. En este punto mantenía estrecha cercanía con Nietzsche. La visión de
la historia de Spengler era determinista.
Arnold Toynbee, (1889-1975) fuertemente
influenciado por Spengler, estableció su visión cultural de la historia. Según
Toynbee, la entidad esencial que constituye la historia mundial, no es una
región, una etnia o una nación, sino la civilización. Toynbee dijo que cada
civilización pasa a través de las etapas
de génesis, crecimiento, ruptura, desintegración y disolución.
La causa de la génesis de una civilización se
encuentra en la respuesta humana a los desafíos del entorno natural, o del
ambiente social. Las minorías creativas son las encargadas de fomentar la nueva
civilización, ofreciendo guía a las masas de gente. Sin embargo cuando las
minorías creativas pierden finalmente creatividad, la civilización se escinde.
Las minorías creativas se convierten en minorías gobernantes, y nacen a su
entorno, el “proletariado interior” de dentro de la civilización- y el
“proletariado exterior”- que se separan de las minorías gobernantes. La
sociedad entra en confusión, pero los más fuertes entre las minorías
gobernantes, ponen fin al periodo de desconcierto estableciendo el “estado
universal”. Bajo el opresivo gobierno del estado universal, el proletariado
interior mantiene a las “religiones más elevadas”, y el proletariado exterior
forma “las bandas bárbaras de guerra”. Por tanto, el estado universal, las
religiones más elevadas y las bandas de guerra, constituyen las tres
fracciones. Finalmente, la religión más elevada llega a ser una “iglesia
universal”, convirtiendo a las clases gobernantes, pero, el estado universal,
pronto se derrumba, y junto con él, la civilización llega a su final.
Una vez desaparecida la primera civilización, el
proletariado exterior invade y se convierte a la religión más elevada, dando
nacimiento a la civilización de una nueva generación. Para Toynbee las
civilizaciones más importantes de la historia fueron veintiuna. Las
civilizaciones actuales están todas en la tercera generación, separadas en los
cuatro linajes de la civilización Cristiana (La Occidental, y Griega Ortodoxa),
la civilización Islámica, la civilización Hindú, y la civilización de Lejano
Oriente. Esta sucesión mediante tres generaciones, tal como Toynbee proponía,
se corresponde con la providencia sincrónica en tres generaciones de la Visión
de Unificación de la Historia (La Era
Providencial para el Fundamento de la Restauración, la Era Providencial de la
Restauración, y la Era Providencial de la Prolongación de la Restauración).
Es característico de la visión de la historia de
Toynbee, la exclusión del determinismo y la afirmación del no-determinismo y la
teoría de la libre voluntad. En otras palabras, la respuesta de los seres
humanos a los desafíos, está basada en la libre voluntad. Por tanto el curso de
la historia no está predeterminado, sino que la gente puede escoger su futuro.
Toynbee contempla con claridad la Ciudad de Dios
(Civitas Dei), como la imagen futura de la historia humana. Sin embargo, desde
su posición no determinista, afirmó que la elección futura del Reino de Dios, o
del reino de la noche, depende de la libre voluntad de la gente. Toynbee se
expresó como sigue:
“Bajo la ley del amor, que es la ley del mismo
ser de Dios, el auto-sacrificio de Dios desafía al hombre, al establecer ante
éste el ideal de la perfección espiritual; y el hombre tiene la perfecta
libertad de aceptarlo o rechazarlo. La ley del amor deja al hombre tan libre
para ser un santo como para ser un pecador. Le deja libre para determinar si su
vida personal y su vida social debe progresar hacia el Reino de Dios o hacia el reino de la noche”.[15]
Otro aspecto característico de la visión de la historia de Toynbee es
su forma de presentar a Dios, un aspecto que la sociedad moderna de hoy debe
recordar.
En su punto de vista de la historia Toynbee dice:
“¿Qué entendemos por historia? Y el
escritor….respondería que interpretaba
la historia como una visión- estrecha y parcial, pero (él creía) fiel a
la realidad, dentro de sus limitaciones-de que Dios se revela en acción a las
almas que sinceramente Le están buscando.”[16]
[15] Arnold Toynbee, A Study of History, Illustrated, p. 488
[16] Arnold Toynbee, A Study of History, (London : Oxford University Press, 1954) Vol. 10, p.1)
G. Los
Enfoques Tradicionales de la Historia contemplados desde la Visión de Unificación
de la Historia
Una vez analizados los resúmenes de las visiones
tradicionales de la historia, los
compararemos a continuación con la visión de Unificación de la historia,
para demostrar que el enfoque de la visión de Unificación, enlaza las visiones
tradicionales de la historia.
En primer
lugar, la cuestión es que tipo de movimiento sigue la historia, es decir si
progresa en un movimiento circular o si lo hace en un movimiento lineal Según
la visión cíclica de la historia Griega y también según la visión cultural de la historia de Spengler, la
historia se mueve circularmente. Para el Cristianismo, para la visión
progresiva y para la perspectiva materialista, la historia sigue una
trayectoria o movimiento lineal. La visión de la Filosofía de la Vida, cree que
la historia crece y fluye conforme al mismo fluir de la corriente de la vida.
Podemos considerar a esta última como una variación de la visión progresiva.
Si la
historia sigue una trayectoria o movimiento lineal, podemos tener esperanza en
el transcurso de la historia, pero quedamos sin comprender totalmente, el
porqué de los vaivenes de la historia humana. Por otro lado, si se considera su
trayectoria como un movimiento circular, las culturas y naciones parecen destinadas a perecer, lo
que no deja ninguna esperanza.
La visión de Unificación de la historia entiende
la historia desde los dos aspectos de recreación y de restauración. Por tanto
la historia se desenvuelve según un movimiento que tiene los dos aspectos, a
saber, el movimiento lineal hacia delante y el movimiento circular, o
movimiento en espiral. Es decir, la historia se mueve en un movimiento espiral
que incluye el movimiento hacia delante o
de progreso hacia una meta, (la realización del mundo ideal original de
la creación) y por otro lado el movimiento de naturaleza circular, para la
restauración del mundo original perdido, mediante la ley de indemnización y el
establecimiento de las figuras providenciales.
En segundo lugar debemos plantearnos la cuestión
acerca de las visiones determinista y no- determinista. Los enfoques de la
historia, de la visión fatalista Griega - que sostenía que la historia se mueve
inevitablemente según el destino, y los de la visión cultural de Spengler, son
ambos deterministas. La visión providencial, que dice que la historia sigue su
curso de acuerdo con la providencia de Dios, también es determinista. El
enfoque de Hegel según el cual la razón o el mundo del espíritu conducen la historia, y la visión materialista de que
la historia llegará inevitablemente a la sociedad Comunista de acuerdo con el
desarrollo de las fuerzas productivas, son asimismo perspectivas deterministas.
Todos estos puntos de vista, afirman que algún poder sobre humano pone rumbo a
la historia. Para tales tipos de determinismo, el ser humano es un ser arrastrado por la historia, y los esfuerzos
basados en la libre voluntad de la gente no pueden alterar el curso de aquélla.
Por otro lado, Toynbee proponía el no
determinismo desde su posición de la teoría de la libre voluntad. Es decir, la
libre voluntad de la gente puede afectar el desarrollo de la historia. No
obstante desde la posición no determinista de Toynbee, la imagen futura de la
historia es confusa, y no parece dar lugar a esperanza en el futuro. En
contraste, la visión de Unificación de la historia, afirma que aunque el
objetivo de la historia está determinado, el proceso de la historia no lo está,
ya que el cumplimiento de los acontecimientos providenciales requiere el
cumplimiento de la parte humana de responsabilidad, además de la parte de
responsabilidad de Dios. En otras palabras, la visión de Unificación de la
historia tiene los dos aspectos, determinista y no-determinista, y se la
denomina la “teoría de la responsabilidad”
Al comparar las visiones tradicionales de la
historia con la visión de Unificación, concluimos que cada una de las visiones
tradicionalistas de la historia ha puesto énfasis en una parte de la visión de
Unificación, y que la perspectiva de Unificación ofrece una posición
unificadora y completa de la historia. También, se concluye que la visión de la
historia de Toynbee es similar en muchos aspectos a la visión de Unificación de
la Historia. Desde un punto de vista providencial, la de Toynbee puede ser
considerada como la preparación para la aparición de la visión de Unificación
de la Historia. Esto es, la visión de Toynbee tenía como misión vincular las
perspectivas tradicionales de la historia con la visión de Unificación de la
historia.
VI.
Análisis Comparado de La Visión Providencial de la Historia, La Concepción
Materialista de la Historia, y La Visión de Unificación de la Historia
En esta sección, se compararán desde diferentes
puntos de vista, la visión providencial de la historia y la visión materialista
de la historia, que son las más representativas entre las visiones
tradicionales de la historia, junto a la visión de Unificación de la Historia.
Ello nos ayudará a profundizar en la comprensión de las características de cada
una de estas perspectivas de la historia.
1. El Comienzo de la Historia
El punto de vista de la visión providencial es
que la historia comienza con la Creación y la caída de la humanidad. Por
consiguiente, la historia humana empezó como una historia de pecado. Por su
parte, la visión materialista de la historia afirma que la historia humana se
originó al separarse los seres humanos del reino animal, y que la primera
sociedad fue una comunidad primitiva. La visión de Unificación de la Historia,
de igual manera que la visión providencial de la historia, sostiene que la
historia comenzó con la Creación y la caída de la humanidad, y por tanto la
historia humana empezó como la historia de pecado.
2. Las Características de la Historia
La visión providencial contempla la historia
como la historia de la salvación guiada por Dios. Para la visión materialista
la historia es la historia de la lucha de clases. Por su parte, la visión de
Unificación entiende la historia desde los dos aspectos de re-creación y de
restauración.
3. La Fuerza que Conduce el Desarrollo de la
Historia
Según la visión providencial, la historia se
mueve de acuerdo con la providencia de Dios. Según la visión materialista, el
desarrollo de las fuerzas productivas, que son fuerzas materiales, es el que
dirige la historia. Por su parte, la visión de Unificación de la historia,
afirma que la providencia de Dios y la parte de responsabilidad, unidas, han
sido las fuerzas motrices de la historia. Según la visión providencial, Dios es
quien conduce la historia, y parece por tanto que los trágicos acontecimientos
de la historia eran permitidos por Dios. Sin embargo, desde el punto de vista
de Unificación, el rumbo de la historia se dirige hacia mal siempre que los
seres humanos fallan en cumplir sus partes de responsabilidad, en contra de la
voluntad de Dios. Esto es, la humanidad es la responsable de los trágicos
acontecimientos de la historia.
4. Las Leyes del Cambio en la Historia
La visión providencial, simplemente afirma que
el reino de Dios-o aquellos que creen en Dios- y el reino del mundo-o los que
obedecen a Satán- están enfrentados en una lucha que terminará con la victoria
del Reino de Dios. No ofrece leyes de la historia. Por su parte, la visión
materialista de la historia aplica el materialismo dialéctico a la historia, y
presenta sus leyes de la historia en afirmaciones como: “Los seres humanos en
su vida social se ven envueltos en relaciones de producción, de forma
independiente a su voluntad “; “Las relaciones de producción se corresponden a
una etapa dada en el desarrollo de las fuerzas de productivas” ; “Las
relaciones de producción son la base, y las formas de conciencia, la
superestructura”; “La existencia social de la gente determina su conciencia”, “Cuando las
relaciones de producción ponen cadenas al desarrollo de las fuerzas
productivas, tiene lugar la revolución”; entre otras. En contraste con ello, la
visión de Unificación de la historia presenta las Leyes de la Creación y las
Leyes de la Restauración, como las leyes que han estado trabajando en de la
historia.
5. La Lucha que Tendrá Lugar en la Consumación
de la historia
Según la visión providencial habrá una lucha
final entre el “Reino de Dios” y el “Reino del Mundo”. La Biblia dice que un
ángel (Miguel) sirviendo a Dios, y
Satán, lucharán en el Cielo. La concepción materialista, afirma que se
producirá una feroz lucha entre la burguesía y el proletariado en la sociedad
capitalista, es decir en la última etapa de la sociedad de clases. La visión de
Unificación, sostiene que la historia es la lucha entre el bien y el mal, y que
la lucha entre el bien y el mal en la consumación de la historia es la lucha
entre el mundo democrático y el mundo comunista, a un nivel mundial. El mundo
comunista está en el lado satánico (lado del mal), debido a que niega a Dios.
6. Los Fenómenos de los Ultimos Días
Según la visión providencial en los últimos días
se realizará el Juicio Final. En la Biblia, se dice: “Inmediatamente después de
la tribulación de esos días, el sol se oscurecerá, la luna perderá su luz, y las estrellas
caerán del cielo, y los poderes del cielo serán sacudidos” (Mat.-24-29) La
visión materialista de la historia afirma que la prehistoria de la humanidad
llega a su final cuando el proletariado, la clase dirigida, arroja a la
burguesía, la clase dirigente mediante la revolución violenta. Según la visión
de Unificación de la historia, en los últimos días el lado del bien y el lado
del mal serán separados a una escala mundial, y entonces el lado del bien
transmitirá la verdad y el amor de Dios al lado del mal, y subyugará de modo
natural al lado del mal.
7. Acontecimientos en la Consumación de la
Historia
La visión providencial de la historia sostiene
que en los Ultimos Días tendrá lugar el Juicio Final. Según la Biblia, las
ovejas serán colocadas a la derecha de Cristo y las cabras a la izquierda, y
aquellos en el lado de las ovejas, a saber, los que obedecieron a Dios, serán
bendecidos, mientras que los que estén en el lado de las cabras, a saber, los
que obedecieron a Satán, serán arrojados al fuego eterno, (Mateo 25). La visión
materialista de la historia afirma que la prehistoria llega a su final cuando
el proletariado, la clase gobernada, arroja a la burguesía (la clase
gobernante), a través de la revolución violenta. La visión de Unificación de la
historia afirma que en los Ultimos Días los lados del bien y del mal serán
separados a escala mundial, y que el lado del bien trasmitirá la verdad de Dios
y el amor y subyugará al lado del mal de forma natural.
8. La Historia que llega a su Final
La visión providencial afirma que la historia
pecaminosa terminará cuando el Reino de Dios obtenga la victoria sobre el Reino
del Mundo. Para la visión materialista, la lucha de clases tendrá fin cuando el
proletariado desplace a la burguesía. La visión de Unificación de la historia
sostiene que la historia pecaminosa y la historia de la lucha entre el bien y
el mal llegarán a su final cuando el lado del bien consiga subyugar de forma
natural al lado del mal.
9. El Mundo Ideal que ha de Venir
La visión providencial de la historia dice que
en los últimos días llegará el milenio en el
que Cristo y los santos reinarán sobre la tierra. Pasado el milenio,
Satán será liberado para liderar a los pecadores, pero entonces tendrá lugar el
Juicio Final y se realizará el eterno Reino de Dios (AP. 20,7:10). La visión
materialista afirma que después de la revolución, se establece la sociedad
comunista, que es el reino de la libertad donde no hay clases. La visión de
Unificación de la historia dice que el mundo original de la creación, esto es,
el Reino de los Cielos en la tierra, donde toda la humanidad es una sola
familia, se realizará cuando se reciba al Mesías, los padres de la humanidad.
Tabla 8-2 :
Visión general comparativa de la Visión Providencial, la Visión
Materialista, y la Visión Unificacionista de la Historia
Al comparar de esta manera las tres
perspectivas de la historia, vemos que
la visión Cristiana de la historia
es demasiado misteriosa y apenas tiene ya en nuestros días, poder de
persuasión. Sostiene que Dios rige la providencia en la historia. Sin embargo,
al no presentar leyes, no se esclarece como Dios conduce Su providencia. Además
es difícil entender que en los últimos días, la gente representada por las
cabras a Su izquierda recibirá un castigo eterno. Por otro lado, la teoría
según la que Cristo y los santos reinarán sobre la tierra por mil años, y que
después Satán será liberado, tampoco tiene poder de persuasión.
La perspectiva materialista de la historia,
comparada con la visión Cristiana de la historia, se acerca más a la realidad y
por ello es más contundente. Por esta misma razón ha cautivado hasta el día de
hoy a muchos jóvenes. Casi la mitad del mundo llegó a ser comunista. No obstante,
la sociedad comunista ha demostrado ser lo contrario a un reino de la libertad
y a una sociedad próspera. El comunismo apareció como la acusación o
persecución del lado de Satán, debido a que el Cristianismo fracasó en cumplir
su misión y terminó degenerándose. Karl Marx opinaba lo siguiente:
Lo que explica el fundamento idealista del
materialismo histórico es…el antiguo mesianismo profético judío, y la
incansable persistencia del Judaísmo en la justicia absoluta. El Manifiesto Comunista es en cierto modo
una fe, que tiene la firma creencia en “lo que esperamos”, como una especie de
profecía científica a la inversa. Por ello, no es en absoluto fortuito que la
lucha final entre la burguesía y el proletariado se corresponda con la fe en el
último conflicto entre Cristo y el anti-Cristo en el periodo final de la
historia, y que la tarea del proletariado se parezca a la misión histórica de
la gente elegida. El papel de la clase oprimida en la salvación global se
corresponde con la dialéctica religiosa de la crucifixión y la resurrección, y
la transformación del reino de la necesidad en el reino de la libertad con la
transformación de la era antigua en la era nueva. El proceso de la historia tal
como es descrito en el Manifiesto Comunista, se parece al tan conocido patrón
Judío-Cristiano que interpreta la historia como los acontecimientos de la
salvación a través de la providencia, hacia una característica meta final. El
materialismo histórico es la historia de la salvación en términos de política
económica. [17]
[17] Karl Löwith, Weltfeschichte und heilsgeschehen (World History and the History of Salvation) (Stuttgart : Verlag W. Kohlhammer, 1953), p. 48. (traducción del autor)
La visión de Unificación de la historia surgió
como una elaboración de la visión Cristiana de la historia, sin embargo
presenta una perspectiva que supera los aspectos misteriosos de la visión
Cristiana de la historia y la acusación del Comunismo en contra del
Cristianismo. La visión Cristiana de la historia afirma que quienes en el reino
del mundo siguieron y obedecieron a Satán recibirán un castigo eterno. La visión materialista de la historia afirma
que el proletariado derrocará a la burguesía por la violencia. Sin embargo la
visión de Unificación de la historia afirma que el lado del bien inducirá al
lado del mal a la rendición natural, restaurando el lado del mal al lado del
bien, y salvando finalmente a toda la humanidad. En el verdadero mundo ideal toda
la humanidad debe ser feliz. En la visión de Unificación de la historia, ello
se da por garantizado. La visión materialista de la historia acusa a la visión
cristiana de ser mitológica, y se jacta por otro lado, de ser por sí misma una
visión científica de la historia, basada en leyes. No obstante, las leyes
presentadas por la visión materialista de la historia son leyes arbitrarias,
llevadas adelante con el propósito de racionalizar la revolución. La visión de
Unificación de la historia presenta en
contraste leyes verdaderas, sustentadas en hechos históricos.
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